Pues nada, que ya está en la
calle el único asesino de las niñas de Alcácer que permanecía en prisión, un
tal Miguel Ricart Tárrega. La Guardia Civil le
protegió desde la prisión de Herrera de a Mancha hasta la estación de
ferrocarril donde había llegado a bordo de un taxi con la cabeza cubierta. Yo
no me hubiese querido sentar en el vagón junto a este asesino de ninguna de las
maneras. No por temor sino por asco. La muerte de tres muchachas no puede
borrarse de un plumazo por una sentencia del Tribunal de Estrasburgo donde se
derogaba la doctrina Parot, o por la firma de la Audiencia de Valencia
que ordenaba su inmediata excarcelación. Respeto tales decisiones judiciales,
pero mi estado de indignación es manifiesto. Miriam García, Antonia Gómez y
Desirée Hernández eran tres chicas que tenían derecho a vivir y a ser
respetadas. Tenían toda la vida por delante. Pese al tiempo trancurrido, falta
todavía por saber dónde se encuentra el malnacido Antonio Anglés. Dicen que
ahora Ricart tendrá derecho a cobrar una pensión de 436 euros por un plazo de
entre 6 y 18 meses al ser exrecluso y llevar entre rejas más de dos años.
¿Acaso pagó indemnización por sus delitos a los familiares de las víctimas?
¿Acaso pidió perdón? Algo parecido podría decir de los asesinos de ETA
recientemente excarcelados. No entiendo cómo es posible que se les reciba con
homenajes en el País Vasco. ¿Es que nos hemos vuelto locos? No se puede
humillar a los familiares de las víctimas de esa manera en un Estado de
Derecho.
sábado, 30 de noviembre de 2013
martes, 26 de noviembre de 2013
El drama instalado
El drama de los desahucios es
quizás el más grave de los que padecemos en España por culpa de la crisis y por
culpa, también, de aquellos ciudadanos que se embarcaron en la compra de un
piso siendo conscientes de que su economía personal no era sostenible. Pero
existe otra situación peor, si cabe. Es la que sufren los progenitores que
avalaron con su firma esas adquisiciones por parte de sus hijos. Leo en la
prensa aragonesa que “el 60% de los afectados en Zaragoza contaba con un
avalista, muchos de ellos jubilados, que ahora ven en peligro su pensión”.
Fernando González Urbaneja señala hoy en un artículo, “El Príncipe se fue a
casa”, que el país no marcha. “Se acumulan –dice- las frustraciones, desde el
fracaso de la primera operación de cadera del Rey a la caída de la cubierta de
la plaza de toros de las Ventas; de la fracasada candidatura olímpica madrileña
a la desavenencia catalana, que es asunto mayor y de muy difícil recomposición,
la sociedad española atraviesa por uno de esos períodos de desesperanza y baja
autoestima. Se nota en las encuestas, los españoles confían más en sí mismos
que en el futuro del propio país; califican como mala o muy mala la situación
política y económica actual, sin expectativas de mejora en lo inmediato”. Frente
a este panorama, sólo faltaría que el Gobierno contratase al pintor Thomas
Kluge, que acaba de retratar a la Familia
Real danesa, para hacer un libro de paisajes españoles, al
estilo de cómo los hacía Gutiérrez Solana pero con mas yuyu, para ser regalado
a los visitantes ilustres en cada viaje oficial, como se hizo durante la Segunda República
con réplicas goyescas de los 82 grabados al aguafuertes de “Los desastres de la
guerra”. Rajoy dice ahora que “se ha pedido mucho a los españoles pero se les devolverá
con creces”. ¿Qué es lo que se nos devolverá con creces? ¿El dinero que se
llevó por todo el papo el duque de Palma? ¿El dinero de Bárcenas? ¿El dinero de
los ERE en Andalucía? ¿El dinero entregado a los bancos por medio del FROB?
¿Los derroches de la Comunidad Valenciana?
¿Las quitas a funcionarios y pensionistas? ¿La ilusión perdida?... “Volverán
las oscuras golondrinas/ en tu balcón sus nidos a colgar/ y, otra vez, con el
ala a sus cristales/ jugando llamarán”.
¡Hace falta ser cínico!
lunes, 25 de noviembre de 2013
Más días que longanizas
Leo una amplia entrevista que
Alfonso Armada le hace en ABC a Arturo Pérez-Reverte. Se habla de grafiteros,
esos escritores que “quieren hacerse oír”. Me llama la atención cuando, en un
momento de la entrevista, se le pregunta a Pérez-Reverte sobre la crisis que
padecemos en España. Dice: “Eso de que una crisis te hace bueno es mentira. Yo
no veo una regeneración moral como resultado de esta crisis. Veo un cabreo,
cuando te toca, porque cuando no te toca aquí no se cabrea nadie. Te cabreas
cuando te toca. Veo un cabreo, una indignación, pero lo que no veo es una
regeneración moral de una sociedad que estaba enferma. Sin regeneración moral
aunque pase la crisis seguiremos siendo tan torpes y tan egoístas y tan ciegos
como éramos antes”. Joé, que gran verdad encierran sus palabras. También su
referencia a don Quijote: “Quien mucho anda y mucho lee, algo sabe”. Claro,
claro…Y en el mismo diario aparece Jaime Montalvo, presidente de “Ayuda en
acción”, diciendo a Alejandro Carra que “nunca pensamos que habría niños que
comiesen una vez al día en nuestro país.
