lunes, 21 de octubre de 2013

Azucareras





De la misma manera que la guerra se cuenta de modo diferente por cada uno de los bandos en conflicto, la industria azucarera en España, que prácticamente ha quedado reducida a  cuatro factorías de importancia y todas ellas en poder de British Sugar, es un espejo cóncavo-convexo. Por un lado, British Sugar, que forma parte del grupo Associated British Food, aumentó sus beneficios en un 27% en su primer trimestre de este año (122 millones de euros) con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, debido a la mejora en España y China. Los libros contables de esa empresa demuestran que la facturación aumentó un 9% en ese periodo (1.155 millones de euros) pese a la caída de beneficios en África y Reino Unido. En datos, hubo una producción en España de 327.300 toneladas de azúcar con un grado polarimétrico medio en sacarosa del 17’76%, que no está nada mal. Pero de esas cuatro factorías en poder del grupo ABF,  tres en Castilla-León y una en Andalucía (La Bañeza, en León; Miranda de Ebro, en Burgos; Toro, en Zamora; y Jerez de la Frontera, en Cádiz), todas las correspondientes a la Zona Norte, presentan malas perspectivas para la campaña 2014-15, donde ya se barrunta un descenso en la plantación de remolacha del 16’5 %. Por otro lado, la inestabilidad del sector azucarero está basada en la incertidumbre en los precios, causa por la que los agricultores parece que se decidirán por otros cultivos más seguros. Y ese descenso del 16’5% equivale a una caída en la molturación de un millón de toneladas de remolacha. La estimación total para esta campaña en la Zona Norte es recibir 1,5 millones de toneladas (568.000 en Toro; 432.000 en Miranda de Ebro; y 500.000 en La Bañeza), que contrasta  con los datos de cierre de la anterior campaña, cuando la cifra total alcanzó 2.095.936 de toneladas (961.862 en Toro; 630.638 en La Bañeza; y 503.436 en Miranda de Ebro), lo que supone cerca de un 30% menos de producción entre las tres fábricas. Y solo en la de Toro, ese descenso sería de más del 40% con respecto al año anterior. Parece ser que el próximo año desaparecerá la ayuda estatal de 6 euros por tonelada de remolacha. Para que se hagan una idea, el rendimiento medio es de 91 toneladas de remolacha por hectárea sembrada. Los agricultores “no admiten” un precio inferior a 42 euros por tonelada. Aquí habría que recordar que fue el Grupo Remolachero, hace ya más de cuarenta años, el que exigió la eliminación de las “basculillas” y la imposición de toma de muestras mediante “rupro” y el correspondiente pago por riqueza en sacarosa en función de los análisis practicados en unos laboratorios creados al efecto. A los agricultores habría que recordarles, también, que en el pecado llevan la penitencia.

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