martes, 31 de enero de 2012

Llorar por la leche derramada


Las “rendijas legales” por las que la presidenta de la Diputación General de Aragón, Luisa F.Rudi, intenta recuperar los bienes religiosos de Sigena, a mi entender, carecen de rigor. Los servicios jurídicos de la DGA podrán demandar a Cataluña, se podrán organizar rosarios en el Pilar para que se obre el “milagro” necesario, los ciudadanos aragoneses estarán en su derecho a manifestarse –que no creo- por calles y vericuetos, se podrá “exigir” el derecho de retracto, y lo que ustedes quieran, pero el hecho cierto es que las monjas de Jerusalén de Sigena vendieron en 1983 nada menos que 44 piezas por 66 millones de pesetas; y, en 1992, otras 52 piezas por 39 millones, tras trasladarse la comunidad en 1970 a Valldoreix. Y para tal avenencia comercial contaron dichas monjas en su día con el beneplácito de la curia vaticana. Por tanto, “Roma locuta est, causa finita est”. Señalar ahora, como se afirma por parte de los políticos aragoneses, que no se tuvo en cuenta que el monasterio era monumento nacional es como decir “era de tarde y, sin embargo, llovía”. Por estos pagos donde casi nunca lleve a pesar de las rogativas procesionales no cabe duda de que se confunde el culo con las témporas, el continente con el contenido y el chusco de pan cuartelero con el sabroso bocadillo de rabas. Una cosa es la fábrica, o sea, las paredes y techumbres que conforman la edificación del convento de las monjas, en este caso de las monjas de Jerusalén de Sigena, y otra cosa distinta son los enseres que había dentro. Como ejemplo, sirva la Red de Paradores del Estado, que se remontan a 1910, cuando el gobierno encargó al marqués de la Vega Inclán el proyecto de crear una red hotelera. Me viene a la cabeza a botepronto la conversión del Convento de San Francisco de Granada, situado en el corazón del recinto de La Alhambra, y que es uno de los paradores de Turismo más atractivos desde 1945. La mayoría de esos recintos, sería largo enumerarlos, explotan su actividad hotelera en el interior de unos espacios monumentales que, de no haberse restaurado y concebido una utilidad práctica, sufrirían posiblemente hoy el mayor de los abandonos. Lo que debería hacer la Diputación General de Aragón es procurar proteger y dar utilidad a los continentes que, casi de chiripa, siguen erguidos en Aragón, más bien olvidados hasta de la piqueta, antes de que se deterioren del todo. Llorar por la leche derramada no trae cuenta. En Zaragoza, sin ir más lejos, se permitió desde el Ayuntamiento derruir en beneficio de los “amiguetes” especuladores los hotelitos modernistas del Paseo de Sagasta; y por supina ignorancia municipal, la espléndida Torre Nueva. Ahora, la consejera de Educación, Universidad, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, Dolores Serrat, intenta marear la perdiz y darmos lecciones argumentando (y recordando la doctrina de la UNESCO) que “los bienes muebles forman parte inseparable del conjunto del edifico, del monumento, y si se hubiera tenido en cuenta esta inseparabilidad no se hubiera podido vender”. ¿Se acuerdan del sillón de José Marco? Pues nada, que la iluminada consejera del PP, haga un intento por ganarse el sueldo que le pagamos todos, se deje de milongas trasnochadas, saque oposiciones a profesores de Secundaria, que hacen falta, y desarrolle iniciativas de I+D+i, la implantación de nuevas tecnologías y la potenciación de la calidad en los productos aragoneses. Todos saldremos ganando.

viernes, 27 de enero de 2012

Rendijas jurídicas


Luisa Fernanda Rudi, que es censor jurado de cuentas, conoce de sobras las martingalas necesarias para que un empresario pueda evadir impuestos amparándose en determinados resquicios legales. Tal es así que ya ha encargado a los servicios jurídicos del Gobierno de Aragón que busquen "rendijas jurídicas" a fin de poder recuperar los bienes religiosos de Sigena y, de ese modo, pretender recurrir lo irrecurrible, es decir, la sentencia inapelable del Tribunal Constitucional en lo que respecta a 96 piezas compradas y pagadas a unas monjas entre 1983 y 1992 por la Generalitat de Cataluña y depositadas en el Museo Diocesano de Lérida y en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. El proceso arrancó en 1998, cuando la Generalitat interpuso ante el Constitucional un conflicto de competencias contra la orden de la Diputación General de Aragón que exigía poder ejercer el derecho de retracto sobre los bienes que las monjas de la orden de Jerusalén de Sigena vendieron en 1983 (44 piezas por 66 millones de pesetas) y 1992 (52 piezas por 39 millones), tras trasladarse la comunidad en 1970 a Valldoreix, en Barcelona. En su defensa las monjas alegaron que disponían de un permiso del Vaticano para enajenar los bienes, aunque sus opositores adujeron que, siendo una orden femenina, deberían haber tenido también el permiso del obispo de Barbastro-Monzón. Y así están las cosas, o sea, no hay nada que rascar. Espero que sirva de lección y, al menos, la DGA preserve su entorno, las 36 celdas de los cartujos y los frescos de Goya existentes en la capilla de la Cartuja de Aula Dei, fundada en 1563 por Hernando de Aragón, arzobispo de Zaragoza y nieto de los Reyes Católicos, una vez que se marchen definitivamente los monjes de la orden de san Bruno a Ezcabarte, como tienen planeado. Esa capilla acoge siete enormes escenas religiosas pintadas al óleo en sus paredes por Goya entre 1772 y 1774. La obra inicial incluía once, pero cuatro de ellas se perdieron durante los 66 años que el monasterio permaneció cerrado en el siglo XIX como consecuencia de la Desamortización. La Cartuja es monumento histórico nacional desde 1985. Sin embargo, deberíamos tocar madera para que no termine siendo fagocitada por la red de Paradores, que todo lo devora, como vergonzosamente se pretende hacer con el Monasterio de Veruela.