(…) No estábamos preparados para una crisis como esta”. Empieza a haber “hambre
de la mala”, como dice la infanta Pilar al referirse al hambre de la posguerra. Hoy nos enteramos de que Felipe de
Borbón, que iba a presidir un foro empresarial con miras a vender la Marca España, ha
tenido que suspender su viaje a Brasil por la avería técnica (un cortocircuito
en el “flap” del ala izquierda) de un airbus A-310 de la Fuerza Aérea Española. Estamos
mirados por el tuerto. Esas cosas suelen ocurrirles a los viajantes de
comercio, cuando el lunes se dan cuenta de que al utilitario le falla una pieza
del motor y no pueden ponerse en viaje para tratar de vender los productos de
su catálogo. Pero que le sucedan esas cosas al príncipe Felipe en un viaje
oficial es como para echarse a llorar. Tratar de vender la Marca España en el exterior sin
poderse llevar a cabo por el fallo técnico de un avión no da buena imagen de
nuestro país. Pero los ciudadanos de bien nos alegramos de que tal vuelo, el de
la madrugada pasada, no se haya producido. Sin seguridad no se debe volar. No
hay mal que por bien no venga. Todavía está fresca en la memoria de los
españoles el trágico accidente del vuelo JK5022 de Spanair, el 20 de agosto de
2008 en el Aeropuerto de Barajas, donde murieron 155 personas. El motivo fue
que no se pudieron extender los “flaps” y los
“slats” de aquel avión, bautizado “Sunbreeze”, como era necesario para
el despegue. Pues bien, el viaje a Brasil era importante para los intereses comerciales
de España en América, pero tampoco se trataba de la Toma de Granada. Habrá otras
ocasiones que justifiquen cruzar El Charco. Hay más días que longanizas.
domingo, 24 de noviembre de 2013
Pascual González
Hace tiempo escribía, no recuerdo cuándo, que lo
primero que hago todas las mañanas con el desayuno es leer por internet “El Redcuadro” de Antonio Burgos. Sus
artículos en ABC son como flores de un jardín que se abren con el alba y se cierran
cuando cae la luz en la atardecida, para abrirse al día siguiente, y así. Como
si fuesen dondiegos de noche. Pero ahora, sin quitarle un ápice de mérito a
Burgos, me ha entrado el gusanillo de leer también a Pascual González, sí, a
ese, al de Cantores de Híspalis, en la sección de “opinión” de "El Correo de
Andalucía". Lo último, lo de ayer, con su “Tapeando por Sevilla” me recordó “la
bodeguita Romero”, “el Mesón de la
Pescada y del Jamón” y el “bar Iruña” de mis 3 veranos, 3, en
la Sevilla de
luz, aviones y vencejos acharolados y limpios. Sevilla está en mi recuerdo de muchacho como
el de aquella chiquilla a la que no has vuelto a ver desde la juventud y que ya
estará muy cambiada con la edad, como la Sevilla de las Setas, de la Torre Pelli, de los
tipos de las mariscadas que no terminan de digerirlas y de Susanita, que ha
aparecido en la escena política socialista como un elefante en una cacharrería
y que ha dejado a Rubalcaba como un ratón chiquitín, que toma chocolate, turrón
y bolitas de anís, pero de anís del Mono, el de Badalona. Pascual González me recuerda a
aquellos clientes de barra de bar que nunca tenían prisas y a aquellos
camareros que te soltaban una letanía de tapas y raciones cuando sólo le habías
pedido una cervecita fresca de barril. “¡Póngame
una tapita de Triana o Macarena! ¿O qué tienes? ¿Qué tapas me recomienda? Tengo
Torre de Oro y río, orillitas de quejíos y Postigos en aceite, cucañitas de
Santa Ana y azahares a la fuente. Tengo un poquito de cielo, soniquetes
clarineros y arbero (sic) de
Maestranza, y salpicón de claveles, y delicias de Esperanzas. También tengo
plazoletas, pianillo a la
Barqueta y almenitas de Alcazaba, y revuelto de cornetas de
Centuria a la romana. (…) ¿O quiere usted una glorieta de rimas, plazuela de
Doña Elvira y Font de Anta en su marcha, pincelitos de Museo, rollitos de
Coliseo, y sombreros de ala ancha? No se quejará mi amigo, dígame usted
lo quiere que si no le gusta, puede decirme que pare el carro que también tengo
palillos y artesanitos de barro. Ensaladilla de palmas, montaditos de
guirnaldas y un compás por bulerías con piolas y petancas y estofado de
alegría. Balconcillos de jazmines, primaveritas de abriles y macetas de
geranios, puntitas de Baratillo y maniguetas de palio. Torreón de don Fadrique,
mantones bordaos con pique y cava de bronce y mimbre, cocido de capirotes y
muchas ganas de irme”. Eso es torear con el idioma y darle unas gaoneras al
léxico con una revolera de propina. Pascual González lo mismo le canta al
Cachorro unas sevillanas que se merienda con papas fritas la inefable
expresión de que “Sevilla es la servilleta de una Virgen de Murillo”.
¡Joé, que hombre! De que pozo sacará tanta sabiduría… Seguiré observando, a ver
si me entero.
sábado, 23 de noviembre de 2013
Chabacanería culinaria
Parece ser que no existe la
comida erótica sino la erótica de la comida. Esto viene a cuento con la “I Ruta
de Tapas Eróticas” que se está llevando a cabo estos días en Toro (Zamora)
donde participan 16 bares en la
Ciudad de doña Elvira, que nada tiene que ver con la otra
doña Elvira , la de la Plaza
de Santa Cruz, la que reurbanizó Juan Talavera Heredia hace ahora un siglo, y
donde antes estuviera un corral de comedias y la casa de don Gonzalo de Ulloa,
si hacemos caso a don José Zorrilla,
sino a la hija de Fernando I de León y de Sancha de León y hermana de Sancho II
de Castilla, Alfonso VI de León, García de Galicia y Urraca de Zamora. Pues
bien, la iniciativa partió de Alberto Sánchez, propietario del bar Noche y Día
II, y cuenta con el apoyo del Ayuntamiento y del Consejo Regulador de la D.O. Toro. Se pretende
con esta iniciativa que los ciudadanos salgan a la calle y se anime el consumo.
