lunes, 8 de abril de 2013

Parábola del cultivo de champiñones




Martín Prieto, en su columna de La Razón “Republicanismo de peluche” hace una serie de consideraciones sobre las que no voy a entrar. Él opina que “hoy el republicanismo es una enfermedad oportunista que medra en el caos moral de la nación y no puebla ni en los ateneos”. Allá él con sus desenfocadas consideraciones.  Pero sí haré referencia a algo que inserta y que me parece una falta de respeto: “El franquista Miguel Ángel Revilla que iba en taxi a La Moncloa cargado de anchoas y sobaos, hoy convertido en telepredicador, carga contra la Infanta en apuros y afirma muy suelto de cuerpo que la evasión fiscal cubriría nuestra deuda y evitaría los recortes”. Miguel Ángel Revilla tiene una cosa en común conmigo: su padre y mi abuelo materno coincidieron en el barco-prisión “Alfonso Pérez”. Todos sabemos cómo terminó aquello. Para quien no lo sepa, o no lo recuerde, el 27 de diciembre de 1936 se desencadenó la tragedia. La aviación del ejército sublevado bombardeó Santander sin buscar objetivos militares, causando unos 70 muertos y 50 heridos. Tan pronto se fueron los bombarderos se desató la venganza, consumada en los presos  del barco, muriendo 156 de ellos. Tanto el padre de Revilla como mi abuelo materno tuvieron la suerte de abandonar el mercante días antes de aquella desdicha. Y para todo aquel que esté interesado en el tema, le recomiendo que lea un libro de don Ramón Bustamante Quijano, en el supuesto de que alguna de las ediciones de ese libro  (Editorial Tradicionalista, Madrid) no estén agotadas. Al margen de esa consideración, Miguel Ángel Revilla, en un programa de televisión, se limitó a señalar que la vergonzosa evasión fiscal española podría cubrir con creces la abultada deuda del Estado, que hay en posesión de Montoro una lista de evasores fiscales de un determinado banco extranjero, y que el Gobierno debería dar a conocer tal lista, de la misma manera que así lo hizo el Ministerio de Hacienda en 1959 mediante su publicación en el BOE de ese año. Martín Prieto hace parábola con el cultivo de champiñones: “Para cultivar champiñones hay que alfombrar de bosta una cueva y taparla: mucha mierda y nada de luz”. En fin, si la infanta Cristina está en apuros, como indica Martín Prieto, desde luego que no es por culpa de Revilla, al que tengo por ser un hombre decente que dice lo que piensa.

No hay comentarios: