jueves, 28 de octubre de 2010

Cuestión de "share"

Ha quedado claro que los españoles han preferido ver por televisión las hazañas belicosas del pastor lusitano Viriato que el culebrón infumable sobre los príncipes de Asturias. Ditalcón, Audax y Minuro constituyen un trío de traidores que supieron poner la chispa al argumento de esta “historia de la Historia”, como diría Carlos Fisas, fallecido hace pocas fechas. Los príncipes deberán esperar a que se asiente el poso del tiempo si es que se quiere escribir algo de sustancia sobre ellos. Es una lástima que no exista un continuador de la obra de don Natalio Rivas, que lo mismo escribía de Juan Prim, o de Narváez, que de la casa de Tócame Roque; que lo mismo planchaba un huevo que freía una corbata. Su “Anecdotario Histórico Contemporáneo”, publicado en diversos tomos entre los años 40 y 50 del pasado siglo son como una mesa de relojero de anécdotas todas ellas muy interesantes. Y es que la historia sólo interesa cuando se sabe contar. Posiblemente hoy a los telespectadores les interesaría más una biografía novelada de Leandro de Borbón, único hijo vivo, aunque bastardo, de Alfonso XIII y de la actriz teatral Carmen Ruiz Moragas; o los amores de Baldomera, hija de Mariano José de Larra, con Amadeo de Saboya; o la promiscuidad de otra reina española, la “de los tristes destinos”. Para saber cómo se desenvuelven en sociedad los actuales príncipes de Asturias, o las infantas, ya disponen los españoles en los quioscos de la revista “Hola” que, por cierto, a mí no me interesa. En España ya existen demasiados cortesanos de genuflexión fácil, de mucho visón y poco jamón, que darían media vida por salir en una foto aunque sólo fuese junto a Belén Esteban en una hortera playa mediterránea. Viriato tiene fuerza histórica pese al tiempo transcurrido. Respecto a la familia Borbón- Ortiz, paciencia y a recoger, como hace el pescador de truchas con cucharilla. Tiempo le pido al tiempo, que tiempo el tiempo me dará.

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