Y entre las tapas más curiosas destacan “cómete la salchicha”, “placer chino
agridulce”, “dos rombos”, “50 sombras de Grey”, “huevos Bellido Dolfos”, “picha
brava”, etcétera. Los alimentos considerados como afrodisíacos: apio, boniatos,
vainilla, cebolla, lenguas de ganso,
hígado de cabra, glándulas del almizclero macho, huevas de peces, ostras,
entre otros, son una cosa. Otra muy distinta, la chabacanería culinaria más
acendrada. Por ejemplo, la tapa “cómete la salchicha”, consistente en dos
huevos de codorniz, una salchicha y una salsa de queso de Cabrales simulando el
semen humano parece, a mi entender, un atentado a la inteligencia. Otra, la
tapa “huevos Bellido Dolfos”. Ese tipo, que yo sepa, cuyo nombre otros los
escriben con uve, fue el autor de un magnicidio en la persona de Sancho II de
Castilla el 6 de octubre de 1072 huyendo a continuación por el “Portillo de la Traición”. Recuerden el
cantar de gesta: “¡Rey don Sancho, rey don Sancho!, no digas que no te aviso, /
que de dentro de Zamora un alevoso ha salido; / llámase Vellido Dolfos, hijos
de Dolfos Vellido, / cuatro traiciones ha hecho, y con ésta serán cinco”.
Curiosamente, ese portillo no se descubrió en las murallas de Zamora hasta los
años 50 del s. XX. Desde entonces se le conoció como “Portillo de la Traición” hasta 2009, cuando el Ayuntamiento de Zamora dio un
bandazo histórico inexplicable y cambió tal nombre por el de “Portillo de la Lealtad”, invirtiendo el
punto de vista castellano en beneficio de otro punto de vista leonés. ¿Motivos?
Lo ignoro, pero me avergüenza que los zamoranos
no tengan las ideas claras.
viernes, 22 de noviembre de 2013
1963
El asesinato en Dallas de JFK,
del que hoy se cumplen 50 años, me trae a la memoria otras efemérides, muchas
de ellas no muy agradables. El domingo 13 de enero moría en Buenos Aires Ramón
Gómez de la Serna,
Ramón de Ramones, y ese mismo día, en Madrid, fallecía Alfredo Kindelán,
aviador y jefe de la Aviación
rebelde durante la Guerra Civil.
Otro domingo, el 24 de febrero chocan
cerca de Tardienta (Huesca) el expreso Barcelona-Vigo-La Coruña contra un tren de
mercancías, que se saldó con 5 muertos y 43 heridos de diversa consideración.
El “Estrella de Galicia”, más conocido como “Shangái”, tardaba 36 horas en
hacer el recorrido de ida. Ese sobrenombre se lo puso un ferroviario de
Monforte de Lemos, Ángel Rodríguez López. Según contaba “El Correo Gallego”:
“Ángel se encontraba en su puesto de trabajo en la caseta de circulación de
entre vías en la estación de Vilanova de Barcelona. A las 20.55 horas de un
lunes de 1950 levantó el teléfono y anunció a la siguiente estación la salida
de Barcelona del tren 4025, "el Shanghái”,
con destino a Vigo y La
Coruña. Los jefes de circulación de todas las estaciones del
recorrido, que escalonadamente fueron recibiendo el singular aviso, aceptaron
de buen grado la broma del monfortino y así nació el nombre oficioso de uno de
los tren más populares. Lo de Shanghái se debe a que en esa época era muy famosa la
película “Shanghai
Express”, protagonizada por la célebre Marlene Dietrich, sobre un
tren que sufría en su largo recorrido infinidad de contratiempos. Si a esto le
añadimos los habituales retrasos del tren español, el nombrecito no pudo ser
más ocurrente”. El 25 de enero de 2009 dejaba de circular para siempre el
famoso “Shanghái”, que al día siguiente sería sustituido por el “Estrella de
Galicia”, un moderno “trenhotel” que recorre los 1.279 kilómetros existentes entre Barcelona y La Coruña en algo más de
catorce horas. El jueves, 18 de abril, en consejo de guerra sumarísimo Julián
Grimau, jefe de la policía de Barcelona durante la Guerra Civil, era condenado a
muerte. Sería ejecutado dos días más tarde. El 3 de mayo, el Consejo de
Ministros aprobaba la creación del siniestro Tribunal de Orden Público (TOP) y
enviaba a las Cortes el proyecto de ley. El 3 de junio moría Juan XXIII. El día
30 se elevaba a la silla de Pedro de Paulo VI. EL 29 de julio estallaban dos
bombas en Madrid, una en la DGS
y otra en la sede de los Sindicatos Verticales. El dos de agosto se detenían
por ese acto terrorista a Francisco Granados y a Joaquín Delgado. El día 8 tuvo
lugar cerca de Cheddington el asalto al tren correo Glasgow-Londres. El día 14
se condenaba a muerte a los dos detenidos por las explosiones en Madrid. El día
17 se les ejecutaba en garrote vil. EL 17 de septiembre sucedieron las famosas
inundaciones de Valencia. El 10 de octubre Chrisler aportaba 1000 millones de
pesetas y se asociaba con Barreiros. Al día siguiente moría en París Edith
Piaf. El 6 de noviembre fallecía en México Luis Cernuda. El día 15 el Consejo
de Ministros aprobaba el I Plan de Desarrollo, que presentó López Rodó. El día
19 moría en Bagur (Gerona) Carmen Amaya. El día 30 fallecía en Tenerife Ernesto
Lecuona. El 2 de diciembre se publicaba en el BOE la ley de creación del TOP.
El día 4, Franco inauguraba el túnel de peaje de Guadarrama. El día 20 nacía en
Madrid Elena de Borbón, primera hija de los Príncipes de España. Entremedio,
apareció la moda ye-ye, se acortaron las faldas, surgieron los cigarrillos
“Ducados”, ganó la Vuelta
a España Jacques Anquetil y El Cordobés tomó la alternativa, nació Copito de Nieve,
irrumpió el fenómeno Beatles (grupo formado en 1957) y aparecieron los rombos
en las dos cadenas de Televisión Española.
miércoles, 20 de noviembre de 2013
II Año Triunfal
Hoy me desayuno con un artículo de
Antonio Aramayona, profesor de Filosofía, en “El Periódico de Aragón”.