miércoles, 25 de enero de 2012

Siembra de humo


En diciembre de 2007, dijo Marcelino Iglesias, entonces presidente de la Diputación General de Aragón: “Gran Scala va a ser el escaparate de Aragón ante el mundo, el relevo de la Expo”. Corría el cava como si les hubiera tocado la lotería. Natalia Junquera, en “El País”, escribía aquel 13 de diciembre: “De la arena surgirán 32 casinos, 70 hoteles, 232 restaurantes, 500 comercios, un campo de golf, un hipódromo, una plaza de toros, un cámping, réplicas de las pirámides egipcias, de los templos romanos y hasta una del Pentágono que servirá de hotel para Spyland, un parque temático sobre el espionaje. Se llamará Gran Scala y necesita una inversión de 17.000 millones de euros para convertir el desierto en una tierra de espías y tragaperras. Es más del doble de lo que se invirtió en Barcelona para los Juegos Olímpicos de 1992 y casi cinco veces el presupuesto del Ministerio de Medio Ambiente en 2007. Será el segundo complejo de casinos más grande del mundo tras Las Vegas”. José Ángel Biel, vicepresidente del Gobierno de Aragón, estaba como chico con zapatos nuevos. Un grupo de 12 inversores extranjeros promotores del proyecto, bajo las siglas de ILD, sabían que no iban a encontrar obstáculos para que el Gobierno de Aragón modificase la ley del juego, recalificara 2.025 hectáreas de terreno, llevara agua, tendido eléctrico y redes de saneamiento hasta Los Monegros El Gobierno aragonés y los promotores confíaban en llenarlo con 25 millones de visitantes por año a partir de 2015, es decir, más de la mitad del total de turistas que recibió España en 2006. El problema era dónde adquirir las 2.000 hectáreas de terreno necesarias. Contaba “El País” que “el Gobierno aragonés había encargado un estudio a sus técnicos. Del estudio salieron cinco localizaciones cuyos nombres eran secretos: Villanueva de Sigena, La Almolda, Sena, Valfarta y Ontiñena. La última palabra era de los promotores, que descartaron dos: Sena (no les gustaba su ubicación) y Valfarta (por las granjas de ganado porcino en sus alrededores). ILD encargó al despacho de abogados de Garrigues las gestiones. Los primeros pasos se dieron en Villanueva de Sirena. Fracaso: tres propietarios acumulaban buena parte del suelo y quisieron dar el pelotazo. La segunda estación fue La Almolda. Nuevo fracaso: oposición de ayuntamiento y vecinos. Quedaba así Ontiñena, la quinta opción. En febrero comenzaron las gestiones. El alcalde Ángel Torres (PP) respaldó la operación con 1.300 hectáreas de suelo municipal. Más de 50 vecinos han firmado ya a 9.000 euros la hectárea. ILD utiliza una curiosa fórmula de opciones de compra: paga el 4% de lo acordado por una opción que se renueva cada 8 meses. Así hasta tres renovaciones. ILD apenas se ha gastado 120.000 euros”. Como escribía Luis Gómez (“El País” el 5 de julio de 2009), “a esa euforia inicial siguieron viajes oficiales a Las Vegas, Orlando y París. Actos promocionales donde se habló del proyecto sin concreción. Los canapés y los viajes los pagaba el Gobierno de Aragón. Daba la impresión de que mientras unos gastaban saliva, otros pagaban las facturas”. En ese sentido, “noticias divulgadas acerca de la solvencia de ILD no eran muy halagüeñas-sigue contando Luis Gómez-.Tampoco las referentes a socios radicados en paraísos fiscales u ocultos tras el anonimato de fondos de inversión. Fue muy criticada la negativa de ILD a abrir oficina en Zaragoza”. Finalmente fracasó ese “milagro” aragonés. Fernando López Román, presidente de la Fundación Ecología y Desarrollo sugiere que, en el caso de haber salido adelante el proyecto Gran Scala, “habría llegado a ser a ser una especie de ciudad privada, sin alcalde ni concejales, con sus propias normas urbanísticas y un ordenamiento jurídico especial. La decisión sobre cualquier licencia la tendría el consorcio”. Todo lo anteriormente expuesto viene a cuento con el proyecto conjunto de Botella y Aguirre para el entorno de Madrid. Para los casinos y todo ese pringue que le acompaña, se buscan terrenos entre la ciudad deportiva del Real Madrid y el aeropuerto de Barajas. Y todo ello impulsado por el Estado, la Comunidad de Madrid y el grupo de Sheldon. Como cuenta hoy Ignacio Escolar en “Público” respecto a ese proyecto madrileño, “si mi negocio va bien, los beneficios son míos; si quiebra, los contribuyentes tendrían que pagar. A cambio de que me reescriban las leyes, me regalen el suelo, me avalen los préstamos, me permitan explotar a mis empleados y me perdonen los impuestos, yo prometo dar trabajo a los nativos. Ya saben, empleo de calidad: camareros mal pagados, crupieres, estafadores, matones, sirvientas para hacer las camas y prostitutas para deshacerlas”. Vamos, algo parecido a lo que los políticos del PSOE y del PAR quisieron para Aragón. Menos mal que no cuajó el proyecto.

martes, 24 de enero de 2012

Blázquez, otro que tal baila


Cualquiera que me lea pensará que soy un “comecuras” y que sólo pienso en quemar iglesias y en orinar sobre las pilas bautismales. Nada de eso. Soy respetuoso con los creyentes de cualquier religión y no cuestiono sus liturgias. Pero confieso que he dejado de ser considerado con determinados “funcionarios del Cielo” que, además de haber hecho de su vocación su modo de vida, pretenden ser guías de las “buenas costumbres” a su modo de ver y entender, en demasiadas ocasiones con enfoques distorsionados y más ajustados de un rancio nacional-catolicismo tutelado del que todos deberíamos procurar huir en estampida, que de un moderno Estado de Derecho en el que los ciudadanos somos dueños de nuestros destinos. Tales “funcionarios del Cielo” purpurados, que no desean perder sus privilegios ni el control sobre los cuerpos y las almas amparados en un Concordato en vigor que insulta a la inteligencia, se han ganado a pulso mi antipatía. El pasado día 12 de enero escribí en mi blog que el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, tenía un problema serio, que vivía obsesionado con la fornicación. No acabo de entender cómo un obispo, en este caso el obispo de Córdoba, pese a ser célibe, puede llegar a ser un gran experto en temas de sexualidad “organizada y bien conducida”. Ayer, 23 de enero, el foco de mi crítica fue otro pastor de la Iglesia Católica, Jaime Pujol, arzobispo de Tarragona y miembro del Opus Dei, al afirmar en una entrevista en TV-3, refiriéndose a los homosexuales, que “su comportamiento no es adecuado ni para ellos ni para la sociedad”. Tras esa rotunda afirmación por parte de un prelado en ejercicio, a uno se le antoja pensar que la pederastia tampoco es “adecuada” para la sociedad y que, sin embargo, algunos “funcionarios del Cielo” la ejercen mientras otros “funcionarios del Cielo” tapan el delito. Hoy me entero de que un tal Blázquez, como dijera Arzallus, o sea, Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid, cuestiona que Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno de España, pueda leer el pregón de la Semana Santa en la ciudad del Pisuerga. Y la razón que expone Blázquez no es otra que su situación matrimonial. Resulta que Sáenz de Santamaría está felizmente casada por lo civil. Blázquez, intentando justificar lo injustificable, ha precisado: “mi apreciación no va más allá de lo que va el Código de Derecho Canónico”. Pero el arzobispo Blázquez, tratando de echar una de cal y otra de arena, ya ha dejado claro que asistirá al pregón de Soraya Sáenz de Santamaría porque su lectura sólo se trata “de un género literario, más que una homilía o un sermón”. Pues nada, señor Blázquez, cuando asista al pregón pucelano, hágase cuenta de que está escuchando un párrafo de “Madrinita buena”, de Rafael Pérez y Pérez.

