miércoles, 19 de septiembre de 2012

El chacachá del tren




No cabe duda de que el Gobierno pretende privatizar Adif, Renfe Operadora y todo lo que se mueve por la red ferroviaria. A nadie se le escapa que en el ejercicio de 2011 se cerró el balance de la empresa pública con unas pérdidas de 130 millones de euros y que sólo tuvo beneficios el tren de alta velocidad. Pero no estoy refiriéndome a una empresa de chicha y nabo, sino a una sociedad estatal que mueve más de 2.000 millones de euros sólo en venta de billetes, que dispone de 14.000 empleados y que opera una red de 13.996 kilómetros de extensión, lo que equivale en costes reales a un empleado por cada kilómetro de trayecto. Es decir, que pierden dinero los trenes de larga distancia, de media distancia, de cercanías y de mercancías. Hoy Julio Gómez-Pomar, presidente de Renfe, presenta en Madrid un Talgo (“Avril”) capaz de circular a más de trescientos kilómetros por hora con mayor capacidad de asientos en clase turista, lo que supone que favorecerá el abaratamiento del billete para la “clase de tropa”. La oferta de billetes  'low cost', algo similar a lo que desde hace tiempo se hace en los vuelos infumables, puede que reduzca en algo el precio de un billete que hoy resulta nada asequible para el bolsillo de los españoles, pero no cabe duda de que bajará considerablemente la calidad de un servicio hasta ahora aceptable. Viajar como sardinas en lata en clase “turista” por el hecho de añadirse otra fila de asientos  (tres a un lado y dos al otro), puede que ayude a equilibrar en algo la hasta ahora vergonzosa cuenta de resultados. No olvidemos que las abultadas pérdidas de Renfe las asumimos todos los ciudadanos. Pero, para intentar equilibrar esas penosas computaciones, me parece una perversa solución transportar a los viajeros apiñados como si se tratara de borregos en jaulas de “Transfesa”. Y eso lo debería entender la ministra de Fomento, Ana Pastor, no por el hecho de ser ministra de un Gobierno neoliberal que sólo apuesta por las privatizaciones, sino por ser médico.

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