Aramayona, bajo el título “Los gobernantes de la cachiporra”, comienza
recordando a Francisco de Quevedo cuando éste señala que
“donde hay poca justicia es un peligro tener razón”. Cierto. Seguidamente
cuenta el autor: “Gallardón y Fernández Díaz, Justicia e Interior (tanto
monta, monta tanto) pretenden convertir en delito cualquier conato o acto de
protesta ciudadana. Para ello están ultimando una serie de modificaciones
legislativas del Código Penal y de la Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana
(triste concepto tienen hoy los actuales gobernantes de la seguridad y la
inseguridad) para que la constitucional garantía de la seguridad ciudadana
acabe siendo una máquina repartidora de duras multas, enjuiciamientos e incluso
cárcel para quiénes contravinieren sus órdenes y su nostálgico proyecto de
sociedad. (…) Ay de quien en su ardor o ingenuidad quede con otros o invite a otros
por algún medio, incluido internet, a un acto de protesta que previamente no
haya autorizado el gobernante, de la cachiporra, pues su acción podrá ser
interpretada como un delito de alteración del orden público y castigada con
penas de hasta tres años de cárcel. Pronto podrá comprobar también que ese
gobernante, lejos de enviar a la policía a detener a quienes, por ejemplo, han
timado y se han lucrado de miles de impositores y ahorradores a quienes han
arruinado, puede enviar su policía a reprimirlo, multarlo o detenerlo”. Mal
comienza el III Año Triunfal de estos políticos a la derechona más rancia que,
utilizando las técnicas de Miguel Primo de Rivera con la represión a base de
multas tremendas (faltan los destierros, como le sucedió a Unamuno, aunque todo
se andará), pretenden mantener España como una balsa de aceite. Sigue
Aramayona: “Usted solo podrá ir o venir o concentrarse o manifestarse allí
donde la autoridad le conceda permiso, previa solicitud presentada en plazo. El
artículo 21 de la Constitución
les importa, de hecho, un carajo a los actuales gobernantes de la cahiporra.
Les importa un carajo que la
Constitución reconozca el derecho de reunión pacifica y sin
armas. (…) No espere usted que de la boca de algún gobernante salga una palabra
sobre redistribución de la riqueza, apresamiento de los delincuentes por
blanqueo de dinero, fraude fiscal, paraísos fiscales o apropiación indebida por
parte de entidades financieras. Al parecer, eso no provoca alarma social ni
perturba la paz social, amén de que es imposible vigilar al vigilante y
enchironar al enchironador”. En suma, con las nuevas medidas represoras del
Gobierno, la domesticación de los sindicatos y el abuso irritante de partidos
de fútbol televisados, ya parece estar controlada la situación laboral y social
de los españoles, o sea, la paz de los cementerios.
martes, 19 de noviembre de 2013
Con la salud no se juega
Me parece una excelente idea que
una ley prohíba las aceiteras rellenables a partir del uno de enero. Los
conocidos convoyes sólo se podrán seguir utilizando en los domicilios
particulares donde ya sabe uno lo que compra. Pero pediría el mismo trato para
la mayonesa, la mostaza, el ketchup y en vinagre, como ya hacen algunas
empresas de comida rápida. Ya va siendo hora de que comamos y bebamos con una
cierta garantía. Los vinos a granel, los vermús caseros (que no suelen ser caseros)
y los aguardientes gallegos de “dudosa” procedencia podrían ser el siguiente
paso en la exigencia del cliente de hostelería. Pero, claro, una cosa son las
botellas irrellenables y otra muy distinta los productos que se utilizan en las
cocinas de esos establecimientos. Por ejemplo, nadie, que yo sepa, sabe con qué
aceite se han frito unos huevos, con qué mayonesa se ha confeccionado la
ensaladilla rusa o qué vino sirven cuando pedimos un chato “de la casa” en la
barra de un bar. Y en las pastelerías sucede algo parecido. Solamente los
tocoferoles naturales y los esteres de ácido ascórbico están permitidos en todo
tipo de alimentos, de acuerdo con el R.D. 147/97 de obligado cumplimiento desde
el 25 de marzo de 1997. Pero, ¿quién controla las churrerías? Me refiero a esos
garitos de feria que se instalan en
determinados solares de las ciudades y que nunca sabe el cliente cuántas veces
se recalienta el aceite de las freidoras. Se supone que los ayuntamientos que
concedieron los correspondientes permisos, pero dudo de su eficacia en el
seguimiento. Por otro lado, se sabe que el 80% del aguardiente que se produce
en Galicia es ilegal. No lleva etiqueta y se sirve como aguardiente casero,
pero no son tal, sino productos de laboratorio, en general diluciones, no
destilaciones. Y así todo. Que nadie olvide la primavera de 1981 y el
envenenamiento masivo por el consumo de aceite de colza desnaturalizado vendido
en garrafas en distintas partes de España. Murieron familias enteras. Pero
ninguna de ellas era adinerada. Con la comida no se juega. Con la salud,
tampoco.
lunes, 18 de noviembre de 2013
Lluvia
Hay dos cosas que no soporto, que
un peatón no respete mi derecha en el
sentido de la marcha y que me aticen paraguazos cuando llueve. El paraguas hay
que saber llevarlo con dignidad, como lo hacen en San Sebastián y en toda la
cornisa cantábrica. Y es que por allí llueve y la gente está acostumbrada a no
sacarle un ojo con una varilla del paraguas a aquel con el que se cruza por la
calle. Pero en Aragón la cosa cambia bastante. La falta de costumbre, puesto
que casi no llueve, es la causa de esos malos usos. Es decir, cuando no llueve,
el paraguas lo portan en forma de lanza en vez de en forma de bastón, y cuando
diluvia es cuando aparece el problema. Curiosamente, Zaragoza es la ciudad
española donde se fabrican quizás los mejores paraguas, los de Casa Redondo. Me
gustaría que, de la misma manera que existe la asociación “Amigos de la capa”, a alguien le diera con
constituir el club de los “Amigos del paraguas”, con visitas culturales, misas
en el Pilar y aperitivos de Hermandad, que los pinchos de tortilla, los
pepinillos en vinagre y las cañas de cerveza ayudan mucho a que la fiesta no
decaiga. Los “Amigos de la capa” tienen hasta santo patrón, San Martín de
Tours, que partió su capa para darle la mitad a un necesitado. Pues bien, los “Amigos
del Paraguas”, de formarse esa asociación, deberían llevar uno de aquellos
utensilios gallegos, que tienen más fuste. Allí les dicen paraugas. De hecho ya
existe la Peña
“El paraguas” en Avilés, y los peñistas realizan excursiones y lo pasan bien. Y
para no ser menos que los “Amigos de la capa”, incluso se podría adoptar como
himno oficial la “Mazurca de los paraguas”, de la zarzuela “El año pasado por
agua”, de Chueca y Valverde y libreto de Ricardo de la Vega. Lo de nombrar
un patrón puede esperar, porque el
paraguas no se puede partir por la mitad para ayudar a un pordiosero, como hizo
San Martín de Tours, salvo que el paraguas sea de los chinos. Para ello nada
mejor que esperar un día de cierzo e intentar pasar el zaragozano Puente de
Piedra. El paraguas no se parte en dos mitades sino que se desarma por
completo. Pero si los “Amigos del Paraguas” instan a nombrar un santo patrón
que les guíe por carreteras secundarias cuando hacen encuentros con los “Amigos
del Paraguas” de otros municipios, siempre quedará el recurso de ponerse bajo
el amparo de la Virgen
de la Cueva,
aunque ya saben el dicho: “del santo me espanto, del pillo no tanto”.
