martes, 5 de marzo de 2013

Nos crecen los enanos




A propósito de las declaraciones del  fiscal superior de Cataluña, Martín Rodríguez Sol, al “justificar” los planes independentistas de Artur Mas, dice Pablo Sebastián en “República.com”: “No está España para bromas, desafíos constitucionales, casos de corrupción y vista gorda para el incumplimiento de la ley. Y sobre todo para que falle la ejemplaridad en todos los órdenes de la vida pública nacional”.  En consecuencia, si Bárcenas debe entrar en la cárcel, que entre; si la infanta debe ser imputada, al no aclarar Urdangarín por qué su mujer formaba parte de Nóos, que se la impute; si el general  Juan Chicharro dijo alguna inconveniencia con su frase incompleta: “Si los mecanismos de defensa del orden constitucional no funcionan, por acción u omisión, entonces...”, en su conferencia del pasado día 6 de marzo, que se le destituya de su destino en la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, o se le abra un expediente disciplinario; si Rodríguez Sol debe ser cesado por haber vulnerado la legalidad vigente, al defender un referéndum de autodeterminación, que se le cese de inmediato; etcétera. Lo que no se puede es andar con medias tintas, o sea, salirse por la tangente: el Ministerio de Defensa ha abierto una investigación previa… La infanta firmaba pero no sabía nada, sólo estaba por transparencia, comodidad y formalismo… García Revenga fue nombrado tesorero, pero no conocía… Bárcenas tenía despacho en Génova, 13, pero no estaba… No, de ninguna manera está España para bromas. Se puede decir más alto pero no más claro. Aquí sobran corruptos, ineptos, mangantes, la pérfida Corinna ejerciendo de misteriosa Mata Hari y la astuta comisionista de líneas férreas, Zanganeh, llevándoselo crudo. Se puede, incluso, tener un Gobierno ineficaz. ¡Qué le vamos a hacer! Pero lo que no debemos tolerar los ciudadanos es que su presidente se ponga de perfil, o “quieto/parado” como don Tancredo, cuando asoman nubarrones por la cima del Moncayo.

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