domingo, 17 de febrero de 2013

Un nombre de fuste




Lotoringo Seviprés, comestibles y frutas, cuando cerraba la tienda a la caída de la tarde, se acercaba en bicicleta hasta un guariche de carretera y apoyado en la barra se tomaba una copita de “Calisay”, a veces dos. Nunca había clientes dentro del establecimiento ni llegaba a comprender cómo Engracia podía mantener el bar Goleta. Lotoringo Seviprés jamás iba de vacío. Unas veces llevaba unas borrajas, otras, unas zanahorias o unos tomates, y así. Engracia era agradecida y, en reciprocidad, incrustaba una moneda  en la ranura de la  sinfonola con la canción preferida de Lotoringo: “Torre de arena”, en la voz  de Marifé de Triana. A Lotoringo le caía una lágrima gorda por la mejilla, le sujetaba muy fuerte la mano a Engracia y tomaba un sorbo de pajarito. Engracia le llamaba Ringo, por abreviar. Ella nunca pudo entender cómo le habían puesto sus padres aquel nombre tan complicado de pronunciar. Pero Lotoringo, con mucha paciencia, ya le había explicado a Engracia más de una vez el motivo. Nadie tenía la culpa de que hubiese nacido un 17 de febrero. El parto se había retrasado unos días y no pudieron ponerle el nombre de Ricardo porque el cura ecónomo, cuando le llevaron a cristianar, manifestó de forma imperiosa que tal nombre no tocaba, que no era el santo del día, pero que iba  actuar con una cierta flexibilidad, o sea, que dejaría escoger a sus progenitores entre uno de los siete santos fundadores de la Orden de los Servitas de la Virgen María: Alejo, Bonifacio, Bonajunta, Amadeo, Sosteneo, Lotoringo y Ugocio. Su madre no supo qué decir, se había quedado floja con el parto. Pero a su padre le pareció como nombre de más fuste el de Lotoringo, al haberlo relacionado con una placa profesional, dorada y siempre brillante, que había leído en la puerta de un lujoso edificio: “Doctor Pedreira. Lotoringo-naringólogo”. Y en eso quedaron. En la fachada del Bar Goleta ya se habían encendido unas luces de neón que ponían la nota de color en la noche morada.

No hay comentarios: