viernes, 2 de diciembre de 2011

Antonio Mingote


Me congratula conocer que a don Antonio Mingote le ha concedido el Rey el título nobiliario de marqués de Daroca, que hasta la fecha, al menos que yo sepa, sólo era el nombre de un vino tinto de garnacha de “elegíaca rusticidad, sorprendente por su potencia domada por unos taninos justos y una fresca acidez”, según reza la nota de cata, y elaborado por la Cooperativa Santo Tomás de Aquino. Lo que no entiendo es el porqué precisamente marqués de Daroca. Podría haberlo sido de Sitges, donde nació casualmente, o de Teruel, donde vivió parte de su infancia y juventud. De Daroca era su padre, el maestro Mingote, autor del “Himno a la Virgen de Atocha”. Su madre, de Batea, Tarragona, ciudad de vinos con gran cuerpo. ¡Ay, Batea! De Batea regresaba el torero Miguel Peropadre, Cinco Villas, tras torear en Maella, donde le habían hecho un homenaje, cuando murió en la carretera. Había tomado la alternativa como matador de toros el 11 de octubre de 1972 en la Plaza de Toros de Zaragoza, con Paquirri como maestro de ceremonia y Dámaso González de testigo; los toros, de Diego Puerta, otro que acaba de marcharse para siempre, cortando dos orejas a su segundo. En fín, creo que marcho por otros derroteros. Al margen de su faceta de dibujante y de guionista, Antonio Mingote escribió dos novelas, “Las palmeras de cartón” y “Adelita en su desván”. En cierta ocasión dijo, refiriéndose a la paz, que “todos quieren la paz, y para asegurarla, fabrican más armas que nunca”. Sólo he hablado con él en dos ocasiones. Una, a raíz de una conferencia que dio hace años en el Ateneo de Zaragoza. A la salida le pedí un autógrafo y, muy serio y tras mirarme de arriba abajo, me hizo un dibujo con una maceta y una flor, sin dedicatoria. Lo guardo como un tesoro. La segunda vez fui yo el que le abordó por la calle, en Madrid, muy cerca del Círculo de Bellas Artes. Le estreché la mano y siguió su camino. Eso fue todo. Antonio Mingote es un caudal viviente que debemos conservar. Mi enhorabuena para el señor marqués.

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