domingo, 31 de agosto de 2008

¿Recuerdan el "Miranda Podadera"?

De niño, recuerdo que el maestro daba unas pautas para que los niños supiesen aprender a escribir sin faltas de ortografía. De hecho, en el ingreso de bachillerato, entre otras materias, ponían un dictado más o menos rebuscado y era necesario no tener más de tres faltas ortográficas. Había varios métodos para evitar errores gramaticales, entre ellos el "Miranda Podadera". Te enterabas, por ejemplo, que era el laísmo (cuando se utilizaba "la" como pronombre representativo de un complemento indirecto femenino), la aplicación del uso de las comillas (cuya apertura no significaba que debía dejar de existir concordancia sintáctica), o despejar la expresión tan usada "bajo el punto de vista" equivocadamente, debiendose decir "desde un punto de vista" (puesto que bajo un punto de vista no se vé nada), etcétera. Mas tarde descubrí los "libros de estilo", con sus particulares puntos de vista. Sin ir más lejos, el libro de estilo de "El país" tenía importantes diferencias, sobre todo en el orden protocolario, con el libro del "ABC". Y, entre medio, brotaron como setas los inventores de barbarismos y anglicismos, más aún desde que aparecieron los gloriosos inventos de los ordenadores personales y el internet.

Otros inventores lo eran de palabras, con las que solían poner la guinda en un gongorino pastel, lo que no me parece desacertado, o daban por sí solas en el centro de la diana. Personalmente valoré positivamente tales "aportaciones" al idioma castellano aunque no estuviesen contempladas, de momento, por la RAE. Daba lo mismo. En "La Colmena", de C.J.Cela, aparecía por el café un raro personaje "inventor de palabras" (en la película se trata del mismo autor de la novela) que le regalaba un nombre recién sacado del horno de su cacumen a uno de aquellos estrafalarios cliente habituales de la mesa de velador.

Amando de Miguel, que últimamente practica una especie de "el dardo en la palabra", al estilo de como acostumbraba Lázaro Carreter, salvando las distancias, en un periódico conservador, llamó hace pocas fechas "aburrición" a un aburrimiento innecesario. Bueno, adelante con los faroles, por mí que no quede. Existen otras palabras, no sé si ya incluidas en el diccionario, que definen de forma contundente lo que se quiere dar a entender. Una de ellas es la acepción "secaño", referida a tener la lengua estropajosa por sufrir gran sed; la otra, la acepción "cuélebre", cuando hacemos referencia a un bichejo no muy grande, sumamente raro y que nadie ha visto todavía, pero donde se supone, aún sin estar encantados de haberle conocido, que dispone de gran movilidad, agresividad extrema y mal diente.

sábado, 30 de agosto de 2008

Lo cercano

Hoy voy a escribir algo sobre lo cercano. Lola Campos, concejal de Medio Ambiente y Sostenibilidad de los Grandes Expresos Europeos pretende que los zaragozanos nos impliquemos en el mantenimiento de parques y jardines. Lo que parece normal sería que nos aconsejase, por ejemplo, no manchar las paredes con firmas y dibujos raros, no lanzar pedradas contras las farolas, y que, considerando la pertinaz sequía, procurásemos evitar pisar el césped de los parques. Intuyo que como, lo del voluntariado en la Expo está resultando a las mil maravillas y el catamarán "Félix de Azara" flota por un principio físico y no se prevén naufragios, ahora pretende que hagamos como los de Farasdués, o sea, que pasemos por la Casa Consistorial para que nos asignen número y nos señalen qué día tenemos que coger las tijeras de podar, o el cortahierbas, para limpiar los matojos de estramonio de La Almozara, que tan sensiblemente está afectando al cerebro de Belloch. ¡Qué tropa!

viernes, 29 de agosto de 2008

Aviones de cartoné

En "Aviones de mármol" (IV), el genial José Luis Alvite, refiriéndose a la saga de los Kennedy, recuerda a los lectores de "La Razón" que el hermano mayor del presidente murió abatido en la II Guerra Mundial, que a Tedd le capotó la avioneta y le dejó secuelas de por vida, y que John John, aquel niño fotografiado jugando solo en el despacho oval, también muríó con las botas puestas dentro de su aeroplano cinco años después que su madre. Demasiado se ha escrito ya sobre la tragedia de Barajas. Ya ha habido hasta una confusión de féretros y postergación en el funeral de la Almudena. Esas cosas en nuestra España cañí no se perdona. Este es un país donde a la ciudadanía le gusta mover los cadáveres de un lado para el otro y ponerle muchas flores de plástico en cada "halloween", ese San Heim necesario para afrontar la dureza del invierno que por esas fechas ya asoma. Por estos pagos, el borracho irlandés Jack O'Lautern se encontró con el diablo en una taberna el pasado 20 de agosto, o de los corrientes, que es como suele decir un compañero de oficina muy cumplidor, para que le invitase a un trago. El desastre, según Alvite, "es distinto en nuestro caso. Nosotros somos gente corriente, ya sabes, hombres y mujeres por orden alfabético que, si cayese nuestro avión, no dejaríamos como legado la lírica esgrima de una llama en Arlington, sino la gravosa adversidad de una factura al marmolista".

