jueves, 13 de junio de 2013

Reunión de pastores, oveja muerta





Ahora, cuando se han dado cuenta Rajoy y Rubalcaba de que el bipartidismo peligra ambos se han puesto las pilas. El ahora Cánovas y luego Sagasta ya no sirve en este País de las Mil Maravillas, con una ciudadanía  indignada, un paro juvenil ni por los más viejos conocido, unas empresas, la mayoría pymes, que no saben por dónde tirar y una inquietud que ha vuelto a la Bolsa donde valores como Santander o Popular están en caída libre. Para colmo ha aparecido en escena Aznar, el salvapatrias; y por aquello de que éramos pocos y parió la abuela, se descubren chanchullos económicos por parte de unas señoras parientes del rey por línea materna, o sea, por la de los Borbón Dos Sicilias Lubomirska. Sí, son parientes lejanas, pero el lavado de dinero en la madrileña calle Amador de los Ríos que se lo expliquen con detalle desde La Zarzuela a quiénes están hasta el colodrillo de ver cómo tienen la nevera vacía un día sí y otro también. Rajoy y Rubalcaba deberían reunirse, también, para consensuar una reforma institucional que demanda la sociedad. Si todos somos iguales ante la Ley, se debería imputar a la infanta. Los sobresueldos en el PP, los ERE de Andalucía y los casos Gürtel, Bárcenas y Urdangarín no ayudan a calmar los ánimos de los españoles que pagamos impuestos. El príncipe Naruhito está de turismo en España mientras un tsunami económico desploma la bolsa de Japón. El príncipe de Asturias, en la cena del Palacio de Oriente, expresaba al heredero del Imperio del Sol Naciente su deseo de seguir profundizando en esta “larga y creciente amistad”, como Humphrey Bogart en la película “Casablanca”. Cuenta Gabriela Cañas en El País: “Y en España, donde muchos solo conocemos el hambre a través de los relatos de los que sufrieron la guerra civil, han vuelto a asomar los indicios de una hambruna preocupante que, de momento, se manifiesta en una malnutrición que se extiende entre los mayores, pero también entre los niños”. En fin, está bien intentar vender la Marca España, como al parecer lo intentan Felipe de Borbón o el ministro García-Margallo con ambiguo éxito, pero antes de nada habría que procurar hacer desaparecer la marca de las costillas en el tórax de los más desfavorecidos. Mientras eso no se entienda, España no despegará.

1 comentario:

José Ramón Miranda dijo...

Gente como García-Margallo y los políticos imputados y condenados de nuestro país son la peor tarjeta de presentación de la Marca España. Mientras que hay niños que se desmayan en clase porque están malnutridos, Rajoy y el trío Calavera (De Guindos, Montoro y Sáez de Santamaría) no paran de hablar de cifras macroeconómicas. En fin, disfruten lo votado.