lunes, 28 de febrero de 2011

No falta de nada


Sevilla ya tiene obispo auxiliar, Santiago Gómez Sierra. Ahora el que necesita un presidente auxiliar es Griñán que, aprovechando el Día de Andalucía, ha pedido rebajar la bronca en los ERE fraudulentos y en los fondos de reptiles. Por estos pagos todo el mundo se pone a la cola de algo por ver si pesca. Decía Bertold Brecht que: “para ganarme el pan, cada mañana/ voy al mercado donde se compran mentiras. / Lleno de esperanza, / me pongo a la cola de los vendedores”. Lo de Mercasevilla tiene su guasa, y lo de Riotinto, bemoles. La sospecha de irregularidades es como una sombra que vaga por el Palacio de San Telmo. La antigua Escuela de Nautas y Mareantes se ha convertido ahora en nido de intereses creados hasta marear. Aquí y allá de lo que se trata es de marear la perdiz para retrasar y obstaculizar resoluciones. Y dentro de dos meses, Dios proveerá. Ante el sindiós creado por el PSOE señala Tomás Balbontín en el diario ABC, refiriéndose a los socialistas, que “otra vez han puesto en marcha el ventilador y aquí cualquiera puede acabar enmerdado hasta los ojos”. De momento ha dimitido Antonio Rivas, al ser imputado por el fiscal de cohecho. Pues nada: a lo cohecho, pecho. Zapatero, que ha marchado a tierras de Qatar a pedir dinero a los jeques, como se va a traer pasta hasta aburrir, ya ha manifestado que “la recuperación económica está en marcha”. Es como cuando íbamos a visitar al tío Paco, o sea, al indiano, al otro lado del Charco, y éste nos recibía, nos daba de comer, nos compraba un traje blanco y un sombrero de paja en “El Encanto” de La Habana, nos pagaba el billete de regreso en el barco y nos metía en la maleta un buen puñado de dólares americanos. En este caso, Hamad Al Thani, que es el Rubalcaba de Qatar pero con más posibles, ya ha dicho esta mañana, según me informo, “que los fondos soberanos de su país van a invertir 300 millones de euros en el proceso de recapitalización de las cajas de ahorros españolas, así como inyectar dinero en un acuerdo de capitalización de empresas españolas relacionadas con las telecomunicaciones y la energía”. Es decir, que tendremos que devolverle la bombilla a Sebastián a gastos pagados, puesto que ya no nos hará falta ahorrar energía; que las cajas de ahorro volverán a regalarnos una bandejita de alpaca cuando sea el “día del ahorro popular”; y que Alierta seguirá ganando más pasta gansa que el banco de Botín, mal que le pese. La inflación se dispara en España, el paro aumenta, y la crisis económica no se disipa, pero seguro que de ahora en adelante podremos dormir un poco mejor. Ha declarado Zapatero que las inversiones qataríes son “un certificado, en buena medida, del horizonte de confianza”. Dígale usted eso, señor de la ceja, al currito cesante desesperado que rebusca en los cubos de basura en cada anochecida. Seguro que hasta se lo cree. Decía un baturro, amigo mío, que “de lo que tenemos, no nos falta de nada”. No se equivocaba.

domingo, 27 de febrero de 2011

La encerrona a Revilla


Yo sólo monté una vez en la noria. Lo pasé tan mal que decidí no volver a pagar para sufrir. La expresión “joder la marrana” contemplado en la segunda acepción del Diccionario de la RAE, viene a cuento con lo sucedido hace dos semanas en el programa que modera Jordi González. Días antes ya se había anunciado que Miguel Ángel Revilla se iba a convertir en tertuliano de ese programa de la “Cinco”. Había firmado en su contrato ocho presencias en la pequeña pantalla. Pues bien, lo que sucedió en aquel programa nocturno no fue lo deseable. Mantener un diálogo sereno con Isabel Durán suele resultar desesperante. La razón es que tiene por norma, cuando algo de lo que dice el otro contertuliano no coincide con su forma de pensar, adoptar la técnica de hablar por encima aquel que está en el uso de la palabra, de modo que, ante el barullo generado, los oyentes no puedan enterarse de nada. Algo parecido a lo que hacían los sátrapas del franquismo para, mediante interferencias en Radio España Independiente, evitar que los españoles pudiésemos saber qué sucedía en nuestro país por encima de lo que la censura política nos evitaba conocer. Isabel Durán, integrada de hoz y coz en las filas de la cadena de Julio Ariza, no comprende que los españoles tengamos diversos criterios, todos respetables. Hace ya muchos años, siglos tal vez, que las norias dejaban de funcionar y de sacar agua para beneficio de su dueño cada vez que alguien enemistado con el propietario del artilugio ponía palos en la marrana, el eje de la noria, para que ésta dejase de funcionar. Parece ser que la idea de introducción de palos o maderos junto a la idea de fastidio, trajeron de la mano el verbo joder para completar la locución. Todos tenemos un pasado. Revilla no puede ser una excepción. Y al ciudadano que sólo aspira a vivir en convivencia y en buena armonía democrática le trae al pairo si el actual Presidente de Cantabria fue tirio o fue troyano, si en su juventud perteneció al sindicato vertical o al Frente de Juventudes. Lo importante es lo que ahora representa dentro de un Estado democrático. Que yo sepa, Ratzinger perteneció a las juventudes hitlerianas y hoy ejerce de Obispo de Roma. ¿Eso quiere decir que el Papa es nazi? De ninguna de las maneras. Lo que sucedió en aquel triste programa fue la conjunción de dos factores. El primero de ellos fue que Jordi González no supo ejercer de moderador, como era su deber. El segundo, el más lamentable, llegó de la mano de Isabel Durán que, desde el inicio del diálogo, perdón, del casi monólogo, la periodista sacó toda la artillería para dar, según entendía ella, donde más podía doler. Y lo consiguió por culpa de un moderador incompetente. Revilla sólo pretendía “vender” Cantabria, como es su sana usanza. Isabel Durán, ¡oh, casualidad!, se había reunido esa misma mañana en Comillas con el líder del PP en Cantabria, Ignacio Diego, para preparar su duro ataque al regionalista. Vamos, blanco y en botella.

La Sevilla que yo conocí


Aquello del fotomatón parecía una harinera: “Mire el punto que está frente a usted, sitúe los ojos a la altura de la línea de puntos azules… etcétera”. Pasados tres minutos apareció una tira blanca bajo un anuncio de “Okal”. Era como un parto sin dolor. ¡Viva Sevilla y el fotomatón! El reloj del Ayuntamiento daba muchas secas campanadas. La plaza del Duque se alegraba con muchachas en edad de merecer y sarasas atildados. El “Mesón de la pescada y el jamón”, en San Eloy, servían las primeras cenas frente a Casa Iruña. Emperador, sangre encebollada, morrillo menudo, higadilla, pijota, jaurel y mojama. En el Mesón había por entonces, me refiero a principios de los setenta, un camarero que se apellidaba España.
--España, otro vermú.
--Marchando otro medio con sifón.
La calle Feria conducía directamente a la Alameda de Hércules, donde todavía pululaba un raro silencio mudo por la ausencia de Joselito. No me gustan los pleonasmos, pero a veces son necesarios cuando el hueco sólo se llena de vacío. Un borracho crónico, sentado en el marmolillo de la acera, escupía verde y blanco como si expulsase a cada golpe de tos banderillas andaluzas. En otro punto de la ciudad, un coche de caballos saltaba en el empedrado. El Puente de Triana, por donde cuentan que cayó el caballo y el coche que la llevaba, reflejaba las quietas aguas del Guadalquivir. El Archivo de Indias custodiaba el tesoro de Magarú, el peto y espaldar de Witiza, las plumas de un indio, unas simientes de tomate, varias herramientas de calafateo, un dibujo con el cuerno de la abundancia, un dominguillo olvidado por el nieto del vigilante jurado, las barbas del moro Muza y los manuscritos de fray Bartolomé de las Casas, donde se da cuenta de cómo el hijo de un mercader de Tarifa, que participó en el segundo viaje de Colón, se quedó en La Española y denunció abusos y robos de los colonizadores hacia los indios a cambio de dócil adoctrinamiento.
--España, otro vermú.
--Ea, marchando…
España miraba de soslayo a mi vecino de mesa, empleado de Transfesa, que se hacía el rancio con la vista tumbada sobre una sobada novela de Marcial Lafuente Estefanía. Por el Paseo de las Palmeras, camino de Heliópolis, cabalgaban unos americanos sobre la poltrona de hule de una berlina, al tiempo que un turismo negro evitaba esquivar a un perro, también negro, que se restregaba por el asfalto. Y sobre mi cabeza, muy quieta, una luna llena con cara de carne con ojos intentaba seducirme. Sevilla de noche tenía encanto y tronío. Antonio Machín se metía entre pecho y espalda una caña de cerveza en la barra del bar Arsenio.
--“Desde que estuve, niña, en La Habana…”
--Qué mal de bien se lleva eso de la melancolía, don Antonio.
--Y que lo digas…Tómate algo.
La calle Sierpes, donde otrora estuviese trincado Cervantes, era una fiesta en la anochecida. Los Corales, el ventanal por el que se asomaba Rafael Gómez Ortega, hermano mayor de Joselito, cuñado de Sánchez Mejías, marido de Pastora Imperio… sus tertulias con Belmonte… ¡Ahí es ná lo que sabe ese cristal! Junto a La Campana, unas mujeres pícnicas y pazguatas hasta la grosería ponían punto y final a las existencias del escaparate de una pastelería. Y muy cerca, el Bar Pinto, regentado por la hija de La Niña de los Peines. “Ya no se pinta la cara la mujer que yo más quiero…” En La Encarnación, en el sereno Panteón de Hombres Ilustres, dos hijos de Pepe Bécquer, los de más cartel, tendían la raspa ligera en el interior de sus sarcófagos. Por fortuna, aún no habían colocado el adefesio micológico. Alfredo Sánchez Monteseirín, el amigo de las setas, estaría por aquellos años jugando al béisbol con una remolacha en La Rinconada. La calle Imagen, 4, segundo piso ascensor, fue mi lugar de trabajo por un tiempo no muy largo. Debajo, recuerdo la cafetería Spala, llena de ejecutivos silenciosos tomando con ritual el cafelito cada mañana de diario, mientras pensaban dando vueltas con la cucharilla a la taza caliente y también a la cabeza, por el inmediato vencimiento de la puñetera letra de cambio. En la Bodeguita de la plaza de El Salvador, frente a la iglesia que guarda los restos mortales de los abuelos maternos del Rey, exoneré mi zambomba en el rodapié de un cornijal, situado al fondo a la derecha. Faltaban pocas horas para que se hiciera de día. Los vencejos, acharolados y limpios, se desperezaban con los primeros relentes. La gente madrugadora, camino de la brega, se limpiaba los bronquios poniendo en solfa una zarabanda trompetera de toses y bostezos. La Giralda ejercía de faro de caminantes.

