viernes, 22 de febrero de 2013

Corinna



Leído en El País: The New York Times explica que la princesa alemana Corinna Zu Sayn-Wittgenstein, amiga íntima del Rey, recibió el encargo del monarca para que le buscara un nuevo trabajo a su yerno, preferiblemente dentro del campo de los deportes”. Se supone que el Rey también “sugirió” a  César Alierta que le hiciese un hueco en Telefónica. El encargo del Monarca a la tal Corinna no dio resultado. La “sugerencia” al presidente de Telefónica, sí. Hasta que lo cesaron. Esta falsa princesa, de soltera Corinna Larsen, hija del  danés Finn Bonning Larsen, fue novia de Gert Rudolph Flick, heredero de la marca “Mercedes”, más tarde casado con la princesa rusa Donatella Missikoff. Aquella relación no prosperó y ella contrajo un primer matrimonio con Philip Atkins con quien fue padre de su primera hija, Nastassia, tras cuyo nacimiento se divorció en 1993 haciendo también anular su matrimonio. En 2000 se casó  con el “príncipe” Johann Casimir de Sayn-Wittgenstein-Sayn, banquero londinense e hijo de una importante familia alemana. Tuvieron un hijo: Alexander. Se divorciaron en 2005. Después, Johann Casimir tuvo una relación con Tinsley Mortimer, hija de un hacendado de Virginia y exesposa de un rico petrolero, mientras Corinna se acercaba a España. Su nombre, hasta entonces desconocido para los españoles, apareció por primera vez en la prensa rosa en 2006 con motivo de su amistad con el Rey al que supuestamente había conocido en una cena en Ditzingen (Alemania). Sea no fuere, lo cierto es que Corinna  reside desde 2010 con sus hijos en El Pardo. En abril de 2012 el Rey se traslada a Botsuana para cazar elefantes y allí se rompe la cabeza de fémur, o la cadera, que aún no lo tengo claro. Se comentaba que Corinna había organizado la cacería a través de la empresa Boss&Company Sporting Agency, de la que llegó a ser consejera delegada. Por aquellos días, la Reina se encontraba en Grecia, celebrando la Pascual ortodoxa; y su nieto Froilán, en la madrileña Clínica Quirón por un disparo fortuito  en el pie. Y ahora, la tal Corinna aparece en el “caso Nóos” tras ser implicada por Diego Torres. Presuntamente, Urdangarín requirió, con la ayuda del Rey, a que Corinna le colocara con una fuerte retribución en la Fundación Laureus, dedicada al fomento del deporte, tal y como puede leerse en las explicaciones que concede periódico neoyorquino. Corinna Larsen se ha adueñado de un apellido que no le corresponde. Al que fuese su marido, tampoco. Alemania es una República y no existen títulos nobiliarios. Lo que sucede es que, con la desaparición de los títulos, las familias nobles los adoptaron como apellido. Es, para entendernos, como si  Cayetana Fitz-James Stuart y Silva pasara a apellidarse Alba una vez instaurada la República en España.

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