jueves, 20 de junio de 2013

Benditos andaluces




Un hijo de la duquesa de Alba, Cayetano Martínez de Irujo  y Fitz-James Stuart, duque de Arjona y conde de Salvatierra, jinete y terrateniente, vino a decir en el programa televisivo “Salvados”, en la “Sexta”, que la Andalucía rural es un vivero de vagos. Cayetano dijo que  “lo que pasa en Andalucía a nivel laboral  no sucede en ningún sitio de España” y  que “los agricultores andaluces tienen pocas ganas de trabajar”. El hijo de la Duquesa de Alba, la mujer que más subvenciones agrícolas recibe de la UE, describía una Andalucía rural “de pana y ajo” como si estuviéramos en la España de los años 30 del siglo pasado. Pero yo me pregunto: ¿qué hubiera sido de la economía catalana sin los andaluces y los extremeños durante el desarrollismo? La integración de los andaluces en Cataluña durante los 50/60  fue una aventura penosa y llena de tropiezos. Subirse al tren para marchar a una tierra para ellos desconocida y con una lengua y unas costumbres diferentes no fue fácil. Cataluña, con sus 840.000 andaluces desplazados, llegaría a ser considerada, y no es exageración, como  la “novena” provincia andaluza. Según el profesor Marín Corbera, “las autoridades les acogieron con recelo y los alojaron en infraviviendas, los empresarios estaban satisfechos de poder pagarles poco, y los obreros catalanes llegaron a desconfiar de la dura competencia”.  Aquellos, para muchos catalanes  “malditos charnegos”, fueron capaces de lograr el milagro de hacer de Cataluña una región privilegiada. Algo parecido sucedió en el País Vasco con el refuerzo impagable de castellano-leoneses en la proyección internacional de sus empresas siderúrgicas. Ello viene a cuento con algo que acabo de leer en el diario ABC de Sevilla. Resulta que un empleado de Bodegas Caballero, en El Puerto de Santa María, “desde los 14 años no ha parado de trabajar, y tiene ya 84”. Francisco Parra García, que así se llama este inagotable trabajador, lleva cotizados a la Seguridad Social  70 años ininterrumpidamente y ha comentado a ese medio que seguirá trabajando “mientras el cuerpo aguante”. Que se entere la ministra Báñez.

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