En fín, seá mejor dejarlo por hoy. No me está gustando el verano. Menos mal que sólo quedan quince días para que termine el circo de la Expo. Se acabará la fiesta. Más tarde aparecerá en los zaragozanos con "pase para tres días" el síndrome de Stendhal, con melancolía, sudoración, temblores y pitido de oídos, tras observar obras de gran belleza en un espacio corto de tiempo. Y los políticos que ahora beben los vientos volverán a su estado natural, al de siempre, a defender el agua del botijo y los derechos históricos, y a exacerbar el elemento identitario de Aragón para justificar sueldos, dietas, secretarias y coche oficial. En las fiestas -como decía Groucho Marx- no debes acomodarte jamás, porque puede sentarse a tu lado alguien que no te guste.

martes, 26 de agosto de 2008

Rotura de diques

Leo una entrevista a Fernando Vallejo en "Público", donde cuenta, entre otras cosas, que "Cervantes es un pésimo prosista, pero el Quijote es un libro muy bello". Bueno, y si no lo fuera, qué. Tampoco pasaría nada. En casa dispongo de un ejemplar de "Ulises", la gran novela simbólica del siglo XX, del que leo algunas páginas antes de dormir cuando me ataca el insomnio.

En su entrevista, el periodista Bernardo Gutiérrez le pregunta a Vallejo su opinión de las últimas leyes sobre migración aprobadas en Europa. El colombiano no se corta un pelo y da en el centro de la diana: "Las oleadas humanas no las puede detener nadie. No hay un dique para pararlas. El mundo está superpoblado. Los grandes culpables son los líderes religiosos y políticos. Los que estaban en el entierro de Wojtyla fueron los responsables de que durante su pontificado, con su oposición a la interrupción del embarazo, el mundo aumentase 2.200 millones de personas. Europa lo permitió. Ahora los va a hundir en el tercer mundo. Tras el final del petroleo, vendrá el final de la comida".

Me parece que está todo dicho. Europa se merece la que le viene encima. Es cuestión de poco tiempo. De hecho, ya estamos sumidos, como dice Juan Goytisolo en el consumismo y en el terror. Es el primer acto de la tragedia colectiva.

lunes, 25 de agosto de 2008

Nueva mazurca

En el cuaderno de bitácora que comencé este verano, debo seguir con su avance de apuntar mis impresiones. Esto no es "Mazurca para dos muertos" donde, como dice Cela, "llueve mansamente y sin parar, llueve sin ganas pero con una infinita paciencia, como toda la vida, llueve sobre la tierra que es del mismo color que el cielo, entre blando verde y blando gris ceniciento, y la raya del monte lleva ya mucho tiempo borrada". Y en esta nueva mazurca para 154 muertos, de momento, de poco sirven ya ni el gabinete de crisis ni los capelos cardenalicios. La muerte siempre produce costernación. Por estos andurriales no llueve mansamente, el paisaje no es verde y la paciencia de los familiares se está agotando.

Manuel Martín Ferrand, en su columna de ABC del pasado domingo, "Honrar a los difuntos", comenta (en relación con el próximo funeral en la Almudena) lo siguiente: "Los no creyentes, deberían entender que las ceremonias no comportan ni síntoma ni compromiso para quienes, en ejercicio cívico, asisten a ellas. Inventar un ritual laico, como vamos viendo, en las bodas civiles, no es fácil y tiende a colocar a quienes lo practican en el borde del ridículo. Mover tradiciones es más difícil que mover montañas y ambas, por cierto, se mueven por la palanca de la fe".

Estoy de acuerdo con Manuel Martín Ferrand en que los rituales laicos suele colocar, a quienes lo practican, al borde del ridículo. Conozco casos. Pero sigo pensando que el Estado es aconfesional, como señala la Constitución, y que un acto religioso en la nueva catedral de Madrid, presidido por los Reyes de España, no ayuda en nada a los familiares de difuntos que practican otras religiones, o que no practican ninguna. Y, añado, como lo vengo haciendo desde hace unos días desde mi blog, (y conste que me molesta ser tan reiterativo), que tampoco ayuda en nada que la ceremonia prevista para el 1 de septiembre en la Almudena esté oficiada por el cardenal Rouco Varela, responsable máximo de que Federico Jiménez Losantos continúe, un día sí y otro también, vomitando disparates desde la cadena COPE, o sea, desde la cadena propiedad de la Conferencia Episcopal.

Creo que es sencillo de entender. La causa de la causa, es causa de la causa misma. Jiménez Losantos es responsable de lo que cuenta en los micrófonos por la mañana, César Vidal, por la noche y Cristina López, por la tarde. Tampoco es difícil de comprender que estamos en un Estado de derecho, que existe el artículo 20 de la Constitución y que, a ningún ciudadano, tampoco a esos locutores, se les puede poner bozal, ni a la COPE se le deben interponer ruidos desagradables e interferencias de toda índole, como fue habitual con dos emisoras, Radio España Independiente y Radio Pirenáica, en los oscuros tiempos de Franco. De la misma manera, tampoco se debe cerrar "Libertad digital", por mucho que en ese periódico digital escriba lo que entienda conveniente Pío Moa, Aquilino Polanco, o el "sursum corda", como vergonzosamente se hizo en su día con el diario "Madrid".

Sin embargo, entiendo que será necesario poner cada cosa en su sitio. "Similis simili gaudet", que traducido quiere decir "lo igual, a su igual llama". Rouco es el responsable de la emisora COPE, que debería llamarse COPÓN, y no debe presidir una ceremonia religiosa de este nivel. Molesta a muchos españoles, entre los que yo me encuentro, su presencia, su soberbia, sus gestos, su mirada y hasta su tono de voz. En una palabra, si resulta que ahora los de protocolo entienden como inevitable el oficio religioso, por estar mandadas las invitaciones o vaya usted a saber por qué, llévese a cabo, pero que sea mediante otro oficiante de menor ringorrango. A ojos del Dios de los católicos, suponiendo que ese Dios no tenga la vista cansada, deberá tener el mismo valor. Estoy convencido, me lo dice la intuición, de que el cardenal Rouco no cree en nada trascendente y que, por no creer, no cree ni en los que creen en él. Le sucede como a mí. Con la diferencia de que yo no me pongo una mitra en la cabeza ni hisopo al aire ni le lanzo humo de incensario a mi jefe. Aunque todo se andará.

sábado, 23 de agosto de 2008

Gorigoris y subastas

Se veía venir. Ahora resulta que el funeral previsto en la Almudena ya no tendrá rango de Estado. Sin embargo, su anuncio ya es fuente de problemas. Para la Unión Evangélica, el acto religioso añade dolor a los allegados de las víctimas. El alcalde de Madrid, el Arzobispado y la Casa Real, deberían evitar un acto religioso de estas características, si con ello hieren sensibilidades. En este país hay ciudadanos que son católicos, ciudadanos que profesan otras religiones, ciudadanos que no creen en la existencia de Dios, y ciudadanos que se pone enfermos con sólo nombrar a Rouco Varela, el defensor a ultranza de Jiménez Losantos en la COPE. Personalmente, declaro que me encuentro entre estos últimos; y añado que nunca consentiría que ese funcionario del Más Allá, que cobra su sueldo con dineros públicos del Más Acá, platicase "gorigoris" ni hisopase a los cuatro vientos en el funeral de un pariente mío. Supongo que, como me ocurre a mí, le sucederá a muchos demócratas. No se puede herir susceptibilidades, hablar de cuerdas en casa del ahorcado ni proponer elogios funerales desde las altas instancias en un Estado no confesional, como quién propone una fiesta de paso del ecuador. España será un país serio, entre otras muchas cosas, cuando los dirigentes de la Iglesia Católica paguen impuestos, dejen de vivir de la mamandurria, de vender parcelas en el cielo a cambio de un "Dios se lo pague", y de meterse donde no la llaman, o sea, como diría Santiago Lorén, en cuerpos, almas y todo eso.

También se veía venir la desvergüenza de algunos mentecatos. Así, el marido de Anna Maija Stefanides, la extranjera superviviente de la catástrofe aérea, ya ha anunciado que acaba de subastar al mejor postor la primera entrevista que conceda su mujer. Dice Peter Stefanides, médico de profesión, que lo hace para pagar la rehabilitación Anna. Yo no me lo creo. Dicha rehabilitación deberá correr, como determinan las leyes, por cuenta del seguro de viaje obligatorio contratado por Spanair. Hay gente para todo.

viernes, 22 de agosto de 2008

Malos tiempos

Leo un artículo de Luis Sepúlveda, el autor de "Un viejo que leía novelas de amor", en "Público", que me ha hecho pensar. Sepúlveda señala que "la prensa pasa por la peor época, ser periodista es dedicarse a un empleo más que precario, los becarios mal pagados son más rentables que los profesionales con experiencia, y en el caso de quienes trabajan para la televisión, la información dejó de ser un hecho ciudadano para ser la búsqueda de la noticia que venda, a cualquier precio, pues los índices de audiencia marcan y determinan la ética".

Estoy de total acuerdo con Sepúlveda. Como muestra, ahí tenemos la llamada "televisión basura", donde no se analiza la noticia, sino que sólo interesan los detalles de los platos fuertes. Menos mal que, por un acuerdo no sé si expreso, no se han retransmitido aún restos de cadáveres diseminados por el campo ni crudas fotografías sobre el desastre del vuelo JK 5022. Pero todo llegará. Por estos pagos, en vez de adoptar una actitud serena ante la catástrofe, las televisiones muestran escenas de otros accidentes aéreos, como el del monte Oitz, en 1985. ¿Por qué se dijo inicialmente que había siete muertos, cuando el avión se había partido en dos y las tremendas llamaradas por la quema de queroseno no había forma de apagarlas? ¿Por no alarmar a la ciudadanía? ¿Esperando que se hubiese producido un milagro? ¿Quién pensaba en aquellos momentos--tres de la tarde-- en el dolor de los familiares y amigos?

Durante muchos días, todavía, se escribirán páginas sobre el accidente. Se llenarán ediciones especiales en las revistas del corazón comentando cuestiones secundarias, verbigracia,la pena reflejada en la tez de la Reina, y se practicarán entrevistas a familiares de los fallecidos en diversos medios, en las que imperarán preguntas preñadas de morbo. Es lo que vende, aunque eso no sea ya lo que verdaderamente importe. Todavía nos falta otro plato fuerte. Asistir en directo, a través de la pequeña pantalla, al funeral de Estado previsto para uno de septiembre en la Almudena. Los regidores de Televisión Española ya estarán estudiando desde ahora una "puesta en escena" de corte similar a los que ya nos tiene acostumbrados en parecidos elogios funerales. O sea, sitio preferente para los Reyes junto al evangelio, rostros graves en los bancos ocupados por los miembros del Gobierno,una misa inacabable oficiada por Rouco Varela con homilía para aburrir a las ovejas, varias hisopadas de chamán al aire, posterior acercamiento de los Reyes y de los Príncipes de Asturias hasta los bancos donde "protocolo" habrá instalado desde cuatro horas antes a algunos familiares, supongo que no más de dos parientes por fallecido, y la posterior despedida de la comitiva oficial. Será lo que se conoce con el tópico del último adiós. En días posteriores, los psicólogos seguirán luchando contra el "shock" y la idea de culpa de los seres queridos que quedan en este valle de lágrimas. Cuentan, quienes lo saben, que existen tres etapas en la reacción de los familiares: el impacto, la respuesta y la reubicación. Eso dependera, supongo, de dos variantes difíciles de mensurar: de la densidad de la pena y del grado de parentesco.

jueves, 21 de agosto de 2008

Aceptación y resignación

Ante la magnitud de la tragedia de ayer en el Aeropuerto de Barajas, de poco sirven las palabras de consuelo para los familiares y los amigos de los viajeros. No tiene vuelta de hoja. El psiquiatra argentino Jorge Bucay comentó en cierta ocasión, y así lo leí en una revista de fin de semana, que existe una diferencia muy importante entre la aceptación y la resignación. Para Bucay, aceptar significaba, según afirmó éste, perder la urgencia.

Vivimos en Occidente, donde lo bueno y lo malo se sucede con gran rapidez pero, también, con gran olvido. Sólo las hemerotecas conservan lo que casi nadie recuerda. Hasta la misma palabra occidente procede del latín "occidere", que significa muerte; de la misma manera que el adjetivo occiduo es perteneciente o relativo al ocaso. Con eso, está todo dicho.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Perdonen el lapsus

En mi blog, AGUAS, correspondiente al pasado lunes 18 de agosto, deslicé un error en la tercera línea del segundo párrafo. Algunos lectores podrán pensar que tengo faltas de ortografía. Puede ser, pero conozco el verbo abrir y todas su conjugaciones. La hache se coló como ese virus letal que atraviesa hasta los filtros de porcelana. Mil perdones. Pero, como dijera Franco a la muerte de Carrero, "no hay mal que por bien no venga". Y el error, aún siendo imperdonable, sirve para que lo relacione con una anécdota que, en su día, me produjo bastante enfado.

En la década de los 90, yo era el único columnista diario de ABC en Aragón. Una tarde, asistí a la exposición de retratos a carboncillo de Alfredo Dieste, un oscense fetén ya jubilado de Ibercaja, que presentaba en la Sala Torrenueva. Me gustó, y le comenté al autor que iba a escribir algo sobre esa exposición. Aquella misma noche comencé a teclear mi vieja "underwod" y me salió un artículo niquelado. Lo envié a ABC y mi sorpresa fue mayúscula al día siguiente, al leerlo. Me habían "corregido" la palabra ermita, a la que le habían puesto una hache.

Esa misma mañana, creo que era domingo, llamé a Dieste para disculparme por la falta de ortografía que le habían añadido a mi texto en la delegación de la calle de San Jorge. Nunca quise saber a qué compañero podría atribuírsele tamaño disparate, si se trataba de un redactor, o de una de las becarias. Más tarde hablé por teléfono con José Luis Arangúren. Notó mi mal temple. Le expliqué a qué motivo se debía mi indignación. Aranguren, muy sosegado, trató de quitarle hierro al asunto. "No debes darle importancia" --me dijo--. " A la ermita le han añadido el campanario".

martes, 19 de agosto de 2008

En pocas palabras

Al ministro Solbes le piden en los medios de comunicación que explique en un minuto en qué consiste la crisis, cuándo se tocará fondo y dónde está la solución. Y Sobes se pliega en el asiento de entrevistado y responde lo que se puede responder en estos casos, pese a su condición de vicepresidente económico del Gobierno. A decir verdad, sabemos que existen cosas, también situaciones, buenas o malas, aunque no sepamos muy bien cómo explicar el porqué. Supongo que le pasará a los matemáticos cuando el alumno les pregunte en clase por qué la raiz cuadrada de uno es uno; o al cura de una aldea que resuma el misterio de la Santísima Trinidad. En estos casos, o en situaciones incómodas, entiendo que lo más prudente consistirá en echar balones fuera, o en salirse por la tangente.

En este sentido hay una anécdota interesante. En una ocasión, un periodista le pidió a Einstein que explicara en pocas palabras en qué consitía la Teoría de la Relatividad. "¿Sabría usted eplicarme antes lo que es un huevo frito?", le dijo Einstein. El periodista asintió desconcertado. "Muy bien", dijo Einstein, "pues entonces, explíqueme lo que es un huevo frito, pero suponiendo que yo no tengo ni idea de lo que es un huevo, que en mi vida he visto una gallina y que no sé ni lo que es el aceite ni una sartén".

lunes, 18 de agosto de 2008

Aguas

Sepan que no pienso visitar la Expo de Zaragoza aunque me regale una entrada el Alcalde. Sin embargo, deseo hacer mi modesta aportación al tema del agua. Hay aguas bicarbonatadas, sulfatadas, cloruradas, cálcicas, magnésicas, fluoradas, ferruginosas, aciculadas y sódicas. También existe el agua bendita, el aguachirle, el aguadillo, la aguacibera, el agua cruda, la cuaderna, el agua de azahar, de palo, de herrada, fuerte, de bautismo, de socorro, de cerrajas, de borrajas, de amnios, de olor, de cal, dulce, oxigenada, lustral, delgada, el aguaducho, la aguagoma, la aguadija, la aguacha, el aguacero, las aguas menores, etcétera. Me dejo algunas, pero no importa. Es sólo el muestrario que llevo en mi maleta para enseñarlo, como hacían los charlatanes en la Plaza del Carbón.
También existe el aguafiestas, que no es agua, pero es persona perturbadora de cualquier diversión. Y aquí pasaremos de la risa a la lágrima dentro de un mes, cuando se habran las cuentas del Gran Capitán Belloch. De ahora en adelante deberemos dormir los zaragozanos con los ojos bien abiertos, para que no nos engañen con las cuentas y por el insomnio que producirá no poder llegar a fin de mes. Falta menos de ese tiempo para que se termine esta estolidez con ventanas a la calle que han prefabricado en Ranillas a base de recibir dinero de un Estado, de nuestro Estado, cuyo Gobierno da vergonzosos palos de ciego en economía, y, también, del Ayuntamiento, que ha aumentado el importe del IBI y las tasas municipales hasta la asfixia ciudadana, además de llevar mucho tiempo en su empeño enfermizo en ese afán recaudatorio de las multas de tráfico. Será necesario recordar a estos políticos a la violeta, a todos ellos, (por su afán de hacer por hacer aunque no sirva para nada, por empecinarse en sembrar en la arena, por gastar la pólvora en salvas y por echar lanzas en la mar con el parné del contribuyente), dos cosas: una, que ya se están acabando los días de vino y rosas; y, otra, que muchos ciudadanos, que no somos de derechas ni lo hemos sido nunca, nos arrepentimos de haber votado al PSOE el pasado día 8 de marzo. En lo que respecta al Ayuntamiento, los desatinos de la época González Triviño, del que heredamos una tremenda deuda municipal y unos adefesios urbanos de libro, no serán nada si lo comparamos con la que se avecina. A Belloch será poco concederle la medalla de oro de la Ciudad. ¡Qué menos que hacerle un pazo, como el de Meirás, por suscripción popular. A doña Carmen se lo "regalaron" y aquí no pasó nada. En Zaragoza tampoco nunca pasa nada. ¡Así nos corre el pelo! En fín, despido mi blog de hoy con un grito, a a manera que lo hacen los trileros cuando se aproximan los guardias: ¡¡Agua!!

domingo, 17 de agosto de 2008

Gallos

Mientras intento buscar el Romance cantábile de flauta, clave y fagot en mi menor, de Beethoven, recuerdo algunas cosas sobre gallos. Por ejemplo, en Valero, provincia de Salamanca, en los tiempos en los que el servicio militar era de obligado cumplimiento, los quintos los perseguían en espectacular carrera por las calles del pueblo. Cuando los atrapaban, a veces utilizando las peores artes, les arrancaban la cabeza con las manos. Posteriormente hacían una merienda y se los comían. Pero eso no era nada comparado con lo que acabaría haciendo el sargento de su compañía con cada uno de ellos, pocos meses más tarde, cuando ingresaran en filas como reclutas y se equivocaran haciendo la instrucción.
El "cocktail", que literalmente significa "cola de gallo", era, según Manuel Vázquez Montalbán --y de eso saben mucho los mejicanos--, una mezcla alcohólica que se escupía en la cara a los gallos de pelea para excitarlos antes de cada combate.
Y, puesto que me estoy refiriendo a los cócteles, he aquí el que hoy propongo: "Vaina del Jiloca". Se necesitan 2/3 de vino tinto, 1/3 ve vermú blanco --si puede ser, mejor el "casero" que fabrican en las Bodegas Valdepablo, de Terrer--, una cucharada de cacao en polvo, una yema de huevo y una cucharada de azúcar. Con estos ingredientes, se toma un vaso mezclador, se añade hielo, vino tinto, vermú, la yema, el cacao y el azúcar. Se agita con fuerza y se sirve en copa. Se decora el borde de la misma con cacao en polvo.
En fin, no encuentro el disco buscado y me apañaré con el "Miserere de Sevilla", de Hilarión Eslava. Ah, eso sí, mientras tomo una copita del cóctel.

jueves, 14 de agosto de 2008

Raqueros

Me alegra saber que un escultor de la tierra, José Cobo Calderón, haya recuperado en bronce la figura de dos niños, justo en el muelle proximo al Paseo de Pereda. Fue ese escritor costumbrista, José María de Pereda, el que, en su novela "Sotileza", exponía cuestiones interesantes referidos a unos niños marginales, muchas veces huérfanos, que se afanaban en recoger monedas del fondo del puerto cada vez que las lanzaban al agua los señoritos pijos. También, desde las cubiertas de los barcos. En otras ocasiones, los niños raqueros se prestaban a rescatar del agua sombreros de señoras que, por descuido, o por el molesto nordeste, habían volado al agua.
Hoy, pasados más de cien años desde que "Sotileza" viese la luz, los montañeses, (perdón, ahora se dice los cántabros) mantienen otro criterio a la hora de hacer referencia a los llamados raqueros. Para los santanderinos fetén, para aquellos que llevan varias generaciones sin pasar hambre, los raqueros o las raqueras, son seres de baja estofa que andan al raque, o sea, al rateo en los puertos. Pero otra acepción más actualizada, no sé si académica, que lo dudo, coloca a los raqueros en mala posición social, como gente de baja estofa, simplona y carente de buenas composturas.
Un pariente lejano de José María de Pereda, José María Gutiérrez Calderón, escribió un libro sin asomos de argumento, "Santander fin de siglo", editado en 1935, y curiosamente prologado por Vicente de Pereda, en el que plasmaba el modo de ser y de vivir de una serie de personajes de la calle, de lo más variopinto. Es una "historia hecha con miradas" de un siglo XIX al final de su agonía. Es una ventana de aire fresco en el crepúsculo vespertino que recomendaría a los blogueros para su lectura, si no estuviese agotado. ¡Una lástima!

