miércoles, 24 de noviembre de 2010

¡A la mierda!

El próximo sábado se reunirá Zapatero con la “selección” de empresarios que manejan los hilos de las treinta grandes firmas españolas, o sea, los que “recurrieron” mediante un informe al Rey por desesperación: Acciona, ACS-Dragados, Anfac, Banco Santader, Banco Popular, BBVA, Caja Madrid, Cepsa, Corte Inglés, Ebro, Endesa, FCC, Gamesa, Gas Natural, Grifols, Ferrovial, Cooperativa Mondragón, Iberdrola, Iberia, Inditex, Indra, La Caixa, Mafre, Mercadona, OHL, Repsol, Sacir-Vallehermoso, Sol Meliá, Telecinco y Telefónica. Parece claro que los empresarios pedirán profundos cambios en detrimento de la clase trabajadora que, sin comerlo ni beberlo, deberá pagar los platos rotos de la expansión artificial del crédito y del hecho evidente de que los empresarios invirtieron donde no debían. Aquí ya nadie parece acordarse de Martinsa-Fadesa, con un pasivo de 4.000 millones de euros. Tampoco, de los 470.000 millones de euros que le adeuda el ladrillo a las cajas de ahorros, de los que 90.000 corresponden a suelo. Aguirre Newman cifra el stock en 1,5 millones de viviendas, 612.512 de recién terminadas; 384.050 en construcción y 520.330 usadas, en venta o alquiler, cinco veces más de lo demandado; ni de la mala gestión de la Caja Castilla-La Mancha, intervenida por el Banco de España en 2009. En suma, el crash financiero de avariciosos y malos gestores; la intervención directa de políticos desaprensivos metidos en todas las salsas (me refiero a las intervenciones políticas directas en cajas de ahorros); y el gasto descontrolado en las Comunidades Autónomas y en los Municipios, constituyen todo ello en su conjunto la causa principal de que casi 5 millones de desempleados españoles se encuentren en una situación de angustia permanente y, en demasiados casos, de pobreza sangrante. A estas alturas de desgobierno, cuando no sabemos muy bien para qué ha servido el ICO; cuánto dinero se ha entregado a la Banca de forma secreta para darle el “oxígeno” necesario por sus evidentes desatinos; sabedores de que estamos pendientes de la multa solicitada por Bruselas ante el Tribunal de Luxemburgo por haber incumplido una sentencia de 2006 (que obligaba a recuperar las ayudas estatales ilegales otorgadas a empresas del País Vasco), etcétera; a estas alturas de desgobierno, digo, a la ciudadanía le da igual que Zapatero se reúna ahora con aquellos que manejan los hilos de las grandes firmas, con los sindicatos, con la Patronal, o con el Papa de Roma. Lo que no falla es el dicho castellano de que la cuerda siempre se rompe por el lado más flojo. Como dijo Labordeta en la tribuna del Congreso: “¡Váyanse a la mierda!”.

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