jueves, 30 de junio de 2011

Labor de zapa


Es curioso. Todo el mundo sabía que San Sebastián, junto a Zaragoza, Burgos, Córdoba, Segovia y Las Palmas de Gran Canaria eran candidatas a la Capitalidad Europea de la Cultura en 2016. Si hubiera ganado la partida cualquiera de las otras ciudades, quiero decir, con la excepción de San Sebastián, no hubiese sucedido nada. Pero miren por dónde, una vez conocido el fallo del jurado, al alcalde zaragozano Belloch le ha entrado la pataleta. Considera inadmisible que se la haya dado la Capitalidad a la ciudad más bonita de España, donde mejor se come y donde mejor se expresa la cultura popular, por el hecho de que esté gobernada por la coalición Bildu. A Belloch le encantan los eventos y las francachelas, los festines y las jaranas, vengan de donde vengan, siempre que las pague el maestro armero y sin importarle un rábano las consecuencias económicas que tales saturnales puedan recaer sobre el conjunto de los zaragozanos. Para poder continuar como alcalde ya tuvo que pactar. Y no dudó en coaligarse con Izquierda Unida y con Chunta Aragonesista. Le salvó que el Partido Aragonés no obtuvo ni una sola acta de concejal. Pues bien, Chunta Aragonesista, que ya gobernó en coalición con el PSOE y salieron a farolazos, exigió ahora, para concederle su apoyo de investidura, entre otras medidas que Belloch renunciase a Floralia 2014, esa especie de Exponabo que se iba a llevar a cabo con una financiación extra presupuestaria, (según comentó en 2008 Belloch al presidente de la AIPH, Doeker Faber, en aquel famoso viaje a Dubai donde la comisión del Ayuntamiento se gastó por cuenta del contribuyente en viajes, hoteles de cinco estrellas y regalos a todo el que llevaba turbante sobre la cabeza lo que no está escrito). Y ahora Belloch, en vista de su fracaso a la Capitalidad Europea de la Cultura, se dedica a hacer labor de zapa. Pretende que se revise el fallo del jurado, argumentando que la elección de San Sebastián se ha tomado, entre otros factores, para apoyar el "proceso de paz" en el País Vasco. Si es así, ¡bendito sea! Y ya ha anunciado que pedirá al Ministerio de Cultura que devuelva el informe del jurado para que retome una decisión que no emita valoraciones políticas. Personalmente no me consta que Manfred Gaulhofer veranee en la playa de Ondarreta o que tenga unos primos influyentes por parte de madre en Amorebieta, o en Usúrbil. Pero Belloch no ceja en su empeño ni cesa en su pataleta. Ni siquiera reconoce que el artífice de ese logro felizmente conseguido fuese su compañero de partido Odón Elorza. Pero a Belloch no le importa saber quien es Odón Elorza. Le ciega su delirio de perdurar como alcalde sin haber sido el candidato más votado. No acaba de entender que ya es un político amortizado y solo sueña con dejarnos una ciudad llena de cicatrices de vías de tranvía y de barquitos por el Ebro, además de soñar cada noche con superar la chifladura de Luis II de Baviera. Y en ese delirio de grandeza intenta dejar empequeñecido el recuerdo de otro alcalde de Zaragoza, González Triviño, conocido como el alcalde de los adefesios urbanos, sólo comparable con el ya ex alcalde sevillano Sánchez Monteseirín, promotor de las famosas “setas” de La Encarnación, que tienen su guasa. Ahora, Belloch, en un descanso de su infantil pataleta, va a elaborar un documento con la propuesta que remitirá a las otras cuatro ciudades “afectadas”, por si desean sumarse a sus exigencias. Lo que yo digo, labor de zapa, pero no de Zapatero sino de zapador, como los que tienden obstáculos para ralentizar al enemigo; donde, por cierto, se cuenta con buenos gastadores.

martes, 28 de junio de 2011

Camino de aliagas


Leo en Escolar.net que “Rouco pactó con el Gobierno una política de no agresión a cambio de la colaboración pública con la visita del Papa. Y esas generosas ayudas ya están aprobadas.” Por alguna extraña razón me viene a la mente la muerte de Viriato y el reclamo del pago de su “trabajo” por parte de los sicarios Audax, Ditalcos y Minuros. Curiosamente, uno de aquellos sayones, Minuros, había nacido en Osuna y estaba considerado como un auténtico partisano contra la ocupación romana de la Península Ibérica. Fue enviado por el propio Viriato como emisario junto a los otros dos para negociar un tratado de paz con los romanos. Marco Popilio Laenas los sobornó y a su regreso asesinaron a su caudillo. Al volver a Roma para solicitar su recompensa fueron ejecutados. De ahí viene la célebre frase "Roma no paga traidores". ¿Adonde pretendo llegar con el recuerdo de esta trasnochada historia? La Conferencia Episcopal Española sabe negociar cuando le conviene. Pero, alcanzados sus objetivos, o sea, una vez conseguido que el Gobierno suelte la manteca y se haga cargo del costo del viaje a España del Encargado de los Asuntos del Cielo, aparece en escena el secretario Juan Antonio Martínez Camino, con el mismo vergonzoso teñido de pelo de siempre, el mismo que afirmó el pasado 27 de enero que “el matrimonio es un contrato más leve que los firmados con las compañías telefónicas”, o que “el preservativo nunca de puede aconsejar” (25.11.2010), para remover el tema de la muerte digna. Así, ayer comparaba en 12 folios el Proyecto de Ley Reguladora de los Derechos de la Persona ante el Proceso Final de la Vida con “una legalización encubierta de prácticas eutanásicas” y con “verdaderos homicidios”. El Gobierno de España debería dejarse de paños calientes y poner fin cuanto antes a esa rémora el Concordato. Ya basta de mantener a vagos, a chamanes y a vendedores de humo.