lunes, 23 de enero de 2012

Jaume Pujol, otro iluminado


El pasado día doce de enero escribía en mi blog que el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, tenía un problema: que vivía obsesionado con la fornicación. También añadía en mi blog de aquel día unas perlas cultivadas de ese pastor de la Iglesia: “La sexualidad desorganizada es como una bomba en la mano”. Y personalmente entendí, y así lo conté, que Demetrio Fernández debía ser un gran experto en temas de sexualidad organizada y bien conducida. Y añadía, sin cortarme un pelo, que “lo que ya no sabemos es si conoce algo sobre la pederastia en el seno de la Iglesia Católica, ese drama silenciado y encubierto por los obispos y las vergonzosas maniobras que éstos realizan para proteger al clero pederasta”. Pues bien, ahora, el arzobispo de Tarragona y miembro del Opus Dei, Jaume Pujol Balcells, en una entrevista en TV-3 ha hecho referencia a los homosexuales. Y ha dicho que “su comportamiento no es adecuado ni para ellos ni para la sociedad”. Y sobre el matrimonio, Pujol ha señalado que “a las mujeres de mi iglesia siempre les digo lo mismo: ‘A quien tienes que cuidar más es a tu marido, él es el hijo más pequeño de la casa’. Ya sabéis por qué lo digo. Lo tienen que cuidar, no se pueden descuidar”. En fin, si el arzobispo de Terragona cree que las mujeres saben por qué lo dice, aquí el corto de entendederas soy yo, que no me entero. Creía saber algo sobre el complejo de Edipo positivo, no mucho, pero Freud definió tal enredada cuestión como el deseo inconsciente de mantener una relación sexual (incestuosa) con el progenitor del sexo opuesto y de eliminar al padre del mismo sexo (parricidio). Más o menos, que tampoco estoy revolcado en el merengue del psicoanálisis. Pero afirmar, como afirma Jaume Pujol Balcells, que “las mujeres deben cuidar más a sus maridos por ser los hijos más pequeños de la casa”, se me antoja como un triple salto mortal al vacío de un arzobispo que consulta en sus ratos de asueto, que deben ser muchos, el oráculo de Delfos. Lo del comportamiento de los homosexuales “inadecuado para ellos y para la sociedad” podría tener indicios de certeza siempre y cuándo el arzobispo de Tarragona explicase el por qué. Mientras no lo explique y lo aclare, sus declaraciones carecen de rigor. Este arzobispo, que desde 1992 compaginó determinadas tareas universitarias con el asesoramiento a la Conferencia Episcopal Española, no sé todavía si sigue a rajatabla las directrices del “establishment opusino” o los criterios de Aquilino Polaino, también miembro numerario del Opus y médico psiquiatra. En cierta ocasión, Polaino fue invitado por el PP al Senado como experto en homoparentalidad; y allí contó a los senadores presentes que “los gays son hijos de padres hostiles y alcohólicos”. Dios nos libre de estos iluminados.

domingo, 22 de enero de 2012

Perder los papeles


Izquierda Unida pretende que se despenalicen las injurias contra la Corona, tipificadas en el artículo 490.3 del Código Penal. A mi entender, en el hecho improbable de que se despenalizasen tales injurias a la Corona, quedaría en vigor la Ley Orgánica 10/1995 de 23 de noviembre, del Código Penal, en sus artículos 205 a 207 sobre la calumnia; los artículos 208 a 210 sobre la injuria; y los artículos 211 a 216 sobre disposiciones generales sobre ambas, cuando se reputen con publicidad en los medios de comunicación hablados o escritos. A mi entender, la pretensión que pudiera abrigar cualquier ciudadano de poder injuriar a la Corona de forma impune me parece propio de alguien que hubiese perdido los papeles o mereciera recibir un correcto tratamiento psiquiátrico. Pero si tal pretensión partiese, como parece ser el caso, de un partido político con representación parlamentaria el asunto se entiende como más grave. Nadie en su sano juicio y en el ámbito de un Estado de Derecho acierta a comprender las razones de IU para pretender despenalizar tales injurias. Sostiene IU –según leo en “El Periódico”- que “la sanción penal de las injurias contra la Corona no sólo es desproporcionada, sino que afecta a los fundamentos básicos del sistema democrático, por cuanto supone una agresión a la libertad de expresión”. Hombre, mi libertad termina donde empieza la libertad de los demás. Nadie puede ir por la calle lanzando injurias al primer peatón con el que se cruza en su camino. Porque, de hacerlo, pueden ocurrir dos cosas: que denuncie esa afrenta en la comisaría de policía más próxima, o que reciba un par de bofetadas in situ. Dependerá de cómo le pille el cuerpo al agraviado. Todo ciudadano merece respeto y consideración. La Corona, también.

viernes, 20 de enero de 2012

¡Que esto se acaba, oiga!


De Guindos cuenta en “The Wall Street Journal” que España necesita implementar un marco laboral completamente nuevo. Por otro lado, Montoro, en declaraciones al “Financial Times Deutchland” opina que no se cumplirá el objetivo de reducir el déficit al 4’4 % en 2012. A mí me gustaría saber por qué razón los altos mandatarios de este país acostumbran a hacer declaraciones en periódicos extranjeros en vez de hacerlo en la prensa nacional, como sería lo racional. Luego pasa lo que pasa, o sea, que Sáenz de Santamaría tiene que salir al paso para intentar apagar incendios. Lo que sucede es que, en este caso al menos, va a tener razón Montoro. Quiero decir que el FMI y el Banco Mundial, por un lado, son pesimistas con la eurozona; por otro, entienden que el plan de Rajoy se quedará corto. Si hacemos caso a noticias publicadas en la prensa nacional, estamos todos los europeos al borde del cataclismo económico. Según leo, “el Banco Mundial no descarta un panorama similar e, incluso, más grave que el acontecido tras la quiebra de Lehman Brothers, hasta el punto de avanzar una recesión global de hasta el 4% en el peor escenario”. Ya sólo falta que sea cierto lo que augura el calendario del Largo Conteo Maya o las profecías de Nostradamus. Yo, por si las moscas, voy a sacar lo poco que tengo en el banco y me voy a dedicar a ver las nubes que pasan sentado en una terraza y con un vermú en la mano. La sucesión de quiebras soberanas, las suspensiones de pagos de empresas y los procesos concursales ya me ponen como una moto. Cuando leo todas esas “situaciones delicadas” cada mañana me produce en el cuerpo la misma situación que si me metiese un chute en vena. Pero para chute en vena el de Francisco Luzón, que se prejubila en el Banco Santander con una pensión de 56 millones de euros ¡Ya te digo…!

Al tiermpo le pido tiempo


"Al tiempo le pido tiempo, / el tiempo tiempo me dará, / y el mismo tiempo me dice/ que el tiempo me desengañará." Primero se añadió un día en los años bisiestos, que deriva del latín bisextus porque se contaba dos veces el sexto día anterior a las calendas, o sea, primer día de los meses romanos. A los empresarios les vino de maravilla tal medida, ya que cada cuatro años a partir de entonces se trabajaría una jornada para el inglés. Pero eso no es todo. Más tarde, el papa Gregorio XIII, asesorado por el astrónomo jesuita Christopher Clavius, que debía ser pariente de Juan Rosell, el 24 de febrero de 1582 promulgó la bula “Inter gravisimas”, en la que establecía que tras el jueves 4 de octubre de 1582 seguiría el viernes 15 de octubre de 1582. Imaginen lo que supondría para nómina de un trabajador que Benedicto XVI promulgase mañana otra bula A.M.D.G. (ad majorem Dei gloriam, o ad majorem De Guindos gloriam) donde se dejase escrito, por ejemplo, que al 13 de abril le siguiera el 25. ¿Cómo íbamos a celebrar los republicanos el 14 de abril?; o que al 29 de abril le siguiera el 10 de mayo. ¿Cómo celebraríamos los trabajadores el 1 de mayo? Pero hay más. Se suele decir que Cervantes y Shakespeare fallecieron el mismo día. Sin embargo, se trata de un dato erróneo, ya que, aunque murieron en la misma fecha, en Inglaterra se usaba el calendario juliano, mientras que en España ya se había adoptado el calendario gregoriano. Es decir, en 1616 el 23 de abril juliano (fecha de la muerte de Cervantes) se correspondía con el 3 de mayo gregoriano (fecha de la muerte de Shakespeare). Ahora sabemos que los relojes deberán añadir un segundo cada año hasta 2015, según ha determinado la Unión Internacional de Telecomunicaciones, a fin de mantener los relojes atómicos (que deben ser esos relojes que ofrecen los negritos cuando estamos tomando el vermú en una terraza y que tienen del tamaño de un reloj de andén de estación) sincronizados con la rotación de la Tierra. En fín, una locura.

