viernes, 30 de septiembre de 2011

Zaragoza huele a mierda


Posiblemente sea por la falta de lluvias, esa pertinaz sequía que decían los ministros franquistas, por la incorrección en la limpieza de los alcantarillados, por la putrefacción que desprenden las celulosas en las dos empresas papeleras, o por la falta de higiene en la limpieza de las aceras. Me da igual de quién sea la culpa o quién sea el responsable de ese olor. Lo verdaderamente cierto es que Zaragoza huele a mierda. Una de dos, o Juan Alberto Belloch no tiene olfato y no es capaz de distinguir la “Álvarez Gómez” de una cagada de perro, y en tal caso debería consultar a un otorrino, o le importa un carajo las incomodidades que pueda sufrir el ciudadano. En este último caso, de ser cierto, debería dejar el cargo de inmediato y dedicarse a otra cosa. Un político, él, que va a presentarse en los próximos comicios a senador sin dejar el dogal de la Alcaldía para mí sólo tiene una lectura: pretender seguir cortando el revesino municipal y, al mismo tiempo, estar aforado en su calidad de senador. ¿Qué teme? No lo sé. ¿Al Tribunal de Cuentas? Tampoco lo sé. ¿A que se levanten las alfombras del Consistorio de la Plaza del Pilar y se airee una pésima gestión municipal en la pasada Expo? Lo ignoro. ¿Hay algo más que todavía no sepamos? Pchss… Sea lo que fuere, Juan Alberto Belloch es el responsable de la gestión municipal en la ciudad de Zaragoza. Y, en consecuencia, al Alcalde de Zaragoza le corresponde la responsabilidad de tener una ciudad, además de bien administrada en lo concerniente al dinero público, limpia y decorosa. Si huele mal, como así ocurre, tiene la obligación ineludible de averiguar dónde radica la causa. Y si la causa del preocupante problema ciudadano la constituyeran las industrias papeleras, es decir, Saica y La Montañanesa, el Alcalde no puede mirar para otro lado. Se puede carecer de olfato pero no llamarse andana. Si a los olores a mierda añadimos el desastre que supone tener una ciudad abierta en canal, con todas las molestias que ello conlleva, por la dudosa necesidad de poner en marcha una línea de tranvía, y un barquito por el Ebro vacío de clientela sorteando algas para justificar un azud aguas abajo que nunca debió hacerse; si a todo eso añadimos, además, el tremendo coste del Seminario, ahora convertido en una Casa Consistorial bis, nos damos cuenta de que los caprichos de este Alcalde rozan los antojos de Luis II de Baviera. Están al caer las fiestas pilaristas y Belloch tiene la obligación de, al menos, limpiar con chorro a presión las alcantarillas de toda Zaragoza. La quinta ciudad de España no puede tener el aspecto de un pueblón destartalado con olor a purines. Si no se siente capaz de gobernar la Ciudad con acierto, sería mejor que Juan Alberto Belloch abandonase la política y se dedicase a escardar cebollinos. Los ciudadanos se lo agradeceríamos.

jueves, 29 de septiembre de 2011

José Blanco y el aviso del gallego


El martes pasado escribía en mi blog lo siguiente: “Para mí que Miguel Ángel Revilla se arrepiente de haber llevado en taxi tantos tabales de anchoas en salazón a La Moncloa. Revilla, que fue un político de primera división mientras estuvo al frente de Cantabria, debería haber sabido con quién se jugaba los cuartos. Creer en las promesas de Rodríguez Zapatero es como suponer que el tahúr que tienes enfrente de la mesa te va a permitir que rebañes lo puesto sobre el tapete y te lo lleves crudo”. Pues bien, sólo dos días más tarde, o sea, hoy, leo en “El Diario Montañés” la respuesta de Revilla ante lo que considera un “atropello” por parte de José Blanco en el incumplimiento de sus promesas relacionadas con la llegada del AVE a Cantabria. Bajo el título de “La venganza de José Blanco”, Revilla cuenta: “el 2 de marzo de 2010, fui convocado por el ministro de Fomento, José Blanco, a una reunión. Me comunicó que estaba a punto de adjudicar el primer tramo de las obras del AVE entre Madrid y Cantabria y me propuso celebrar el 15 de mayo la colocación de la primera piedra, con un acto multitudinario al que yo me comprometí a convocar a 1.000 personas”. Un poco más adelante, Revilla repasa que le dejó plantado el ministro de Fomento sólo dos días antes del acto oficial, consistente en la colocación de la primera piedra ferroviaria en Monzón de Campos. Dice: “Dos días antes de la fecha, con la carpa instalada, 12 autobuses contratados para viajar a Monzón y la adjudicataria realizando los primeros trabajos, me llamó -refiriéndose a Blanco- para decirme que todo quedaba cancelado. Le expresé mi indignación y le adelanté que yo iría a Monzón para convertir lo que iba a ser una fiesta en un día de reivindicación. Fuimos más de 1.000 personas y allí anuncié que daría por roto el pacto de gobierno entre PRC y PSOE si no rectificaban antes de tres meses. Esa noche, Blanco acudió a 'La Noria', -el programa de Telecinco- donde no sólo ratificó que no haría el AVE por Palencia, sino que llegó a proponer una conexión a través de Bilbao”. El relato e Revilla es extenso y no tiene desperdicio, incluidos los vaticinios de su amigo gallego. Mejor dicho, es un retrato de amor y odio al estilo de las películas protagonizadas por Bette Davis. Al pobre Revilla alguien le chafaba los habanos cuando los dejaba en una ventana, en la esperanza de volverlos a encender al término de sus reuniones políticas. Y hasta se enfadaba cuando eso le ocurría. Eso no fue nada comparado con la patada en los cataplines proporcionada por un ministro en el que nunca tuvo que haber confiado. Por cierto, también gallego, como aquel amigo suyo que volvió a llamarle anoche para decirle: “Te lo dije”.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Pantalones vaqueros



Durante toda mi vida laboral he llevado pantalones con raya y pinzas. Los pantalones vaqueros era una prenda que pertenecía a mi juventud. Pero, si les digo la verdad, pienso que sólo le quedaba bien, lo que se dice bien, a James Dean, el actor que murió joven y con los vaqueros puestos a bordo de su “porsche” en 1955. Ahora descubro que por un histórico modelo de «Levi Strauss» con 132 años de antigüedad se han pagado 30 millones de euros, pero que ya casi ha cuadriplicado su valor en el mercado. Si Levi Strauss y Jacob Davis, que fabricaron sus primeros pantalones en 1873 en San Francisco, hubieran sabido el éxito que llegaría a alcanzar uno de sus modelos, el de 1879, a fecha de hoy, se habrían desternillado de risa. Yo tampoco salgo de mi asombro. No consigo entender cómo un desgastado pantalón de algodón con remaches de cobre pueda tener más valía en el mercado que un lienzo de Federico de Madrazo o de Francisco Masriera. Pero sobre gustos no hay nada escrito, habida cuenta del precio actual en el mercado de un viejo “600”, un disco de pizarra del tenor Fleta o la primera edición de “Madrid, de corte a cheka”, de Agustín de Foxá, ese libro que comienza: “Zambra y revuelo en la cacharrería del Ateneo. Llegaba don Ramón con sus barbas de Padre Tajo, sucio traslúcido y mordaz. Hablaba a voces contra el General Primo de Rivera….”, etcétera. Hoy se venden vaqueros a 12 euros en “Carrefour” y los clientes los compran y los llevan puestos hasta que se caen de viejos. La crisis no da para más. El bolsillo, tampoco.