domingo, 26 de junio de 2011

Rousseau y el parto con fórceps español


La propuesta de la candidatura de Unitat Popular de llevar al pleno del Ayuntamiento de Gerona una moción de declarar persona “non grata” al príncipe de Asturias y de que se le retire el título de presidente honorífico de la Fundación Príncipe de Gerona causa un cierto asombro. Se puede ser o no monárquico, que para gustos se hicieron los colores. Pero si la Constitución no se modifica, y el Gobierno no está por la labor de promover un referéndum sobre la forma de Estado que prefieren los españoles del siglo XXI, Felipe de Borbón será el próximo rey de España. Pero España, a mi entender, debe ser lo que quieran los españoles. Si la soberanía reside en el pueblo, como reza la Constitución Española de 1978, no debemos olvidar lo que ya dejó claro Rousseau en 1762: “cada ciudadano es soberano y súbdito al mismo tiempo, ya que contribuye tanto a crear la autoridad y a formar parte de ella, en cuanto mediante su propia voluntad dio origen a ésta, y por otro lado es súbdito de esa misma autoridad, en cuanto se obliga a obedecerla”. Pero tampoco hay que borrar de la memoria que en nombre de la voluntad "general" o pueblo, se asesinó y destruyó indiscriminadamente durante la Revolución Francesa y se generaron actitudes irresponsables y el atropello a los derechos de las minorías. Guardando las distancias necesarias, no hay que dejar entre renglones que la última Constitución Española, la de 1978, se engendró en las dos Cámaras por consenso, ni dejar en el tintero que la palabra “consenso”, tan traída y llevada en boca de los políticos desde su concepción hasta su “parto con fórceps”, no fue cosa distinta a una manera eufemística de solapar el término “miedo”, que era lo que había. Recuerdo que la derechona de la caverna, la inmovilista, la nostálgica de Franco, ya había apodado a Juan Carlos I como Juan Carlos el Breve. Los españoles con edad de votar sabíamos que dentro de su articulado se incluía el Capítulo II (artículos 56 al 65) donde se dejaba bien entendido que la figura del rey es inviolable y que sus actos no están sujetos a responsabilidad alguna. Algo, lo segundo, que me parece absolutamente demencial y propio de un país bananero. Pese a ello, el texto presentado fue ratificado mayoritariamente un frío 6 de diciembre. El temor a la represión instalado en la ciudadanía durante los últimos cuarenta años y la alienación de una inmensa ciudadanía rural con una casi nula cultura política fueron dos bazas de peso en aquella partida de cartas con naipes marcados.

Como señalaba líneas arriba, en el nombre de la voluntad popular se atropellaron los derechos de las minorías durante la Revolución Francesa. Ahora sucede algo parecido. Los ciudadanos votan cada cuatro años a sus representantes en el Congreso y en el Senado. Durante las campañas electorales, los aspirantes estrechan manos, prometen puentes donde no existe río y piden el voto para unas listas cerradas en las que saben de antemano que la Ley D’Hondt apisonará a los partidos minoritarios, que esos votos “fracasados” por exiguos favorecerán a las mayorías, es decir, a aquellos que durante los siguientes cuatro años usarán la disciplina de su partido para sacar adelante, bien en solitario, o bien con el apoyo de otros partidos a cambio de concesiones en muchos casos vergonzosas, unas leyes que vencen, pero que casi nunca convencen. En suma, lo que sucede en España es variopinto, como la fauna marina. El movimiento 15-M, el de la “generación perdida”, tampoco sirve para cambiar actitudes en la clase política. Ni se modifica una obsoleta Constitución ni se crean puestos de trabajo ni se pregunta a los nuevos españoles, a todos aquellos que no votaron en el 68 por no tener edad o por no haber nacido, qué forma de Estado desean en el próximo futuro. En esta Oligarquía Parlamentaria, que ya va siendo hora de llamar a las cosas por su nombre, se ha instalado el inmovilismo de aquellos que anhelan que nada cambie, si es que les beneficia. La llamada socialdemocracia española, esa aparente izquierda, utiliza el “Falcon” para pasar un fin de semana en Sevilla, como recientemente hizo la ministra Rosa Aguilar, sin preguntar en el aeropuerto de llegada: “¿cuánto cuesta el viaje?”. Los componentes de la Mesa de las Cortes de Aragón, salvo Nieves Iberas, de CHA, no renuncian al coche oficial, según cuentan, “por no dejar al chófer sin empleo”. Y así todo. En un país donde al Jefe del Estado no se le puede exigir responsabilidades; donde los políticos se han instalado en la vida-muelle; donde cinco millones de parados importan menos que mantener las prebendas consolidadas de políticos y burócratas, como los tres sueldos de Cospedal; donde los ricos pagan menos impuestos que los pobres; donde un próximo viaje papal va a costar más de cincuenta millones de euros al Fisco, haciendo oídos sordos a Cáritas, que ya detecta en España serias situaciones de hambruna; donde se le sigue pagando con el dinero de todos un sueldo vitalicio, coche y escoltas a José María Aznar, pese a pasarse el día hablando mal de España; mientras todas estas cosas ocurran, digo, no estamos en situación de asombrarnos cada vez que desde la prensa extranjera se nos tome por el pito del sereno, o supongan que estamos gobernados por el director de la Banda del Empastre.

jueves, 23 de junio de 2011

El "método Cospedal"


La prima de riesgo se dispara hasta los 279 puntos básicos, la bolsa española se va al carajo un día sí y otro también, y los españoles estamos muy preocupados una vez que hemos conocido que María Teresa Campos amenaza con abandonar “Sálvame”, ese regüeldo sonoro y bronco que Tele 5 nos presenta a diario de la mano de Jorge Javier Vázquez. Maria Dolores de Cospedal, por otro lado, se ha enfundado la peineta y la mantilla en el cardado de su pelo durante la toledana procesión del Corpus. ”El futuro también se conquista recordando nuestras tradiciones”, ha dicho sin despeinarse. El que tampoco se ha despeinado, por la sencilla razón de que tiene más alopecia que un huevo de codorniz, ha sido Francisco González, que ha dicho en México que “el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha emprendido reformas en las que no cree y por eso éstas no han llegado a buen camino". Las acciones del BBVA cayeron al final de la sesión de hoy un 5,46%. Pero la culpa no parece que sea de Zapatero. Según leo en El País, el Mercado ha castigado el anuncio de que ese banco “ampliará capital para adelantar la conversión de los bonos que vencían en 2014. Dado que se trataba de bonos obligatoriamente convertibles, el efecto de dilución ya estaba mayoritariamente descontado, pero la salida de nuevos títulos al mercado puede castigar la cotización si buena parte de los inversores deciden vender las acciones que reciban”. Yo no sé si las reformas de Zapatero han llegado a buen camino, pero Francisco González tiene un sueldo anual que supera los 9’8 millones de euros. Todo un insulto a la inteligencia, dadas las circunstancias por las que atravesamos. En fin, el futuro de Cospedal se conquista a base de recordar tradiciones y el aspirante Rajoy entiende, y así lo ha afirmado en la toma de posesión de ésta, que está dispuesto a utilizar como modelo el “método Cospedal” para gobernar el país cuando gane las generales. Cuidado con la nostalgia y con ciertas rancias tradiciones, no vaya a ser que quiten del Valle de los Caídos a Franco para hacerle un hueco a él detrás del altar mayor de la basílica.

