martes, 26 de enero de 2010

Un gorrión de canalera

Gerardo Díaz Ferrán, actual presidente de la CEOE, es un gorrión de canalera. Hace pocos días, este capitalista neoliberal recibió todos los parabienes de los patronos para que continuase en el cargo. A mi entender, tan funesto es el presidente de la Patronal como insensatos son los patronos que le palmotean. No voy a referir en este post, por sentir una tremenda vergüenza ajena, nada que ya no se sepa sobre la denuncia interpuesta, junto a su socio Gonzalo Pascual, por estafa; ni volveré a recordar, por ya suficientemente sabido, que firmó pagarés que deseaba impagar; que vendió billetes de vuelo de Air Comet a sabiendas de que no se iban a realizar; que puso en grave peligro a Viajes Marsans; que incumplió contratos de vuelo con viajeros españoles y latinoamericanos en plenas fiestas navideñas; etcétera. Este gorrión de canalera de planeo corto, pretende ahora el más difícil todavía. Ayer, sin ir más lejos, se permitió la osadía de reclamar al Gobierno que el ICO asuma el riesgo de la prestación de créditos a las pymes. Es decir, que el ICO dé los préstamos directamente, o que garantice a la Banca Privada y a las Cajas de Ahorros el 100% de los créditos convenidos entre banco y cliente por el montante que esas empresas de crédito concedan. Vamos a ver: este pájaro ya me tiene hasta el gorro. O nos quiere hacer comulgar con ruedas de molino, o nos toma por gilipollas. Ese paradigma de la insensatez, ese sansirolé de los negocios, por emplear palabras suaves, debería saber que una cosa es que el Instituto de Crédito Oficial disponga de diversas líneas de financiación para apoyar las inversiones de las empresas españolas, que promueva los proyectos de autónomos y pymes, que facilite el acceso al crédito a ciudadanos y familias, y otra muy distinta es que los bancos privados y las cajas, -esas tiendas donde se vende dinero-, se aseguren el cobro de los fondos que prestan a un interés casi de usura con precaución previa y sin riesgo en su negocio. Otra cosa es que, ante arriesgadas operaciones financieras de dudoso cobro coloquen de avalista al Estado. Como remedio a tales situaciones embarazosas debe aumentarse la partida de provisión para insolvencias. En el corto plazo, si no se pueden cobrar, ya sabe, con abono al subgrupo 53. Cuando desaparezcan las causas que dieron lugar a la provisión, con abono a la cuenta 799. Y si hablamos del largo plazo, con abono a la cuenta 244 o la cuenta 797, según los casos. Y no hay más cera que la que arde. Pero la “solución” propuesta por Díaz Ferrán consiste en que, si la pyme que recibiese un crédito se declarase insolvente y no pudiese devolver al banco capital más intereses, lo haría el Estado. Para Díaz Ferrán ese sería el recurso necesario para 300.000 pymes y autónomos que han tenido que cesar en su actividad por falta de crédito. Está claro, y cualquier ciudadano lo entiende, que la Banca española no puede ser la propietaria de una mesa de ruleta francesa donde la bola siempre se frena en seco en la casilla del cero.

No hay comentarios: