miércoles, 10 de abril de 2013

Magou Ndoye, venta ambulante




A un ciudadano extranjero se le suelen hacer varias preguntas cuando éste solicita la nacionalidad española, para conocer si el aspirante está integrado en nuestra sociedad. Y para demostrar las aptitudes del aspirante, en el Registro Civil de Almería le hicieron rellenar un cuestionario al senegalés Magou Ndoye, cuando todavía era  presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. Y hace poco, el pasado 28 de enero, le comunicaron a don Magou que no podían concederle la nacionalidad solicitada por falta de conocimientos de cultura general sobre España, entre otras cosas por desconocer el nombre de la mujer de Rodríguez Zapatero. A mí me gustaría saber si la funcionaria en cuestión tiene idea sobre quién es Macky Sall, o cómo se llama la esposa del actual jefe del Estado de la República de Senegal.  No entiendo que sea de cultura general conocer de buena tinta el nombre de la mujer de Zapatero, o de la mujer de Rajoy. La cosa se hubiera complicado aún más si la funcionaria le hubiese preguntado por el nombre de la mujer de Felipe González, que ya va por la segunda. Pero el pobre Magou no supo contestar el nombre de Sonsoles Espinosa, por la sencilla razón de que la venta ambulante no le permitió nunca asistir a los conciertos del Teatro Real, donde Sonsoles actuaba de soprano sustituta ni la vio tampoco actuando en el coro de RTVE en calidad de enchufada.  Sonsoles Espinosa es una señora  magra de carnes y de pelo corto que se dejó ver poco fuera del Palacio de la Moncloa en el tiempo que estuvo de inquilina. La pudieron ver más de cerca los ingleses, cada vez que esa señora tomaba un avión para ir de compras a Londres con la misma frecuencia con la que yo me acerco a la tienda de la esquina para comprar un poco de escabeche para el bocadillo. Ahora, la Audiencia Nacional ha admitido a trámite el recurso interpuesto por don Magou (un recurso que le ha costado 568 euros además de unas tasas judiciales de otros 400) y ha emplazando al ministro de Justicia a dar ciertas explicaciones. A mi entender, a Magou Ndoye deberían concederle la nacionalidad española de inmediato. Pretender ser español en estos tiempos requiere tener más moral que el Alcoyano. A las Instituciones se les debe exigir que sean ecuánimes en sus procedimientos y, además, que no hagan el ridículo.

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