jueves, 19 de enero de 2012

Menos gaitas


No sé si la idea de Botella de poner una calle de Madrid rotulada con el nombre de Manuel Fraga es o no es acertada. En mi blog del pasado 17 de enero, que a la vista está de todo aquel que desee leerlo, venía a decir que el político de Villaba tuvo luces y sombras a lo largo de su trayectoria política. Supongo que agrupar a todo el búnker de este país en torno a una federación de partidos en 1976, como hizo Fraga a su regreso de Londres junto a un grupo de exministros franquistas, y transformar esa agrupación en un partido, Alianza Popular, en 1989, debe servir de reflexión. Aquellos “Siete Magníficos”, así denominados por la prensa de la caverna, que fueron la raíz de aquel partido, aglutinaba a otras siete asociaciones: Reforma Democrática (Fraga Iribarne); Unión del Pueblo Español (Martínez Esteruelas); Acción Democrática Española (Silva Muñoz); Democracia Social (Licinio de la Fuente); Acción Regional (López Rodó); Unión Social Popular (Thomas de Carranza); y, por último, Unión Nacional Española (Fernández de la Mora). Todos ellos habían sido ministros durante la dictadura de Franco. Y no me consta que alguno de ellos se arrepintiese de haberse sentado en los Consejos de Ministros de El Pardo junto al responsable directo de nuestra mayor desgracia histórica. En una entrevista del diario “Ya” a otro fundador de Alianza Popular, José María Velo de Antelo, con motivo del trigésimo aniversario de la Constitución Española, a la pregunta del periodista Rafael Nieto: “¿Qué diferencias y semejanzas hay entre la AP que Vd. contribuyó a fundar, y el PP de hoy?”, Velo respondía: “La semejanza mayor es que no hay democracia interna. Fraga nombraba a sus sucesores y Aznar repitió la operación. Los que están en la tarima no dejan que nadie se suba, y el que molesta no sale en la fotografía. Ahora saben vestir mejor al muñeco, pero de democracia nada. Lo peor es que carece por completo de ideología”. Según leo en la prensa de hoy, siguiendo la estela de Botella, la Comunidad que preside Esperanza Aguirre ha anunciado que ha concedido la Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo (decreto 91/2006, de 2 de noviembre) a título póstumo a Manuel Fraga y ha decidido poner su nombre a un instituto de educación secundaria de Madrid. Por otro lado, Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, entiende que darle el nombre de una calle a Manuel Fraga "iría contra la ley" de esa Memoria, o sea, contra la Ley 52/2007 de 26 de Diciembre. Subraya Silva que Fraga "nunca se arrepintió de su participación en la dictadura". Personalmente entiendo que aquí sobran queimadas, gaitas gallegas, botafumeiros de plumillas agradecidos y hasta la bandera española sobre el féretro de un fósil. Todos somos españoles y a nuestros parientes difuntos, en su último paseo, sólo les cubre una tapa de pino; es decir, algo absolutamente serio.

miércoles, 18 de enero de 2012

Ussía pretende ir de gorrón a Sevilla


En el diario “La Razón” aparece hoy un artículo-carta de Ussía dirigido al Alcalde de Sevilla Juan Ignacio Zoido referido a la indignación que en su día le produjo el cambio de nombre de una calle; es decir, cuando el Ayuntamiento sevillano decidió quitar la placa de Francisco Merry y sustituirla por la de la actriz Pilar Bardem. Ussía, por aquello de ir por atún y ver al duque, pretende, por si cuela, que Zoido le invite a visitar Sevilla en abril o mayo, o sea, cuando hayan vuelto a cambiar la placa. ¡Hace falta ser fresco! Lo peor, si cabe, es que pierde las formas, cosa muy habitual en él, e insulta a la anterior corporación municipal, presidida por Alfredo Sánchez Monteseirín, tachándoles de “merluzos”. A mi entender, el hecho de perder el respeto descalifica a quien lo pierde. Me consta que Ussía es un faltón irredento y, lo peor de ello, es que le paga un medio informativo por ejercer de grosero en sus “infumables” columnas. Por lo tanto, no merece que le dedique ni una línea más en mi blog. Sin embargo, he de reconocer que algo hay de cierto en el malestar que en su día supuso el cambio de nombre de una calle. Soy el primero en reconocer que la Ley de la Memoria Histórica ((Ley 52/2007 de 26 de Diciembre) era una asignatura pendiente en nuestra democracia y que sólo José Luis Rodríguez Zapatero tuvo el valor promoverla desde el Gobierno de España. Pero como lo Cortés no quita lo Atahualpa, también siento vergüenza ajena por el patinazo cometido en su día por Sánchez Monteseirín. Sin tratar de quitarle méritos a Pilar Bardem, que los tiene, ampararse en la Ley 52/2007 anteriormente citada para suprimir del callejero sevillano el nombre de Francisco Merry, demuestra un ataque a la inteligencia. La Delegación de Relaciones Institucionales del Ayuntamiento de Sevilla de la que fue responsable Antonio Rodrigo Torrijos, de IU, sostuvo en un comunicado que el acta que otorgó la calle al general Merry y Ponce de León lo vinculó al franquismo y, concretamente a “su actuación en el glorioso alzamiento nacional”, según rezaba literalmente en un documento de 1971. Si no recuerdo mal, el alcalde de Sevilla en 1971 era Juan Fernández Rodríguez-García del Busto, médico endocrino e internista fallecido el 31 de julio de 2011 a los 94 años de edad. Juan Fernández Rodríguez, que concedió la Medalla de Oro de la Ciudad a la Virgen de la Macarena, que perteneció a varias cofradías, que trasladó la Feria de Abril del Prado de San Sebastián a Los Remedios y que fue el impulsor del Trofeo Ciudad de Sevilla de fútbol, también fue el responsable de confundir a Francisco Merry y Ponce de León (1872-1981) con su hijo, Pedro Merry Gordon (1920-1993), capitán general de la II Región Militar durante la tarde-noche del 23 de febrero de 1981. Pero la placa aludida y cambiada por la de Pilar Bardem hacía referencia -pese a la ignorancia supina del entonces alcalde franquista Juan Fernández-Rodríguez- a Francisco Merry y Ponce de León, conde de Benomar, gentilhombre de cámara de Alfonso XIII, caballero de la orden de Carlos III y que intervino en la guerra de Cuba como ayudante de campo del general Weyler. Es evidente que hubo dos errores de dos alcaldes distintos. El error de Juan Fernández-Rodríguez consistió en poner una placa a Francisco Merry entendiendo que se trataba de su hijo Pedro Merry (como se desprende del acta levantada y leída años más tarde por Antonio Rodrigo, justificando el cambio de nombre de esa calle por el de Pilar Bardem). El error del alcalde socialista Alfredo Sánchez Monteseirín radicó esencialmente en no saber captar la “empanada mental” del alcalde anteriormente señalado. A Pilar Bardem, que nació en Sevilla por casualidad, (dada la circunstancia de que su madre, en el momento del parto, iba de una ciudad a otra en una compañía de comedias) le podían haber puesto, si acaso, una placa con su nombre en una nueva urbanización. Se hubiera evitado hacer el ridículo en 1971 y tropezar en la misma piedra en 2009. Así de simple.