martes, 27 de septiembre de 2011

Trenes


Para mí que Miguel Ángel Revilla se arrepiente de haber llevado en taxi tantos tabales de anchoas en salazón a La Moncloa. Revilla, que fue un político de primera división mientras estuvo al frente de Cantabria, debería haber sabido con quién se jugaba los cuartos. Creer en las promesas de Rodríguez Zapatero es como suponer que el tahúr que tienes enfrente de la mesa te va a permitir que rebañes lo puesto sobre el tapete y te lo lleves crudo. Es cierto que Rodríguez Zapatero le prometió a Revilla un AVE para Cantabria, con trazado único desde Madrid hasta Palencia y, desde allí la famosa “Y griega”, es decir, el desdoblamiento en dos ramales, uno hacia Bilbao y otro a Santander. Pero la mala situación económica del Estado ha dado al traste con los sueños del que fuese séptimo presidente de esa Comunidad por el PRC durante dos legislaturas. Al final le arrolló el “tsunami" del PP” –como él mismo dijo tras conocer el escrutinio de votos- que lo dejó como al gallo de Morón: sin plumas y cacareando. El hecho de haber estado aliado con el PSOE como solución personal para poder “trepar” el alto murallón a la Presidencia de Cantabria y ceñirse la corona torreada, le ha pasado factura en los últimos comicios. En los “Desayunos Informativos de Europa Press”, José Blanco, ministro de Fomento, ha dejado claro que “la conexión por ferrocarril de alta velocidad entre Palencia y Cantabria es un proyecto inviable -lo que parece un juego de palabras, tratándose de un tema de vías férreas- en el actual contexto económico”. En consecuencia, el Gobierno ha apostado por los trenes híbridos de Talgo con rodadura desplazable y por los Alvia S-730, ambos muy versátiles y ligeros, capaces de circular tanto en tramos electrificados como en aquellos en los que sea necesario utilizar gasóleo y que se adaptan tanto a las vías de alta velocidad como a las convencionales. Los cántabros saben mucho de decepciones en temas de ferrocarril. Les quedará siempre para el recuerdo el famoso “Santander-Mediterráneo”, proyecto que nació a principios del siglo XX con el propósito de unir los puertos de Valencia y de Santander por tren, para dar salida a los productos del interior de la Península en pocas horas, habida cuenta de que por vía marítima tardaba una semana un barco mercante en unir los dos puertos. En resumidas cuentas, el trayecto férreo se quedó tan sólo a 63 kilómetros de Santander, en Cidad de Valdeporres, después de haber perforado el Túnel de la Engaña, de 6.976 m de longitud y en el que se emplearon 19 años de trabajo. Para llorar.

lunes, 26 de septiembre de 2011

El coche


A Julio Camba le parecía bien que en Madrid los muertos fuesen al cementerio en coche. ¡Hombre, qué menos! Por lo que a mí respecta, contaba mi madre que a los cinco días de nacer me llevaron a cristianar a la parroquia que distaba un kilómetro de casa, en un “Ford” movido por gasógeno que nos había prestado para el acontecimiento la fábrica en la que trabajaba mi padre. El gerente era un hombre muy comprensivo. Hoy la gente suele ir en auto propio a todos los sitios y nadie se rasga las vestiduras. El uso del automóvil se ha convertido, no sé si por desgracia para todos, en una especie de necesario cachivache con ruedas para imposibilitados, como aquella silla de cadena y manubrios con la que soñó Pepe Isbert para poder estar a la altura de los cofradillos de recorridos mañaneros, sólo que ahora es más amplio, con luces, intermitentes y marcha atrás. Nadie desea ser peatón ni gastar suela por mucho que suba el precio de la gasolina. Aquel que no disponga de coche, como es mi caso, está copado, o sea, no está bien visto por la comunidad de vecinos. De nada vale que intentes justificarte, explicando que dispones de la tarjeta de autobús gratuita, esa que conceden los ayuntamientos a los ciudadanos con irrisorios recursos por el hecho de ser pensionista, para moverte por la ciudad; o que hayas conseguido por 5’05 euros la “tarjeta dorada” de Renfe, donde te ahorras el 40 por ciento del billete de lunes a jueves, por el insólito mérito de ser sexagenario. Nada, no sirve. Si no dispones de utilitario, eres un paria y un excluido social. Hasta el portero de la finca deja de abrirte la puerta e intenta hacerse el despistado para no saludarte cuando sales de casa a comprar el pan. Ser peatón es como ser ignominioso. No tienes exoneración posible. Pero el día que hincas el pico, la cosa cambia. Cuando los vecinos comprueban que llegas en furgón negro al tanatorio, todo se torna en parabienes hacia la nueva viuda. A partir de ese día, la familia del difunto volverá a estar considerada como gente de fuste cuando sea saludada a la salida de la iglesia tras las rigurosas exequias.

Ratzinger


Según palabras de Benedicto XVI en Alemania, donde fue recibido con bastante desafecto por una gran parte de la ciudadanía, “los agnósticos están más cerca de Dios que muchos fieles rutinarios”. Hombre, no sé, el agnóstico ni niega ni afirma la existencia de Dios y entiende que esa insistente “existencia” afirmada por los teólogos no es demostrable. A diferencia de creyentes y ateos, los agnósticos carecen de pruebas concluyentes que demuestren la existencia de un Ser Superior. Los defensores de los dogmas, egoístas, crueles y fanáticos en su gran mayoría, suelen decir una cosa y la contraria si es menester con tal de marear la perdiz y alcanzar prebendas. En su artículo “los administradores del misterio” contaba Antonio Gala, en su “Dedicado a Tobías”, allá por 1987, lo siguiente: “Hay un cardenal –hoy de cierta triste notoriedad: cuando tú seas mayor habrá sido olvidado- que se llama Ratzinger. Ha enviado un mensaje a los obispos católicos del mundo en el que se prohíbe a los seglares liberar del demonio a los posesos por medio de plegarias: nadie está autorizado a practicar exorcismos sin el permiso expreso del obispo correspondiente”. Ahora sabemos que Antonio Gala se equivocó en su vaticinio a Tobías. Ratzinger no sólo no ha sido olvidado sino que se ha convertido en Papa. Y Ratzinger dice ahora, nada menos que en su Alemania natal, que los agnósticos están más cerca de Dios que los fieles rutinarios en los mandatos de la Santa Madre Iglesia, como decía el “Ripalda”. Y los posesos, ¿dónde quedan en esa aproximación? Supongo que en el mismo lugar al que van a parar los inicuos, que no tienen redención posible. No me gustan las rifas benéficas ni los jugadores de ventaja. Tampoco, que señale el Papa en qué lugar del Cielo debe colocarse a los agnósticos, que no se meten con nadie. El Papa puede impartir doctrina entre los fieles, que para eso lo consideran el vicario de Cristo en a Tierra. Pero no quedaría elegante que también hiciera de acomodador a tiempo parcial. En el teatro del mundo todo sucede en sesión continua y no hay entradas numeradas para contemplar el firmamento ni se estilan las taquillas de reventa.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Ángeles Pedraza


Ángeles Pedraza, presidenta de AVT, desea que los presos de ETA se “pudran” en la cárcel. Al hablar en nombre de esa Asociación, Pedraza es rotunda señalando que “sólo valorará el comunicado –refiriéndose a ETA- en el que asuman la derrota, entreguen las armas, desmantelen los comandos y reconozcan el daño causado cumpliendo sus penas”. Hasta ahí, comparto su valoración. Un poco más adelante, en su reciente entrevista a Servimedia, indica que “el reciente Acuerdo de Guernica sólo es un chantaje al Gobierno”. Eso está por ver. El Gobierno, a mi entender, nunca puede ser chantajeado por una banda de delincuentes. Para ello cuenta con mecanismos legales necesarios para evitar ese chantaje. Por otro lado, comprendo el dolor de la señora Pedraza causado por el atentado madrileño en los trenes de cercanías del 11 de marzo de 2004, en el que murió su hija Miriam. Pero aquel atentado no fue obra de ETA. Sabido es que cualquier español sufriría idéntico dolor al de la señora Pedraza en un caso semejante. Pero pongamos las cosas en su sitio. Ángeles Pedraza sólo puede desear, como mucho, que los delincuentes cumplan su condena de forma íntegra. La señora Pedraza, que expande su incontenible odio hacia los terroristas miembros de ETA, esos tipos sin entrañas sobre los que José María Aznar dijo que formaban parte de un “Movimiento Vasco de Liberación Nacional”, deberá conformarse con saber que tendrán que permanecer en la cárcel por sentencia firme el tiempo establecido por los Tribunales, salvo que cambie las leyes el Legislativo, o que se produzcan indultos selectivos por el Consejo de Ministros. Punto pelota. La señora Pedraza también debería conocer a estas alturas del siglo XXI que los auténticos autores de las explosiones en aquellos trenes, en los que por desgracia falleció su hija Miriam, fueron miembros de Al Qaeda, por más que determinada prensa infumable y que el último Gobierno de Aznar, ya con las horas contadas y al filo del triunfo de Rodríguez Zapatero, pretendiera sin éxito hacernos opinar cosa diferente. Por último, en un intento, no sé si vano, para que la señora Pedraza pueda llegar a entender qué sucedió realmente aquel triste día de primavera, le recomendaría la lectura del libro “No destruirán nuestra libertad”, de Javier Gómez Bermúdez (Ediciones Temas de Hoy. Planeta. 2010). Como se aclara en su prólogo, “El terrorismo es un crimen, un delito”. Pero los delincuentes también tienen derecho a ser ciudadanos libres de culpa una vez consumada su condena. El verbo pudrir hace referencia a la descomposición de la materia orgánica, pero también, en otra acepción, a consumirse de tristeza y abandono en un determinado lugar o circunstancia. Personalmente, prefiero la redención de las culpas conforme a Derecho. El “pudridero”, señora mía, se encuentra en El Escorial y es el lugar por el que deben pasar los monarcas fallecidos por espacio de 25 años para que se resequen y pierdan el mal olor, antes de ser trasladados definitivamente al Panteón de Reyes y puedan ser contemplados por los turistas que han pagado su entrada.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Portugal


Muy mal tienen que marchar las cosas en Portugal para que se haya postergado “sine die” la línea de ferrocarril de alta velocidad Madrid-Lisboa. Las comunicaciones son el presente, también el futuro, del desarrollo de los países europeos. Como ejemplo práctico, ahí tenemos el marasmo en el que se encuentra Teruel, única capital española en la actualidad sin línea directa por ferrocarril con Madrid, para vergüenza de todos los españoles. Portugal necesita de España y viceversa. Estar tan cerca en la distancia y a la vez tan lejos en el hermanamiento entre ambos Estados no ayuda, precisamente, a fortalecer los lazos que nos unen. Somos como esos parientes de esta parte que ni se escriben ni se relacionan con los la otra parte ni siquiera en fechas señaladas. Saben de su existencia recíproca sólo porque forman parte del mismo tronco genealógico. Comenta Ussía hoy en el diario “La Razón” que “los españoles no hemos sido simpáticos, ni comprensivos ni humildes con Portugal, esa pequeña nación vecina y hermana que navegó por el mundo tanto o más que nosotros, y que mantuvo hasta trasanteayer un imperio colonial impresionante”. Aunque discrepe con el columnista monárquico las más de las veces, por esta vez entiendo que está en lo cierto. Yo viajé en varias ocasiones a Portugal, cuando todavía era necesario utilizar los escudos, y pude comprobar la amabilidad en el carácter de sus gentes y sus impresionantes paisajes. En cierta ocasión, sentado a la sombra en un banco público de Sintra, cayó sobre mi cabeza una castaña que todavía conservo en una estantería del cuarto de estar. Fue el único “souvenir” que traje a mi regreso a España de aquellos viajes alegres por lo cercano. Decía Pascal que “lo único que nos consuela de nuestras miserias es el divertimiento. Y, sin embargo, él es el más grande de nuestras miserias, porque, mientras nos distrae, va haciéndonos llegar, sin sentirlo, a la muerte”.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Fin de una legislatura


En la última sesión del Congreso no ha querido estar Rajoy presente. Va de vencedor y allí por donde pasa le vitorean los aduladores. Ya veremos cómo capea el temporal cuando ya no pueda echarle la culpa de sus fracasos a Rodríguez Zapatero. La “herencia envenenada” no le va a servir de coartada para toda la legislatura que está por llegar. Rajoy tendrá que hacer cosas. Lo que le ocurre, como bien señala Arturo González en “Público”, es que “ahora llegan ustedes al poder y, como no tienen ni noción de nada que no sea a lo bestia, ven que la cosa les va a quedar grande y comienzan a escarbar, como los toros remisos y sin casta”. Sí, Rajoy, una cosa es ponerse delante del morlaco en esta España cañí, que parece una plaza de toros de pueblo sin enfermería, y otra muy distinta ese toreo de salón que ha hecho la Derecha durante los últimos ocho años. Eso es lo que han dado de sí los nuevos “salvadores patrios”, o sea, capotadas al viento y sin temor a la cogida. Rajoy no se ha dignado siquiera despedirse de Rodríguez Zapatero. Y eso no queda aseado ni en el tendido, ni en barrera ni en la andanada. En fín, Rajoy sabrá. Que la suerte le acompañe si gana las elecciones. Y que le vaya bonito.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Emociones fuertes


Está bien que la puerta de los leones de la Cámara Baja abra sus puertas para que entre el aire y para –según ha señalado José Bono- “evocar al presidente de la República”. El verbo evocar, en su tercera acepción académica del Diccionario Manual de la Lengua Española significa “llamar al espíritu de un muerto”. Aquí hay que tocar madera. Evocar al espíritu de Azaña suponiéndolo capaz de acudir a los conjuros más parece el producto de un programa televisivo de Iker Jiménez que un acto político. Si les digo la verdad, José Bono podría haberse ahorrado el trabajo. Si desea invocar el espíritu de un muerto, con citar a Rodríguez Zapatero es suficiente. Todavía está de cuerpo presente, ora en el banco azul, ora absorbiendo en su cacumen la ciencia infusa de Pérez Rubalcaba, ora recibiendo a los gigantes del baloncesto, ora asegurando que no hará mucha campaña electoral, ora hablando con Daniel Quintero para indicarle cómo prefiere que le haga el retrato para la posteridad y de qué perfil, para que se le vea bien la ceja. Por cierto, Daniel Quintero ha hecho un retrato de don Manuel Azaña donde sólo le han salido bien las gafas y el fondo púrpura. Su rostro no. El rostro pintado por Quintero está a mitad de camino entre el semblante de Tierno Galván y el de un vendedor de enciclopedias a domicilio. El de Suárez todavía no lo he visto, aunque me temo lo peor. Ahora voy comprendiendo por qué prefiere Manuel Marín una fotografía enmarcada a un retrato al óleo. También ha ordenado Bono en qué parte del vestíbulo de Isabel II se colocarán los retratos de Manuel Azaña y de Adolfo Suárez. El de Manuel Azaña, junto al de Manuel Alonso Martínez, suegro del conde de Romanones, varias veces ministro, gobernador civil de Madrid y padre de la Constitución de 1876; y el de Adolfo Suárez, próximo al de Segismundo Moret, diputado por Almadén y por Ciudad Real, embajador en Londres y padre de la Constitución de 1869 (igualito que Fraga) y ministro en los más diversos ramos, con Amadeo de Saboya, con Alfonso XII, con la regente María Cristina de Habsburgo-Lorena y con Alfonso XIII, además de presidente del Gobierno y presidente del Congreso. Y me consta que no siguió ocupando gabinetes con el Caudillo porque se murió en 1913. Ya veremos en qué pared del Congreso se decide ahora clavar la escarpia para sujetar la foto ampliada de Manuel Marín. Hasta podría ocurrir que, al ensartar la alcayata, brotase de la pared una gota de sangre de sor Maravillas*. Sólo sería cuestión de evocar el espíritu de la monja, tal y como ha hecho José Bono respecto a Manuel Azaña, o sea, abriendo la puerta de los leones de la Cámara en un vano intento de apuntarse al banderín de enganche de las emociones fuertes por la banda de estribor, con sordina, apagada iniciativa y escaso acierto.
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José Ramón MIRANDA



