viernes, 11 de enero de 2013

El sol sale para todos




Lo de las oficinas de Farmacia en España es de libro. Por un lado, los empresarios de farmacias, en boca de Fernando Redondo, presidente de la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles, señalan que “los que pretenden la desregulación anteponen las políticas de mercado a la protección de la salud”. Por otro, esos mismos empresarios  afirman que de aprobarse en el Congreso de los Diputados el anteproyecto de Ley de Gobierno de acabar con el monopolio de las farmacias en manos de unos pocos, primará el objetivo mercantil sobre el sanitario, siendo éste último el que en su opinión prima ahora. Opinión que respeto, pero que me parece absolutamente falsa. Según leo hoy en República.com, “el sector farmacéutico cuenta  con un baremo de puntuación que impide a cualquier licenciado establecer un negocio, ya que impera un sistema de puntos en el que salen favorecidos aquéllos que ya han sido titulares o lo son de un establecimiento. El sistema más extendido desde hace años provoca gran cantidad de traspasos de oficinas a un familiar o amigo y a continuación la apertura de una nueva farmacia. Lógicamente, los licenciados farmacéuticos y asalariados por cuenta ajena están a favor del cambio de normativa, pero los empresarios no están de acuerdo en perder estos privilegios”. Ahí les duele. Esos mismos empresarios dan la voz de alarma,  al señalar que, de aprobarse la Ley de Servicios Profesionales “, se pondrían en riesgo además la continuidad de 22.000 trabajadores autónomos y 60.000 puestos de trabajo directos”. Una alarma  a todas luces infundada y carente de sentido. Con la liberación de las oficinas de Farmacia trabajarían muchos farmacéuticos por cuenta propia que ahora no pueden hacerlo por el freno del actual baremo de puntuación antes señalado. Lo mismo que dicen ahora los “privilegiados” titulares de oficinas de farmacia, alarmando a la ciudadanía con un problema que no existe, podrían decirlo los abogados, los dentistas, los médicos con consulta en su domicilio y los vendedores de calzoncillos al detall. En España hay que terminar con las castas de ciertos profesionales si queremos hacer un Estado moderno y ajustado a Derecho. Lo cierto es que a los titulares de las oficinas de Farmacia les mueve el dinero por encima de todas las cosas. Son negocios con un gran margen de beneficios y  libertad de horarios incluso en festivos, en los que se expenden, además de fármacos con y sin receta médica (fórmulas magistrales se hacen pocas), desde cremas de belleza y colonias de imitación hasta leches maternizadas y ortopedias de todo tipo, todo ello a precio libre. A Fernando Redondo habría que recordarle que el sol sale para todos y que los “baremos de puntuación” son condicionantes y una reminiscencia de la época franquista, tal y como sucedía con las viudas de ciertos militares golpistas en relación con la concesión de los estancos.


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