domingo, 13 de marzo de 2011

¿Arde Valencia?


Contaba anteayer El Plural.com que el cuarto teniente de alcalde del Ayuntamiento de Valencia, Vicente Igual, había sido acusado por la ex dueña del burdel Magestic, Pilar Monreal, por presunta extorsión relacionada con la concesión de licencias por parte del Ayuntamiento. Según se desprende de la noticia, la señora Monreal acusa a ese edil de pedirle 100.000 euros a cambio de efectuar los trámites administrativos para la apertura de su local. Está claro que además de las fallas, de los ninots y de las mascletás para asustar sietemesinos, las fiestas de san José de este año pueden estar rebozadas del tremendo tsunami de la desfachatez más acendrada. Si al vergonzoso “trajegate” le añadimos las lluvias torrenciales caídas en la zona y este supuesto caso de corruptela municipal, las aguas del Turia pueden desbordarse como en la ya lejana riada del 1957. Las recientes declaraciones que la “madame” ha hecho al diario Levante, ponen el grito en el techo del burdel. Pilar Monreal, señora que personalmente no conozco aunque me gustaría conocer como si fuese una diva del punk, y que presumo sabrá diferenciar el gatillazo de la malagana, dice sentirse "acosada como en Chicago años 20" y ha amenazado con romper su "secreto profesional". ¡Ay, caray! Añade que aportará al juzgado la factura del “Rólex”, por valor de de 6.400 euros, que presuntamente le pidió José Luis Bayo, ex presidente de Nuevas Generaciones del PP. Al final va a resultar que ciertos políticos valencianos no podrán desfilar con banda y bastón en las procesiones de Semana Santa. El exceso de peso de sus presuntas “bufandas” en forma de bienes fungibles podría ser causa de que no puedan dar un solo paso. Algo parecido a lo que cuenta el reciente libro “Aragón sin empalmes”, de Joaquín Carbonell y Roberto Miranda, referido al topacio de Aguatón que, para quien no lo sepa, es un pueblo de Teruel: “A la virgen ya no le caben más piedras en el manto y no hay dios que la saque a hombros”. Sólo falta conocer si Salomé portará en la bandeja la cabeza de Rodríguez Zapatero o si la Soledad, con un puñal en el pecho, llevará superpuesta la careta de Rajoy. En España todo es posible. Estamos tan hartos de los gobernantes que nos han tocado en suerte y de los administradores del dinero público de chicha y nabo, esos ganapanes que entienden que este país es su cortijo, que hasta el veneno de alacrán no produce subidón cuando acudimos a las urnas.

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