*Maria Maravillas Pidal y Chico de Guzmán, monja carmelita perseguida durante la Guerra Civil vivió un tiempo en las dependencias de la Cámara Baja. Era sobrinonieta del duque de Riánsares y de la Reina Gobernadora (Maria Cristina de Borbón Dos Sicilias, cuarta esposa de Fernando VII). Fue canonizada el 4 de mayo de 2003 en la madrileña plaza de Colón durante uno de sus viajes a España de Juan Pablo II. Por todos es sabido que la Mesa del Congreso consideró, en noviembre de 2008, que no procedía colocar una placa en su memoria en el interior de esas dependencias.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Una peana para el doctor Maroto


Chany Sebasián, comenta en “El Correo de Zamora” una noticia curiosa. Cuenta que “por Zamora andaba entonces –refiriéndose a 1948- el prestigioso cirujano José Luis Maroto, quien realizó la operación quirúrgica”, haciendo referencia a una señora de Tábara, de nombre Emilia, que hizo la promesa de adquirir una imagen de la Virgen del Carmen y entregarla a su parroquia si la operación de garganta de su marido salía bien. Y como la operación fue un éxito, Emilia cumplió su promesa y desde hace sesenta y tres años los tabareses airean en andas procesionales esa talla cada tercer domingo de septiembre, implorando favores relacionados con la salud vecinal. En cuestiones de fe y de costumbres no tengo nada que objetar. Pero atribuir a un milagro de la Virgen el bienhacer de un facultativo roza en lo paranormal. Los ciudadanos, si acaso, más que implorar milagros al Más Allá deberíamos demandar sabiduría en el Más Acá y eso, de momento, sólo se adquiere en las universidades y en los laboratorios. Por lo tanto, la peana –que nunca hace al santo-deberían los tabareses en todo caso ponerla bajo los pies de una imagen del doctor Maroto, al que supongo ya fallecido. Los tabareses sin duda son piadosos pero andan desorientados. Y al que camina desorientado habría que reorientarlo para evitar su desesperación cuando los rezos y oraciones, que abrigan esperanzas aunque no aseguran resultados, sólo mejoran sensiblemente con la aplicación de la farmacopea , el quirófano y el bisturí en manos de un experto cirujano. Algo parecido sucede en los pueblos de España con las salidas procesionales de determinados santos implorando aguaceros para los campos de cultivo. No cabe duda de que son actos píos muy dignos de respeto, pero que en nada influyen en las direcciones isobáricas de las borrascas y de los anticiclones. Lo dejó escrito Ortega: “La cultura es, en efecto, una faena de integración y una voluntad de aceptar lealmente todo lo que, querámoslo o no, está ahí constituyendo nuestra existencia”.

sábado, 17 de septiembre de 2011

La superstición como arma electoral



Leo un artículo de Bonifacio de la Cuadra en “El País”, en el que éste afirma que “María Dolores de Cospedal -secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha-, ataviada con la tradicional mantilla española en la procesión del Corpus Christi, tienen más tirón entre el electorado católico que todos los esfuerzos socialistas por mostrar su sumisión al Papa”. Es cierto. España, pese a ser un Estado aconfesional, y así lo señala la Constitución de 1978, sigue estando aspergeado con el agua bendita de poderosas supersticiones interiorizadas por la inmensa mayoría de ciudadanos. En este país “de Frascuelo y de María” se dan diversas paradojas: matrimonios que no consideran conveniente bautizar a sus hijos por entender que es lo más “in”, pero que poco antes habían optado por lo mas “out”, o sea, se habían casado en el altar ante un sacerdote y poniendo a Dios por testigo, basándose en que, de esa guisa, la boda resultaba “más lucida”; progenitores que sólo apuntan a sus hijos a clases de Religión en los colegios públicos hasta el día siguiente de haber celebrado por todo lo alto la primera comunión de alguno de ellos vestido de fantoche; familias enteras que jamás asoman al interior de los templos, salvo cuando acuden a una ciudad en calidad de turistas para hacer fotos de recuerdo; tipos que en los actos fúnebres de parientes son capaces de “tragarse” varios funerales encadenados sin rechistar; o, por concluir, individuos que parecen despreciar todo aquello que hace referencia a la fe, pero que tienen un fervorín casi patológico hacia determinado santo milagrero izado en un altar lateral de la iglesia parroquial de su pueblo. En este sentido, Carlos Alonso del Real, en su ensayo “Superstición y supersticiones”, comenta que “las religiones, incluso las de sustitución, comprendido el ateismo, producen sus propias supersticiones por mecanismos diversos, transportan y dispersan otras y pueden caer ellas, en bloque, o en parte, en estado de superstición”. El último viaje de Ratzinger a España con motivo de la JMJ sirvió, entre otras cuestiones, para que muchos ciudadanos de a pie sintiésemos vergüenza ajena ante -como señala Bonifacio de la Cuadra- situaciones raras, haciendo referencia a “la escenificación de la sumisión la personificó el rey Juan Carlos con su genuflexión ante Ratzinger, llamativa en el jefe de un Estado aconfesional, aquejado, además, por problemas en las articulaciones de las extremidades inferiores”.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Bocadillos


Aunque también lo comenta “República de las Ideas.com”, ese diario sin papel dirigido por Carolina G. Cortines que me tiene encandilado todas las mañanas por aquello del trabajo bien hecho, resulta que “la crisis aviva el consumo de medios menús, como una opción más económica”. Es fácil poder observar cómo aquellas “casas de comidas” que otrora cumplieron con la misión de ayudar a que el viajero pudiese llenar la andorga están cambiando. También los restaurantes. La crisis económica, las prisas al disponer de poco tiempo y otras zarandajas relacionadas con el estrés han sido la causa de que el clásico “menú turístico”, aquel que requería mantel y un cierto ritual a la hora de sentarse a degustar con sosiego dos platos y postre, se haya trocado en la oferta de una pizarra llena de bocadillos para tomar en el taburete de barra de bar en el tiempo que cuesta rezar un rosario. Pero, eso sí, del típico pan abierto en dos mitades donde se incrustaban tres o cuatro lonchas de salchichón, o de sardinas en lata, o algo de queso manchego, se ha pasado a la “pasión” por degustar bocadillos muy bien elaborados. Aquel bocadillo, contemplado hasta hace poco como un alimento humilde de entrehoras, se ha llegado a eso que se conoce como “bocadillo de autor”; y de las tapas de siempre, las que alegraban las barras y se colocaban sobre un platillo ensartadas sobre un plano mondadientes, se ha pasado a los montaditos, donde existen verdaderas obras de arte culinarias, y a las afición por las “pulgas”, que son lo más parecido a una tapa en forma de tentempié. Si les digo la verdad, trae la misma cuenta tomar medio menú que comer un excelso bocadillo de precio equivalente. Los fogones de la abuela comienzan a ser cosa del pasado y parte de la culpa la tiene ese segundo fracaso de la reforma laboral. El primero fue hace un año, cuando el Gobierno se comprometió a “crear empleo estable y de calidad”, como bien señala Ignacio Escolar en la última de “Público”. En esta segunda reforma laboral, la aprobada ahora, ese mismo Gobierno se conforma con poder llegar a encadenar empleos precarios y a emplear a jóvenes hasta los 30 años en calidad de aprendices y con menos del salario mínimo. Paradójicamente, mientras Sarkozy y Cameron “peregrinan” hasta Libia para preguntar a Mustafá Abdeljalil, “¿qué hay de lo nuestro?”, respecto al petroleo; y, mientras un nieto de Franco es entrevistado en “El gato al agua” sobre un libro en el que el “nietísimo mayor del Pazo” ilustra a los tertulianos sobre el “lado humano de su abuelo”, exponiendo que fue un “excelente pintor” y que “sólo firmaba sentencias de indulto”, Rodríguez Zapatero se dedica a mirar las nubes que pasan. A este paso, supongo que los ciudadanos dejaremos de comer “bocadillos de autor” y “pulgas”, y acudiremos directamente a recibir la caridad de la sopa de convento, o regresaremos al plato único del Auxilio Social. Al tiempo.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Encuestas


Leo en “Público” que “la confianza en el rey se desploma en una década”. Y algo parecido está sucediendo con nuestra confianza en el Estado de derecho. En una escala del 0 al 10, la Monarquía se encuentra en el 5’6. No es un resultado como para echar cohetes. El español medio, que está cruzando una árida estepa con la cantimplora de la esperanza en el futuro casi vacía no entiende de ninguna de las maneras cómo a estas altura de la Democracia, y cuando a senadores y diputados se les ha exigido que hagan pública su declaración de bienes personales por simple higiene democrática, al Jefe del Estado no se le haya reclamado igualmente que informe a las Camaras sobre los bienes personales que tenía el 22 de diciembre de 1975, fecha de su coronación, y de los que dispone en la actualidad. A nadie se le escapa que el dinero que el Estado entrega anualmente a la Corona para su mantenimiento y para que el rey lo distribuya a su albedrío sale del Tesoro Público. Y aquí no sirve que una exministra de Fomento, Malena Álvarez, dijera en su día (para vergüenza del Ejecutivo al que pertenecía al afirmar semejante disparate), que “el dinero público no es de nadie”. Cuando a los funcionarios públicos se les rebaja el sueldo, cuando se congelan las pensiones de los jubilados y cuando se pretende hacer lo propio con los convenios colectivos en el ámbito de las empresas privadas, las cuentas del Estado deben tener techo de cristal. Del rey abajo todos tenemos la obligación de rendir cuentas anualmente de nuestros ingresos y gastos. España, en cualquier caso, funcionará mejor cuando los ciudadanos dejemos de estar sometidos al arbitrio de los trileros.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Preocupación


Aumenta la inquietud en Europa por la explosión de deshechos en un almacén francés de Marcoule, con el resultado provisional de un muerto y cuatro heridos. ¿Podría llegar a España algún tipo de fuga radiactiva? Desde luego que sí. No teníamos bastante con el continuo desplome de las bolsas europeas por el temor de la quiebra de Grecia, que se dispare la prima de riesgo y que cunda la alarma por la desaceleración española, según informe de la OCDE. Para que “no decaiga la fiesta”, ahora nos llegan noticias de esa tragedia francesa de enorme intranquilidad para todos los ciudadanos, tanto franceses como de los países vecinos. A España le ha mirado el tuerto. Y entre tanto sinsabor acumulado, a determinada prensa regional, entre ella la aragonesa, le siguen “preocupando” los temas más nimios, como, por ejemplo, dónde fueron a parar los cartelones del “Plan E” una vez retirados de pueblos y ciudades; la apuesta de Luisa Fernanda Rudi a que el PAR tenga representación en el Senado; o qué formación ciudadana será la primera en desfilar por las calles de Zaragoza con ocasión de la ofrenda floral mariana el próximo 12 de octubre. A la Derecha, que ya vende la piel del oso antes de cazarlo, le alarma que se restaure el impuesto sobre el Patrimonio; o que Rubalcaba califique de “disparate” los recortes en Educación en la Comunidad de Madrid, que se quiten gastos educativos, que defienda a los profesores y que entienda como “injusto” que se diga de los docentes que son unos vagos. Para Esperanza Aguirre, los manifestantes de las protestas educativas lo constituyen los liberados sindicales, los indignados y “los de la ceja”. ¡Chupa del frasco! No sabemos si Aguirre incluirá en el lote a esos 133 firmantes del “Manifiesto de Intelectuales” formado por escritores, actores o periodistas reunidos en el Ateneo de Madrid. Y en Cataluña, con motivo de la Diada, miles de catalanes se manifestaron en favor de la independencia, se quemaron dos banderas españolas, una francesa y hasta un retrato del rey. Vamos, lo de costumbre.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Rato y su fórmula magistral


El mejicano escritor y diplomático Marco Aurelio Almazán dejó escrito antes de morirse en Mérida, Yucatán, lo siguiente: “Se dice que existen tres clases de testigos: los que han visto bien, pero dudan de lo que han visto; los que han visto mal, pero creen haber visto bien; y, finalmente, los que no han visto nada y aseguran haber visto todo”. A este último grupo de testigos pertenecen los expertos en economía. Y entre ellos está mi amiga Florinda Pedroche Chorroalbiés, premio extraordinario de licenciatura, a la que le pedí su número de teléfono y me dio una cifra aproximada. Ahí tienen a Rodrigo Rato, que acaba de hablar en el Foro del Empleo que el PP ha celebrado en Canarias. Y, según parece, la sabiduría de sus exposiciones ha encandilado al aspirante a la Presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy, hasta el punto de hacer suyas las propuestas del presidente de Bankia, (vinculando salario a productividad, etc.) y de convertir tales consejos magistrales en parte esencial del programa electoral del aspirante. Consejos todos ellos, al parecer, capaces de desmontar los obstáculos que impiden la creación de empleo. De Rodrigo Rato consta que fue el noveno director gerente del Fondo Monetario Internacional hasta su dimisión anticipada el 19 de junio de 2007 y que había tomado el testigo de Horst Köhler. Y también consta que en un posterior informe interno del FMI se señalaba que durante su gerencia “se vivió en una burbuja de optimismo mientras se gestaba la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión”. Pero lo cierto es que del Foro de Empleo de Canarias han regresado los dirigentes del PP como si les hubieran puesto una inyección de optimismo en vena. Si no, no se explican las previsiones de González Pons. Rajoy, sin duda, ya sabe lo que tiene que hacer cuando llegue a La Moncloa: llamar todas las mañanas nada más levantarse a Rato y a Cospedal, los dos pilares en los que se sustenta su doctrina. A eso de las diez, a la hora del piscolabis, a cualquiera de los cabreados de la otra orilla ideológica sin resignación posible, o sea, al nuevo “asesor” Hidalgo, todavía enfadado con Fernández Toxo, y a los escorados a estribor sin la ayuda de nadie Cristina Alberdi y Joaquín Leguina. Y al filo del vermú, a Carlos Dávila, para que la fiesta no decaiga.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Sobre el concepto de patriota


