jueves, 7 de enero de 2010

CAPOTE DE GRANA Y ORO

CAPOTE DE GRANA Y ORO

Raúl del Pozo, en El Mundo, refiriéndose a la Pascua Militar, señala que “se fueron los concejales disfrazados de reyes y llegaron los reyes vestidos de militronches”. El último en llegar, Rodríguez Zapatero. Juan Carlos R. estrechando manos. Los militares, de militar y banda de paternina; los ministros, de chaqué; las ministras, de largo; la Reina, de burdeos; la Princesa, de púrpura; y Carme Chacón, de chaqueta y pantalón negro. ¡Qué rebelde es esta muchacha! Luego, como ya se pueden imaginar los lectores, la recepción, los discursos y el “¡viva España!” final, que es como el descorche de la botella de “veuve Clicquot”. Lo del discurso institucional es todos los años análogo desde los tiempos de Carlos III: “Mozuelas las de mi barrio, / loquillas y confiadas,/ mirad no os engañe el tiempo,/ la edad y la confianza”. Y la respuesta de la ministra, más de lo mismo: “Que se nos va la pascua, mozas,/ que se nos va la pascua”. Recurriendo a don Luis de Góngora y Argote se consiguen unos resultados extraordinarios en las recepciones de Palacio cuando no se sabe qué decir. En España tenemos 5.300.000 parados, si incluimos los que están cobrando el ERE y los que hacen cursillos de no sabemos qué; este año tendrá que pagar el Gobierno de nuestro dinero más de 100.000 millones de euros en bonos y obligaciones; lo de Afganistán está chungo para nuestras tropas destacadas; lo del rescate de los cooperantes no se arreglará sin dinero de por medio; y Santiago Grisolía, en una Tercera de ABC, se preocupa por la superpoblación del planeta, mientras la Conferencia Episcopal ataca por los flancos a la ministra Aido. Ambos, Grisolía y la Conferencia, son el equivalente a una bicicleta con dos piñones contrapuestos. Me parece que, ante esta perspectiva, lo mejor será llamar a un guardia.

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