martes, 21 de junio de 2011

Entre zorrosclocos anda el juego


Acostumbro a leer con detenimiento los artículos que Serafín Fanjul escribe en Libertad Digital y en el resto de los medios. Hoy, martes, leo una “tercera” de ABC, “Para qué sirve una Academia”, donde Fanjul comenta cuestiones que personalmente considero muy interesantes: por ejemplo, cuando el Ayuntamiento de Cáceres resolvió cambiar el nombre de una calle (“Héroes de Baler”) por desconocimiento, tras considerar en un pleno de ese consistorio que el rótulo en recuerdo a los últimos soldados españoles en Filipinas tenía tufillo franquista; o cuando un erudito a la violeta reclamaba a la rosa de los vientos la retirada del escudo de los Reyes Católicos en la fachada de la Real Chancillería de Granada, que data del siglo XVI, por contener el águila rampante de san Juan y yugo y las flechas. Pero, pese al interés con el que siempre leo los comentarios de Serafín Fanjul por la autoridad que representa la persona de este ilustre lucense, catedrático de Estudios Árabes y miembro electo de la Real Academia de la Historia, debo reprocharle, aunque sin deseo de ofenderle, ciertas afirmaciones relacionadas con el nuevo Diccionario Biográfico de la RAH, costoso tanto en el esfuerzo de muchos colaboradores de prestigio indiscutible como en el dinero salido para su confección de las arcas del Estado. Fanjul hace referencia en su articulo de ABC “a la tónica dominante en noticieros y tertulias” por las referencias que en dicho Diccionario se hacen con respecto a la figura histórica de Francisco Franco. Soy consciente, y en eso estaremos todos de acuerdo, en que no se puede ridiculizar todo un trabajo de equipo donde se da cuenta de 43.000 biografías, 5.500 colaboradores y doce años de esfuerzo colectivo. A nadie se le escapa que existen fallos de explicación al referirse a la vida y obra del dictador Francisco Franco (no sé si sucederá algo similar con Arias, Carrero, Queipo, Yagüe, etc.) que han indignado a muchos españoles de cualquier clase y condición. Fanjul adopta una actitud airada, tanto en éste como en otros medios. Así, en Libertad Digital, el pasado día 15, bajo el epígrafe “El circo perpetuo”, Fanjul, refiriéndose a la diputada Cristina Cifuentes, del PP, manifestando “falta de seriedad”, comenta: “¿Qué sabrá esa tropa ágrafa, que vive de tópicos y vulgaridades del día a día, acerca de lo que se hace en la Academia?”, para terminar con una postdata en la que invita a que se busque en el diccionario de la RAE la palabra zorrocloco. Personalmente ya la he consultado sus dos acepciones académicas. La primera de ellas, la que aquí interesa, hace referencia a “hombre tardo en sus acciones y que parece bobo, pero que no se descuida en su utilidad y provecho”. No sé, Fanjul sabrá. Lo que ya me preocupa más en su artículo de hoy es una referencia concreta que no quiero pasar por alto. Dice: “El nuestro es un país contradictorio en el que coinciden lo mejor y lo peor del intelecto humano. Y peligroso, con la ligereza entronizada como norma, por estar todo prendido con alfileres: un incidente inesperado puede torcer gravemente nuestra historia produciendo daños irreparables (para qué volver sobre el 11 de marzo?) (…) Y de ahí los destrozos de la era Rodríguez”. En este punto es donde resbala Fanjul. Con su expresión “incidente”, ¿se refiere Fanjul a la tragedia de los trenes madrileños, con 191 ciudadanos muertos y más de 1.500 heridos? ¿Eso es para Fanjul un incidente? Con lo de “torcer gravemente la historia”, ¿se refiere Fanjul a la clamorosa derrota de Rajoy en las urnas por las mentiras mantenidas por Aznar? No sé, escribe Fanjul, ya terminando su articulo de hoy, que “En una España en la que la alta cultura va siendo arrinconada por la banalidad y por una tecnología convertida en un fin en sí misma, como negocio que es, cumple recordar que, tal vez, el principal escollo de la IIª (sic) República lo constituyera haber sido propiciada por intelectuales metidos a políticos, en tanto uno de los primeros problemas de la España presente reside en el lamentable nivel cultural de quienes pretenden traer la IIIª (sic)”. ¡Chupa del frasco, Carrasco!