domingo, 17 de noviembre de 2013
Relojes, gatos y Madagascar
José Carlos Díez, profesor de
economía de ICADE, recuerda hoy en EL País una frase de José Luis Sampedro:
“Conviene saber diferenciar un reloj, un gato y Madagascar”. Eso viene a cuento
con el viaje que el heredero de la
Corona está realizando por Estados Unidos, tratando de vender
la marca España. Como bien recuerda Díez, “hay 2,6 millones de trabajadores que
trabajan a tiempo parcial y el 57% cobra menos de 652€ que es el salario mínimo
interprofesional. Hay 3,35 millones que tienen un contrato temporal y el 50%
cobran menos de 1.000 € al mes. El perfil de máxima precariedad es joven, mujer
y con baja cualificación”. Es verdad, pero no toda la verdad. En España hay
jóvenes muy cualificados, hasta con dos licenciaturas, que están pensando en
poder marchar a cualquier punto de Europa donde puedan realizar cualquier tipo
de trabajo. En Europa saben que los españoles somos unos parias, por culpa de
la nefasta política de unos gobernantes sin escrúpulos que no ha sabido valorar
el esfuerzo de los ciudadanos. Aquí se presume de tener el mayor número de
kilómetros de ferrocarril de alta velocidad de Europa construido vía impuestos,
con un coste entre 30 y 40 millones de euros por kilómetro. ¿Era necesario
semejante desembolso? El pasivo del Estado a fecha de hoy ya se eleva al 93’4%
del PIB y sigue creciendo. ¿Dónde está la recuperación económica? Aquí se
confunde el culo con las témporas. El ministro de exteriores, García Margallo
ha destacado en California las “señales favorables” a la recuperación española,
haciendo hincapié en la entrada de turistas y en las exportaciones, y el Príncipe
ha dicho que “este es un buen momento para invertir en España”. Lo del turismo
es coyuntural, y lo de las exportaciones me causa risa. En España se produce
más barato, pero a costa de unos salarios de hambre. También China exporta, pero, ¿cuál es el
salario de un chino?
viernes, 15 de noviembre de 2013
No todo vale
En España, desde que gobierna el
Partido Popular, todos son recortes para los ciudadanos. Se recortaron salarios
y pensiones y ahora se pretenden recortar las libertades de expresión y de manifestación. La nueva Ley
de Seguridad Ciudadana, que el Ministerio del Interior elevará al Consejo de
Ministros, me recuerda mucho al oscuro periodo de la Dictadura de Primo de
Rivera, que allanó el camino hacia la Segunda República.
La historia siempre se repite. Las “revoluciones hechas desde arriba” sin
contar con la ciudadanía sólo pueden conducir a situaciones no deseables. ¿Acaso
Fernández Díaz no ha leído nada sobre Antonio Maura? Porque una “revolución
hecha desde arriba”, como pretendió Maura, condujo a la Semana Trágica de Barcelona en
1909. Pero Antonio Maura, todo sea dicho, poco antes de aquel 13 de septiembre
de 1923 desaconsejó a Alfonso XIII el establecimiento de cualquier régimen
autoritario. El rey no le hizo ni caso y así le fue en 1931. A mi entender, a España no se la puede “poner en orden”
mediante una pretendida Ley de Seguridad Ciudadana que no tiene como fin amparar a los
ciudadanos sino evitar que se produzcan escraches a cargos públicos para sortearles
la vergüenza que tales actos les producen, si es que la tienen. La Ley de Seguridad Ciudadana
será una farsa si lo que trata de evitar es que se escalen edificios públicos o
iglesias, porque si el escalador se cae al suelo y se hace puré no hay ley
humana que se anteponga a la Ley
de la Gravedad. Si
la Ley de
Seguridad Ciudadana trata de evitar, como parece, ofensas a las comunidades
autónomas, entidades locales y otras instituciones ya vamos mal. ¿Qué otras
instituciones? Si las Autonomías derrochan el dinero público en actividades
millonarias extravagantes que no benefician en nada a los ciudadanos (y por
asociación de ideas estoy pensando en la Comunidad Valenciana),
se puede protestar y, también, llamar chorizos a sus responsables. Y si llamar
chorizos a unos impresentables es una ofensa, que venga Dios y lo vea. Si los
sindicatos (y estoy pensando en UGT), se gastan el dinero de los ERE en
mariscadas mientras los responsables de la Junta de Andalucía se pone de perfil, los
ciudadanos andaluces tienen todo el derecho del mundo a llamarles
sinvergüenzas, etc. Una cosa es gobernar y otra muy distinta llegar a presidir el
Gobierno de España, como hace Rajoy,
incumpliendo todas las promesas electorales. Una cosa es, también,
mantener el orden público y otra muy distinta recortar la libertad de expresión
y de manifestación de los españoles. Ni somos ovejas ni necesitamos perro
pastor en el rebaño. Porque se empieza haciendo un baremo de faltas leves,
graves y muy graves al subjetivo
criterio del ministro del Interior de turno, en este caso de Fernández Díaz, y
se termina proponiendo la patada en la puerta, como pretendió el ministro
socialista Corcuera. Procurar, como pretende Fernández Díaz, que los ciudadanos
seamos sumisos a los dislates de este Gobierno; y que, ante algunas injusticias
frías y calculadas que se proyectan en el BOE, nos quedemos en casa mirando por
la ventana, es síntoma claro de pecar de ignorancia. La paciencia tiene un
límite. Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado tienen el deber de
proteger a los ciudadanos. No están para trasladar “papelitos” con los DNI de
los ciudadanos “traviesos” a las Delegaciones del Gobierno, para que los
responsables de esas Delegaciones impongan severas multas, como hacían los
“lameculos” en los colegios de frailes. La seguridad de un país debe comenzar
porque el Estado asegure el bienestar de los ciudadanos, cosa que aquí no acontece.