¿Existen patriotas de mal? Que José Bono haya despedido a Manuel Fraga (en carta fechada el 7 de septiembre) como “gran español y patriota de bien” me hace tanta gracia que me desternillo. A Bono, por lo que se ve le encantan, además de los caballos, los pleonasmos. Patriota, según la RAE es aquella “persona que ama a su patria y se esfuerza por lograr su bien”. Patriota viene del griego patriotes (patris + otes), perteneciente a la tierra del padre. Es decir, que el patriotismo hace referencia directa con amor que un individuo siente por su tierra natal, a la que se siente ligado. Sin embargo, Fernando Savater, en su trabajo "Contra las Patrias", deja claro que "sólo quien nada vale por si mismo puede creer que hay mérito en haber nacido en un determinado lugar o bajo determinada bandera". Manuel Fraga, como cada ciudadano, tiene luces y sombras en su biografía. Lo que sucede es que en un ciudadano de a pie, tales luces y sombras a nadie interesan ni perjudican. Pero cuando nos consta que Manuel Fraga Iribarne ocupó cargos de importancia durante el franquismo nada menos que desde que en 1951, cuando fuese designado secretario general del Instituto de Cultura Hispánica, hasta llegar a ser ministro de Información y Turismo entre 1962 y 1969 y ministro de la Gobernación desde diciembre de 1975 hasta julio de 1976 (bajo la presidencia de Carlos Arias Navarro), hay que tocar madera. Si les digo la verdad, a mí no me hubiera gustado nada parecerme a Manuel Fraga por su acendrado camaleonismo y su metamorfosis complicada (de ministro franquista a padre de la Constitución), pero tampoco me hubiese gustado nada parecerme a José Bono. Como se puede consultar en Wikipedia, “durante su etapa como ministro de Defensa, situó la fábrica de ensamblaje de los helicópteros ‘Tigre’ en Albacete, con claro favoritismo hacia sus conciudadanos. La decisión de aplicar el Reglamento de Aeronavegabilidad obligó a dejar en tierra a todos los helicópteros que no hubiesen obtenido los pertinentes certificados de aeronavegabilidad, ni siquiera por cuestiones burocráticas o administrativas, como declararía el propio Ministro en rueda de prensa tras el accidente de Afganistán. Esta decisión dejó a la FAMET bajo mínimos con la flota de H1-H y los helicópteros pesados parados, solo los Cougar podían volar. (…) La compra de 100 helicópteros NH90 fue sin duda la gran sorpresa dada por José Bono a los militares y a los medios de comunicación. Aunque el Ejército de Tierra lo vio con buenos ojos, el Ejército del Aire se mostró sorprendido y la Armada poco agradada. Bono decidió esta compra sin existir antes el informe de requerimientos operativos, ni la memoria Justificativa de Adquisición, ni ningún otro documento por parte de ninguno de los tres Ejércitos. Pero con esta decisión la fábrica de Albacete tenía sentido y era viable económicamente”. Fraga Iribarne podrá ser todo lo “patriota de bien” que Bono quiera, pero las hemerotecas nos recuerdan que ese señor que ahora se despide de la política con 89 años a sus espaldas era el ministro responsable de la fuerzas del orden durante los sucesos de Vitoria el 3 de marzo de 1976, cuando tuvo lugar el enfrentamiento de la Policía Armada con trabajadores refugiados en la Iglesia de San Francisco de Asís durante unas jornadas de huelga, con el resultado final de la muerte de 5 de ellos y heridas de bala a un total de 150. Grandes españoles y sobre todo patriotas, no sé si de bien o de mal, que ya da lo mismo quién reparta ese tipo de suertes, lo constituyen el conjunto de españoles anónimos con memoria histórica, que intentan pasar página a tanto atropello de aquellos que ahora lucen pomposas condecoraciones con menos valor que vulgares chapas de refrescos.

viernes, 9 de septiembre de 2011

El sueño piramidal de la Derecha


Parece ser que Rodrigo Rato tiene fórmulas magistrales para acabar con el paro. Lo que no sé es cómo no las ofrecen al PSOE, para el logro del pleno empleo. Ya hay demasiada gente desesperada que espera un “Redentor” que le libre de su miseria. Lo que pasa, a mi entender, es que esas fórmulas son más secretas que las de la “coca-cola”. Aumentar la productividad y pagar menores salarios para que los productos terminados puedan venderse mejor en los mercados nacionales e internacionales significa producir más barato, naturalmente sin reducir pérdidas para el empresario, a costa de unos sueldos de hambre para los trabajadores. Dicho así, es normal que la CEOE aplauda con las orejas. Pero, ¿cómo se pueden trasladar esas ideas neoliberales a la práctica? Sencillamente, con más contratos basura. Pero esas “fórmulas magistrales” no se pueden enjugar con un aumento del consumo interno, salvo la vuelta al endeudamiento. Vincular salarios a productividad, reformar el impuesto de sociedades y simplificar el diseño de los contratos son la clave del asunto. El necesario ajuste de fijación de salarios, según Rato, “o se hace por precios, en este caso salarios, o se hace por cantidad, en este caso número de ocupados”. Para Rato, es necesario el ajuste en la fijación de salarios para abaratar el despido y dar más poder a la Patronal; y para Montoro será necesario, además, hacer otro ajuste en fiscalidad, “ensanchando las bases imponibles”, y proceder a una subida del IVA para evitar la caída de ingresos. De momento, Esteban González Pons ya ha dicho que Rajoy aspira a crear 3’5 millones de puestos de trabajo en los próximos cuatro años, en el supuesto de que cada emprendedor cree dos o tres empleos y de que el PP gane la elecciones el 20 de noviembre. Vamos, como sucede con los negocios piramidales, o sea, yo me comprometo a vender un perfume, o unos trapos milagrosos contra el polvo, que antes le he comprado a una multinacional, y busco a tres muchachas de buen ver para que intenten venderlos puerta a puerta por una mísera comisión, como aquel famoso “Avón llama a su puerta”. Pero antes de nada, a esas tres muchachas agraciadas les obligo a que se hagan autónomas para no tenerlas en nómina. ¿Así puedo yo crear tres empleos? Supongo que no.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Himnos


Me vienen a la cabeza un breve poema de Juan Ramón Jiménez: “No la toques ya más, / que así es la rosa”. Ello se presenta a cuento con el Himno de Aragón, que el 21 de abril de 1989 fue aprobado con los votos a favor del PSOE, AP y CDS, mediante procedimiento de urgencia por las Cortes de Aragón y con los votos en contra del PAR, entonces presidido por Hipólito Gómez de las Roces. Al día siguiente ya se interpretó oficialmente en el patio de Santa Isabel del castillo de la Aljafería, a pesar de que aún no estaba en vigor, pues no fue publicado el decreto de aprobación en el Boletín Oficial de Aragón hasta el 5 de mayo. Según consta en el diario de sesiones de las Cortes de Aragón del día 21 de abril, el PAR manifestó que al tramitarlo de esta forma no había podido presentar su propuesta que era la de “El Canto a la libertad”, de José Antonio Labordeta. Se hizo un encargo para su música a Antón García Abril, partiendo de una letra, también hecha a encargo, por los poetas locales Ildefonso Manuel Gil, Ángel Guinda, Rosendo Tello y Manuel Vilas. Me consta que todos ellos cobraron sus aportaciones de forma espléndida. Pues bien, las firmas de 24.000 aragoneses se han presentado ahora en las Cortes de Aragón pidiendo el cambio de himno oficial, para ser sustituido por el “Canto a la libertad” de Labordeta; es decir, el propuesto en su día por el PAR. Pero (la política tiene estas cosas) la coalición PP-PAR, responsable del gobierno Rudi, piensa impedir con su voto en el pleno del próximo día 15 que se tramita el cambio de himno. Con la que está cayendo, el tema de los himnos carece de importancia en estos momentos. Es como pretender debatir sobre el sexo de los ángeles. A mi entender, el tema de Labordeta propuesto no es cosa distinta a un canto a las libertades hecho por un cantautor fallecido el año pasado, siendo ya septuagenario, durante la más negra etapa del franquismo. Si tomamos en consideración que tal carencia de libertades ya está resuelta con la democracia, nos topamos con el hecho de que la canción de Labordeta está ya más obsoleta y fuera de lugar que la “Libertad sin ira” de Jarcha. Por otro lado, el último Himno de Aragón oficial tampoco ha calado en el sentir popular, como no impregnaron los tres o cuatro himnos anteriores de los que yo tengo noticia: uno, del maestro Villanueva; otro, lleno de tópicos baturristas, compuesto en Sádaba a finales de 1975 por un tal Miguel Iguaz Fernández, autor de letra y música, y estrenado en aquella Navidad, ¡por fin ya sin Franco!, por la rondalla del Cristo Marinero. Es ese que dice: “Las guitarras y bandurrias/ vibran al son de la jota; / forman una gran rondalla/ Teruel, Huesca y Zaragoza”. Vamos, de pena.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Que cada palo aguante su vela


