sábado, 27 de julio de 2013

El yintoni



El “yintoni” está de moda. Como se te ocurra ir a un bar de pijos y pidas una caña estás copado. El camarero de la barra te mirará como si fueras en busca de trabajo temporal. Aquí,  por cambiar, ya se ha cambiado hasta el patrón de la Hostelería. ¿He dicho patrón? Bueno, perdonen, he querido decir patrona. Hasta hace poco tiempo la patrona de la Hostelería era santa Marta, no por la ciudad colombiana que tiene tren pero no tiene tranvía, ni por Marta Ferrusola, la esposa de Jordi Pujol, que funciona sin trole y sin catenaria, sino por Marta, la de Betania, la hermana de María Magdalena y de Lázaro, que no estaba muerto, que no, que estaba tomando cañas,  y que un día invitó a Jesús a tomar un tentempié. Hay que pedir un “yintoni” en copa de balón, como debe ser. Ahora hay cursos para aprender a hacer “yintoni” con la maestría de Perico Chicote. La ginebra no sé, pero la tónica, esa bebida que inventó un tal Jacob Schweppe, que no era barman sino joyero, incluye quinina, que combate el paludismo pero no las paletadas de los seguidores del nuevo patrón de los bares: san Bar-tolo, que es un intento de la empresa americana “Coca-cola” para sacar –dicen- de la crisis a los bares españoles. Pero, ¿qué crisis? ¡Si no existe otro país europeo en el que haya más bares por metro cuadrado! Ni san Bar-tolo ni leches. Esa empresa de refrescos americana no tuvo bastante con cambiar el verde por el rojo en el traje de Santa Claus, que ahora pretenden que el 29 de junio sea el día grande en España. Los americanos, ya se sabe, son capaces de cambiar el Santoral a base de Twitter. Comprendo que los negocios hosteleros están de capa caída por culpa de la crisis económica, pero no hay que echar más leña al fuego. El último Consejo de Ministros acaba de subir de 500 a 1.000 euros la multa por rebasar las tasas de alcoholemia al volante, además de los 6 puntos de quita en el permiso de conducir. Ya existen guías para hacer el “yintoni” perfecto, como el de Ana Lorente y Sara Cucala, y se sabe cuáles son las ginebras más adecuadas: Bombay Sapphire, Hendrick´s, Citadelle, Tanqueray… Vamos, todo un curso de postgrado.  El español aprende pronto, ya que sabe de todo, de catas de vinos, de frenos de locomotoras, de la función de los flaps en los aviones, de aceites, de los mejores productos de “Hacendado”,  de lo que sea. Lo sabe todo, digo, y lo que desconoce lo consulta en internet, que es como el “Pons” para los médicos de familia.
--Camarero, un yintoni, por favor.
--¿Con Tankeray y limón salvaje de la huerta del Júcar?
--Bueno.
--Qué calor, eh.
--¡Y qué¡
--No, nada.
--¡Ah…¡
El yintoni hay que tomarlo a pequeños sorbos, en mesa de velador y con noche estrellada, para que se propague el sosiego y  no se enoje el funcionario de la ventanilla de la oficina de las tripas, o sea.

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