viernes, 27 de septiembre de 2013

El Club de la Comedia




Desde 1942, cuando Franco intentó agradar a Hitler cambiando el huso horario, a nadie se le ha ocurrido racionalizar tal desatino. Desde 1884, el meridiano de Greenwich quedó fijado como referencia para establecer los husos horarios en todo el mundo. Como no podía ser de otra manera, España se ubicó en el huso europeo occidental, el mismo que Portugal, Reino Unido y Francia, con una hora de diferencia respecto a los países de Europa central. En 1942 Alemania impuso el huso central en Francia y  Portugal, Reino Unido y España se apuntaron de forma voluntaria al nuevo horario francés. En 1945 Portugal y Reino Unido rectificaron. Ahora el Gobierno pretende racionalizar los horarios de los españoles, enseñarnos geografía y recordarnos que en Londres pasa el mismo meridiano que en Caspe, en la provincia de Zaragoza. Eso ya lo sabíamos. Los que no lo sabían, por lo visto, son ellos, que se pasan la vida dando bandazos. ¿Ah, no? Sí, hombre, sí. Ahora resulta que la Alianza de Civilizaciones que defendía Zapatero y que tanto denostó la derechona, la acaba de hacer suya Rajoy en Nueva York, en la cumbre anual de la ONU. Pero como se puede leer en “El Confidencial”,  “no lo hizo por convicción o por una repentina ‘conversión’, sino para allanar el camino al objetivo de que España obtenga un asiento en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en el bienio 2014-2016”. Rajoy definió en una ocasión (ahí están las hemerotecas) la Alianza como  “cantos de sirena que no importan a nadie”. Y los diputados de su grupo parlamentario rieron en el Congreso aquella “sandez” con la risa floja del lerdo. Y como si Rajoy fuese un monologuista de “El Club de la Comedia”, todavía tuvo arrestos para describir desde la tribuna de oradores,  refiriéndose a uno de los encuentros presididos por  su antecesor, como “una reunión a la que asisten mandatarios importantes: los presidentes de Eslovenia, de Malasia, de Argelia y el propio señor Rodríguez Zapatero”. Siguieron las risas flojas y Rajoy se sintió reina por un día. Pues bien, ahora el Gobierno intenta imponernos un horario que entiende “racional”; o sea, que almorcemos a las doce del mediodía, cenemos a las ocho y nos vayamos a dormir a eso de las diez. Lo que ya no sabemos es si nos aparará la televisión oficial a las once tras escuchar a un cura  aquello de “El alma se serena” y el posterior Himno Nacional. O si a las diez de la noche aparecerán en la pantalla de TVE los dibujos animados con la familia Telerín, es decir, a Cleo, Teté, Maripí, Pelusín, Coletitas y Cuquín, creados en 1964 por los hermanos Moro. Rajoy recordaba en la ONU que “hemos perdido demasiados años” en el tema de la descolonización de Gibraltar y en la libre determinación del pueblo saharaui de acuerdo con los principios de la Carta de las Naciones Unidas. Lo primero que se lo pregunte a  Felipe V; y, lo segundo, a José Solís. Se le olvidó comentar algo sobre la revisión de los husos horarios en España, quizás por estar a la espera de que el planeta Tierra pueda cambiar el movimiento de rotación sobre su eje en los próximos días, como cuentan que le ha asegurado a Rajoy su primo, no el condenado por secuestro sino el otro, el catedrático de Física Teórica en la Universidad de Sevilla, el que en 2007 le enmendó la plana a Al Gore sobre el cambio climático.

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