viernes, 20 de enero de 2012

Al tiermpo le pido tiempo


"Al tiempo le pido tiempo, / el tiempo tiempo me dará, / y el mismo tiempo me dice/ que el tiempo me desengañará." Primero se añadió un día en los años bisiestos, que deriva del latín bisextus porque se contaba dos veces el sexto día anterior a las calendas, o sea, primer día de los meses romanos. A los empresarios les vino de maravilla tal medida, ya que cada cuatro años a partir de entonces se trabajaría una jornada para el inglés. Pero eso no es todo. Más tarde, el papa Gregorio XIII, asesorado por el astrónomo jesuita Christopher Clavius, que debía ser pariente de Juan Rosell, el 24 de febrero de 1582 promulgó la bula “Inter gravisimas”, en la que establecía que tras el jueves 4 de octubre de 1582 seguiría el viernes 15 de octubre de 1582. Imaginen lo que supondría para nómina de un trabajador que Benedicto XVI promulgase mañana otra bula A.M.D.G. (ad majorem Dei gloriam, o ad majorem De Guindos gloriam) donde se dejase escrito, por ejemplo, que al 13 de abril le siguiera el 25. ¿Cómo íbamos a celebrar los republicanos el 14 de abril?; o que al 29 de abril le siguiera el 10 de mayo. ¿Cómo celebraríamos los trabajadores el 1 de mayo? Pero hay más. Se suele decir que Cervantes y Shakespeare fallecieron el mismo día. Sin embargo, se trata de un dato erróneo, ya que, aunque murieron en la misma fecha, en Inglaterra se usaba el calendario juliano, mientras que en España ya se había adoptado el calendario gregoriano. Es decir, en 1616 el 23 de abril juliano (fecha de la muerte de Cervantes) se correspondía con el 3 de mayo gregoriano (fecha de la muerte de Shakespeare). Ahora sabemos que los relojes deberán añadir un segundo cada año hasta 2015, según ha determinado la Unión Internacional de Telecomunicaciones, a fin de mantener los relojes atómicos (que deben ser esos relojes que ofrecen los negritos cuando estamos tomando el vermú en una terraza y que tienen del tamaño de un reloj de andén de estación) sincronizados con la rotación de la Tierra. En fín, una locura.

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