lunes, 20 de junio de 2011

El imparable avance de los bichos


¿Recuerdan aquella canción del verano cantada por The Doors, “No me moleste un mosquito, why dont you go home”? Pues nada, resulta que el mosquito tigre avanza imparable por el eje del Ebro y la mosca negra intenta colonizar Zaragoza. Si a eso añadimos que al mejillón cebra no hay quien lo frene por las cañerías, se nos presenta un veranito como para no salir de casa ni para comprar el pan. La prensa aragonesa comenta que "todo apunta a que avanzará hacia Aragón, aprovechando la vegetación frondosa del Ebro", tal y como ha reconocido Javier Lucientes, profesor de Patología Animal de la Facultad de Veterinaria. En el Madrid de la posguerra hubo que luchar contra el “piojo verde”, que no era ese puñetero insecto neóptero sin alas que incluye a unas 3.250 especies, sino el tan temido tifus exantemático, que se extendió como la pólvora por escuelas, cárceles y chabolas, obligando a hacer redadas de mendigos para afeitarles la cabeza sin distinción de género para, después, meterles entre sus harapos bolitas de alcanfor, que era a lo que olían las sacristías, los capelos cardenalicios, los fajines de los generales y el traje de los domingos que sólo se usaba para asistir a los partidos de fútbol, las bodas y, cada vez que las circunstancias lo exigían, a tener que cumplir con ese rito tan democrático de ponerse a una cola interminable frente a una siniestra ventanilla con portezuela de cristal, para que el funcionario de turno y de aspecto avinagrado, o sea, luciendo esa tez que denotaba no saber dar en el chiste con la palabra de cinco letras imprescindible para resolver el crucigrama del “7 Fechas”. Con traje gris, de príncipe de Gales, o de pata de gallo, era más fácil que admitiera, después de los acostumbrados cuatro intentos fallidos, la necesaria instancia para la cosa más nimia. Personalmente odiaba las ventanillas de la misma manera que aborrecía las preguntas de la portera, o la halitosis de aquel confesor que decía tener capacidad bastante para perdonar todos pecados, salvo los que requerían el auxilio del Penitencial, que tenía confesionario señalado en todas las catedrales. El mosquito tigre, la mosca negra y el mejillón cebra de hoy los sufriremos con la misma paciencia que las calamidades que atenazaban a los españoles de hace setenta años, cuando abundaba la sarna, la tiña y la piodermitis. No cabe duda, groserías aparte, de que cada agujero tiene su tapón. La tos y los catarros de los años 40 podían ser combatidos con “pastillas Richelet”, que costaban 90 céntimos; la sarna y enfermedades de la piel remitían con el “antisárnico Martí”, o con “Sarnical”, de olor agradable; los que sufrían molestias estomacales podían tomar dos o tres tabletas de “Magnesia Bisurada”; y para aquellos que se encontraban con “estados débiles orgánicos” nada como el sanatorio Villa Concepción, en la Ciudad Universitaria, cuya pensión mínima valía 20 pesetas diarias. Aunque lo más milagroso, sin duda, fueron los cociditos madrileños, como el de Quintero, León y Quiroga que repicaba en la buhardilla y en la voz del inolvidable Pepe Blanco.

sábado, 18 de junio de 2011

Otra vez Antonio Burgos


Soy consciente de que don Antonio Burgos estará de mi modesto blog hasta el gorro. Lo lamento, pero otra vez he dado un brinco en el asiento hoy por la mañana leyendo “El recuadro” en el diario ABC. Es como una obsesión. Lo primero que hago todas las mañanas cuando me despierto es encender el ordenador y ver qué ocurre en la Sevilla iluminada y luminosa de Antonio Burgos, donde los personajes que nacen de su pluma son como clientes selectos de La taberna de El Traga. Pero a lo que iba, moreno. En su “Postal de Cristina” describe una época de infancia irrepetible. Un puente de San Telmo que se abría de piernas para dejar pasar los barcos, las bicicletas de alquiler, el puestecillo de José que vendía golosinas… Pero el brinco lo he pegado al saber que don Antonio Burgos fue condiscípulo de don Ramón Cortés de Haro, hijo de don Alfonso Cortés, que en paz descanse, a quien recuerdo por el principio de la década de los setenta tomando una cervecita en el bar Spala de la calle Imagen con hechuras de personaje distinguido, como pincelado a la acuarela en la barra de la taberna de Antonio Sánchez tan bien descrita por Antonio Díaz-Cañabate. Y también hermano de Alfonsito Cortés con trazas, en la época que señalo, de torero de postín saliendo de “doña Pepa”, en la Plaza de Cuba, que era como el “Málaga” en día de descanso. Posiblemente don Ramón Cortés de Haro siempre recordaría años más tarde, cuando yo tuve el honor de conocerle por cuestiones de trabajo, aquellas golosinas de Currito, o de José. Y aquella añoranza, de la que con los años sólo queda entre los dedos simple polvillo de mariposa, supongo que le persiguió como nos sucede a todos. Y, también, ahora comprendo después de tantos años, gracias al placer que me produce poder leer a don Antonio Burgos con mi primer café, la razón del nombre de su perrillo. Por aquellos años, don Ramón Cortés tuvo un perrillo al que llamó Cotufa. Hoy todo aquello suena raro, como el sonido de la moneda que echamos en el platillo de un pordiosero a cambio de un “Dios se lo pague”.

miércoles, 15 de junio de 2011

Un ataúd, o la maleta del loco


Sería necesario conocer las razones de por qué Carmen Franco Polo se ha opuesto al traslado de los restos de su padre fuera del Valle de los Caídos. Los restos del dictador y genocida Francisco Franco, que, de no haber ganado una guerra civil, ni siquiera aparecería en las enciclopedias, deben ser sacados de inmediato de la parte trasera del altar mayor de la basílica y depositados en cualquier otro cementerio. Mientras eso no ocurra, mientras muchos españoles que lucharon por la libertad continúen setenta y cinco años después de una tremenda guerra entre hermanos, olvidados en las cunetas de las carreteras y en el fondo de los barrancos, no se cerrarán las heridas aún abiertas. Como decía, si Francisco Franco no se hubiese puesto en 1936 al lado de Mola, nadie se acordaría hoy de ese militar africanista. Sí, en cambio, las enciclopedias darían cuenta de su hermano Ramón, entre otras cosas por haber tomado parte desde Palos de la Frontera hasta Buenos Aires a bordo del hidroavión Dornier Wal Plus Ultra; porque en 1930 se sublevó contra la Monarquía en el aeródromo militar de Cuatro Vientos; y, además, por haber obtenido acta de diputado por Esquerra Republicana de Catalunya en las elecciones generales de 28 de junio de 1931. Se equivocan aquellos, entre los que incluyo a José Bono, que entienden que el franquismo murió con Franco, en 1975. Ni mucho menos. El recuerdo del franquismo seguirá presente, querámoslo o no reconocerlo, durante mucho tiempo. Su maquinaria ya no funciona, pero el chasis de la tramoya se encuentra presente hasta en la Jefatura del Estado.Y con ello no pretendo señalar la figura de don Juan Carlos, al que tengo por un buen rey de España, sino otra figura distinta del mismo personaje, la figura difuminada y gris de aquel Juan Carlos, Príncipe de España, obligado durante demasiados años a tragar muchos sapos y a ser ninguneado por un dictador al que su hija no encuentra ahora lugar donde enterrarle.