sábado, 26 de febrero de 2011

La nevera de Currito


En su columna de hoy en el diario ABC de Sevilla, Antonio Burgos, ese pedazo de maestro del bien hacer con la pluma estilográfica, no como otros que sólo utilizan la pluma de indio para desguazar el señorío ajeno, cuenta que “Currito, nieto de Rafael Vázquez Garcés, viendo cómo su madre y su abuela hablaban de cambiar la nevera y de cómo tenía que ser la nueva, comentó sin descomponer la figura y como quien no quiere la cosa:--Mamá, cuanto más grande sea la nevera, más se notan las fatigas”. Cuando yo tenía 15 años y todavía no me dejaba el hombre de la puerta pasar a la sala de cine para ver películas para mayores, recuerdo que vecinos de mi escalera, por aquello del “desarrollismo” y de las horas extraordinarias a tutiplén, comenzaron a tener las primeras “kelvinator”, que eran unas neveras grandes, en las que podía caber bien troceado y sin esfuerzo la aguja, el espinazo, el morcillo, el lomo, el solomillo, el costillar, la falda, la cadera y hasta el rabo de una vaca. Lo normal hubiese sido que aquellos cajones blancos, que cada equis minutos rompían el silencio de la habitación con el retumbo que producía el compresor, los enchufasen en las cocinas, que por entonces eran mas amplias que las actuales. Pero no era así. Aquel nuevo electrodoméstico lo instalaban en el comedor, o en el cuarto de estar, y si no había enchufe se ponía de inmediato, para que las viesen las visitas y sintieran “sana envidia” y fueran conscientes de lo importante que era para los españoles poder disfrutar de esos “25 años de paz” que se plasmaban en las paredes de los establecimientos públicos con la cara sonriente de Franco. Y, allí, frente al tresillo de “skay”, quedaba la nevera, el calendario enmarcado con un tema de caza de “Explosivos Río Tinto”, el diploma de “secretariado” de la niña mayor, y un monitor de televisión con más fondo que un ataúd, que era la ventana que asomaba en blanco y negro a los triunfos en Europa del Real Madrid y a los programas que presentaba Torrebruno los sábados por la noche. Currito, el nieto de Rafael Vázquez Garcés, conoce las neveras de hoy, a las que ahora llaman frigoríficos, y que a veces hasta se llenan, si el encargado de Mercadona ya nos conoce y nos hace la caridad de poner con cuidado en la parte superior del cubo de la basura, ese que está en la calle, los productos que ya han caducado y que no se deben vender al público, pero que todavía se pueden utilizar con aprovechamiento para acallar el compresor de las tripas si no somos demasiado triquismiquis.

viernes, 25 de febrero de 2011

El osado Ussía


Una vez más, y ya van “tropecientas”, Alfonso Ussía se equivoca. En su artículo de hoy en La Razón, titulado ¿Azaña?, Ussía arremete contra la ministra de Defensa Carme Chacón. Con motivo del acto institucional en el trigésimo aniversario del intento de golpe de Estado de 23 de febrero de 1981, Chacón manifestó que "tenemos las Fuerzas Armadas que hubiese querido Azaña". Y decía bien. Pero esas palabras de la ministra no han sido interpretadas adecuadamente por Ildefonso Ussía, hijo de los condes de los Gaitanes, nieto de Muñoz Seca y sobrino del golpista general Jaime Milans del Bosch. Así, en su artículo de hoy, Ussía ha escrito, y lo escrito, escrito está, que Chacón “ha hecho unas declaraciones sorprendentes. Una revelación pasmosa y tan desacertada que sólo puede responderse desde el humor”. Yo, como lector empedernido, no le encuentro la gracia. Y para redondear esa perla cultivada, Ussía ha señalado que “en las Fuerzas Armadas, esa tontería ha sentado como un tiro”. Quiero suponer que habrá querido referirse a un insignificante grupúsculo de militares, viejos e inoperantes como carcamales cojos, que por razones que escapan a la inteligencia siguen añorando la lectura del diario “El Alcázar” en las salas de banderas. Si no es así, no se entiende. Ussía, también, con ese palo de “la gallinita ciega”, hace referencia al cierre de la Academia General Militar de Zaragoza siendo su último director el general Franco. Lo que no cuenta Ussía es que, antes, Miguel Primo de Rivera había disuelto el arma de Artillería. Lo que tampoco apunta el columnista, es que “con fecha 23 de abril de 1931, es decir, apenas diez días después del advenimiento de la República, el Ministerio de la Guerra publicaba una norma por la que modificaba el juramento de fidelidad de los militares, que ahora deberían jurar fidelidad al orden constituido, y aseveraba que aquéllos que se negasen a pronunciar dicha promesa causarían baja en el Ejército. En aquel momento, lo que había entre la milicia y la República era una calma tensa”. Pero hay más. Ussía tampoco hace alusión a que “el 25 de abril, el ministro Manuel Azaña inicia su reforma militar con un famosísimo decreto que concede el pase a la situación de segunda reserva, con el mismo sueldo que disfrutaban en la escala activa, a todos los oficiales generales del Estado Mayor general, a los de la Guardia Civil y Carabineros y a los de los Cuerpos de Alabarderos, Jurídico Militar, Intendencia, Intervención y Sanidad, así como a los oficiales de las distintas armas y cuerpos, que así lo solicitasen. Ésta fue la piedra angular de la reforma de Azaña y buscaba, claramente, resolver el problema clave del ejército español, que era la abundancia de jefes para tan poco indio”. Más adelante aparecen los insultos hacia el presidente de la República: “Era taimado, rencoroso y como se demostró en el último tramo de la Guerra Civil, elementalmente cobarde”. ¿Cómo se atreve Ussía a decir eso sobre el Azaña que en un discurso en Barcelona, el 18 de julio de 1938, había pedido “paz, piedad, perdón”? Pero Ussía decide finalmente arremeter contra la prosa del Azaña escritor: “literariamente, Azaña no fue mejor que Pedro de Lorenzo. Precioso continente, floritura verbal, y poco más”. No sigo. Me niego a continuar con el artículo de este colaborador de prensa. El autor de, entre otras cosas, las “Memorias del marqués de Sotoancho”, debería saber, y si no lo sabe ya se lo confirmo yo, que todo el conjunto de sus trabajos literarios, incluidos los premios “Mariano de Cavia” y “González-Ruano”, no valen lo que una sola página de “El jardín de los frailes”. Hoy, por fortuna para los españoles, contamos en nuestro país con un Ejército profesional moderno, preparado para cualquier contingencia, de talante democrático y adaptado a las necesidades que exige Europa. A eso se refería la ministra Chacón. Con eso soñaba Azaña. Pero Ussía, como de costumbre, ha sacado los pies del tiesto.

jueves, 24 de febrero de 2011

Efigies de cartón-piedra


Observar la foto de Carrillo y Fraga en los asientos azules del Hemiciclo charlando amigablemente con motivo del trigésimo aniversario del fallido golpe de Estado, ha sido como ver a Jano, es decir, a ese dios romano que tenía dos caras mirando hacia ambos lados de su perfil. Era, tal vez, como el rostro de las dos Españas irreconciliables asomadas al mismo charco de la noche. Existe la foto correspondiente a un siete de marzo de 1966, en la que Manuel Fraga, entonces Ministro de Información y Turismo, se bañaba en “meyba” en Palomares junto al embajador de Estados Unidos en España. Había que demostrar al mundo que las aguas de esa zona de Almería no estaban contaminadas de plutonio radiactivo. Existe otra foto de Carrillo asido del brazo de Largo Caballero en las calles de Madrid, precisamente el día en que Carrillo cumplía veintiún años. Era la manifestación del 1 de Mayo de 1936. Junto a ellos estaban Luis Araquistáin, José Díaz y Trifón Medrano. Entre esas fotos median treinta años de diferencia. Pero, ayer, contemplando la imagen de ambos políticos, casi efigies, sonrientes y sosegados, me vino a la cabeza el “meyba” de Fraga y la peluca de viejo sátiro de Carrillo que le había regalado en París Teodulfo Lagunero, o Peñafiel, que tal había sido su nombre de guerra. El obsoleto traje de baño y la excéntrica cabellera rubia platino son dos iconos de una época marcada por el oscurantismo franquista. ¡Ay, si hablaran las paredes de Villa Comète!, aquella residencia de descanso que Lagunero compró en la Costa Azul donde se coció gran parte de la Transición. Ayer descubrí, finalmente, que la Memoria Histórica que perseguía Garzón no era otra cosa –como decía Gómez de la Serna- que empeñarse en coser botones grandes para ojales chicos.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Toreo de salón


Cuenta Isaac Rosa en el diario Público que “el 23-F ha quedado reducido a dos relatos que son en realidad el mismo, y que nos distraen de querer saber toda la verdad: la versión heroica, emocionante; y la versión humorística, con abundante anecdotario y un golpista zarzuelero con tricornio y bigote”. Hoy, treinta años después de la charlotada de Tejero en la Cámara Baja y del intento fallido de un grupo de militares de devolvernos a la caverna involucionista, ha habido varios actos en el Congreso en los que han estado ausentes, además de los diputados de entonces fallecidos a lo largo de estas últimas tres décadas, dos actores principales de la Transición: Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo Sotelo. Don Leopoldo, primer marqués de la Ría de Ribadeo, fallecido en Pozuelo de Alarcón el día 3 de mayo de 2008, tuvo un funeral en Madrid por todo lo alto, como corresponde a un ex presidente del Gobierno. Don Adolfo, primer duque de Suárez, por otro lado, no se encuentra en condiciones de asistir a actos de ningún tipo por padecer una demencia senil. Había sido invitado a los actos su hijo Adolfo Suárez Illana, que no acudió. El motivo lo desconozco. Quizás, podría ser una razón, no quiso encontrarse de frente con José Bono, el contrincante que le defenestró cuando Suárez Illana acudió de “sparring” a las elecciones autonómicas de Castilla-La Mancha en 2003. Suárez Illana se había afiliado al PP el año anterior con un padrino de excepción, José María Aznar, que le había nombrado “ipso facto” miembro del Comité Ejecutivo de ese partido, suponiendo Aznar, pero suponiendo mal, que la sombra del duque de Suárez era alargada. Pero tomar la alternativa en la arena del redondel castellano-manchego frente a un maestro con trapío, “venido arriba” y con muchos costurones en el cuerpo como era José Bono, equivalía a recibir no ya el revolcón de su vida, sino la cornada de Granero. La política no es precisamente la “oportunidad para El Platanito” de aquella televisión única cuando ofrecía festejos en Vista Alegre durante los años sesenta. El novillero Platanito, o sea, Blas Romero Castuela, terminó de vendedor ambulante de lotería y Suárez Illana de picapleitos, o sea, sin castoreño ni puya ni caballo debajo. Contaba el diario El País, en un ameno “Perfil” que le hizo Arsenio Escolar el 1 de febrero de 1985, que “incluso en su cazadora vaquera cuelga una placa ovalada donde se lee: Vendedor autorizado número 2.924. Administración número 126. El Platanito (torero)".Suárez Illana, casado con la hija de Samuel Flores, torea becerros en la finca de su suegro y se queja del “revisionismo interesado” de la historia que, según él, han hecho los socialistas. De lo que no dice nada, que yo sepa, es del caballo de Pavía, que también tuvo su guasa, ni del caballo de Espartero, que los tenía bien puestos.

martes, 22 de febrero de 2011

Licor para costaleros


Los de Granada han ido más lejos todavía. Han creado un licor que denominan como “Crema del Penitente”, hecho a base de miel, jalea real y no sé qué leches. Cuenta el fabricante que su olor recuerda el incienso de las procesiones de Semana Santa. Ahora que no se puede fumar en lugares cerrados, ¿permitirá el Gobierno que el humo de los incensarios tenga una justificación merecida dentro de los templos? Por si las moscas, José Espadafor, que así se llama el gerente de Industrias Espadafor y fabricante de la celestial pócima, ya empieza a comercializar la “crema del penitente” de marras, que nada tiene que ver con la receta casera del “Bayleis” ni con la dulzona “crema Catalana” ni con la “crema de Alba”, de Williams Humbert, ni con el “licor Cualquiercosa”, de Barrau, Canaleta y Cía., ni con el “Chartreuse” que fabrican los cartujos. Recuerdo que en cierta ocasión, hace muchos años, me dieron a probar el “licor Cualquiercosa” en el casino de un pueblo de Zaragoza, que en tiempos de Franco no se llamaba casino sino círculo, que era denominación a todas luces más cursi pero en nada relacionada con aquellas famosas casas de esparcimiento en tiempos de la República. Su sabor me pareció una mezcla de “Calisay” con olor a alcanfor y a caries de portera. Habrá que preguntar, por otro lado, al Cabildo Metropolitano de Santiago de Compostela si, de ahora en adelante, podrá ponerse en marcha el balanceo del botafumeiro, que también produce una zorrera de humo considerable en el interior de la Catedral. También de ahora en adelante, los costaleros, esos ganapanes que no ven nada de lo que acontece en su entorno por ir ocultos bajo la peana con el santo a cuestas, podrán tomar en cada parada de descanso un sorbito de “Crema del Penitente” pasa tomar fuerzas y soñar que están en la pomada, o sea, entre manolas con peineta, cofrades con cirios, civiles con tricornio, saeteros en los balcones y ese gentío multicolor que disfruta mucho más cuando matan al Mesías en Semana Santa que cuando nace por Navidad. Los tragos de licor, aunque sepan a humedad de catedral o a incienso, contribuirán a que desaparezca la melancolía de unos sufridos cargadores que se acuerdan de la madre del imaginero cada vez que se “comen el marrón” año tras año y cargan, por mor de la afición, con una peana de la “coronación de espinas” que pesa más que el baúl de la Piquer.

