jueves, 30 de septiembre de 2010

El día después

Ya estamos todos manifestados. Ni Gobierno ni sindicatos han triunfado. Pero los incidentes de Barcelona cometidos, según El País, por “okupas, skinheads antifascistas, jóvenes de la izquierda independentista radical, estudiantes universitarios vinculados a movimientos sociales, personas con ganas de enfrentarse a los antidisturbios y ladrones que aprovechan la turba para saquear tiendas”, ajenos por completo al drama personal que viven más de cuatro millones y medio de ciudadanos, pone de manifiesto cómo anda el aceite de nuestro candil. El día después, o sea, hoy, hemos podido escuchar en la Cadena SER a María Teresa Fernández de la Vega y a Cándido Méndez comentando la jornada pasada. Para Méndez, “se tendría que recuperar el Pacto de Toledo”. La vicepresidenta se ha limitado a echar balones fuera: “estamos abiertos al diálogo y al acuerdo”. Es decir, más de lo mismo. Menos mal que ya se ha descubierto otro planeta habitable. Lo malo es que está a 20 años luz de la Tierra, en órbita de la estrella Gliese 581. Rajoy, por su parte, ha visto la pasada huelga como “un fracaso” de Gobierno y sindicatos y ha aprovechado para recordarnos la rebaja del 'rating' de España por la agencia de calificación Moody's. Tiene gracia Rajoy. Critica todo pero no da soluciones para nada. Ya no sé si está en política o en el rodaje de “Con faldas y a lo loco”, junto a Esperanza Aguirre en el papel de Marilyn Monroe y a Esteban Fernández Pons en el papel de Jack Lemmon. ¿Por qué digo esto? No sé, tal vez por haberse muerto hoy Tony Curtis. O por parecerme ambos, Rajoy y Fernández Pons, cantantes de una banda de jazz, disfrazados de Josephine y Daphne, ajenos a la realidad actual de España. Ninguno de ellos se me antoja como consuelo de aflicciones.

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