martes, 14 de junio de 2011

Tahúres de garito


No tiene nada de particular que el obispo de Orense haya suspendido “a divinis” a Antonio Fernández Blanco. Se trata de un sacerdote y, de acuerdo con el Código de Derecho Canónico, a los religiosos pertenecientes a la Iglesia Católica "les está prohibido aceptar cargos públicos que llevan consigo una participación en el ejercicio de la potestad civil y participar activamente en partidos políticos o en la dirección de asociaciones sindicales". El sacerdote Antonio Fernández, en consecuencia, no estaba en situación de libertad para poder concurrir como número dos en la lista electoral del PSOE en La Gudiña. Queda claro que a alguien que desea pertenecer a un club, se le supone que debe aceptar sus normas. Pero, de la misma manera, tales miembros del club en cuestión deben correr con los gastos. Pero la Iglesia Católica no corre con los gastos de su mantenimiento sino que acepta muy gustosamente que el Estado, por aquello de que el Concordato que rige las relaciones entre el Vaticano y el Reino de España gozan de buena salud, le haga entrega a fondo perdido de un montante de casi 10.000 millones de euros anuales, además de otras prebendas. Sólo en centros escolares, se ceden más de 3.500 millones, más otros 600 destinados a pagar a los profesores de Religión u otros docentes en centros concertados. Por si ello fuera poco, el Estado se ha comprometido a correr con la mitad de los gastos de la Jornada Mundial de la Juventud, que incluye la venida de Benedicto XVI a Madrid el próximo verano, sin contar con los gastos añadidos de seguridad, que supondrá alrededor de otros 25 millones. Ya se sabe que las empresas que financien el evento recibirán exenciones fiscales de hasta el 80%. Es decir, otro dinero que no entrará en las arcas públicas. Sólo queda confiar en que, dados los precedentes, este verano no vuelva a suceder algo parecido a lo de Valencia en 2006 con motivo de la última visita papal. Para quien no lo recuerde, le aclararé la memoria diciéndole que el sinvergüenza Francisco Correa, cabecilla de la trama Gürtel de corrupción que permanece en prisión preventiva, usó la visita del papa a Valencia en 2006 para abonar obras en su casa de Ibiza, en Punta Grossa, por las que pagó a través de su empresa Osiris Patrimonial 1,35 millones de euros, según recoge un informe de la brigada de blanqueo de capitales incorporado al sumario del caso. Teconsa le abonó la remodelación a cambio de la adjudicación de Canal 9. Tal vez, si Jesucristo volviera a la tierra, el obispo de Orense y otros funcionarios de la Iglesia, tahúres de garito como él, lo machacarían a cristazos. No tengo la menor duda.

sábado, 11 de junio de 2011

La ley debe aplicarse sin fisuras


Leo en el diario Público que “Plataforma contra la impunidad del Franquismo exige la eliminación de todo residuo de la dictadura en los espacios públicos de Madrid”. Nada que objetar. Así se contempla en la Ley de la Memoria Histórica. Lo que sucede es que tales símbolos, casi todos ellos de una cutrería infame por su olor a rancio, están relacionados con las placas de aquellos grupos de viviendas protegidas que se levantaron en tiempos de Girón en lugares periféricos y que conformaron algo muy parecido a guetos, para acoger, se diga lo que se diga, a aquellos jornaleros del sector primario que llegaban a la gran ciudad con la esperanza de alcanzar la tierra mítica de El Dorado. Aquel falso El Dorado no era otra cosa que un puesto de trabajo mal pagado en una pequeña empresa de un polígono industrial. Fue la consecuencia lógica del Plan de Estabilización. Y aquellas chabolas en vertical, o aquellos pabellones con mucho ladrillo, sin calefacción ni ascensor y con estrechas ventanas, se concedieron por sorteo. Eran viviendas de precio limitado y parcialmente subvencionadas por la administración pública. Solían incluir iglesia, centro parroquial y escuelas para los hijos de lo que en la jerga franquista se denominó como “productores”. Sabido es que después de la guerra se hizo de la vivienda un argumento político como consecuencia del apoyo ideológico a la familia. Para ello, en 1939 se creó el Instituto Nacional de la Vivienda que, en principio, tuvo personalidad jurídica propia y autónoma para administrar su patrimonio. Más tarde pasó a depender de los sindicatos verticales; posteriormente del Ministerio de Trabajo; y, finalmente, del Ministerio de la Vivienda, que se creó en 1957. Las condiciones para ser beneficiario de las viviendas protegidas eran: ser español, mayor de edad, dedicarse a un oficio, empleo o profesión liberal, o ser pensionista del Estado. Esto planteó problemas de acceso a la población recientemente inmigrada que antes que trabajo buscaba una vivienda. Se programó el primer plan de viviendas para el decenio 1944-1954. Así, en 1944 se promulgó la disposición relativa a viviendas bonificables. Dicha Ley tenía por objeto la construcción de viviendas para la clase media, e impulsar la construcción entre la iniciativa privada para intentar paliar el problema del paro que entonces empezaba a tener caracteres graves por la fuerte inmigración de mano de obra no cualificada, antes señalada, procedente del campo. Para la adquisición de lo que se dio en llamar “Viviendas de Renta Limitada” se fijaron los máximos de renta mensual en 500 pesetas para las superficies comprendidas entre 110 a 150 m2 y 200 pesetas para las menores de 60 m2. No se exigía ningún requisito esencial para ser beneficiario. Pues bien, en la fachada de aquellas viviendas siempre se colocaba una placa metálica con el emblema de una casa bajo el yugo y las flechas, donde se recordaba que aquella finca estaba “acogida a los beneficios de la Ley…”, etcétera. De la misma manera, las calles de aquellos grupos de viviendas solían estar dedicadas a militares, políticos o religiosos relacionados con el “espíritu del 18 de julio”. En ese sentido, el diario Público señala ahora que la Plataforma contra la impunidad del Franquismo manifiesta que “la presencia de nombres relacionados con personalidades de la Dictadura Franquista, además de ilegales, son inmorales y faltan al respeto de las víctimas”. Tales símbolos fascistas deben desaparecer de inmediato, tanto en Madrid como en el resto de España. En eso creo que estamos todos los demócratas de acuerdo.

