miércoles, 29 de febrero de 2012

Se fuerza la máquina


El hecho de que McDonald’s España desee abrir otros 66 locales en España pone de manifiesto cómo está el patio. Por un lado nos encontramos con una cocina de autor, donde Martín Berasategui, pongamos por caso, nos cuenta cómo hacer en casa la merluza con mayonesa de ostras, la “muxarra” con vinagreta de tomate, o el “risotto" de pasta con hongos y jamón; y por otro, la hamburguesería de toda la vida, con el “Happy Meal” como estrella del local, donde tomas una bandeja, pones la hamburguesa, el ketchup, las patatas fritas y la “coca-cola” con mucho hielo, te sientas en una esquina, consumes el producto y devuelves la bandeja después de haber dejado los deshechos sobre una ranura que conduce directamente a la basura. Los tiempos cambian, el bolsillo mengua y llega el tiempo del “fast food”. El país no está para coñas. Se acabó el mantel blanco, el tenedor y el cuchillo, las copas de fino cristal y la loza reluciente como la patena. Ahora, el vecino de mesa es un tipo con la gorra del revés, pantalones vaqueros y camiseta sin mangas, que mastica como si en ello le fuera la vida y que sorbe el ketchup directamente de su almohadilla para no perder el tiempo. Se fuerza la máquina, que diría Gato Pérez, la aliaga florece y el hambre crece. Llegan malos tiempos para la música y para andarse con remilgos y con protocolos. La cosa no ha hecho más que empezar y el BOE tiene la clave de nuestra derrota. Vivir para ver.

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