lunes, 19 de agosto de 2013

Tila para Vallejo




El escritor y cineasta Fernando Vallejo está más cabreado que un mono con España desde que el 15 de marzo de 2001 la Unión Europea incluyera a Colombia entre otros 130 países a los que se les exigía visado de entrada. Fue entonces, hace ya doce años, cuando siete intelectuales firmaron una carta en la que todos ellos se comprometían a no volver a pisar este país por tal “humillación”. El pasado 10 de agosto, Rajoy comunicaba a Juan Manuel Santos, actual presidente de Colombia, que iba a pedir “revocar aquella medida”. Entre tanto, Fernando Vallejo adoptaba la nacionalidad mexicana en abril de 2007 y renunciaba a la nacionalidad colombiana  el 8 de mayo de aquel año. Pero de los siete firmantes de aquella promesa, seis la incumplieron y volvieron a España con algún motivo: Álvaro Mutis en 2001 para recibir el Premio Cervantes; el pintor Botero, en 2007,  seis años después de la boda de su hija, calificando de “estupidez monumental” la firma de aquella carta. En 2005 llegó García Márquez, quien visitó Barcelona y se retrató con Pasqual Maragall. Más tarde,  William Ospina; y en 2010, Héctor Abad Faciolince que, en referencia a la carta firmada declaró a los periodistas: “A los diez años casi todos los delitos prescriben y yo tenía muchas ganas de volver. Había un motivo íntimo, mi hija estudiaba en Barcelona, y otro personal: me hacía demasiada falta caminar por Madrid, ir a sus librerías, comer morcilla, huevos estrellados y jamón, todo bañado con un vino tinto de los que hacen en el Duero”. En suma, ya sólo queda que llegue a España Fernando Vallejo, aunque lo veo complicado. Ese hombre renegó de Colombia en 2007, al adquirir la nueva nacionalidad mexicana: “No quiero volver a saber de ella. Lo que me reste de vida lo quiero vivir en México y aquí me pienso morir” (…) “De pequeño descubrí que Colombia era un país asesino, el más asesino de todos, luego me di cuenta que era un país atropellador y mezquino y ahora con la reelección de Álvaro Uribe descubrí que era un país imbécil”. Y por si eso fuera poco, en una entrevista que publica hoy El País, Vallejo lanza pestes contra España: “Yo sólo mantuve la palabra empeñada”, dijo refiriéndose a los otros seis (Mutis, García Márquez, Botero, Jaramillo, Ospina y Abad) que en su día habían firmado conjuntamente la carta, terminando la entrevista que le hace Bernardo Marín con una rabia tremenda: “Yo a España ya no la quiero, y estoy feliz de verla quebrada, en bancarrota, con una deuda impagable de casi dos billones de dólares y un desempleo monstruoso. ¡Lo altaneros que estaban, gastándose la plata ajena! Se aprovecharon de lo lindo de la Unión Europea mientras nos cerraban la puerta a los colombianos”. Uff, un  poco de tila, por favor. Gente así no merece respeto.

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