martes, 17 de enero de 2012

Fraga


Ahora que se ha muerto Manuel Fraga, casi todos los periódicos elogian su figura política. Yo no sé si, como se afirma, llevaba el Estado en la cabeza. Quizás sea una exageración. No cabe duda de que fue un hombre culto, un político de primera línea y, posiblemente, una persona honesta en sus quehaceres. Pero habría que recordar a aquellos que ahora sacan el incensario de paseo que, además de las luces, también hubo sombras. Por ejemplo, lo referente al caso de tortura y posterior fusilamiento de Julián Grimau, el cómico baño en Palomares, los sucesos de Vitoria y el desastre derivado de una romería con tintes monárquicos en Montejurra. Grimau, detenido en Madrid por la Brigada Social, fue llevado a la Casa de Correos (Puerta del Sol) y torturado al más genuino procedimiento de la siniestra Gestapo. En un momento dado, esposado por delante, fue lanzado por la ventana desde un segundo piso. Como resultado de ello, Grimau se rompió la cabeza y ambas muñecas. Más tarde sería fusilado y rematado por un teniente de dos tiros de pistola el 20 de abril de 1963. Fraga, entonces ministro de Información, vino a decir a los medios informativos que “Grimau recibió (en la Casa de Correos) un trato exquisito y que en un momento del interrogatorio se encaramó a una silla, abrió la ventana y se arrojó al vacío de forma inexplicable y por voluntad propia”. Lo de Palomares es de libro. Un 17 de enero de 1996, tal día como hoy, colisiona un CK-135 cisterna con un B-52 provisto de bombas termonucleares Mark-28, de 1’5 megatones cada una. Dos de aquellas bombas quedaron intactas, una en tierra y la otra en el mar Mediterráneo. Las otras dos cayeron sin paracaídas. Una, en un solar del pueblo; la otra, en una sierra próxima. Ambas se rompieron. La que había caído en el mar tardó 80 días en recuperarse. Como resultado de las fisuras de las bombas caídas en el solar y en la sierra se formó un aerosol y una nube de partículas compuesta por óxidos de elementos transuránicos, además del tritio que se vaporizó al romperse el núcleo. El 29% de la población de Palomares presentaba trazas de plutonio radiactivo en su organismo. Todo ello se silenció. Para quitar miedo al asunto, se practicaron dos baños: el primero, en Mojácar, en el que se bañó el embajador americano Angier Biddle Duke y alguno de sus acompañantes; el segundo, en la playa de Quitapellejos, en Palomares, donde el embajador se bañó esta vez acompañado por Fraga. Lo cierto es que una quinta bomba nunca apareció y que, además de ello, la zona de Palomares sufre ahora y sufrirá durante varios miles de años las consecuencias de aquel accidente aéreo. La represión franquista, donde Fraga formaba parte del Gobierno en calidad de ministro de Información, castigó más tarde a quienes pretendían airear la noticia. Los sucesos de Vitoria, de 3 de marzo de 1976, acontecieron siendo Fraga ministro de la Gobernación con el Gobierno Arias, cuando la Policía Armada cargó de forma desproporcionada contra unos huelguistas refugiados en la iglesia de San Francisco, de Asís en el barrio de Zaramaga, en Vitoria. El resultado de ese abuso de autoridad fue el asesinato de cinco huelguistas: Pedro María Martínez Ocio, trabajador de Forjas Alavesas, de 27 años; Francisco Aznar Clemente, operario de panaderías y estudiante, de 17 años; Romualdo Barroso Chaparro, de Agrator, de 19 años; José Castillo, de Basa, una sociedad del Grupo Arregui, de 32 años. Dos meses después moriría Bienvenido Pereda, trabajador de Grupos Diferenciales, con 30 años. O sea, dos obreros muertos en el lugar de los hechos, cuatro heridos muy graves de los cuales tres morirían, y varios heridos más, algunos con herida de bala. Aquel jueves, como no podía der de otra manera, el Secretario General del SPD de Alemania cancelaba la entrevista con Fraga que participaba en una campaña diplomática para vender internacionalmente una reforma avalada por la monarquía. La romería de Montejurra terminó el 9 de mayo de aquel mismo año como el rosario de la aurora. el denominado búnker franquista, que aún controlaba los resortes del Estado y los sectores ultraderechistas del carlismo, agrupados en torno a Sixto de Borbón-Parma, hermano del pretendiente carlista Carlos Hugo y enfrentado a él, preparó una operación violenta contra el Partido Carlista y los seguidores de Carlos Hugo para promover la "entronización" de Sixto como líder del carlismo. En dicha operación, en la que tomaron parte también mercenarios neofascistas italianos y argentinos, grupos armados de partidarios de Sixto de Borbón abrieron fuego de forma premeditada, sin que mediara provocación, contra los participantes en la romería. Resultaron muertas dos personas (Ricardo García Pellejero y Aniano Jiménez Santos), y hubo varios heridos. Curiosamente Fraga también estaba ausente. Ahora se encontraba en Venezuela. No hay que olvidar dos cosas: una, que los asesinos, en este caso, se aprovecharon de los beneficios de la Ley de Amnistía y que al año siguiente salieron a la calle; y, dos, que el acto había sido autorizado por el Gobierno al considerar el ministro de la Gobernación, Manuel Fraga, que la prohibición del acto podría ser más negativa que su celebración. Un dato curioso: Rodolfo Eduardo Almirón, ex miembro de la Triple A argentina, que posteriormente sería jefe de seguridad de Alianza Popular y guardaespaldas personal de Manuel Fraga durante los últimos años de la década de 1970 y primeros de la década de 1980, y Stefano Delle Chiaie, terrorista de ultraderecha italiano con vínculos con la organización anticomunista de la OTAN, estaban presentes en Montejurra aquel día. A Fraga se le atribuye haber dicho por esas fechas luctuosas la frase “La calle es mía”. ¿También los muertos?