lunes, 21 de febrero de 2011

Tócame Roque


En un informe que publica hoy El País, resulta que por debajo de 120.000 euros no hay delito fiscal en España, sino incumplimiento. Esta es la nueva casa de Tócame Roque, réplica perfecta de la que existió en la madrileña calle de Barquillo y que tuvo que ser demolida en 1850. Como escribió al respecto don Natalio Rivas, “era un inmueble en el que se aposentaban más de ochenta vecinos de la más humilde posición económica, pero de condición tan rebelde y alborotadora que con sus internas luchas tenían perturbado el orden y la tranquilidad del vecindario”. Por estos pagos somos hoy algo así como cuarenta y siete millones de españoles, según el INE, y el décimo país del mundo con mayor población extranjera. Pero como por desgracia para nosotros no contamos con la presencia viva de don Ramón de la Cruz para que nos escriba otro sainete al estilo de “La Petra, la Juana, o el buen casero”, modelo de gracia y donaire, nos encontramos un poco despistados. Por otro lado, si hacemos buena la vieja leyenda de los inspectores de Hacienda, que cuenta que “las cárceles españolas no albergan a ningún preso por delito fiscal, pese a existir esta figura desde los años setenta”, esta réplica perfecta de la decimonónica casa de Tócame Roque aquí asentada es la morada ideal para albergar chulos, bravucones, gentes del hampa y comadres chismosas y descaradas. Se cuenta que el duque de Lerma, que ejerció el gobierno de España en nombre de Felipe III, fue uno de los más notoriamente corruptos. Más cerca de nuestro tiempo queda la figura de la reina regente María Cristina de Borbón, que se hizo célebre por su participación en negocios turbios, es decir, en operaciones de especulación con la sal, con los ferrocarriles e, incluso, con la ilegal trata de esclavos, en los que participaba también Narváez. Resultaría largo y cansino tener que enumerar las podredumbres y corruptelas desde entonces hasta la muerte de Franco. No pienso cansarles con datos. Lo más cercano a nosotros se enreda en determinadas estafas piramidales cuyo fondo todavía desconocemos, los fraudes en el ERE de Río Grande y Mercasevilla y el caso Gürtel, presuntamente liderado por Francisco Correa. España es en la actualidad un Campo de Agramante, asustado y corrupto, donde todos riñen y donde se impone la venganza del Zurdo.

domingo, 20 de febrero de 2011

Ausentes brechas de resentimiento


Casi nunca estoy de acuerdo con lo que escribe Alfonso Ussía en La Razón. Hoy sí. En “Los prohibidos”, donde cuenta los veraneos de su infancia en San Sebastián, descubro al Ussía niño, de buena crianza, y con ese poso de melancolía que da el paso del tiempo. “Los ‘prohibidos’ no subían al monte Igueldo, a pesar de que a sus padres les salían los billetes de mil pesetas por las orejas. Los ‘prohibidos’ no tenían bicicletas. No podían jugar al escondite por si, en un escorzo muelle, perdían el equilibrio, se caían y se manchaban. No tenían autorización para hacer carreras en el malecón, y mientras los niños merendábamos una tableta de ‘Souchard’, ellos tomaban una onza de chocolate ‘Louit’, que con todo el respeto que me merece el ‘Louit’, era mucho peor y más basto. En aquellos tiempos, las chocolatinas de la merienda abrieron incurables brechas de resentimiento social”. Por un momento he recordado mis veraneos de niño en Santander, en casa de mis abuelos. Buscaron a un seminarista de vacaciones para que nos acompañase a mi hermano y a mí por las tardes, cuando salíamos de vagabundeo por Piquío, Puerto Chico o los Jardines de Pereda. Cuando llegaba un circo, con motivo de las fiestas de Santiago, veíamos cómo montaban su carpa, sabiendo de antemano que nunca nos sentaríamos en silla de pista para contemplar un espectáculo. La razón nunca la supe, aunque intuía que era por culpa de las acróbatas. A mi abuela no le hacía gracia que pudiéramos ver sus muslos al descubierto en una época en la que, al menos en la playa de la Magdalena, era “normal” ver a las mujeres jóvenes con faldilla blanca sobre el traje de baño. Es verdad, las chocolatinas de la merienda, como señala Ussía, abrieron incurables brechas de resentimiento social. También los helados. Había dos tipos de niños: los que tomaban helados de carrito ambulante y los que no. Los niños “más protegidos” no tomábamos helados de cucurucho ni tampoco polos de fresa. Por lo visto, según nos decían los tutores, producía anginas, faringitis y no sé cuántos padecimientos. Los otros niños, los que recorrían siempre por la calle a su albedrío, aquellos que para nuestros celosos súper protectores de cuerpos y almas no pasaban de ser unos simples “raqueros”, se tomaban unos helados que nos dejaban con la boca abierta de pasmo. Me parece que bastantes niños de entonces formamos parte de esos “prohibidos” por culpa de unos valedores prohibicionistas y sobrados de respetos humanos. Lo que pasa es que al hacerme mayor no he pretendido vengarme de la vida ni que el mal vino del resentimiento, ese que describe Ussía, arruinara todos mis planes. No hice nunca significativos designios de futuro, he sido de buen conformar y tanto el sol como el polvo del camino los sigo tomando gratis.

sábado, 19 de febrero de 2011

Esto no aguanta


Estos días se comenta en la prensa el llamado “síndrome del pato cojo” que sufre Zapatero. Emilio Campmany comenta en su blog que es el síndrome que padecen los presidentes de Estados Unidos cuando éstos permanecen en el cargo hasta que son reemplazados por el nuevo presidente electo. Ignacio Camacho, en ABC, sale con la misma cantinela. “Esto no aguanta –señala Camacho- y lo que más ha dañado su prestigio (refiriéndose al presidente) son sus continuas rectificaciones. Consecuencia de su ignorancia, de su falta de estudio y de los consejos de un equipo mediocre”. Ante semejante panorama, los españoles ya hemos asumido que Rajoy se convertirá en el próximo jefe de Gobierno. Es el necesario “Deus ex machina” que se origina en el teatro griego y romano, cuando una grúa introduce una deidad proveniente de fuera del escenario para resolver una situación. Es el mismo “Deus ex machina” que surge siempre en las películas de indios cuando, en una situación desesperada y a punto de terminar en tragedia, aparece por un camino al galope el Séptimo de Caballería para poner orden en las cosas. En esta larga agonía, los barones del PSOE, casi todos ellos barridos y ocultados bajo los felpudos de la indiferencia, reaparecen en escena; y algunos de ellos (Leguina, Rodríguez Ibarra, etc.) “largan” en las emisoras de radio lo que no se hubiesen atrevido a decir en tiempo de vino y rosas. Para Camacho, “Zapatero parece decidido a apurar el mandato por el prurito personal de no admitir el fracaso y porque ‘los mercados’ —léase la señora Merkel— pueden haberle desaconsejado el adelanto de elecciones para no detener el ritmo de reformas, pero en la propia izquierda está creciendo la sensación de que la actual escena no da más de sí”. ¿Y qué pasa con Rubalcaba? El ‘caso Faisán’ ha terminado con su carrera política. El diputado Ignacio Gil Lázaro, tanto desde su escaño en el Congreso como desde su ventana abierta en el programa “El gato al agua” se ha convertido en una sombra siniestra que le persigue como un mal sueño, sólo comparable con el que tuvo que soportar el doctor Richard Kimble mientras era perseguido por el teniente Gerald en la teleserie de “El Fugitivo”. La diferencia es que lo que aquí acontece no es ficción. Ni Pérez Rubalcaba ni Gil Lázaro son los actores David Janssen y Barry Morre, sino dos políticos demócratas en ejercicio en un Estado de derecho.

jueves, 17 de febrero de 2011

Chinos


Ruiz-Mateos no tiene de qué preocuparse. Esas diez empresas que inician concurso de acreedores seguro que acaban en manos de los chinos. Bueno, las diez posiblemente no, que lo del Rayo Vallecano tiene su guasa. Está en Segunda División, genera pocos beneficios y los chinos, al menos por ahora, compran e imitan todo lo que pillan menos equipos de fútbol. Nueva Rumasa, con un patrimonio de 6.000 millones de euros debe a los bancos 700 millones. Lo que ya no sé es si el problema lo tiene Ruiz Mateos o lo tienen los bancos. Por lo pronto, los chinos acaban de inaugurar en Fuenlabrada el mayor centro comercial asiático en Europa. “Plaza de Oriente”, que así se llama este imperio amarillo, contará con ochenta naves logísticas que repartirán sus productos por toda España. José Blanco, que ha estado presente en la inauguración de ese macro proyecto empresarial, ha dicho que se crearán 1.060 puestos de trabajo. Lo que ya no ha comentado el ministro es que tales puestos de trabajo se organizarán con personal chino, con lo que el paro existente en España no disminuirá en absoluto y sólo podremos exportar en contrapartida botijos, sandías y castañuelas. Como señalaba Antonio Burgos hace poco en ABC, “los índices dirán pronto que la economía española amarillea y se le rasgan los ojos. (...) El mantón de la China es el manto de la falsa prosperidad, de nuestra claudicación productiva. Uno de cada cinco habitantes del planeta es chino. La economía china crece a más del 9% anual. China fabricó en 2003 más televisores que Japón y Corea, y produjo 25 millones de ordenadores. En China la población pasa del campo a las ciudades-dormitorio de la mano de obra baratísima en polígonos industriales inmensos… (…) Usted se lleva a China un paquete de tortas de Castilleja y tiene allí a siete mil chinos que se las hacen igualitas, pero con una diferencia importante: cada torta le sale a 0,2 céntimos de euro. Y, una vez puestas en el supermercado, no hay quien las distinga de las verdaderas”. Vamos, que a José Blanco le han engañado como a un chino, cuando los chinos eran más ingenuos, claro.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Pliegues de desvergüenza