jueves, 9 de junio de 2011

Cambalache


La sombra de Trichet es alargada. Ya avisa de que subirán los tipos en julio. El que avisa no es traidor. Los acampados en Sol anuncian que levantarán el campamento el próximo domingo y Valeriano Gómez, el Gómez de toda la vida, rechaza las críticas de la Patronal y mañana, en el Consejo de Ministros, comenzarán la reforma de los convenios colectivos. Es el triunfo de los pelotilleros. Las pymes necesitan de los pelotas aunque no rindan, para justificar que a determinados trabajadores se les pueda subir el sueldo y a otros no. Claro que los empresarios tienen miedo a contratar, pero es por la falta de crédito. En época de vacas gordas no había ningún problema. En Zaragoza, el alcalde Belloch está tragando carros y carretas para que el “tripartito” le aúpe a la alcaldía. Belloch, alcalde en funciones (en funciones de tarde y noche) sabe que lo tiene crudo. Gobernar con la CHA y con IU es complicado. Aguantará tres meses. No más. Se marchará a Madrid, al Senado, en vista de la ingobernabilidad y nos dejará a un “damasco”, a Pérez Anadón al frente del Consistorio. O sea, una mierda pinchada en un palo. Ya lo hizo Rudi, cuando la llamó Aznar a Madrid para presidir el Congreso y nos dejó Zaragoza en manos de Atarés, que era carne con ojos. Pero la CHA pretende, entre otras cosas, que se quite el crucifijo del Ayuntamiento, lo contrario que ha hecho Cotino en Valencia, presidiendo unas Cortes lastradas por la corrupción. Habrá que tocar madera. El presidente ruso, Dimitri Medvedev, ha concedido al rey Juan Carlos el Premio Estatal 2010 para actividades humanitarias, dotado con cinco millones de rublos (250.000 euros). Y el Rey, lo ha donado a Lorca. Un detalle, pero nada más. Tampoco es como para que los ciudadanos agachemos la cerviz en su presencia. De eso, nada. El ciudadano Borbón es como el ciudadano Miranda, que soy yo, sólo que éste cobra, y mucho, por ejercer de jefe del Estado. Que le aproveche. Y se nos ha marchado para siempre Jorge Berlanga, Jorge Semprún y Mieczyslaw Pemper, redactor de la conocida lista de Schindler que salvó la vida a 1.200 judíos durante la Segunda Guerra Mundial. El Heredero lo tiene peor. Le dijo a la ciudadana con la que conversó que “ya había tenido su minuto de gloria”. Estaba equivocado. El minuto de gloria lo había tenido él. O, al menos, a mí así me lo parece.

miércoles, 8 de junio de 2011

Crespón negro en el "Cossío"


No cabe duda de que a los ganaderos de toros de lidia españoles les ha mirado el tuerto. Este año está siendo especialmente cruel. Así, el pasado 18 de abril moría en la carretera, en Higuera de la Sierra (Huelva), Juan Pedro Domecq y Solís Beaumont, de 68 años, cuando regresaba desde Zaragoza a su finca Lo Álvaro. Quien hasta su divorcio fuera conde de Asalto consorte por su matrimonio con María Teresa Morenés Urquijo, había publicado en 2010 un libro interesantísimo, “Del toreo a la bravura”, considerado de gran importancia en el mundillo taurino. Juan Pedro había heredado de su padre, Juan Pedro Domecq Díez, la vacada fundada por su abuelo, Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio, conocida por los famosos “toros de Veragua”. Y en la madrugada del pasado 26 de mayo, Luis Núñez Moreno de Guerra, de 70 años, y su hijo Luis Núñez Núñez, de 37 años, fallecían de madrugada en el kilómetro 16 de la AP-4 en el término de Dos Hermanas (Sevilla). Luis Núñez Moreno de Guerra era hijo de Carlos Núñez Manso, creador del encaste “Carlos Núñez”. Se daba la circunstancia de que en noviembre del año pasado había muerto de enfermedad su hijo Carlos. Ayer, día 7 de junio, fallecía en su finca de Tejada y Segoyuela (Salamanca) Jesús Esperabé de Arteaga y Peralta, de 60 años, como consecuencia de las cornadas producidas por un desecho de tienta que se arrancó inesperadamente cuando iba a recibir un disparo. Jesús Esperabé de Arteaga tenía en la actualidad su ganadería “Hijos de Jesús Esperabé de Arteaga” en venta. Por si todo ello fuese poco, José Ortega Cano se debate estos días entre la vida y la muerte en Sevilla por falta de pericia al volante o por culpa de la maldita carretera. Todos los años son malos para los toros de lidia en los ruedos. Pero, también, este año el “Cossío” luce crespón negro.