lunes, 16 de enero de 2012

Ladran, luego gabalgamos


La reunión entre Nicolás Sarkozy y Mariano Rajoy en La Moncloa ha sido como la canción de “Vamos a contar mentiras”, esa que dice que “por el mar suben las liebres y por el monte las sardinas, tralará”. Le ha dicho el presidente del Gobierno español al presidente de la República Francesa recién condecorado con el Toisón de Oro (que no pudo conseguir Válery Giscard y que había puesto como condición “sine qua non” para asistir a la coronación de Juan Carlos de Borbón, pero que tuvo que conformarse con un desayuno), que ve perfectamente “conciliable” reducir el déficit sin subir el IVA; que ha demostrado que “diciendo lo que una piensa y lo que se va a hacer se ganan elecciones”; que ve necesario un eje París-Berlín-Madrid “para que España vuelva a la primera división”; que cree en el dinero en manos del contribuyente, pero que “no quedaba otra alternativa”; bla, bla bla… Lo que Rajoy pretende es un asiento en la Europa de los que toman decisiones, como hizo Zetapé hasta que le dejaron asistir de oyente. Ahora, lo inmediato pasa por el entierro de Fraga en Perbes, el viaje de Van Rompuy, la visita obligada aunque “molesta” al Reino de Marruecos y la pendiente reforma laboral, donde al final parece ser que tocará legislar a lo bestia en vista de que los agentes sociales no llegan a acuerdos de calado. España es un país de sorpresas. Una aclaración necesaria: Rajoy ganó las elecciones mintiendo a los españoles. Así de simple. En otro orden de cosas, no sabemos qué pasará con Irán, donde se escuchan tambores de guerra. Morenés ha visitado a las tropas españolas en Afganistán -no sabemos si habrá dicho eso de “capitán, mande firmes”- y les ha perorateado que los militares destacados “honran a su patria”. ¿A qué patria? ¿A España? ¡Pero si esa no es nuestra guerra! A él, como consejero que era de la empresa zaragozana de material de guerra, sí que le beneficiaron las bombas de racimo que fabricaba Instalaza hasta su prohibición. ¿O no es cierto? Esas cosas de la honra, de la patria y de las tres madres quedan muy bien en las juras de bandera. Pero en Afganistán hay honra sin barcos, como dijera Méndez Núñez, y en esa rifa internacional de un avispero hay más boletos de acabar como el gallo de Morón que de ganar la guerra. Esas cosas de la honra y la deshonra patria tienen su intríngulis. Nuestros soldados, lo único que parece tener aseguradas son las honras fúnebres. Lo demás, tararí que te vi. Ahora, por si tuviésemos poco con el asesinato de Marta Castillo y el “discutible” fallo judicial, los criminólogos de Universidad Camilo José Cela pretenden investigar el asesinato de Juan Prim a finales de 1870. Existen 18.000 folios de sumario. No creo que sus heridas estuviesen mal atendidas. Sencillamente no había penicilina y a los dos o tres días del atentado en la calle del Turco, instigado por Serrano y Antonio de Orleáns, alias el Naranjero, y ejecutado por José Paúl Angulo y nueve hombres republicanos más, se produjo un schok anafiláctico y ese fue su final. Recomiendo a los criminólogos de la UCJC que se dejen de leer tanto folio y tanto legajo comidos por los ratones y se hagan con algún tomo del “Anecdotario” de don Natalio Rivas. Eso es más difícil de conseguir, por estar agotados, que pretender dar en la solución de una causa que nos importa un bledo. Además, nos queda el bonito cuadro de Luis de Madrazo y una estatua en Reus para que los turistas puedan hacer fotos.

jueves, 12 de enero de 2012

Demetrio Fernández


El obispo de Córdoba tiene un problema. Demetrio Fernández vive obsesionado con la fornicación. Los fornicarios, aquellos que hacen el acto sexual fuera del matrimonio, son unos individuos que hacen una ofensa a la castidad y van contra la dignidad de las personas. Al menos, eso entiende Demetrio Fernández, que sabe latín y es conocedor de que fornicari es una palabra latina que deriva de fornix, que era una zona abovedada en la que se apostaban las prostitutas del Imperio Romano para esperar a sus clientes. Pero el obispo de Córdoba va más lejos todavía, al considerar que la incitación a la fornicación “es continua en los medios, el cine, la televisión y algunos institutos de Secundaria”. Supongo que se referirá a los centros sin subvención del Estado, donde los profesores que han conseguido plaza por oposición son una cuadrilla de depravados que se pasan la vida leyendo a Nietzsche y a Schopenhauer, cuando lo correcto sería, según parece, leer a Luis Coloma, a Azorín, a Concha Espina y a Aquilino Polaino, que oxigenan con su pluma las cuatro virtudes cardinales, sobre todo la pureza, la fortaleza, y la templanza. Lo de la justicia ya es harina de otro costal, o sea, una virtud cardinal que se encarna con Alberto Ruiz-Gallardón y con EduardoTorres-Dulce; quien, pese a ser un experto en el Séptimo Arte, habla con mucha ponderación de “Éxodo”, “Los Diez Mandamientos” y Espartaco”; y encuentra gravemente peligroso para los españoles sumidos en la crisis de valores (por culpa de la asignatura “Educación para la ciudadanía y los Derechos Humanos”, aprobada por el Real Decreto 1631/2006 durante el Gobierno de Zetapé) pasar por las pantallas “Garganta profunda”, “Las noches de Cabiria” y “Saló o los 120 días de Sodoma”. “La sexualidad desorganizada es como una bomba en la mano”, ha venido a decir don Demetrio, que debe ser un gran experto en temas de sexualidad organizada y bien conducida. Lo que ya no sabemos es si conoce algo sobre la pederastia en el seno de la Iglesia Católica, ese drama silenciado y encubierto por los obispos y las vergonzosas maniobras que éstos realizan para proteger al clero pederasta. Como señala Pepe Rodríguez en su libro “Pederastia en la Iglesia Católica” (Ediciones B, Barcelona, 2002), “El problema fundamental no reside tanto en que haya sacerdotes que abusen sexualmente de menores, sino en que el Código de Derecho Canónico vigente, así como todas las instrucciones del Papa y de la curia del Vaticano, obligan a encubrir esos delitos y a proteger al clero delincuente. En consecuencia, los cardenales, obispos y el propio gobierno vaticano practican con plena conciencia el más vergonzoso de los delitos: el encubrimiento.” En fin, aclarado este concepto, el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, cuando señala que “la sexualidad tiene tres estados”, me produce la misma gracia que ver a un burro comiendo higos. Haría bien en cerrar la boca y en dedicarse a lo suyo, es decir, a seguir pastoreando a su rebaño de incondicionales.

miércoles, 11 de enero de 2012

El vuelo de la serpentina


Ahora resulta que Rajoy ha tocado el tornillo que no debía y ha armado un cifostio del tamaño de King Kong. Su pretensión de intentar apagar el fuego con gasolina, es decir, sus prisas por el ajuste anunciado de taponar los 40.000 millones de euros de déficit con la mayor urgencia, le está afectando al cerebro como si se hubiese apeado de una montaña rusa. Le salen unas cuentas en su agujero negro del hipotálamo como las del Gran Capitán: 15.000 millones de las comunidades autónomas, 3.000 de la administración del Estado, 5.000 de la Seguridad Social, 1.500 de los ayuntamientos y el resto de los dos puntos del engaño socialista; que, a 10.000 euros por punto son 20.000 millones de vellón. Todavía, tras taponar el desaguisado, quedarán 4.500 millones bailando en la cabeza de De Guindos, o en los pies de Montoro, que ya no sé muy bien si eso es la pachanga, el mambo, o el fox-trot. El baile de cifras se une a la cabriola de las personas encargadas de hacer números, que tratan de cortar el revesino y quedar bonitos para posteridad. Pero, ¡horror!, va y se les corta la mayonesa en el córtex. Eso de los números y la neurociencia son cosas muy serias. Y el corifeo de La Moncloa aplaude el arranque de los ajustes como si se tratase del arranque del Bolero de Ravel: “¡Oh, que bien que baila Gil/ con las mozas de Barajas/ la Chacona a las sonajas/ y el villano al tamboril!/ ¡Oh que bien cierto y galán/ baila Gil, tañendo Andrés!/ O pone fuego en los pies, / o al aire volando van”. ¡Chupa del frasco, moreno! Y Moody’s, que es como ese niño pelotilla sin operar de fimosis que, en ausencia del profesor, apunta en el encerado el nombre de los compañeros revoltosos de la clase, le susurra barcarolas al Presi, que se ha equivocado de tornillo y ha apretado el que no debía. “¡Pero hombre, qué has hecho! - le dice Bruselas-. Subir el IRPF agravará la recesión”. Y el Presi, que no se entera, como Contreras, se da cuenta de que no era ese el tornillo que había tocar, sino el IVA. “Es una subida ponderada”, le susurra Montoro al oído. Y los cinco millones largos de parados encienden la tele para ver el fútbol, ajenos a los bailes de Palacio. El Presi, que no distingue entre impuestos directos e indirectos, lanza una serpentina al aire y desaparece entre la bruma de la noche morada.