La noticia es que han robado el cuadro del Rey en el Ayuntamiento de Olot. No creo que la cosa tenga mayor importancia. Se sustituye por otro parecido y punto. De hecho, existen más retratos del Rey en los estamentos oficiales catalanes que damas de la burguesía catalana en los cuadros de Francisco Masriera. A mi entender, sería buen momento, en vista de lo que acontece por estos andurriales carpetovetónicos, para sustituir los cuadros reales por copias de “El Grito” del noruego Edvard Munch. Hoy por hoy es nuestro icono de referencia. Casi cinco millones de desempleados es cifra como para echarse a temblar. Yo no sé si España necesita un clima de moderación salarial, como cuentan Valeriano Gómez, el gobernador del Banco de España y esos 37 empresarios que acudieron a La Moncloa el pasado mes de noviembre para tomar café y salir en la foto, o si lo que en realidad precisamos es que les den a todos los asistentes por retambufa. A propósito de ese necesario “clima de moderación”, Isaac Rosa comenta hoy en el diario Público que “el objetivo es que ganemos menos, trabajadores más baratos, pero como suena feo decirlo así, lo disfrazan con eufemismos y tecnicismos: moderación, productividad, competitividad. Una estrategia que parece suicida, en una economía que depende tanto de la demanda interna”. Y un poco después, Isaac Rosa añade que “por ahora le han aplicado la moderación a los parados sin prestación: los 426 euros se recortan a 400, y se reduce drásticamente el número de beneficiarios. A mi puerta han llamado ya varios en los últimos meses, avergonzados por pedir limosna, explicando que están en paro o que su empresa les debe salarios desde hace meses”. Ante tal lamentable panorama español, carece de importancia que en Olot haya desaparecido la foto real. No sé, posiblemente, lo que pretendan esos raqueros de enseres públicos no pase de la pretensión de aprovechar el marco y el cristal para colocar la foto de Telma Ortiz, que ahora parece ser que podría ser fichada por el club del Barça, naturalmente superando con creces los 50.000 euros anuales que le concede el Ayuntamiento de Barcelona. Un ayuntamiento lleno de deudas, que en su día no tuvo empacho en crear un cargo de altos vuelos a la medida de la hermana de la princesa consorte. Nada menos que la Subdirección de Proyectos del Departamento de Relaciones Internacionales. Yo, de encontrármelo de frente, le diría a Jordi Hereu que las pócimas cortesanas sancochadas con el despropósito nunca alisan los pliegues de la desvergüenza.

martes, 15 de febrero de 2011

Pajín no ha visto "Casablanca"


La ministra Pajín, a mi entender, está llevando muy lejos la conocida “ley antitabaco”. Pase que no se pueda fumar en lugares cerrados, cerca de hospitales o de colegios, en parques públicos donde haya niños montando en los columpios, etcétera. Por supuesto, tal ley incluye el interior de los teatros, aunque siempre esté de guardia un bombero, que se me antoja el maniquí que Gómez de la Serna tenía en su palomar de la madrileña calle Villanueva. Lo que ya no comprendo es que no se pueda fumar en un escenario cuando lo requiera el guión. Eso viene a cuento con lo sucedido en Barcelona, donde un espectador denunció que en el musical 'Hair' se fumaba sobre las tablas. Pero lo más absurdo, si cabe, ha sido la respuesta dada por la ministra de Sanidad en un Foro organizado por la Agencia Europa Press: "en un teatro, un espacio de trabajo, no se puede fumar. Igual que en teatro los crímenes no son reales, que simulen que fuman". Y no contenta con tal disparatada respuesta, Pajín, ni corta ni perezosa ha añadido que “los actores que representan una obra están trabajando y en el trabajo no se puede fumar”. ¿No puede fumar un tipo mientras poda un viñedo? ¿No puede fumar aquel que sale cinco minutos de un recinto cerrado? ¿No puede fumar un camionero? A mi entender, la señora Pajín es ministra de Sanidad como podría haber sido recepcionista de una funeraria o representante para Extremadura de zapatos “El Gorila”.Cualquier día, a no mucho tardar, prohibirá que veamos “La estanquera de Vallecas”, las películas de Humphrey Bogart, o “El Sur”, donde el protagonista, Omero Antonutti (Agustín), médico y zahorí, fuma “ideales”. O sea, la ministra Pajín tal vez consentiría que los actores fumasen en el escenario si cuando asesinan de mentirijillas con una pistola detonadora, lo hicieran de verdad pero con el pistolón incautado a Tejero, o con un subfusil naranjero “modelo Coruña” encontrado en un refugio de los maquis en la Sierra de Guara. Hombre, ya sabemos que el tabaco es insano y que, según leo en el paquete que tengo sobre la mesa, produce impotencia y puede que hasta purgaciones de garabatillo. Pero, en determinadas circunstancias, no se puede concebir una escena sin cigarrillo y sin humo. Ya saben, el Rick’s Café, el pianista negro Sam y su “As time goes by”, la frase de Rick: “You placed it for her, you can play it for me. Play it”… Esta ministra está anieblada.

lunes, 14 de febrero de 2011

Rajoy en la encrucijada


Mariano Rajoy ha expuesto a un grupo de niños en la Cadena 100 que no sabe explicar matemáticas a sus hijos. El nieto de Enrique Rajoy Leloup, uno de los redactores del Estatuto de autonomía de Galicia en 1932 y que fue apartado de la docencia universitaria por el franquismo hasta principios de los cincuenta, no tiene por qué, a estas alturas de su vida, tener que recordar materias que se supone aprendió, o que nunca cultivó si era de Letras, en un colegio de curas o en un instituto de Enseñanza Media, hace cuarenta y tantos años. Tal circunstancia no debe constituir motivo alguno como para que se traslade a bombo y platillo a las páginas de un periódico. Me gustaría saber si el redactor en cuestión, puesto que la noticia viene de agencias, recuerda la regla de Ruffini, las igualdades notables, las razones trigonométricas, o la resolución de integrales. Gobernar un país no significa que el aspirante a la Presidencia del Gobierno deba estar dispuesto a someterse a un exhaustivo examen de la enciclopedia Espasa o saber de carrerilla “La República” de Platón, en versión de Patricio de Azcárate, un día sí y otro también. Rajoy ya hizo suficiente, a mi entender, cuando con 24 años de edad aprobó unas durísimas oposiciones a registrador de la Propiedad. Al César lo que es del César. Otra cosa distinta será que en 2012 las urnas no le ayuden a lograr el objetivo de convertirse en el inquilino de La Moncloa. González lo consiguió a la tercera. Aznar, también. Hoy por hoy las encuestas le son favorables, pero falta un año y en ese tiempo pueden suceder muchas cosas. De momento, como bien señala El País, “el PP de la Comunidad Valenciana le ha lanzado un pulso para que confirme ya a Francisco Camps como candidato a la Generalitat en las próximas elecciones”. Y en otro párrafo del mismo diario se añade que “la Fiscalía Anticorrupción ha presentado este viernes ante el magistrado instructor de la ‘causa de los trajes’ en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, José Flors, su escrito de conclusiones provisionales, en el que acusa al presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, de un delito continuado de cohecho. Por este delito solicita una multa de cinco meses y 15 días, a razón de 250 euros diarios, es decir, un total de 41.250 euros. El fiscal considera que Camps, en atención a su cargo de presidente de la Generalitat Valenciana, recibió regalos de la trama Gürtel por valor de 14.021,5 euros”. Ante tal situación, es normal que Rajoy haga lo que en el teatro se conoce como “mutis por el foro”. El caso de Valencia, de cualquier modo, es mucho más peliagudo que el hecho de no saber explicar matemáticas a sus hijos, que para mí no pasa de ser una anécdota. Esas cosas se arreglan con un profesor particular de apoyo. Lo de Valencia, en el ámbito de un Estado de derecho, quizás sólo se pueda liquidar metiendo a ciertos sinvergüenzas en la cárcel.