miércoles, 13 de agosto de 2008

Duelo de tahures

Cuentan que fue Carlos Solchaga el que, en una conferencia, dijo que para valorar la coyuntura económica, no sé si de andar por casa, lo primero que se debería hacer era recurrir a las fuentes oficiales y a los servicios de estudios del Banco de España. Despues, consultar en una peluquería de señoras, en un restaurante de muchos tenedores y a un taxista. Por la respuesta que dieran todos ellos, se podría deducir claramente cómo está el bolsillo de los clientes habituales. En la actualidad, los taxistas de Zaragoza se quejan, al margen de que se están quejando siempre con todo y por todo, de la Expo. Están convencidos, según parece, de que su descenso en la recaudación es evidente. Las causas, siempre según ellos, es que el Ayuntamiento y Tuzsa han colaborado desde el primer momento en la puesta en marcha de los autobuses necesarios a precios razonables. Otra cosa distinta, y a eso se refería Solchaga, era que los taxistas son las personas que escuchan, durante las carreras de un lado para otro, cuanto se comenta entre los usuarios del asiento trasero. Valga igualmente el caso de las peluquerías de señoras, a las que acude menos el ama de casa cuando disminuye el poder adquisitivo de la familia, y el de los restaurantes caros, porque entre manteles blancos de hilo y sorbos de "Vega-Sicilia" se suelen cerrar negocios empresariales importantes.
Solbes parece que ve las cosas de otra manera. Así, en el Consejo de Ministros de mañana, lleva en cartera como medida prioritaria, ¡con la que está cayendo, quién lo iba a decir!, la supresión del Impuesto sobre el Patrimonio que, como saben los españoles de cualquier pelaje, sólo favorece a aquellos que tienen patrimonio, o sea, a los más favorecidos. ¿Por que tanta prisa? ¿No habría que adoptar de inmediato otras medidas contra la tremenda crisis? Entiendo que sí, sobre todo convendría hacer política de Estado e intentar atajar la imparable escalada de precios. Pero la Política está por encima de todas las cosas para los políticos. Y las sospechosas prisas por resolver algo que, a criterio de la mayoría de ciudadanos no requiere urgencia, como es el caso del Impuesto sobre el Patrimonio, sólo obedece al deseo insano de perpetuarse en el poder al estilo del PRI mexicano. El Gobierno socialista es conocedor desde hace tiempo las intenciones de Esperanza Aguirre, que ha prometido liberar a los ciudadanos dependientes de su Comunidad a corto plazo de esa carga fiscal. Así,parece que están convencidos de que, adelantándose a las pretensiones de la dueña de la cuerda de trenzado en el PP, el "farol" del Consejo de Ministros de mañana les llevará al triunfo de su particular partida de póker. Lo que no ha calibrado el ministro Solbes, y me parece una insensatez, es que lo que se deje de recaudar por el impuesto de marras, deberá ser detraido de otras partidas presupuestarias, o ser recaudado su montante por otras vías menos favorecedoras para la clase trabajadora. Es decir, para casi todos los curritos que, el pasado ocho de marzo, votaron al PSOE como único camino de esperanza.

martes, 12 de agosto de 2008

Murallas

Ahora, cuando ya ha caido hasta el Muro de Berlín y los europeos nos movemos sin fronteras, Africa se está planteando construir una barrera verde desde Yibuti hasta Dakar, de siete mil kilómetros de largo y quince de ancho, para frenar el avance del desierto. La idea es loable y debe recibir ayudas europeas. En España también avanza el desierto de sur a norte a marchas forzadas. En Aragón ya tenemos nuestro desierto particular donde, ahora, unos gobernantes sin la necesaria sensibilidad social, por utilizar un término suave, pretenden transformarlo en un macrocasino al más puro estilo americano. Habrá que recordarles, tanto al atronado Iglesias como a un tal Biel, que tiene el juicio en los calcañales, que en la Expo de Zaragoza se está machacando hasta la grosería sobre el problema del agua y el desarrollo sostenible. Pero ambos personajes, salga pez o salga rana, ignoran, por ejemplo, que un campo de golf de dieciocho hoyos consume al año tanta agua como una ciudad de 15.000 habitantes. Y no lo digo yo, sino que lo asegura Gregoire de Kalbermatten. Claro, ambos personajes no se enteran de nada, porque bastante tiene con hacer saludines a todo el que llega por estos pagos, a caballos, sotas y hasta a los reyes de la baraja. A mi entender, habría que poner una muralla en el edificio Pignatelli para que se quedasen dentro del despacho, viendo el modo de ganarse el sueldo que les pagamos los ciudadanos de una forma más seria.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Arrepentimiento

Cada día que pasa me doy más cuenta de mi equivocación. En las últimas elecciones a las Cortes debería haber votado al Partido Popular, que llevaba en su programa de gobierno la exención de impuestos a quienes ganaban menos de 16.000 euros al año, la plantación de quinientos millones de árboles, iban a crear dos millones y medio de puestos de trabajo y nos iban a convertir en la sexta potencia del mundo mundial. Sí, me equivoqué votando a unos descamisados que habían ocultado la crisis para ganar las elecciones, de la misma manera que se "aprovecharon", cuentan los perdedores, de la desgracia de los trenes para derrotar a Rajoy en las urnas en el 2004. Y es que me paso la vida equivocándome, por estar comprometido moralmente con un progresismo que sólo piensa en prestar atención a los inmigrantes, que nos devuelve 400 euros en la nómina, y que tuvo en su día arrestos suficientes (con Felipe González) como para hacer una sanidad universal y gratuita para todos. Esto con Franco no pasaba. Y con Aznar tampoco hubiera pasado. Ambos personajes eran lo que entonces se llamaba "hombres de bien".

