domingo, 10 de junio de 2012

Menudo carajal



Rajoy se atribuye el hecho de haber pedido el rescate a Europa como un mérito propio, cuando sólo unos días antes decía que no lo iba a solicitar. Y se ha marchado a la Eurocopa “con el deber cumplido”. Nos ha engañado. De Guindos decía ayer que  Europa prestaría el dinero necesario (hasta 100 mil millones) a la Banca española. No señor, no es así. El préstamo será de Europa al Estado, y el Estado contraerá esa inmensa deuda y por medio del FROB se lo prestará a la Banca, que es distinto. Ya veremos qué sucede cuando el Eurogrupo haga el “memorando” y cuáles serán sus exigencias. Observando lo que ha sucedido en Grecia, Portugal e Irlanda podemos hacernos una idea aproximada de esas exigencias para un país, el nuestro, que ya ha perdido casi toda su soberanía y casi todo su prestigio. Por otro lado, el cardenal Rouco Varela desvelaba el pasado viernes que su sueldo es de 1.160  euros al mes. No sé si es  mucho o poco. Ello depende del servicio que, a cambio, preste a la sociedad a la que se supone que sirve como funcionario del Cielo. Pero me consta que en España existen muchos padres de familia que ganan menos de esa cifra y que de nada les sirve quejarse. Es lo que hay. El ciudadano Rodrigo Rato salió de Bankia después de haber hecho una mala gestión. Muchos creíamos que se había marchado sin hacer mucho ruido y tras entregar el mando a Goirigolzarri, pero no ha sido así. Le gustaría contar cosas, pero no le dejan. Tampoco a Mafo, que se ha marchado del BdE un mes antes de lo previsto. Ambos tal vez sepan más por lo que callen que por lo que piensan contar. Y eso tendrá su recompensa. Ya lo verán. Recuerden cuando Luis Roldán decía que iba a tirar de la manta. ¿De qué manta? Pero Rato, al que le va como anillo al dedo el “Romance de don Rodrigo”, el último rey godo, continúa siendo presidente de Caja Madrid. Nadie lo entiende salvo, quizás, la marquesa de Bombay. Lo de los veinte viajes a Marbella de Carlos Dívar pagados con dinero público no tiene importancia para el Fiscal General de Estado y, en consecuencia, el ministerio público manifiesta que “ha hecho que debía hacer”, o sea, dar carpetazo al asunto. Queda claro que esos hechos injustificables “no merecen reproche penal”, a juicio de Torres-Dulce de Membrillo, que entiende que Dívar no es funcionario público sino autoridad. Hombre, pues con más motivo. También es autoridad un guardia civil en el desempeño de sus funciones y por un quítame allá esas pajas se le cae el pelo, el tricornio y hasta el barbuquejo. Tú dices tomate, yo digo rescate (Time). Esperemos que se produzca el milagro de Fátima, de Fátima Báñez, claro, que ahora se dedica en su “tweet” a explotar bolas de colores, que obtuvo 5390 puntos en Bubble Shooter Adventures; y que, además, se dedica a “bendecir” el capote de la Virgen del Rocío para que nos saque de la crisis. ¡Cógeme esa mosca por el rabo!

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