domingo, 13 de febrero de 2011

Cajas con música celestial


Las actuales entidades de ahorro, para su saneamiento, tienen que poner “sus joyas en venta”, como señala el diario ABC, o sea, sus participaciones en sociedades, a fin de rescatar su capital invertido para hacer caja. A estas instituciones, nada menos que 47, les diferencia de los bancos su carácter fundacional. Deben dedicar parte de sus beneficios a fines sociales. De ahí el rancio eslogan de que “nunca hubo un interés más desinteresado”. Su origen data del 3 de abril de 1835, cuando el ministro de la Gobernación Diego Medrano Treviño firmó la Real Orden, por mandamiento de la reina regente María Cristina de Borbón, por la que se instaba a los gobernadores civiles a que impulsases en sus respectivas provincias la creación de cajas de ahorros, implicando en esta tarea a las personas pudientes y con espíritu filantrópico, o disponiendo de los medios públicos que fueran necesarios al efecto. El decreto de marras confiaba el protectorado de las cajas de ahorros al Ministerio de la Gobernación y obligaba a su creación en todas las capitales de provincia, a iniciativa del gobernador civil. Ahí comenzaron sus males. Esa falsa “filantropía” fue motivo de que la Iglesia Católica, que no da puntada sin hilo, y los políticos de turno, conocidos por su voracidad para captar recursos, estuvieran en poder de la cuerda de trenzado. Entonces aparecieron como setas los pósitos y los montes de piedad, esos mostradores con olor a dinero donde tú, pongamos por caso, llevabas esa joya que heredaste de una abuela, que siempre contaba que se la había regalado una amiga íntima de Eugenia de Montijo, para que los de ese monte Calvario, con más usura que piedad, te proporcionaran unas pesetillas y poder salir de un trance desesperado. A su vencimiento podías rescatar esa valiosa joya, que jurabas que había pertenecido a la viuda de Napoleón III, pagando unos determinados intereses.

Hace unos años, el Obispado de Zaragoza, el Deán de la Catedral, el Cabildo Metropolitano y el sursuncorda decidieron que el Pilar necesitaba una mano de pintura. Y como no les llegaban las aportaciones a fondo perdido entregadas por las instituciones locales para tal fin, no tuvieron otra ocurrencia que vender parte del joyero de la Virgen existente en su museo pilarista. Lo que ya no se sabe es si aquellas joyas, todas valiosísimas, fueron a parar al monte de piedad de una caja de ahorros local, o en qué quedó la cosa. Nunca supimos su justiprecio ni su destino ni los oscuros tejemanejes, si es que se produjeron. Años antes, en tiempos de Casimiro Morcillo, ya se habían vendido de extranjis unos excelentes tapices de La Seo al mejor postor. Pagó el pato del aparente dislate, como suele suceder siempre en estos casos, un pobre diablo “que pasaba por allí”. Pero nadie se responsabilizó ni devolvió lo robado ni dio con sus huesos en la cárcel de Zamora, ese lugar destinado durante el franquismo a los clérigos que cometían tropelías. Con la reforma de Fuentes Quintana, aquellas “desinteresadas sociedades de crédito” dejaron de serlo, comenzaron a ofrecer los mismos servicios que los bancos y empezaron a estar reguladas, mejor dicho, “mangoneadas” por las comunidades autónomas. No tienen que dar cuenta a accionistas, disfrutan de determinados beneficios fiscales y sus órganos de gobierno son elegidos por los poderes públicos. Como para echarse a temblar.

sábado, 12 de febrero de 2011

Golfos


Leo que ha sido detenido en Moriles un tipo por robar aceitunas. Enseguida me ha venido a la cabeza el conocido chiste de la España profunda sobre aquel gitano al que echó el alto la Guardia Civil en un camino, para que les informase sobre qué llevaba en aquel saco. El gitano en cuestión les dijo que llevaba cosas suyas. Pero el sargento de la Benemérita, que no se fiaba ni un pelo, obligó al gitano a enseñar lo que llevaba al hombro. Resultó que el gitano llevaba olivas que había sustraído en una finca próxima. El sargento, muy enfadado, le comunicó al ladronzuelo que le iba a meter las olivas por retambufa. Al gitano le entró un ataque de risa que enfureció aún más si cabe a aquel sargento de frondoso mostacho, tricornio de correría con cogotera, barbuquejo, naranjero, morral, capa verde hasta el tobillo y cara de contar con pocos amigos. “¿Puedo saber de qué puñetas se ríe usted?” -le preguntó el sargento al gitano-. “Verá, señor guardia, -le respondió el gitano- es que resulta que el compañero que viene detrás trae melones”. En el caso del rumano, con iniciales M.I.D., que intentó acelerar la “fragoneta” cuando le echaron el alto, se le va a tener más en cuenta el hecho de ser el autor de un delito de conducción temeraria que la simple falta por hurto en el robo de aceitunas. Pero, si les digo la verdad, es posible que lo del hurto de olivas, del gitano y del rumano, ni es hurto ni es nada. Sólo, si me apuran, se trataría de sendos casos de acuciante necesidad. Otra cosa es lo que cuenta Antonio García Barbeito en su columna de ABC-Sevilla. Dice García Barbeito, haciendo hilo con el vergonzoso caso de Mercasevilla, que “aquí hay alcaldes -de izquierda y de derecha, conste, que no venga nadie presumiendo de virginidad- que han convertido el bastón de mando en vara de mago y han salido ricos. Pero aquí nos conformamos con hacerles un chiste”, al gitano, al rumano y a los golfos de los ERE, que ya son legión.

jueves, 10 de febrero de 2011

Recuperar lo nuestro


Ahora, cuando todo apunta a que en este país la casta política está perdiendo los papeles, el Estado acaba de adquirir una colección de cartas de Isabel II y Francisco de Asís de Borbón y, también, los papeles republicanos del teniente coronel de infantería Julio Mangada Rosenörn. La primera de esas adquisiciones pasará a disposición del Patrimonio Documental Español. Por cierto, algunas de esas cartas manuscritas de la Reina aparecieron dentro de las páginas de “Narraciones histórico-contemporáneas”, de Natalio Rivas. La segunda adquisición, no menos importante que la primera, pasará al Centro Documental de la Memoria Histórica, en Salamanca. Mangada, cubano de nacimiento, protagonizó en 1932 el conocido "incidente de Carabanchel” a favor de la República, mandó la “columna Mangada” y posteriormente fue nombrado gobernador civil de Albacete. Con la guerra casi perdida, se exilió en el norte de África y más tarde en México, donde falleció. En 1927 tradujo parte de El Quijote y dos Novelas Ejemplares de Cervantes al esperanto, que había aprendido en 1906. Me parece importante que el Estado, en este caso el Ministerio de Cultura, recupere documentos históricos que nos pertenecen por entero. En este sentido, es triste lo que acontece entre nosotros en el ámbito de las Comunidades Autónomas. Me refiero a ese conflicto enquistado y difícil de resolver entre los Gobiernos de Aragón y Cataluña por los bienes artísticos del monasterio de Sijena que fueron vendidos por las hermanas de la Orden de Malta, propietarias del convento, a la Generalidad de Cataluña. Según leo en Wikipedia, “las ventas, que tuvieron permiso eclesiástico, se realizaron en 1982 (44 piezas por 66 millones de pesetas) y 1992 y 1995 (52 piezas por 39 millones) y fueron parte de una permuta de terrenos. Las operaciones fueron denunciadas por el Gobierno de Aragón por considerar que tenía derecho de tanteo para adquirir las obras. Según el Gobierno de Aragón, algunas de estas obras fueron compradas según la normativa legal, existe un segundo grupo que también fue adquirido legalmente por la Generalidad pero sin dar opción a Aragón a ejercer su derecho de tanteo, y finalmente hay un tercer grupo de piezas que están en depósito y siguen siendo propiedad de la orden. El destino final de las obras del segundo grupo está pendiente de resolución por parte del Tribunal Constitucional”.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Humo y asco


España es un territorio atiborrado de tipos pintorescos. Hoy fijo mi vista en dos ciudadanos que no tiene desperdicio. Uno de ellos es José Eugenio Arias-Camisón, propietario del restaurante Asador Guadalmina de Marbella, que se dedica a recoger firmas por todo el país contra la Ley Antitabaco, que permite que se fume dentro de su negocio y que acaba de afirmar que “nos imponen esta ley vergonzosa cuando los terroristas continúan sueltos por las calles”, como si tuviese que ver una cosa con la otra. A Arias-Camisón le trae al fresco una reciente multa de 145.000 euros. Ya ha comentado que no la piensa pagar. Si no fuese tan venenoso, en vez de la abultada multa, deberían haberle condenado a vivir un año en el centro de Madrid, metiéndose un chute en vena mañana, tarde y noche de dióxido de nitrógeno, que es lo que respiran los vagabundos que duermen metidos entre cartones, para poder sobrellevar el relente de la noche en la boca del metro. La concejala de Medio Ambiente, Ana Botella, piensa que Madrid, a pesar de los motores diésel, todavía es respirable bajo la boina negra de la polución. Tal vez sea así, pero lo dudo. Posiblemente, aún peor que eso, sea compartir alcoba cada noche junto a Aznar mientras éste ensaya discursos en pijama frente al espejo. Tampoco lo sé ni quiero imaginarlo. El otro ciudadano pintoresco es Xavier Horcajo, al que le produce un raro sarpullido que Tomás Gómez haya decidido incluir a la transexual Carla Antonelli en las listas del PSM. El presentador de “Otro gallo cantaría”, en el medio de Julio Ariza Irigoyen, no ha tenido empacho al decir que hubiese preferido, antes que Antonelli, a "alguien con Síndrome de Down o un enfermo de Sida". Para mí este hombre es lo peor. Retiro lo de tipo pintoresco en lo que a él le concierne. No merece la pena que le dedique ni una línea más. Me lo impide el asco.

