miércoles, 3 de agosto de 2011

Marear la perdiz


Vamos a ver, José Luis Rodríguez Zapatero se arrugó ante el susto que le supuso ayer la escalada de la prima de riesgo. Por la mañana decidió llamar por teléfono a Rajoy, a Durán Lleida y al resto de los portavoces parlamentarios, a Pérez Rubalcaba y a Durao Barroso. Pero cinco horas más tarde, el presidente se echaba el muerto a la espalda y decidía poner rumbo a Doñana. Una de dos, o la situación e los mercados internacionales no era tan grave, o Zapatero ya había tomado la decisión de marcharse de veraneo aunque cayesen chuzos de punta en pleno ferragosto. Hoy ha tenido que regresar a Madrid ante el negro panorama. “España –dijo ayer- no puede tomar decisiones unilaterales, porque es una crisis mundial que tiene que ver con el conjunto de la Unión Europea y con la inestabilidad política en Estados Unidos”. Hoy la tormenta de los mercados arrecia. El diferencial de la prima de riesgo respecto al bono alemán vuelve a los 410 puntos y la Bolsa se hunde y sigue sin tocar fondo. Ante tal situación de emergencia, me vienen a la cabeza el poema de Lope de Vega, “¡Pobre barquilla mía, / entre peñascos rota, / sin velas desvelada, / y entre las olas sola! / ¿Adónde vas perdida?/ ¿Adónde, di, te engolfas?/ Que no hay deseos cuerdos/ con esperanzas locas.” Si en España ya se han adoptado las decisiones necesarias y se han emprendido las reformas imprescindibles, como dice Zapatero, ¿qué falla? Nuestro país es vulnerable al tiburoneo internacional y la decisión de señalar las elecciones generales con casi cuatro meses de adelanto por parte del Presidente no ha ayudado a mantener la calma. Pensar ahora que el problema español sólo es consecuencia de la mala situación económica de los Estados Unidos y de Italia; y que la escalada de la prima de riesgo en España –como afirma José Blanco- es “algo transitorio” y que se deriva de “convulsiones” internacionales, es intentar marear la perdiz. Una vez escuchado con estupor lo contado por José Blanco, que habla como si fuese el inventor de la pólvora, ¿qué podría suponer para el ministro de Fomento el rescate de nuestro país, si se cumplen los barruntos de “The Daily Telegraph”? Aquí, como podemos comprobar por las declaraciones de este prócer lucense, ni están todos los que son ni son todos los que están. A mi entender, y ante tan infausta situación nacional, ni el Rey ni el Gobierno ni la Oposición deberían disfrutar vacaciones. Nadie que recibe un sueldo y unas regalías sin cuento a costa del esfuerzo ciudadano debe llamarse andana ni adoptar la postura del avestruz. Hacerlo, demuestra a las claras una manifiesta incapacidad para el ejercicio del cargo.

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