lunes, 4 de abril de 2011

La prudencia como virtud


El secreto para medir la inteligencia de las personas consiste, entre otras cosas, en la actitud que éstas adoptan a la hora de manejar la prudencia, una de las cuatro virtudes cardinales según el Ripalda, que se conserva intacta desde los lejanos tiempos de Aristóteles. La prudencia es la virtud que dispone la razón práctica a discernir en toda circunstancia nuestro verdadero bien y a elegir los medios rectos para realizarlo. Y una de las reglas de la prudencia exige poder opinar, llegado el caso, sobre los temas que se conocen y guardar un respetuoso silencio sobre todo aquello que se desconoce. No es mi deseo poner en duda las virtudes que asisten a la princesa de Asturias. Letizia Ortiz Rocasolano, esposa del Heredero de la Corona, está destinada a ser consorte del Rey de España. Tampoco quiero poner en duda la habilidad que tuvo en su época de periodista en ejercicio para, desde la pequeña pantalla, contar a los ciudadanos en qué consistía el euro, a fin de que todos pudiésemos el cambio de moneda que se avecinaba. Sin embargo, leo en El País que “en el acto de inauguración de las olimpiadas de FP Sapinskills 2011, que reúne en Madrid a los mejores estudiantes de todas las comunidades autónomas, doña Letizia ha animado a los 266 concursantes y les ha dicho que esta competición es una buena oportunidad para demostrar sus capacidades y para difundir que la FP es la alternativa atractiva y moderna que completa el desarrollo personal y laboral de la juventud". Posiblemente sea así. No lo sé. Y, a mi entender, afirmar, como ha afirmado la princesa consorte en ese acto, que “la FP es el instrumento educativo imprescindible para reorientar el modelo económico de España”, me parece excesivo por lo que tiene de contundente. Reorientar el actual modelo económico de España supongo que pasa por otros factores mucho más complejos. Hoy nos hemos enterado de que el consumo español sigue cayendo; que desde el comienzo de la crisis se ha producido una destrucción neta de empresas, que cotizaban a la Seguridad Social, de 200.000 centros de cotización; que en 2010, la economía española necesitó financiación del exterior por valor de 41.045 millones de euros (3,9% del PIB); etcétera. No sé quién le escribe los discursos a la princesa consorte. Pero nuestra crisis no ha tocado fondo y la “reorientación” en el modelo económico de España es harto complicada. Ahora bien, si Letizia Ortiz conoce la fórmula milagrosa para “reorientar el modelo económico de España” debería dársela de inmediato al presidente del Gobierno, que es la persona encargada de llevar a cabo las reformas necesarias para intentar sacarnos a todos de la crisis. No dudo que la formación profesional puede ayudar a nuestros jóvenes a encontrar trabajo. Tener formación equivale a tenerlo algo más fácil. Lo que ocurre es que no hay trabajo ni se espera que lo haya en mucho tiempo. Las estadísticas de paro son tozudas. Lo que ocurre es que nuestros jóvenes, ciertamente preparados, que lo están, carecen de esperanza de encontrarlo. Lo que acontece es que estamos arruinando un pueblo a costa de un Estado. Lo que mantengo, es que una cosa es predicar y otra dar trigo. Lo que me canso de decir, es que pretende desde los enmoquetados despachos, donde se confunde el oro con el oropel, que las águilas cacen moscas. Y no es posible. Ni las águilas están preparadas para cazar moscas ni se debe opinar sobre lo que se desconoce. Necesitamos sosiego, sabiduría y, sobre todo, prudencia. Uno de los problemas a los que se enfrenta la economía española es el elevado endeudamiento fruto de la última expansión, donde hay bancos vencedores y ciudadanos vencidos. No es que lo diga yo, que ni soy economista ni llevo camino de serlo. Los datos están ahí y cualquier ciudadano con estudios básicos puede leer los informes demoledores del Banco de España. Entiendo, como ciudadano, que la princesa está en su papel cuando inaugura algo, como en este caso, Sapinskills 2011. Pero la princesa de Asturias, con todos los respetos que debe merecernos lo que representa su persona, dudo mucho que conozca cuál es el “instrumento educativo imprescindible” y cómo se debe “reorientar el modelo económico de España”.

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