viernes, 14 de enero de 2011

Pajín se crece


La ministra Pajín está dispuesta a multar con la mitad de lo que cobra Aznar al año, o sea, 500.000 euros de vellón, a todo aquel que utilice voces contenidas en el “diccionario de insultos”. Ahora hace falta saber qué calificativos constituyen falta leve, grave, muy grave, sumamente grave y discriminatoria. En la Constitución, en su artículo 14, se hace referencia a discriminaciones con respecto a nacimiento, origen racial o étnico, sexo, religión, convicción u opinión, edad, discapacidad, orientación sexual, enfermedad, etc. De ahora en adelante, además de no poder fumar en casi ningún sitio, deberemos abstenernos de contar chistes sobre guardias civiles y gitanos; reírnos del enano por haber nacido en la carpa de un circo junto a la jaula de las fieras; leer al maestro Cela, eso de que “don Circuncisión del Señor estaba operado de fimosis”, o aquello de “Cristo versus Arizona”, cuando explica que “el droguero ambulante Guillermo Bacalao Sunspot y peón Francis Paco Nogales, el que llevaba el ojo de cristal en el bolsillo, se encontraron un caballo sin hierro pero con dos cortes en cada oreja entre Sunglow y Wilcox (…) y no supieron qué hacer con él (…) a lo mejor es el mismo demonio, también puede que sea el caballo de don Diego Matamoros que anda por ahí persiguiendo indios y negros, otros le llaman el apóstol Santiago que bautiza con chocolate hirviendo a los que no tiene la sangre limpia…etcétera, etcétera”. Tampoco se podrán contar ciertas cosas de Quevedo ni decir en voz alta frases de don Quijote. La ministra Pajín no consentirá, supongo, que los perros levanten la pata para mear en la puerta de la casa de los agonizantes; nos exigirá a todos que nos la cojamos con papel de fumar y, también, que el apellido paterno de Sarasa (muy corriente en la provincia de Huesca) se cambie por el apellido de la madre, pongamos por caso García, para evitar situaciones comprometidas. Lo que ya no sabemos es si el apellido Pajín habrá de pronunciarse sin proyectar asomo alguno de maliciosa sonrisa y sin atisbos de sobrada presunción. Las multas anunciadas por la ministra Pajín son colosales. Debemos enjuagarnos la boca con perborato, aplicarnos las lavativas purificadoras y leer cada noche, al acostarnos, ese artículo 14 de la Constitución preñado de enjundia y de mansísimas enseñanzas.

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