Señala “La Gaceta de los Negocios”, refiriéndose al príncipe de Asturias, que “mientras España estaba al borde del abismo económico o Madrid vivía unos días históricos, con más dos millones de peregrinos (…) nada mejor que un crucero de ensueño para retomar la apretada agenda de septiembre con fuerzas, donde al parecer tendrán que sustituir al Rey en numerosos actos ante su nueva baja por enfermedad tras su última operación del tendón de aquiles (sic)”. Y, mientras, la prensa del corazón, o la prensa de la bragueta, que me da igual cómo se la denomine a esa roña impresa, cuenta que la princesa de Asturias consorte ha sido fotografiada por segunda vez en bikini y que ahora no estaba en Mallorca, sino en las islas del Egeo. Al ciudadano normal le trae sin cuidado de qué manera disfruta sus principescas vacaciones Felipe de Borbón y su familia. Es tal la que está cayendo en nuestro país que no queda tiempo siquiera para analizar estas cuestiones. A Letizia Ortiz, princesa consorte, no la juzgo. Lo normal es que cualquier mujer, incluida ella, que navegue sin preocupaciones de Estado por esas coordenadas del sudeste de Europa se ponga o se quite la ropa que le venga en gana. Esos detalles nimios sólo interesas, a lo sumo, en los corrillos de verduleras de arrabal. Pero el Heredero a la Corona de España, hijo de Sofía Schleswig-Holstein-Sönderborg-Glücksburg, debería tocar madera navegando por el Egeo, conocido el triste destino ganado a pulso de Constantino II, hermano de la reina de España. Grecia está en horas bajas y, como bien señala “El País”, “trata de aferrarse al rescate europeo en mitad de una agonía fiscal que no cesa y una contracción económica que la estrangula cada vez más”. España, otra que tal baila, tampoco anda muy lejos de un posible rescate. Y todos los españoles del rey abajo, los que tiene trabajo y los que no lo tienen, están muy preocupados ante el difícil panorama que tienen a la vista. Con todos los respetos hacia la figura del Heredero, entiendo que ni es el momento para “cruceros de ensueño”, como dice “La Gaceta” ni para inhibirse de los problemas de nuestro país que, tanto en lo económico como en la pérdida de empleos, han sido colosales durante pasado mes de agosto. Cada palo aguante su vela y se atenga a sus responsabilidades.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Entre todas la mataron...


...y ella sola se murió. La hambruna se extiende en Somalia y en España ya tenemos la sombra de la recesión sobre nuestras cabezas. Esto no hay quien lo pare. Hay miedo a que Grecia no cumpla, el Ibex 35 se desploma, el oro sube a 1.900 dólares la onza, la prima de riesgo alcanza los 341 puntos y los parados españoles van a pasar del purgatorio de la desesperanza en el que en la actualidad se encuentran directamente al infierno de la marginalidad. Alguien debería explicar qué ocurre. Ya da igual Zapatero que Rajoy. El cinturón de los trabajadores con nómina ya no puede apretarse más. Aquí hay una cosa clara: se ha arruinado un pueblo a costa de un Estado, los dueños de las “sicavs” se esconden para reírse y nos hemos dado cuenta de que España limita al norte con un paraíso fiscal, llamado Andorra; y al sur con otro paraíso, llamado Gibraltar. Por estos pagos se han infravalorado las protestas del 15-M. El Gobierno acostumbra a mirar para otro lado cuando detenta problemas crecientes a los que no sabe dar solución y trata de poner parches “sor Virginia” al malestar generalizado en el ámbito de la población civil. El movimiento 15-M ha sido la personificación de un malestar endémico cuya metástasis ya tiene unas ramificaciones difíciles de cuantificar. Ya no sirve mirar para otro lado ni el quítate tú para ponerme yo. Al ciudadano, que ha visto cómo se le caen al suelo los palos del sombrajo, le importa una mierda quién ganará las elecciones el próximo 20 de noviembre. El ciudadano es consciente de que va a pasar del Guatemala de un Gobierno que no acierta en sus palos de ciego ni cuando rectifica, a una Guatepeor de neoliberales que se mira en el espejo que reflejan los últimos ensayos de De Cospedal y de Esperanza Aguirre. Vamos apañados si se empieza por recortar en Sanidad, señalando el camino de las clínicas privadas como remedio a nuestros males y a nuestras listas de espera; y en Educación, si se prima la enseñanza privada en Universidades y colegios concertados. Dice Juan Ramón Rallo, y dice bien, que “las cuentas de la vieja del keynesianismo fracasaron y ahora esos bancos -también los nuestros- se encuentran como con las subprime en 2008, sólo que en esta ocasión la deuda basura es la de nuestros gobiernos y, por tanto, si esta vez quiebran no habrá red que los rescate”. Esperar para ver.

Elogios casi funerales


Marina Castaño, en su elogio casi funeral a Manuel Fraga, cuenta en "La Razón" que “era yo muy pequeña, bastante pequeña, cuando Fraga ocupaba el despacho del Ministerio de Información y Turismo, aquel Ministerio a través del cual se inventaron los Paradores Nacionales, unos establecimientos hoteleros a buen precio con muebles castellanos pero donde el viajero encontraba parada y fonda por poquito dinero”.Para mí que Marina Castaño, más conocida como Marina Mercante, tiene una idea “sui géneris” de lo que eran, y siguen siendo, los paradores nacionales. La viuda Cela, que no puede ni debe ser tratada como marquesa de Iria Flavia, y que “le aconsejaba a Camilo José qué leer”, según manifestó en “Vanity Fair” el pasado mes de diciembre, desconoce por lo que se desprende de su artículo “Fraga”, que el origen de los llamados Paradores de Turismo se remonta a 1926, cuando don Benigno de la Vega Inclán, segundo marqués de la Vega-Inclán, impulsó la construcción de un alojamiento en la sierra de Gredos, que se convertiría en el primer Parador de la red. Tras la inauguración de este primer establecimiento, se constituyó la Junta de Paradores y Hosterías del Reino. Este impulsor del llamado “turismo cultural”, partiendo de una idea de Alfonso XIII, materializó el proyecto de la Comisaría Regia de Turismo en 1911, mediante la divulgación de tradiciones y la puesta en funcionamiento de cómodos albergues (el Hotel Palace, entre otros, fue idea suya) a los extranjeros interesados en la cultura de España. Los siguientes Paradores en abrir sus puertas fueron los de Oropesa (Toledo) y Úbeda (Jaén) en 1930, Ciudad Rodrigo (Salamanca) en 1931 y Mérida en 1933. En los “Diarios, 1932-1933”, entregados por Manuel Azaña a su cuñado Cipriano Rivas Cherif, más tarde robados en Ginebra por el desvergonzado fascista Joaquín Arrarás y entregados a Franco, Azaña da cuenta de un viaje en automóvil a Extremadura en 1933, donde se hospedó en el Parador de Mérida y, a su regreso, hizo un alto en el camino en el Parador de Oropesa. Escribe textualmente: “19 de junio. Esta madrugada hemos regresado de Mérida. Salimos ayer domingo, a las once y media. Nos detuvimos a comer en el parador de Oropesa, instalado en el castillo y regido por una de las hijas de mi antiguo ‘enemigo’ don Platón, caudillo local de las huestes mauristas, cuando yo hacía mis pinitos electorales en Puente del Arzobispo. (…) A las nueve terminó la fiesta. Nos fuimos al parador que ha establecido la oficina de turismo en un antiguo convento. Tarde, comenzó un banquete con que nos obsequiaba el Ayuntamiento. Otro banquete. Nunca he comido peor. (…) Previendo una noche incómoda, y sin sueño, para tener que andar hoy por la carretera, a pleno sol, decidí volverme al momento”. (“Los cuadernos robados”, Grijalbo Mondadori, pp. 374-375). En fin, Marina Castaño, persona "non grata" en Padrón, debería saber que Manuel Fraga no “inventó” los Paradores de Turismo y que, a precios de hoy, no hay parada y fonda “por poquito dinero”. Que vaya a “San Marcos”, en León, o a “Los Reyes Católicos”, en Santiago de Compostela, y sabrá lo que vale un peine. La viuda de Cela haría bien en informarse antes de ponerse a escribir “elogios funerales” en la prensa, que para elogio funeral sirva su “nefasta gestión” y la presunta “dilapidación brutal” llevada a cabo por ella y el ex gerente Tomás Cavanna, según declaraciones de los distintos grupos políticos en el pleno extraordinario el miércoles 2 de junio de 2010 (ver crónica a “EL País” por S.R.P., desde Santiago de Compostela, el sábado 5-6-2010). Como dijo Manolete a su mozo de espadas: “Mejor se está sin decir ná”.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Rehabilitar al Ausente


Pedro J. Martínez, del PP, es el nuevo alcalde de un pueblo de Cuenca llamado Horcajo de Santiago. Y el tal don Pedro, a petición popular, ha quitado el nombre de una calle, la del último alcalde republicano, Pedro López-Brea, para volver a las andadas, o sea, a colocar de nuevo la placa de José Antonio Primo de Rivera, pasándose por el arco del triunfo la Ley de la Memoria Histórica. En su “justificación” para tal cambio de nombre, don Pedro ha señalado que “desde el primer cambio, los vecinos se han quejado porque a veces no llegaba la ambulancia, o el oxígeno. (…) Da tiempo a morirse mientras las ambulancias están buscando la calle. Yo quiero que la cambien, y todo el barrio”. Curiosamente, Horcajo de Santiago, pueblo de unos 4.000 habitantes, cada tres de febrero celebra la Fiesta de san Blas, y entre las actividades lúdicas conmemorativas está la de marchar al campo para degustar en familia lo que los lugareños llaman “muertos de san Blas”, que son unas tortas de fabricación casera con manteca o aceite y un chorizo o un huevo, colocado en una orilla. Y a ese chorizo o huevo lo conocen como “el muerto”. Ahora, haciendo un pan como unas hostias, don Pedro ha restaurado a su “muerto” particular, es decir, al Ausente, no en forma de huevo o de chorizo sino de placa callejera. De ese modo, ya no habrá confusiones cuando los vecinos de la calle soliciten los servicios del practicante o del butanero. La placa de la calle todavía no está cambiada, pero seguro que estará colocada antes de las fiestas de mediados de septiembre en honor del Santísimo Cristo de los Aparecidos. Se cuenta entre los creyentes que en el siglo XVIII se apareció la imagen de un Cristo en el interior de la iglesia parroquial, y que Felipe V otorgó el privilegio de celebrar en ese municipio unas fiestas en su honor. Ya sólo falta que María Dolores de Cospedal, para no ser menos que el primer Borbón asentado en España (y que hasta ahora sigue en el “Guinness” como el tipo con más tiempo de reinado en España), declare un día de estos fiesta en Horcajo de Santiago la restauración del Ausente en forma de placa. Bien podría llamarse, y doy ideas, las “fiestas en honor del rehabilitado José Antonio Primo de Rivera”, haciéndolas coincidir cada 20 de noviembre, Primer Año Triunfal de Mariano Rajoy Brey.

jueves, 1 de septiembre de 2011

El Vaporcito


Se ha hundido El Vaporcito. Chocó contra el muelle del puerto de Cádiz y se fue escondiendo bajo el agua como esa dama decente que se tapa por pudor, por no enseñar sus vergüenzas. Ya sólo queda el recuerdo nostálgico del Adriano III y la canción de Paco Alba, o de Enrique Morente, que tanto da, con murmullo de caracolas: “Ay, Vaporcito del Puerto/ cuando en ti me embarco…”. Duraba media hora el viaje y costaba tres euros de vellón cubrir el trayecto Cádiz –El Puerto de Santa María. Según ha declarado la Autoridad Portuaria, compuesta por un ramillete de tipos de secano que todo lo controlan desde un despacho, “el barco estaba realizando maniobras de atraque cuando golpeó con la bocana del muelle, lo que le provocó una vía de agua”. ¡Pero hombre, en qué estaría pensando el timonel! La historia de El Vaporcito tiene su origen en 1929, cuando el Adriano I, procedente de los astilleros de Maniños y que hasta entonces había estado navegando por la ría de El Ferrol, llegó a la Bahía de Cádiz para cubrir la ruta Sanlúcar de Barrameda-Sevilla, con motivo de la Exposición Iberoamericana. A ese barco le siguió el Adriano II, que hizo el servicio El Puerto de Santa María-Cádiz entre 1932 y 1982. El Adriano III, construido en los astilleros de Vigo en 1955, era el último sucesor en activo. En 1999, la Junta de Andalucía lo había declarado Bien de Interés Cultural. A bordo del Adriano III se rodaron varias películas: “La Lola se va a los puertos” (adaptación para el cine de la obra teatral de los hermanos Machado, dirigida por Juan de Orduña en 1947, con Juanita Reina como protagonista, donde asomaba el cante de Pepe Pinto y el rasgueo de la guitarra de Melchor de Marchena.); “La becerrada” ( dirigida por José María Forqué en 1963, con guión de Jaime de Armiñán, con Fernando Fernán Gómez, Amparo Soler Leal, Nuria Torray y el adorno de varios toreros, entre ellos Antonio Bienvenida); y “Calle 54”, que es un documental, coproducido por España, Francia e Italia, dirigido Fernando Trueba en 2000, donde se presentan los mejores exponentes del jazz latino. En el reportaje aparecen imágenes de diversas ciudades y, también, de El Vaporcito. El Vaporcito se ha hundido acabando el farragosto, cuando todavía estaba de alivio de luto. A finales de 2010, en una fría mañana de invierno gris moría su timonel, José Fernández, más conocido como Pepe el del Vapor, que durante los últimos 50 años llevó con cordel de seda el buquecito, mitad golondrina, mitad vaporetto veneciano, con nostalgia de tiempos mejores. Desde 2005, dos modernos catamaranes hacían la ruta con ese aire de superioridad que detenta el nuevo rico cuando enseña a los vecinos el último cochazo. Permitió Pepe, cosa rara en un timonel, que un día cualquiera, por un solo día, al fin, ejerciera de patrón de El Vaporito nada menos que un marinero en tierra, Rafael Alberti: “Yo te hablaba a los luceros, / con la luna del espejo/ de una estrella volandera. / Fuera de la mar, / me perdí en la tierra”. El Vaporcito ya está, como Pepe el del Vapor, en el fondo de ese pozo azul y verde con espuma blanca donde reside toda la hipocondría.