martes, 7 de junio de 2011

Sobre pinos, tripas y todo eso


El otro día decía el rey don Juan Carlos a los periodistas que “lo que quieren es clavarle un pino en la tripa”. En mi juventud leí cómo Vellido Dolfos salió de Zamora por la “puerta del perdón” hacia el campamento castellano y concertó una entrevista a solas con Sancho III, con la excusa de que iba a desertar del bando de doña Urraca y le mostraría una puerta de acceso a la ciudad. En un descuido y de forma alevosa, Dolfos atravesó el pecho del monarca con el venablo dorado del propio rey. Se sabe que los magnicidas no tienen un único perfil. El asesino de los archiduques de Austria en Sarajevo, era un patriota serbio. El asesino de Trotsky era un agente entrenado para matar que cumplía órdenes de Stalin. Los asesinos de Rabin y de Sadat eran fanáticos religiosos. En España, de 1870 a 1973 hubo magnicidios desde Juan Prim en la madrileña calle del Turco hasta Luis Carrero Blanco en la calle Claudio Coello y a manos de ETA. Y entre medio de ambos magnicidios, el de Cánovas del Castillo en 1897 a manos de Angiolillo; el de José Canalejas, en 1912, de un disparo de Manuel Pardiñas frente a la Librería San Martín, en la Puerta del Sol, esquina a Carretas; y el de Eduardo Dato, en 1921, llevado a cabo por Pedro Mateu, Ramón Casanellas y Lluis Nicolau; además de un intento de asesinato de Alfonso XIII en la Calle Mayor, en 1906, coincidiendo con su boda, mediante una bomba colocada dentro de un ramo de flores por Mateo Morral. Pero lo dicho ahora por el rey don Juan Carlos a los periodistas escapa a cualquier referencia histórica. Clavar un pino en la tripa del rey es a todas luces tarea ardua y dificultosa. Supongo que don Juan Carlos utilizó una metáfora y el lenguaje coloquial al referirse al pino, a la tripa y al trato que estaban dando algunos medios a su salud. Que yo sepa, sólo al conde Drácula (protagonista de la novela del irlandés Bram Stoker) se le ensartaba una estaca, no sabemos si de cedro, de abeto o de pino carrasco, en medio del pecho para que no anduviese por ahí chupando sangre.

lunes, 6 de junio de 2011

La tarde promete


Cela, con su “Toreo de salón”, que señaló como “farsa con acompañamiento de clamor y murga”, nos dio a los lectores unas pinceladas al acuarela sobre ciertos personajillos de sus apuntes carpetovetónicos. Lo hizo también con “El Gallego y su cuadrilla”. Y, como bien señalaba el ilustre catedrático Antonio Vilanova en su prólogo a la primera edición de “Toreo de salón”, “el apunte carpetovetónico, a diferencia del artículo, no nace ni muere, sino que, simplemente, brota y desaparece, igual que un venero de agua clara”. Y don Camilo José escribe en la página 68 de su libro que “la democracia es la democracia y tiene sus reglas: como el toreo, el ajedrez, el timo de las misas, etc. En política, a la solemne observancia de las reglas del juego se le llama liturgia que, más o menos, quiere decir servicio público”. Todo lo anterior viene a cuento con un artículo publicado en República.com titulado “Rajoy y la corrida de Cuadri”, donde Aurora Pavón, es decir, Pablo Sebastián, analiza la que le viene encima al aspirante a ser inquilino del Palacio de la Moncloa, Mariano Rajoy, que el periodista que se escuda en ese pseudónimo ya utilizado en el diario ABC, denomina como Marianito de Pontevedra. Y refiriéndose a esa figurada corrida de toros de postín, con 6 toros 6 para un solo maestro, Aurora Pavón dice que “ahora Marianito de Pontevedra no se puede escapar, y por mas que se diga independiente de poderes fácticos y de la cama redonda nacional, y tenga las manos limpias -que las tiene-, ahora tiene que coger la seda y el percal y plantarse en el centro del ruedo ibérico -puede que en la feria de otoño de San Miguel- para hacer frente a la corrida de Celestino Cuadri que encerrada está en El Batán y luce unos pitones astifinos como puñales, nada que ver con los hoy venidos a menos miuras o vitorinos (sic). Seis toros seis negros y con trapío que están bramando por salir al ruedo donde espera, de purísima y oro, Marianito de Pontevedra”. También señala nombre a los toros de la divisa de Cuadri que le han tocado en suerte: “Parao, Sindicato, Ruinoso, Nacionalista, Deudor y Rescatao. A renglón seguido, Aurora Pavón cuenta que “el de Pontevedra, da la impresión que no quiere orejas ni las palmas ni vuelta al ruedo. Se conforma con el silencio, que es lo suyo. A la chita callando se ha plantado a las puertas del poder y a la chita callando pretende permanecer en él. Pero eso era antes, ahora eso no puede ser porque están los de Cuadri en el apartadero y esperando un matador o a uno dispuesto a morir o dejarse la taleguiya en el intento”. Como es natural, corro a comprar una entrada de barrera de sombra antes de que se agoten. La tarde promete.

domingo, 5 de junio de 2011

Rol de raros


El Hombre del Saco de nuestra infancia un día desapareció para siempre y nunca más volvimos a oír hablar de él. Algo parecido sucedió con el Sacamantecas, con La Molondra y con el famoso cuélebre. De todos ellos, en el caso de haber existido, nunca supe sus verdaderos nombres. El cuélebre es el nombre dado a una criatura legendaria, perteneciente a la mitología asturiana, la cual es descrita como un ser con forma de dragón similar a una serpiente alada. Existe una historia sobre que supuestamente un cuélebre fue avistado en Felechosa; y en 1965 se llevó a cabo la última batida de la Guardia Civil contra este animal mitológico. La batida, en tono festivo, culminó con una espicha que un empresario local, Luciano Tejón Muñiz, organizó para las autoridades y para motivar con ello a que los periodistas con sus artículos atrajeran el turismo a esta localidad. Pero existen todavía en activo otras figuras pintorescas dignas de ser tenidas en consideración. Y en ese rol de raros se encuentra el Cipotegato turiasonense, un personaje vestido de arlequín al que los vecinos de Tarazona acribillan a tomatazos a lo largo de un extenso recorrido. También, el famoso Barandales, que tiene la misión de abrir las procesiones en Zamora. Se trata de un hombre de aspecto siniestro que porta una amplia túnica de extraño diseño y mueve dos enormes cencerros. Se sitúa en la cabecera de los desfiles detrás de la cruz guía y tañe las esquilas, anunciando el paso de la procesión. Ahora resulta que me entero de que el último Barandales falleció el pasado jueves. Se llamaba Alberto Villacorta y llevaba treinta y tres años en el oficio. Como bien señala Ángel Macías en su artículo de hoy en El Correo de Zamora, los ejercientes de Barandales en las procesiones zamoranas siempre semejaron a “almas errantes, bajo las flores de abril”. Pues nada, qué le vamos a hacer…

sábado, 4 de junio de 2011

La Crisálida de Osorno


No sé si ya se habrán dado cuenta. Desde el reciente triunfo de la Derecha en las pasadas elecciones autonómicas y municipales, los columnistas de la prensa de la caverna se dedican un día sí y otro también a hacer leña del árbol caído. Desean a toda costa que se adelanten las generales para aprovechar esa “inyección de penicilina” que ha recibido Rajoy. Y esos columnistas están dejando de interesarme. Concentran sus esfuerzos literarios en la banalidad más espantosa y en sembrar alarma entre los lectores. No hacen un serio análisis de la actual situación de España. Simple y llanamente concentran sus esfuerzos en comentar, por ejemplo, si a Pérez Rubalcaba deben o no llamarle Alfredo (o, como dice Ussía, AF, “el segundo responsable del Gobierno desastroso que nos ha llevado a todos los españoles al borde de la ruina"); a unas deudas autonómicas que estiman escandalosas (por ejemplo, Castilla-La Mancha) sin siquiera haberse parado a pensar que todavía no se han auditado; a no se qué espectro que se pasea por La Moncloa arrastrando cadenas ( me refiero a Isabel San Sebastián refiriéndose a Pérez Rubalcaba, señalando que "ahora huele la sangre de la presa que se ha cobrado y el aroma dulzón de la muerte le estimula el apetito...El fantasma ha parido un tiburón"); a la justificación de lo injustificable en lo referente a la reseña de Francisco Franco escrita por su admirador Luis Suárez en ese Diccionario Biográfico Español editado por la Real Academia de la Historia que ha costado al Estado 6 millones de euros; al tema de Bildu (al que confunden de forma malintencionada con ETA) en los ayuntamientos vascos; etcétera. Y hasta la Patronal juega al pim pam pum con los sindicatos, rompiendo unas negociaciones sobre la reforma laboral que ya casi estaban cerradas, después de conocidos los resultados electorales en las autonómicas favorables al PP. ¿Por qué no comentan la mala gestión de Camps y Barberá de 144 coches oficiales, o de los 1.300 millones en facturas ocultas en la Generalitat, o el desfase de 15.000 millones de Feijóo en Sanidad y los 1.000 millones de Valcárcel? Pero, de esos columnistas a los que hago referencia, hay uno de ellos que se lleva la palma. Me refiero a César Alonso de los Ríos, que se permite definir a Alfredo Pérez Rubalcaba como “rebotado del franquismo familiar”. Pero, ¿quién es César Alonso de los Ríos? Pues verán: independientemente de lo que pueda señalar sobre su biografía la Real Academia de la Historia, el señor Alonso de los Ríos, que en su día estuvo afiliado al Partido Comunista de España, que colaboró con las revistas más secuestradas durante el franquismo (“Cuadernos para el diálogo” y “Triunfo”), que encarnó las ideas de la cultura de la izquierda del país y fue símbolo de la resistencia intelectual al franquismo, que compartió oficina, mesa y mantel con Vázquez Montalbán y con Haro Tecglen; el señor Alonso de los Ríos, digo, pasó a las filas del PSOE en los años 80 hasta que, miren ustedes por dónde, entró como columnista en el diario ABC y en las tertulias nocturnas de José Luis Balbín. A partir de entonces, siguiendo la línea editorial de ese periódico, mostró claras simpatías hacia la política de José María Aznar, para terminar asistiendo con asiduidad a las tertulias de de COPE y los programas televisivos de la cadena de Julio Ariza. Toda una metamorfosis complicada. Este señor, a mi entender y en pleno uso de la libertad de expresión, puede llamar a Pérez Rubalcaba “rebotado del franquismo popular” y quedarse tan tranquilo. Pero yo, también en pleno uso de mi libertad de expresión, puedo definir a César Alonso de los Ríos como la Crisálida de Osorno, sin que me tiemble el pulso.

miércoles, 1 de junio de 2011

El chocolate, el loro y los ancianitos


En su artículo “Matar al loro”, cuenta hoy Manuel Martín Ferrand en su columna de ABC que “es urgente matar al loro para que no sea necesario, en aras de su chocolate, bajar las pensiones de los ancianitos”. Ello viene a cuento con los más de 35.000 coches oficiales que circulan por nuestro suelo patrio, con sus correspondientes chóferes, gastos de mantenimiento, garajes, seguros y consumo de gasolina. La verdad, llama la atención. No añado nada nuevo si recuerdo que España pasa por una de sus peores crisis de su historia reciente; que el gobernador del Banco de España se cansa de aconsejar la contención de los salarios a la clase trabajadora; que la Patronal desea que los ERE en las empresas los pague el maestro armero; y que no pasa día sin que se habiliten nuevos despachos con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, a las Comunidades Autónomas, a las diputaciones provinciales o a los ayuntamientos, capaces de dar cabida a individuos de diversa ralea que no sabemos muy bien a qué se dedican ni cuáles son sus funciones dentro de sus respectivos organigramas. Pero también será bueno recordar que el Gobierno se comprometió en Bruselas a reducir el déficit público para este año en un 6 % del PIB. Y, como bien señala el lúcido Primo González, “el déficit de las Autonomías a finales de marzo ha sido de 5.000 millones de euros. (…) La deuda autonómica, que ya supera el 10% del PIB, tiene que reducir su ritmo de crecimiento este año en el que se han establecido límites a cada Autonomía del 1,3% de su PIB. El primer ente en salir a la palestra con sus cifras ha sido la Generalitat de Cataluña, que prevé un déficit del 2,6% del PIB, es decir, justo el doble del fijado por el Ministerio de Economía”. España, en consecuencia, tardará en salir del agujero en el que se encuentra sumido si no se adoptan las decisiones de “matar al loro”, de suprimir gabelas y de perseguir el fraude fiscal. Según la Fundación de Cajas de Ahorro, la economía sumergida en España asciende al 24 % del PIB. Ello significa, como cuenta hoy El País, que “las arcas del Estado dejaron de ingresar en la pasada década hasta 32.000 millones de euros, lo que equivale al 5,6% del PIB oficial, casi el mismo porcentaje de déficit con el que el Gobierno espera cerrar este 2011”. Ahí dejo esos datos para la reflexión. Juzguen ustedes.