martes, 8 de febrero de 2011

Productos estadísticos


A alguien le he escuchado hoy en la radio decir que los productos estadísticos no son otra cosa que las encuestas. El CIS confirmaba esta mañana una distancia de 10 puntos del PP sobre el PSOE. Y Rodríguez Zapatero se ha venido arriba como los toreros de postín y ha aclarado en una reunión con los miembros de su partido en el Congreso que “al PP se le han subido las encuestas a la cabeza y por eso ya no les cabe ni una idea, ni una línea de programa”. Pero el ciudadano de a pie, el que está sufriendo en sus carnes las consecuencias directas del paro, del recorte de pensiones y de becas, el cierre del grifo bancario, etcétera, pasa por alto otra perla cultivada del Presidente, que señalaba: “nosotros actuamos con responsabilidad y esa responsabilidad se recordará en el futuro”. El ciudadano medio está harto de casi todo. Le empieza dar igual si Pérez Rubalcaba es el político mejor valorado o si González-Sinde es la peor justipreciada. En este mercadeo de productos estadísticos a tutiplén, quienes pagamos los impuestos y mantenemos ese circo con trazas de sindiós estamos fuera del corro. La noticia del día es que los Príncipes de Asturias han asistido a un almuerzo con Bono, los portavoces de los grupos y los integrantes de la Mesa de la Cámara. Mi subconsciente se ha puesto en marcha y me ha venido a la cabeza de inmediato la frase estampada en una de las camisetas que a mi hijo le trajo de Nueva York su hermana. Dice: “No es un déficit de atención, es que no me interesa”.

lunes, 7 de febrero de 2011

El baúl del fracaso


Ignacio Escolar informa en su columna de Público lo que él llama “Las siete maravillas de la economía española”. Es para echarse a temblar. Sólo una cifra: “El 65% del dinero que circula en España está en billetes de 500”. A buen entendedor…Hoy me entero de que el cerebro de la trama de corrupción investigada en el “caso Gürtel”, Francisco Correa, se encuentra ingresado en la Unidad Coronaria de un hospital de Madrid. Y mi subconsciente me lleva directamente, como la corriente de un nervioso río, a De Cospedal, ese adalid con faldas y a lo loco, número dos del PP, que se permitió decir recientemente en La Roda que ellos –refiriéndose a los populares- saben cómo salir del “baúl del fracaso” y que “lo supimos hacer y lo volveremos a hacer”. Pero, ¿hacer qué? Manolo Saco asegura en su recuadro “Robar nunca cansa” que Francisco Correa posee 25 fincas, 30 casas, 22 coches, 18 garajes y 2 barcos. Por otro lado, Alberto Fernández Díaz, cabeza del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, ha relacionado delincuencia con inmigración en un ramalazo de xenofobia (emparentada con el racismo y el etnocentrismo). Con Mayor Oreja, en cambio, lo que parece que existe es una obsesión patológica, ya que no puede controlar ciertos pensamientos que le vienen a la cabeza de manera recurrente. Y este hombre, obsesionado y preso de no sabemos qué ansiedad, sigue sosteniendo que existe "un pacto entre Gobierno y ETA que exige que Batasuna esté en las instituciones". El ramalazo de Alberto Fernández es el denominador común del PP. Este señor, como el resto del “rebaño”, se pone nervioso ante la avalancha de cayucos y pateras que llegan a nuestras costas con inmigrantes en estado penoso. Para el partido conservador, que ahora ensalza a Rajoy como si se tratase de una reencarnación del mismísimo Aarón, el “efecto llamada” fue un maná caído del cielo en la época del ladrillo. Muchos de aquellos inmigrantes trabajaron sin contrato y sin derecho a la Seguridad Social de forma infame durante los gobiernos de Aznar. Tuvo que ser el PSOE, con Rodríguez Zapatero y Caldera al frente, los que regularizaran a muchos “sin papeles” en evitación de vergonzosos atropellos. Congelar la entrada de extranjeros (se necesitarán 7 millones hasta 2030) significaría que dentro de muy poco tiempo no se podrían pagar las pensiones de jubilación. El PP, que aspira a gobernar en 2012, debería conocer este dato cierto. Según Zenón Jiménez-Ridruejo, catedrático de Fundamentos de Análisis Económico de la Universidad de Valladolid, “la sostenibilidad del sistema es más sensible a los cambios migratorios que a las variaciones de longevidad, productividad o fecundidad”. El baúl del fracaso no es otra cosa que un cayuco a la deriva incapaz de llegar a buen puerto.

domingo, 6 de febrero de 2011

¿Dónde están las llaves...?


De Cospedal ha dicho en La Roda que “el PP tiene la llave para salir de esta crisis económica”. Lo que no ha aclarado es dónde está la cerradura. Eso en póker sonaría a farol. Para la señora De Cospedal, “hay pendiente en España una reforma laboral de verdad”. Sus frases me recuerdan aquellas de “la revolución que España tiene pendiente y que ha que devolver a los españoles de una vez para siempre, la Patria, el pan y la justicia”, contenidas en los Fueros del Trabajo, que no era cosa distinta que una de las ocho Leyes Fundamentales del franquismo, elaborada en 1938 a imitación de la Carta di Lavoro de Benito Mussolini, y que, según recuerdo, había que saberse de carrerilla para poder opositar a cualquier escalón de la administración del Estado. Con eso de “reforma laboral de verdad” da a entender De Cospedal que la reforma que ahora se está haciendo es de mentira. Hombre, esas expresiones dichas en boca de un tabernero, de un conductor de autobuses a discreción, o de un vendedor de retales al por mayor o al detall (con todos los respetos hacia esas dignas profesiones) tendrían un cierto pase. Pero de ninguna de las maneras las tienen en una abogado del Estado. Pero he de reconocer que me hacen gracia. Es como cuando Anson decía que había sido director del “ABC verdadero” para referirse al diario de los Luca de Tena, como si el ABC que hace Vocento con maestría estuviese en el límite de esa delgada línea roja que separa lo espurio de lo legítimo; en cualquier caso excluido del canon de la Biblia de don Torcuato. ¿Dónde están las llaves?, matarile, rile, ron chimpón.

viernes, 4 de febrero de 2011

Trabajar como chinos


Merkel pretende, y así lo dejó claro ayer en Madrid, que deben desaparecer los convenios colectivos tal como están planteados en España. Es decir, que no se deben ligar salarios con IPC. El diario Público comenta hoy a ese respecto que “a la Patronal le interesa la eliminación de los convenios sectoriales y provinciales” y que el sistema debe ser “mucho más flexible. Tendríamos –cuentan- muchísimas menos personas en paro”. ¡Qué cínicos! En resumidas cuentas, lo que la Patronal busca, también Merkel, es una fórmula que prime la productividad individual de cada trabajador y que las subidas salariales se hagan en función de los beneficios empresariales. Ni a Toxo ni a Méndez ni al ministro Gómez les agrada esa posible futura medida. Comprenden que ya no se pueden pedir más sacrificios a los trabajadores. En este sentido, en la última página de ese diario hay una “Carta a Ángela Merkel”, escrita por Ignacio Escolar, que no tiene desperdicio. Cuenta Escolar que “a falta de conocer todos los datos anuales, las empresas del Ibex 35 ganaron en los nueve primeros meses de 2010, en el peor infierno de la peor crisis, un 16,7 más de beneficios que en el mismo periodo de 2009”. A continuación, Escolar señala las cifras de los enormes beneficios de Telefónica, Repsol, Inditex y BBVA (al Santander no lo nombra) y pide a Merkel que “hable con los presidentes de esas empresas (…) a ver si puede convencer al señor César Alierta, al señor Amancio Ortega o al señor Francisco González para que suban el sueldo a sus trabajadores en idénticos porcentajes”. Otro tema pendiente es el de la transformación en bancos de las cajas de ahorro, donde Botín aplaude con las orejas. Al final, esos dos o tres grandes bancos por todos conocidos absorberán a los “nuevos banquitos” resultantes de las obligadas transformaciones y, de paso, se quedarán también con la gestión de su labor social, que transformarán de inmediato en otro pingüe negocio donde poder solapar beneficios. Recuerdo ahora el eslogan de una determinada caja de ahorros que, cada vez que se anunciaba en los medios, decía aquello de que “nunca hubo un interés más desinteresado”. Tal cuento chino mandarín lo están haciendo suyo Botín, González, Maroto y su primo el de la moto. Y Zetapé y su staff se tragan el cuento. Yo estoy convencido de que Zapatero todavía cree en los Reyes Magos. Le sucede como a Oscar Matzerath, el niño de “El tambor de hojalata”. Desdeña cada tabú de la sociedad que contempla desde su aislamiento en La Moncloa y se entrega al lúcido vértigo del disparate continuo y a la delirante inteligencia oculta del buen actor, que diariamente se “viene arriba”, tras su apariencia de Bamby. Rubalcaba sólo es el encargado de abrir el telón en cada función teatral.