martes, 10 de enero de 2012

Una efigie poliédrica


Si nos atenemos a lo que señala Juan Ramón Rallo, doctor en Economía, cuando afirma que “tanto reducir el gasto como incrementar los tributos son políticas contractivas de la demanda que tienden a deprimir la economía”, nos encontramos frente al primer error grave del Gobierno que preside Mariano Rajoy. “Sostener que subir impuestos equivale a reducir los desembolsos estatales –sigue afirmando Rallo- necesariamente implica defender que el gasto público es un sustitutivo más o menos perfecto del gasto privado y que, en última instancia, poco importa quién dirija la economía y en qué condiciones lo haga, si el Estado o los consumidores”. La agencia de calificación de riesgos Moody’s también ha dejado claro que “España tiene que hacer frente a un ajuste del orden de 40.000 millones de euros en 2012 para cumplir el objetivo de déficit establecido”. Ahora toca hacer frente a aquellos gastos regionales desmesurados con cargo al maestro armero; o sea, hacer frente a hechos tan peregrinos como la creación de aeropuertos donde se sabía de antemano que no iban a aterrizar aviones; revalorizaciones de suelo para levantar lujosos edificios que a día de hoy permanecen vacíos; organizaciones de carreras de coches en el centro de las ciudades, como sucedió en Valencia, donde hubo que pagar a Bernie Ecclestone por todo el morro unos “derechos” previos de más de 20 millones de euros; lograr pingües contratos a cambio de no sabemos qué por parte de un duque consorte que llegó, presuntamente, a convertirse en una franquicia en sí mismo; etcétera. La lista de despropósitos autonómicos y municipales es larga y complicada. La intervención de CAM y el Banco de Valencia, los problemas de liquidez de la Generalidad Valenciana, las deudas a la Sanidad, el “tijeretazo” a los funcionarios, la abultada plantilla (1.800 operarios) de Canal 9, Radio 9 y RTVV., ahora enfilada por la senda de un casi inevitable ERE, etcétera, es sólo un botón de muestra de los derroches del Partido Popular en la Comunidad Valenciana. Carlos Fabra, esa especie de faraón de la “dinastía de los sastres”, como no podía ser menos que su antecesor en el cargo, ya tiene casi a punto su personal efigie en su particular “Valle de los Reyes”, es decir, en el ámbito del vergonzoso e inoperante aeropuerto de Castellón. El escultor Juan Ripollés ya lleva avanzada la megalómana efigie poliédrica de 24 metros, donde, curiosamente, en una de sus caras aparecerá representada la figura del presidente popular. ¿Alguien conoce mayor desvergüenza?

lunes, 9 de enero de 2012

Ni fu ni FAS


Lo que yo no acierto a comprender es cómo un Gobierno que, como dice FJL en su blog, “está al borde de la quiebra (…) es incapaz de cerrar el infinito despilfarro de las televisiones públicas”. Esa medida, de haberse llevado a cabo en el menor tiempo posible, hubiese ayudado mucho a sacarnos del pozo en el que nos encontramos todos, aunque unos más que otros. Considerar “necesarias” a día de hoy unas televisiones autonómicas como aparato propagandístico no tiene sentido. El Partido Popular cuenta con un matiz azulino que impregna todas las regiones (falta si acaso Andalucía, aunque todo se andará) y no necesita de ninguna de las maneras aparatos propagandísticos cuyos presupuestos asustan a la inteligencia del más pintado. Luis de Guindos (que constata que la economía se deteriora por momentos y que la recesión es inminente) y Cristóbal Montoro (que prevé suprimir 450 organismos públicos, fundaciones y empresas públicas), esos los dos ases de esta siniestra baraja del tarot, deberían considerar que el aumento del IRPF y del IBI no son la cataplasma capaz de restablecer la salud financiera de este país. Habría que preguntarles, por ejemplo, a Eduardo Serra (ministro con González) y a Federico Trillo (ministro con Aznar) de dónde proviene la causa por la que España tenga un escalofriante déficit de 27.000 millones de euros en las FAS, reconocido por el secretario de Estado Constantino Méndez poco antes del traspaso de cartera de Carmen Chacón. Sostiene Méndez que, cuando el PP invirtió en Defensa (según un plan ideado en 1995, todavía con el PSOE en el Gobierno), se hicieron pedidos millonarios “sin cargar los presupuestos del departamento y, por la vía de desviarlo al Ministerio de Industria, disimular el déficit que generaba”. Vamos, la cosa no viene de ayer. Pero Chacón, que ahora pretende convertirse en guía del partido socialista en la “diáspora” desde el interior de sus revueltas tripas, hizo mutis por el foro. Siendo ministra, no consta en memoria alguna -como recuerda “El Confidencial”-, “tampoco cambió el método ni renunció a las compras heredadas de sus anteriores colegas”. Y así todo.

domingo, 8 de enero de 2012

Se acabó la fiesta


Ahora, cuando ya se ha acabado el rollo consumista de las navidades, el sonido de los villancicos con los peces en el río en los grandes almacenes, el árbol engalanado, los regalos de corbatas horteras y el champaña, cuando todo vuelve a la rutina cotidiana, recuerdo tres cosas de las navidades de mi infancia. Una de ellas era que se ponía el nacimiento (eso de “belén” sólo lo decían los hijos de los gañanes y de los factores de circulación de la Renfe) el mismo día del sorteo de la lotería, por la tarde, cuando ya comenzábamos a sosegarnos tras haber escuchado toda la mañana eso de “cien mil pesetas” por los niños de san Ildefonso, como si se tratase de una letanía monocorde ofrecida al becerro de oro con la misma devoción con la que se escuchaban en las iglesias de postín las pláticas del padre Laburu. Aquel iluminado sacerdote, al que escuché predicar en cierta ocasión en la bilbaína iglesia de san Nicolás, decía aquello de que “cantar es rezar dos veces”. Con la lotería, “cantar el gordo” significaba permitir salir a alguien de la miseria. Era otro concepto del mismo rezo. La segunda, que traían a casa dos botellas de sidra “El Gaitero”: una, para ser descorchada en la cena de Nochebuena y, la otra, en la cena de Nochevieja. Por la tarde las poníamos en la ventana para que se mantuvieses frías. Mi padre era el encargado del descorche. El tapón salía con mucha fuerza en dirección al techo. Beber la sidra “achampanada” en aquellas copas anchas y de cristal labrado, que sólo salían de una vitrina para tan importante acontecimiento, me llenaba de alegría. Años más tarde trajeron a casa, o nos regalaron, no sé, varias botellas de cava. Me decepcionó su sabor. El líquido, aunque espumoso también, estaba sacado de la uva y no de la manzana. Nada tenía que ver con aquellas entrañables botellas de sidra de Valle, Ballina y Fernández que mi paladar había relacionado con las dos cenas importantes de cada mes de diciembre. La tercera, que traían a casa el conocido turrón de Alicante en mazacotes casi del grosor de un ladrillo, imposible de poder ser fragmentado en pedazos pequeños. Se optaba por el procedimiento más expeditivo, o sea, traer una tabla de cocina, poner el turrón encima y sacudirle estopa con un martillo. Los trozos se dispersaban como si fuese metralla. Resultaba divertido.

jueves, 5 de enero de 2012

Difícil papeleta


Que el posible acuerdo para la reforma laboral recomiende contención salarial a los directivos tiene su gracia. La Patronal y los sindicatos se intercambian borradores, sonrisas y buenos deseos. También recomiendan que se incluyan cláusulas que protejan el poder adquisitivo de los trabajadores. Pero congelar los sueldos, subir el IRPF en las nóminas y mantener el poder adquisitivo viene a ser una utopía, algo parecido a pretender mezclar aceite con agua y que salga mayonesa. Contener los precios de los mercados con un Gobierno neoliberal que hipertrofia nuestras necesidades es harto dificultoso. No se puede soplar y sorber a la vez. Esta es una nación donde se cacarea desde los despachos que hay que aumentar la competitividad y la productividad y a un mismo tiempo se detraen recursos para I+D+i. España acabará siendo un país de miniempleados y del sálvese quien pueda. Es mentira que al Gobierno le interese como primera medida contener el paro. La primera medida de Mariano Rajoy, ese nuevo “Sursum corda”, no es otra que intentar contener la deuda. De nada servirá que el voto del miedo expresado en las urnas el pasado día 20 de noviembre ayude al ciudadano a salir del agujero. El voto del miedo obrero cedido a la derecha esperando que resuelva tan difícil ecuación equivale a cambiar la primogenitura por un plato de lentejas, como nos relata la Torá (también el Génesis, 25:30) que hizo Esaú con su hermano Jacob. España perdió soberanía con la última modificación de la Constitución en su artículo 135 (artículo único), “cocinada” por PSOE y PP en la medianoche del 25 de agosto de 2011, es decir, con nocturnidad, alevosía y la ciudadanía de vacaciones. Me refiero al Pacto de Estabilidad y Crecimiento que tuvo como finalidad -al menos, eso dijeron entonces- prevenir la aparición de un déficit presupuestario excesivo en la zona euro, dando así confianza en la estabilidad económica de dicha zona y garantizando una convergencia sostenida y duradera de las economías de los Estados Miembros. Por eso mantengo que al Gobierno le interesa más contener el déficit que crear empleo.Lo primero de todo, ayudar a los bancos en su terrible encrucijada. Y el que se quede sin trabajo, a la cola del INEM y a esperar mejores tiempos,si es que alguna vez llegan.

miércoles, 4 de enero de 2012

Orzuelos o defectos del paisaje


A propósito de la partida que el Estado reserva anualmente al sostenimiento de la Casa Real, Antonio Orejudo comenta en “Público” lo siguiente: “Me da igual el presupuesto de otras casas reales europeas. Para juzgar si el sueldo de nuestro primer funcionario es justo no hay que compararlo con el que tiene la reina de Inglaterra (cuya familia por cierto está más fiscalizada que la Borbón), sino con nuestro salario mínimo o con el sueldo de nuestros funcionarios del grupo A. La diferencia entre uno y otro es la que va de un país demócrata a otro que todavía conserva en el tuétano de sus huesos legislativos la esencia no sé si del franquismo o de la economía feudal”. A propósito del “caso Urdangarín”, que tiene más bemoles que las teclas de un piano, la prensa de la derecha carga sus tintas sobre tan vergonzosa situación dejando al margen de esos presuntos “feos asuntos” a su mujer, la infanta Cristina; quien, por lo visto, firmaba documentos sin saber lo que firmaba. Raro. Y uno se pregunta sin encontrar respuesta sobre la razón por la que no se impute, como el juez ha hecho con Iñaki Urdangarín, a su mujer. Si no me equivoco, la hija del rey declaraba en su renta el 50% de una de las empresas de la trama. Esa empresa, según la investigación judicial, fue una de las que más se benefició del presunto desvío fondos públicos entre el 2005 y 2006 bajo la presidencia del duque de Palma. Pero, inexplicablemente para el común de los ciudadanos, el juez no ha visto indicios de que la infanta Cristina esté implicada por la presunta trama de corrupción empresarial. Como ciudadano de a pie de un Estado de Derecho no acierto a entender la miopía demostrada por ese funcionario público, por muy togado que sea, cuya obligación no es otra distinta que la de administrar justicia. Resulta curioso, por otro lado, que ni el juez ni la Fiscalía deseen imputar a la hija del rey, manteniendo que no pertenece al “círculo cerrado de toma de decisiones” del Instituto Nóos. Esa inexplicable decisión judicial, a mi entender, atenta contra la inteligencia. Una cosa son los errores en el enfoque visual, que para su corrección ya existen lentes apropiadas, y otra cosa es que los orzuelos se confundan con los defectos del paisaje. Aquí, cuando la crisis económica se está llevando por delante hasta la dignidad de familias enteras, se impone la cordura. No se pueden ni se deben eludir responsabilidades ni es el momento oportuno para sentarse en butaca de patio para ver sobre el escenario “La dama boba”, de Lope de Vega. El ciudadano sufriente demanda sensatez, además de un Derecho equitativo, universal, consuetudinario y progresivo.

martes, 3 de enero de 2012

Fernández: un ministro estrella


El Gobierno está decidido a privatizar lo poco que queda, o sea, Aena y Loterías del Estado. Digo yo, ¿y por qué no privatizan la Renfe, el Imserso, Rtve, el Ejército, las Fuerzas Navales, la Guardia Civil, los coches del Parque Móvil, el Banco de España, los ujieres del Congreso y la Agencia Tributaria? Ya puestos a privatizar, ¿por qué no alquilamos el Palacio de Oriente para celebrar bodas, bautizos y comuniones? Se podría aprovechar la loza y la cristalería, el Salón de Columnas para hacer karaoke, los Jardines de Sabatini para hacer verbenas veraniegas amenizadas con la Banda del Empastre, el Salón del Trono para que los niños madrileños pudiesen recibir los regalos navideños de los Reyes Magos, y el Salón de Alabarderos para hacer una escuela de Tauromaquia con toreo de salón. El Palacio de Oriente sólo sirve, al menos de un tiempo a esta parte, para celebrar alguna cena de alto copete en la que los invitados se sientan a la mesa con toda la quincalla puesta, donde se brinda por una España de opereta que está hecha jirones y, curiosamente, para que desde el año 2004 salga su imagen en el momento en el que nuestro país da los votos en el Festival de Eurovisión. La crisis hace estragos y, pese a que tenemos un ministro de Economía y Competitividad y otro de Hacienda y Administraciones Públicas, aquí el que da los datos de cómo anda el aceite del candil nacional es el ministro del Interior, Jorge Fernández, tal y como ha hecho durante su intervención en la toma de posesión de la nueva delegada del Gobierno en Cataluña, Llanos de Luna. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz sirve lo mismo para un roto que para un descosido. Este nuevo experto en cuestiones económicas dijo que “se ha cifrado en el 8,2% del PIB el déficit con el que cerrará España el 2011”. Y este nuevo perito, que además de serlo en cuestiones económicas parece que es, además, un oráculo en asuntos de horóscopos, profecías y vaticinios, considerando que cada punto de déficit equivale a 10.000 millones de euros, ha echado la cuenta de la vieja y ha aprovechado la ocasión para dejar claro que “se deberá acometer un recorte de 38.000 millones de euros para cumplir con el objetivo de reducir hasta el 4,4% el déficit en 2012”. ¡Chupa del frasco! No salgo de mi asombro. Aquí sólo falta que el próximo ministro en aleccionarnos en temas de pantanos y regadíos sea el de Justicia; o en temas de salud, el de Defensa. Todo se andará, si el Gobierno no se rompe.