martes, 5 de agosto de 2008

Lenguas

El valenciano Esteban González Pons asegura que el castellano está en peligro en el País Vasco y en Cataluña. Se equivoca. El castellano es la tercera lengua más hablada en el mundo, después del mandarín y el inglés. Hacer tal aseveración, viniendo del vicesecretario de Comunicación del PP, equivale a decir que estamos todos los españoles en peligro de quedarnos cojos por el riesgo que encierran las calles de Cebollino del Condado, donde unos desaprensivos han robado la pasada noche las tapas de las alcantarillas. Encuentro aceptable que en cada una de las diecisiete comunidades autónomas se intente conservar lo bueno de que dispone cada una de ellas, entre otras cosas su lengua, si es que la tiene. Sin embargo me parece negativo el "trágala" en la inmersión lingüística que ejercen a machamartillo los responsables de dichas regiones en escuelas, en universidades, en los rótulos de los negocios, y hasta en los impresos oficiales, de la misma manera que me parece mal que la bandera de cualquier comunidad no ondee al viente a la izquierda del mástil de la bandera de España en los edificios oficiales. La obligatoriedad en la inmersión lingüística menospreciando el castellano, que es la lengua de todos, es una "pataleta" de aquellos políticos que entienden que, por encima de Madrid, o de Sevilla, están su aldea y las cascarrias en sus calles. Porque, si somos coherentes, deberemos acercarnos al quiosco de la esquina, en Barcelona o Bilbao y contar qué publicaciones, de las que están a la venta, están escritas en catalán o vasco. Si digo el uno por ciento, alguien podrá tacharme de exagerado. Y con razón.

lunes, 4 de agosto de 2008

De delirio

Ardo en deseos de conocer las memorias de Carmen del Lirio, las confesiones de una mujer de bandera que lo pudo casi todo en El Paralelo barcelonés de los años '50. Según adelanta un periódico local, en sus memorias un tanto desmemoriadas niega su relación con Eduardo Baeza Alegría, a cambio de asegurar que sí tuvo algo que ver con José Antonio Samaranch.
Sea como fuere, le tocó subirse a los escenarios en una época complicada y llena de censuras.
En la Barcelona de aquellos años, en los que sólo se podía hablar catalán en la intimidad, existieron dos personajes clave, de alguna manera relacionados con Aragón. El todopoderoso Baeza, que antes fue gobernador civil de Zaragoza, y el arzobispo Modrego, natural de Tarazona. Ambos tuvieron el poder omnímodo en sus manos, uno para abrir garitos de espectáculos, el otro para cerrarlos. Tuvieron al alimón a la policía política y el isopo, a las mitras y a los tricornios, mientras que los españoles intentábamos seguir hacia adelante sin morir en el intento de salir del esperpento, y sin morir en la folla.

domingo, 3 de agosto de 2008

Tiro al damasco

El alcalde Belloch está que lo tira. Su prodigalidad es evidente. LLeva mes y medio concediendo a todo el que le sonríe la llave de la ciudad. Ahora concede medallas de oro a troche y moche, o sea, a todos los exalcaldes de la Democracia por el hecho de haber ejercido el cargo aunque pasaran por el Ayuntamiento sin pena ni gloria, bien haciendo adefesios urbanos, bien dejando las arcas municipales secas como la mojama. González Triviño, por ejemplo, nos dejó la ciudad llena de adefesios. Luisa Fernanda Rudi cuentan que renovó alcantarillado y colectores. En superficie no dejó nada, salvo las farolas isabelinas de la plaza de Aragón y de la plaza de España, que ahora no sabemos donde andan, etcétera.
Estos días la prensa local critica la concesión de la medalla a González Triviño. Pero esa misma prensa, caciquil y conservadora hasta la grosería, jamás se atrevió a criticar que, por ejemplo, en 1994 le concedieran el mismo galardón a Martínez Candial, expresidente de la Cámara de Comercio y de Ibercaja. Con Martínez Candial sólo hubo parabienes, pese a haber sido un hombre polémico. La razón fue simple: la prensa, hoy como ayer y mañana como hoy, se alimenta de los anuncios publicitarios, entre otras cosas, y aquellas entidades llenaban entonces, como ahora, páginas completas de anuncios.
El caso del "damasco" González Triviño es distinto. Ya se le puede criticar porque no detenta poder político. Ahora incluso se critica en editoriales y columnas que éste ayudó a enriquecerse a la señora Masero, que redujo el grupo socialista municipal de ocho a cinco concejales, que posteriormente fue expulsado del Partido Socialista Europeo, bla, bla, bla...
Ya nadie se acuerda, por lo que veo, de la ayuda recibida del tránsfuga De Torres, que le dio nueva mayoría. Tampoco, de cuando José Marco le pidió en bandeja la cabeza de García Nieto, ni de cuando éste, García Nieto, se creyó Luis II de Baviera.
No pienso escribir más sobre los "damascos". Todavía queda uno, de teniente de alcalde en el Ayuntamiento. Será necesario hacer una nueva denominación del Teorema de Pitágoras: "el grado de insatisfacción de los ciudadanos es inversamente proporcional al grado de satisfacción del alcalde Belloch".