jueves, 3 de febrero de 2011

La chuleta ilegible


El hecho de que una chuleta sea ilegible no tiene importancia. A mí me sucede con frecuencia cada vez que mi mujer se empeña en que le haga la compra en Mercadona. Ella me dicta lo que necesita para la cocina y yo me limito a anotar en una hoja de bloc sin rechistar. Lo malo llega cuando frente a la estantería de las latas de conserva, o de los lácteos, no sé muy bien si la leche tenía que ser entera o desnatada, o si el aceite de oliva lo prefería virgen o mártir. El problema arranca de mi falta de atención cuando me dicta y de mi mala caligrafía. Supongo que ello se deberá a que mi mente va más deprisa que mi lapicero, algo parecido a lo que le sucede a Manuel Fraga cuando habla cortando las palabras, dando por hecho que debemos entenderle. Otra cosa, sin embargo es lo que le ha ocurrido a Mariano Rajoy en el canal televisivo Veo7 a preguntas de una señora angustiada por el problema del paro. A Rajoy no es que se le hubiera olvidado la chuleta, que la llevaba, sino que no supo descifrar en lo que en ella ponía. Rajoy, que no tuvo en su día inconveniente en aprenderse de carrerilla la Ley Hipotecaria y demás zarandajas, que tiene tela, para ser registrador de la Propiedad, no ha sido capaz de poder leer lo que ponía en un papelito. Y es que el problema del paro es de difícil manejo, como lo era el concepto de la familia para Mariano Osorio Lamadrid, marqués de la Valdavia. Mariano Rajoy es hombre inteligente, que habla en castellano, piensa en gallego y escribe en esperanto. Y así sólo se podría aclarar leyendo la chuleta, de haber vivido hoy, un tal Lázaro Zamenhof, que tan buen servicio hubiera podido llevar a cabo ahora en el Senado de Babel que nos ha tocado en suerte.
(Dedicado a don Antonio Burgos)

miércoles, 2 de febrero de 2011

Antonio Burgos


Antonio Burgos, en ABC, para nombrar a José Antonio Canales Rivera, sobrino del torero Paquirri, señala a todos y cada uno de los componentes de la dinastía Primo de Rivera, desde Joaquín Primo de Rivera y Pérez de Acal, Brigadier del Ejército Real y Gobernador de Maracaibo, hasta Miguel Primo de Rivera y Urquijo, exalcalde de Jerez de la Frontera, procurador en Cortes, consejero nacional del Movimiento, consejero del Reino y, según Burgos, persona que “al servicio del Rey Don Juan Carlos jugó un importante papel en el desmontaje de las instituciones de la dictadura de Franco para que España alcanzara la democracia”. Burgos se refiere a que, al comienzo de la Transición, fue el procurador encargado de presentar en las Cortes la ley para la Reforma Política. (Ley 1/1977 de 4 de enero). Como cuenta Pablo Castellano en su libro “Por Dios, por la Patria y el Rey”, “como Franco ya había muerto se podían permitir hacer lo que en toda su vida jamás habían hecho: votar en contra de un proyecto del Gobierno”.A Antonio Burgos le viene ahora la mente la saga de los Primo de Rivera como en otro tiempo le salieron las habaneras de Cádiz, o los homenajes a Cano, al Kilín, al Ventorri, al Pova, a la Quitorra y al Ochodeo. El caso es que tiene gracia y sabe escribir. Pero con lo de los Primo de Rivera le ha fallado el inconsciente. Demasiada pompa gratuita hacia una estirpe oscura, burguesa y trasnochada. Burgos es un escritor que ama la luz del Sur y así lo refleja en sus escritos. No debería convertirse ahora en un cronista de nostalgias. No trae cuenta.

martes, 1 de febrero de 2011

La lengua hablada y el congrio, que tampoco es mal ave


La Academia de L’Aragonés ha hecho determinadas propuestas. Su presidente, Manuel Castán, me recuerda de alguna manera a Sabino Arana, aquel cazador de “maketos” que además de inventar una bandera, la ikurriña (sobre fondo rojo del pendón de Vizcaya, colocando la cruz de San Andrés, tomada de las aspas en sinople del escudo de los condes de Haro, descendientes de Juan Zuría), fantaseó la Gramática vasca del modo que le vino en gana, dando el mismo valor a la letra G, sin que importase que vocal le siguiese a continuación, no utilizando ninguna V y siempre recurriendo a la B. Tampoco gustó de la C ni la Q, ya que sólo hay Z y K. A los legos en la materia, entre los que yo me encuentro, y a salvedad de algún tipo de complejos, les recomiendo la lectura de “El bucle melancólico”, de Jon Juaristi. Este hombre gana mucho cuando escribe. Pues bien, en lo que respecta al dialecto aragonés, Manuel Castán sugiere, entre otras cosas, que se respete la etimología de las palabras “aunque en casos como B ó V (y eso lo traslada hacia los aragoneses del común con la maestría del catecismo Astete) se utilizará la B cuando no se conozca o se tengan dudas. Con respecto a la H, se ha decidido conservar todas las etimológicas en todos los grupos de palabras. Con esto se salva la grafía internacional de helenismos, extranjerismos y cultismos latinos. Con la C y Z se ha decidido establecer dos grafemas con distribución similar a la castellana, aunque con una lista de excepciones como zero, azimut o alazet. Tampoco, sigue señalando, habrá obligación de utilizar tilde en ninguna palabra, aunque recomienda su utilización en tres casos puntuales: las agudas, los hiatos y algún acento diacrítico, etcétera. Ya existió un periodo corto de tiempo, durante el siglo XIX, en el que se consideró que todo debería escribirse con B, suprimiendo la V de los escritos. Verbigracia: González Brabo, político y gran protector de Bécquer. Eso sí, Castán aclara en su “aportación académica” que el alfabeto aragonés es similar al castellano, sin la inclusión de la Ñ, y que también cuenta con cinco vocales, excepto en el benasqués, que dispone de siete. Ahora sólo falta que este nuevo dialecto aragonés, corregido y aumentado, sea impuesto en las escuelas de Primaria, además del inglés y del alemán (indispensable este último idioma para poder emigrar con éxito asegurado a la Bundesrepublik Deutschland de Ángela Merkel, suponiendo que el aspirante a empleo sea ingeniero industrial, de buen ver, con el pelo a lo “corte parisién”, los ojos azules y no blasfeme ni hable de política. Lo que ya no te cuentan los reclutadores de talentos es que el idioma se las trae. Los nuevos emigrantes deberán saber que, además de las 26 letras estándar, el alemán cuenta con tres vocales con diéresis, es decir, ä, ö y ü, así como la Eszett o scharfes S (s fuerte) ß. En consecuencia, como don Sabino murió jovencito, no estaría de más que los nuevos fichajes emigrantes se llevasen, además de la maleta de ruedas (las de madera las llevaron nuestros padres en tiempos de Franco), a Manuel Castán, para que dé un repaso a esa lengua tan dificultosa y la adapte a nuestra jerga cheli. Si les digo la verdad, todos saldremos ganando: por un lado, nuestros jóvenes licenciados durante su estancia en Stuttgart, o en Freiburg; por otro, los alemanes de Alemania (que también hay alemanes de los cojones), cuando vengan a Marbella o a Torremolinos para descansar tomando el sol y ahorrando parné, a ponerse hasta el gorro de sangría y a disponer a tutiplén de la mejor sanidad de nuestro entorno europeo de forma gratuita.