Llevo dos días haciendo
referencia al cierre de “Chocolates Hueso”, en Ateca, donde van a despedirse a
107 trabajadores y hoy quiero evocar el recuerdo de “Saimaza”, la empresa
cafetera que comenzó su negocio en el centro de Sevilla en 1908 de la mano de
Joaquín Sainz de la Maza
en la esquina entre las calles Goyeneta y Buiza y Mensaque (la antigua calle de
la Ballestina)
y que, en la actualidad, cuenta con una nave industrial en Dos Hermanas. Pero
como no deseo redundar en lo que ya se ha escrito a propósito de estos desgraciados cierres por parte del grupo
Mondelez (antes Kraft Foods), haré sólo referencia a un blog de Antonio Burgos
(El Redcuadro) con su permiso, donde en junio de 2004, bajo el título “El café de los montañeses”, comentaba:
“Alguien que tuviera tiempo y ganas, aparte de afición por la gastronomía,
Jorge Prádanos mismo, podría hacer una preciosa "Historia del Café en
Sevilla". Lo decimos porque al hilo de nuestro billete cafetero de ayer,
una lectora nos envía los posos de esa taza. Nos dice: ‘Por el muelle le
llegaba a Sevilla el mejor café de América, el Caracolillo de Puerto Rico, el
de Colombia, el brasileño, y aquí se tostaba. Se tostaba torrefacto y de tueste
natural que es el mejor. Se tostaba mejor que en ningún sitio. En Sevilla
siempre se ha tomado el mejor café. En Sevilla y en Cádiz, quizá también por lo
del muelle y el comercio con América. Ese café de los Sáinz de la Maza, santanderinos ellos,
indianos en Santillana y montañeses en Sevilla. Es curioso, casi siempre los
tostaderos estaban en manos de montañeses. Los últimos, los Cobo del café Moca,
siglas de las primeras sílabas de Moisés Cobo Abascal. Todo el café que entraba
por el puerto de Sevilla, y luego por el de Cádiz, lo tostaban gente de Tudanca,
los Cobo, los Abascal, los Sáinz de la
Maza, etc.’ Y añadimos nosotros: ¿eran también eran
montañeses los Trueba, los del tostadero de Eduardo Dato, junto a la Fábrica de Artillería?
¿Era santanderino Vega, el de Catunambú, cuyo tostadero daba tan buen aroma a
la calle Marqués de Paradas, frente a los pabellones militares del Regimiento
de Ferrocarriles? Y el café que tostaban los montañeses, montañeses lo servían
en sus bares y tabernas. Aquellos cafés de maquinilla de latón puesta sobre el
vaso, que iba goteando el filtrado, mucho antes de que vinieran las máquinas y
el imperio de Gaggia y Faema”. Se marcha “Chocolates Hueso” a Polonia y
“Saimaza” a Italia, creo. Existen muchos
apellidos Sainz de la Maza
en Andalucía, que en su día llegaron de la Montaña (ahora la llaman Cantabria) aunque la raíz
puede que proviniese de Espinosa de los Monteros. Estoy ahora pensando en
Regino Sáinz de la Maza
(de Burgos) casado con la hija de Concha Espina, y en Leopoldo Sáinz de la Maza y Falcó, conde de la Maza, que fuese alcalde de
Morón por UCD y al que conocí a
principios de los 70 en el mostrador de la delegación de la Azucarera de Sevilla
(calle Imagen,4), donde yo prestaba servicios temporales, cuando aparecía en
verano para charlar de negocios agrícolas con el delegado de la Zona Sur, Ramón Cortés de
Haro; por cierto, amigo de la infancia de Antonio Burgos, de cuando jugaban en
los Jardines de Cristina.
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