jueves, 29 de agosto de 2013

Instrucciones para cruzar una mirada





De José Verón Gormaz, autor de “Instrucciones para pasar un puente”, destacaría su paciencia para captar paisajes robados. No sólo los capta sino que los subraya. Buen narrador, mejor poeta y excelente fotógrafo, Verón cuanta cada día lo que acontece en Calatayud, su ciudad de nacimiento y de la que es cronista oficial. A partir de mañana y hasta el 13 de septiembre, Verón expondrá una pequeña parte de su extensa obra, treinta fotos, en el Aula Cultural San Benito, con imágenes tomadas entre los años 1979 y 1999. Desde aquí animo a que,  todo aquel que pueda y lo desee, se acerque hasta Calatayud y pueda comprobar, ya de paso, las obras que recientemente se han llevado a cabo en lo que fuese un convento barroco-mudéjar del siglo XVI que, además de disponer de un confortable hotel, cuenta con el Aula Cultural San Benito, cuyo salón de actos ocupa el espacio que antes fuese iglesia conventual, con un aforo para 220 personas e inaugurado en junio de 2002. Allí tiene lugar a lo largo del año conferencias, seminarios, actos musicales, exposiciones de pintura y todo aquello que redunde en beneficio de los ciudadanos de Calatayud y su comarca. Me apena que mi amigo Pedro Montón Puerto muriese justo diez años antes de tal inauguración. Pedro Montón, entonces, como Pepe Verón, ahora, han sido las personas que más amaron la tierra que les vio nacer y eso siempre es un orgullo para sus conciudadanos. Los paisajes robados por la cámara de Verón no son flores de un instante, como sucede con las fotos que en su día hiciera en Zaragoza, detrás de la Lonja, Ángel Cordero Gracia, aquel minutero que disponía de una cámara de madera que incluía todo un laboratorio. Las fotos de Verón, que todavía no he visto,  supongo que contendrán todo el esplín de  la Transición, donde se dejará notar la mano de todos y cada uno de los alcaldes que dejaron su impronta, o sea, del médico José Galindo Antón,  del panadero Jorge Sánchez García y del empresario Fernando Martín Minguijón. Aprovecho para decir que recientemente se ha restaurado la Puerta de Terrer, antigua Puerta del Matador,  sede del Centro de Estudios Bilbilitanos; y, también, la solera de la porticada Plaza de España. Invito a visitar Calatayud en septiembre, en plena recogida de esas uvas que dan espléndidos vinos con denominación de origen, y darse una vuelta por sus principales monumentos: la colegiata de Santa María, el Castillo, la iglesia de San Andrés, las pechinas goyescas en la iglesia de San Juan el Real, el Museo de Arte Sacro en el antiguo Palacio Episcopal y la fachada del Palacio del Barón de Warsage, que actualmente alberga el Casino Bilbilitano, entre otros. Y, cómo no, aventurarse a dar un paseo en bicicleta hasta la fuente de “Maño-maño” por las sendas habilitadas, en un intento de poder identificarse con la extraña belleza de paisajes lunares de yesos lacustres que conforman la erosionada Sierra de Armantes, situada entre los ríos Manubles, Ribota y Jalón y que se extiende a lo largo de Calatayud, Terrer, Ateca, Moros, Cervera de la Cañada, Aniñón y Torralba de Ribota. Un paseo difícil de olvidar para el excursionista que no lo conozca.

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