Seis millones de desempleados y casi tres millones de pobres de solemnidad son
datos que el ministro del Interior, en rigor, no me puede cuestionar. Recordando
a Francisco de Quevedo, desde aquí le apunto al ministro Jorge Fernández Díaz: “No he de callar por
mas que con el dedo, / ya tocando la boca o ya la frente, / silencio avises o
amenaces miedo”.
jueves, 14 de noviembre de 2013
Labores de producción
Mientras los Príncipes de
Asturias visitan América del Norte para tratar de vender la marca España
allende los mares, otro príncipe, el príncipe Carlos de Inglaterra visita la India para celebrar su 65
aniversario. Es como el primer viaje del Imserso de un príncipe a la espera de
ascenso y que acaba de entrar en la edad de jubilación. “El heredero al trono
británico -cuenta hoy el ABC- ya disfrutó ayer de su primer regalo,
deleitándose con una sesión de spa
especializado en terapias naturales, como los baños de aceite para aliviar el
estrés”. Ignoraba que el príncipe Carlos tuviese estrés, esa reacción fisiológica que puede provenir de
cualquier situación o pensamiento que le hace al que lo padece sentirse
furioso, frustrado o ansioso. Más o menos, la situación de estrés es lo que les
sucede a los filipinos tras el paso de “Yolanda”, o a los trabajadores de
limpieza de Madrid, a los que Botella no da solución por su incapacidad
manifiesta y que van a ver reducido su sueldo hasta los 600 euros mensuales
para que con esa cantidad paguen el alquiler de su casa, los gastos fijos y
coman, si queda algo de la partida de gastos generales, algún arenque en
salazón, o a los jubilados, a los que se les recorta la mísera pensión con la
que mantienen a parte de su parentela. Mientras, como decía, los Príncipes de
Asturias, acompañados por García-Margallo, el presidente de Baleares, Bauzá, y
un rabo de periodistas, visitan la tumba de fray Escoba en California, un
Estado de la Unión
que tiene el mismo PIB que España, o sea, el país donde ellos principean.
Mañana, Carlos de Inglaterra estará en Colombo, capital de Sri Lanka, para
representar a la Reina Isabel
II en la cumbre bianual de jefes de Estado y de Gobierno de la Commonwealth. Los
Príncipes de Asturias, acompañados de su séquito, marcharán el domingo a
Florida para conmemorar el V centenario del desembarco de Ponce de León en
Miami, cerca de Cabo Cañaveral, donde buscaba la “fuente de la eterna juventud”
de acuerdo con la leyenda de Cíbola y las Siete Ciudades de Oro; y donde, pie
en tierra, reclamó toda esa tierra conquistada para la Corona de Castilla. Pero
Ponce no encontró esa fuente de la eterna juventud, sino que recibió un
flechazo, no sabemos si de apalches, calusas o matacumbes, que le dejó fuera de
juego en pocas horas. Su tumba se encuentra en la Catedral de Viejo San
Juan, de Puerto Rico. Carlos de
Inglaterra es consciente de que no reinará. Y el Príncipe de Asturias, ya
veremos. La marca España, en cualquier caso, será de difícil venta mientras en
este país existan 6 millones de desempleados y se sigan manejando las actuales
cifras de hambruna por parte de Cáritas. Conque mejor será que los españoles
sigamos pensando que los mejores vendedores de la marca España en los Estados
Unidos son Penélope Cruz, en California y Julio Iglesias, en Florida, con el
añadido del 21% de IVA. Lo de fray Junípero Serra y lo de Ponce de León, como
las novelas del padre Coloma, quedan bien para los tenderetes de la Cuesta de Moyano.
miércoles, 13 de noviembre de 2013
Noruega es parte de Europa
Me asombra que una cadena noruega
de televisión, NRK, prohíba a la presentadora de noticias regionales llevar una
pequeña cruz, regalo de su marido, mientras está en antena. La cruz no tiene
más de tres o cuatro centímetros de ancho y apenas se le ve si no está uno muy
atento a la pantalla. Siv Kristin Sællmann, que así se llama la presentadora,
no sale de su asombro pero se ha visto obligada a ceder ante la presión de su jefe de equipo. En ese país es luterano el 77% de la población, el Estado apoya a la Iglesia y el Rey nombra a
los clérigos. Además de ello, una gran parte de sus ciudadanos reciben por los
ritos de la Iglesia Evangélica
Luterana el bautismo, la confirmación, las ceremonias de bodas y los funerales.
En 2012 el Parlamento noruego votó para
darle más autonomía a la
Iglesia noruega, para lo cual se hizo una enmienda a la Constitución el 21 de
mayo de 2012. El Protestantismo forma parte del Cristianismo, y éste, el
Cristianismo es algo más que una religión, es una cultura, que se extiende por
toda Europa desde hace casi 2.000 años. Y a mi entender, un 1’5% de la
población musulmana existente en Noruega no puede de ninguna de las maneras
imponer su estilo de vida o su criterio a la población europea porque, ya puestos
a tener que eliminar el símbolo de la cruz, también les puede sentar mal a los
seguidores de Mahoma la representación de dos peces y un ancla, que fueron las
primeras grafías cristianas halladas en las catacumbas. Dice el refrán: “adonde
fueres, haz lo que vieres”. Respecto a las mujeres, en Japón, por ejemplo, es
una grosería vestir los pies con sandalias que dejen los dedos al descubierto,
ya que en su cultura éstos constituyen zonas del cuerpo muy eróticas que deben
permanecer ocultas; en algunos paises de África no está bien visto enseñar la
suela de los zapatos; en la India hay que tapar las axilas; en Tailandia está mal visto llevar un
bolso grande, que denota una clase social baja; en los paises árabes se saludan
con besos sólo las personas del mismo sexo, sobre todo los hombres, etcétera.
Por lo tanto, cuando los europeos pensemos ir a alguno de esos lugares,
deberemos saber a qué atenernos. Los musulmanes que viven en Noruega no deben
obligar a que una presentadora de televisión se desprenda de un pequeño adorno
en forma de cruz al cuello. Más aún
cuando ese adorno es de oro y ese metal, por todos es sabido que en los países
musulmanes se considera un metal impuro. No así la plata.
martes, 12 de noviembre de 2013
Gracias, señor Fainé
Todo un gesto, que se agradece,
la ayuda prestada por La Caixa al Albergue Municipal de Calatayud, con la
entrega de 9.000 euros para comedor social de esa Ciudad. Debería tomar nota
Ibercaja, que recientemente absorbió a Caja Inmaculada, y hacer lo propio. El
alcalde bilbilitano, José Manuel Aranda, ha manifestado que “la Caixa es la única entidad
financiera que en la actualidad colabora a través de su obra social con el
Ayuntamiento de Calatayud”. Esas palabras del Alcalde, deberían llenar de
vergüenza a Amado Franco, actual presidente de la Institución aragonesa, una vez
sabido que el actual Ibercaja Banco recibió la totalidad de la actividad financiera
de Ibercaja a partir del 26 de julio de 2011, día en que la
asamblea aprobó la creación del nuevo
Banco, convirtiéndose, a partir de esa fecha, en la accionista al 100% de la
nueva entidad. Y en aquella asamblea se dejó claro que los dividendos generados
revertirían en la obra social. A mi entender, dentro de las obras sociales que
dedica Ibercaja, que no son pocas, sería deseable dar prioridad absoluta a creación de centros de
día, proveer ayudas a ciudadanos con riesgo de exclusión social,
proporcionando becas a estudiantes o, como ahora ha hecho La Caixa en Calatayud, creando
comedores para tratar de mitigar en la
manera de lo posible la tremenda crisis económica que se cierne sobre los
ciudadanos, en gran parte como consecuencia de la avaricia de los bancos y de
la mala gestión de buena parte de las cajas de ahorro puestas en manos de
políticos y sindicalistas sin experiencia y sin escrúpulos. De la misma manera,
La Caixa, a
través del delegado territorial de esa entidad en Aragón, Navarra y La Rioja, Raúl Marqueta, ha llegado a un acuerdo de
colaboración con el Real Zaragoza, en momentos tan difíciles para el Club
aragonés, hoy en Segunda División. Es
bueno que existan las hemerotecas. En la mente de todos está la desaparecida Caja Castilla-La Mancha, presidida
por Juan Pedro Hernández Moltó, -“Míreme a los ojos, señor Rubio”, ¿se
acuerdan?- imputado por “administración desleal, estafa y falsedad contable”, y
donde días pasados el juez Pablo Ruz ha imputado a otros siete miembros de la Comisión Ejecutiva
por operaciones irregulares: pérdidas de 746 millones de euros en 2008, de 563
millones en 2009, inyección de 3.775 millones a través de Fondo de Garantías de
Depósitos que después alcanzarían los 7.100 millones en las ayudas por la
absorción por Cajastur, eso sin contar los 124 millones de ayudas de Bruselas
suscritas por el FROB para Liberbank y los 1.622 millones que perdió el mismo
banco hasta septiembre de 2012. Pero es que, además de Hernández-Moltó
y de
Ildefonso Ortega, están imputados en los sumarios abiertos por
los diferentes juzgados de la Audiencia Nacional setenta y dos directivos
de las desaparecidas Cajas, de los que 27 son políticos. Desde esta página
invito al presidente de Ibercaja a que se una a colaborar de forma activa,
destinando recursos a casas de alquiler a los necesitados, a programas de
atención a la dependencia, a ayudas a la investigación y a la protección del
medio ambiente. Que nadie pueda decir un día, cuando veamos el final del negro
túnel de la crisis, que Isidro Fainé hizo más por Aragón que Franco (don
Amado).
lunes, 11 de noviembre de 2013
La queja de los hosteleros
Los hosteleros de la zaragozana
Plaza del Pilar se quejas de que el traslado de los Juzgados ha supuesto una
merma importante en sus ingresos. Puede ser. Pero a mi entender son ellos, los
hosteleros, los que han matado la gallina de los huevos de oro. La Plaza de las Catedrales es
el lugar al que acuden todos los turistas que visitan Zaragoza. Y al mediodía
es difícil pasar por la acera de “Las Palomas”, que tiene un escaparate lleno
de viandas para tomar en autoservicio. Otra cosa es que, los que observan desde
la calle, entren y llenen la andorga. Las cafeterías y bares de esta Ciudad,
más aún los del Casco Viejo, son lumbre. Te meten unos palos que te dejan
tieso. Y eso no tiene nada que ver con el traslado de los Juzgados sino con
unos tipos que van de liberales pero que no se resignan a tener pérdidas en el
negocio. Ninguno de esos establecimientos está a la altura de “Le Fouquet’s” en
los parisinos Campos Elíseos o del “Cafe
A Brasileira”, de la Rua
Garret lisboeta. Ni siquiera del “Café Comercial”, de la
madrileña Glorieta de Bilbao. Algo parecido sucede con los taxis. Como
se te ocurra tomar uno de ellos en la Estación de Delicias, portes dos maletas y sea en
hora nocturna o en fin de semana, te
aplican la “tarifa 2”,
más un recargo por parada en estación, más un recargo por maletas, más la
bajada de bandera, que no es que haya que ponerse firmes mientras un corneta
interpreta un toque de atención, sino que te dejan más seco que la mojama, que
aquella mojama que vendía un tipo flaco como la espina de Santa Lucía en la
sevillana calle de San Eloy, en la bodeguilla que existía frente al Bar Iruña en aquellos ya lejanos tiempos
en los que yo anduve por allí a pupilaje. Pues bien, como resulta que la Plaza de las Catedrales, donde
se encuentran El Pilar y La Seo
separados por la estatua de Goya, es por donde asoman los turistas de un solo día,
porque Zaragoza es una ciudad de paso, se les suele aplicar el sistema
tarifario que se aplicaba en las cantinas de estación a aquellos clientes que
el camarero que les atendía no iba a volver a ver en tu vida. Pero, vamos a
ver, de acuerdo que ya no están los Juzgados, que se los han llevado a
Ranillas. Pero sigue estando el Ayuntamiento, la Delegación del Gobierno
y un rabo de oficinas, bancos y agencias
de seguros. A una mala, esos empresarios hosteleros siempre tendrán la opción
de mudar de sitio e instalar su negocio en la semiabandonada zona de la “Expo”,
o sea, donde han ido a parar los Juzgados. ¿No será que sus tarifas son excesivamente
elevadas en tiempos de crisis? Porque los funcionarios de los Juzgados la están
sufriendo tela marinera. También los hosteleros, todos a una, podría atravesar
la cercana Plaza del Pilar y tratar de entrevistarse
con Belloch para pedirle que les reduzca las tasas municipales; o bajar los
precios de las consumiciones, que sería lo normal en estos tiempos. Y ya
puestos a hablar de ingresos, en buena ley también sería necesario conversar
con los trabajadores por cuenta ajena, o sea, con los camareros de tales
establecimientos, casi todos sudamericanos, que echan más horas que el reloj a
cambio de unos salarios de pena.
domingo, 10 de noviembre de 2013
¿Y todo eso, quién lo paga?
Los Príncipes de Asturias tienen
previsto un viaje de Estado el próximo
miércoles a California, para conmemorar el tercer centenario del nacimiento del
fraile Junípero Serra, y a Florida, para solemnizar el quinto centenario de la
llegada a ese Estado federal del explorador español Juan Ponce de León. De
paso, proyectar en Estados Unidos la Marca
España tras haber salido de la recesión con una estimación de
crecimiento del 0’1% del PIB en el tercer trimestre, que no es como para echar
cohetes, aunque no de la crisis. Como comentaba hace poco el comisario de la Competencia de la UE, Joaquín Almunia, en un
programa nocturno de TVE, “ya no es necesario que España siga bajo la lupa de
la troika”. Bueno, eso dice Almunia.
Hace unos meses, Hans-Werner Sinn, presidente del prestigioso instituto
económico alemán IFO, consciente de que España tiene una deuda externa de más
de un billón de euros, informaba en una entrevista de Claudi Pérez (El País, 2 de marzo) que “España tendrá 10 años más de crisis y
una devaluación interna del 30%”. Y a la pregunta del periodista de si el final
del túnel es previsible para 2023, Hans-Werner Sinn respondió: “Sí, algo así,
porque las primeras medidas acaban de aprobarse. Cuando Alemania entró en
crisis, allá por 1995 –añadió el
entrevistado-, no empezó a levantar cabeza hasta 2002, siete años después.
España necesita un lapso de tiempo equivalente hasta que la sociedad y los
políticos entiendan la gravedad de la crisis, hasta generar el entorno que permita
hacer reformas. Eso está llegando. A partir de ahí hay que esperar otra década
más para que los esfuerzos den resultado”. Ignoro que discurso pronunciará
Felipe de Borbón en el Hispanic IT Executive Council de Silicon Valley el
próximo día 14, pero para ese viaje no hace falta alforjas ni la presencia de
García-Margallo, Soria, Ana Pastor, el secretario de Estado de Comercio, Jaime
García Legaz y el presidente de Baleares, José Ramón Bauzá. Por si ello fuera
poco, con ocasión de la inauguración de la Feria del Libro, estarán presentes en Miami Lorenzo
Silva, Jorge Edwards, J. J. Armas Marcelo y Soledad Puértolas. Al día siguiente
los Príncipes tienen previsto recibir las llaves de Miami, visitar
Univisión y presidir una cena organizada
por la
Fundación España-Florida con 500 invitados al acto. Queda claro que lo que se pretende
promocionar no es la Marca España
sino al Heredero y a su consorte. El fraile franciscano Junípero, alias Fray
Escoba, hubiese sido un auténtico desconocido de no haber decretado Carlos III
(un Borbón) en 1767 la expulsión de los jesuitas de España y también de la Nueva España, donde A.M.D.G.
(como dejó escrito Ramón Pérez de Ayala en 1910, en medio de una tremenda
crisis social) los jesuitas atendían “las Californias” y que tras esa expulsión
fueron sustituidos por 16 misioneros franciscanos que encabezaba fray Junípero.
El otro homenajeado, Pedro Ponce de Cabrera (no de León), marchó a América
posiblemente en el segundo viaje de Colón (1493). Forzó a los taínos a trabajar
en las minas y a construir fortalezas. Más tarde, los arahuacos se unieron a
los caribes para luchar contra los españoles, paralizando la producción de oro
y matando a la mitad de los españoles. Tras esto, Ponce organizó la defensa,
logrando abatir a Agüeybaná II, provocó la huida de muchos indios, etcétera.
Pero a lo que iba, está bien que España pretenda hechizar a los americanos
tratando de vender la Marca España
con este viaje del Heredero y su consorte. Pero, como dijo Plá cuando desde un
helicóptero le enseñaron un Nueva York nocturno e iluminado: “¿Y todo eso,
quién lo paga?”. O dicho de otra manera: ¿quo prodes?
sábado, 9 de noviembre de 2013
Aquellas bicicletas
Yo también, durante mi niñez,
conocí a algunas señoras con el aire sereno de doña Matilde Alfaro Andrade,
“aquella señora alta, con el pelo blanco recogido con un moño bajo, muy
aficionada al cante”, que alquilaba bicicletas en los sevillanos Jardines de
Cristina a finales de los 50 y que era hermana de la abuela materna de Antonio
Burgos. La Matilde
Alfaro que yo conocí de niño no se llamaba Matilde Alfaro.
Nunca supe su nombre, no se lo pregunté. Alquilaba bicicletas de niño, cadete y
adulto, en el Parque Rosalía de Castro,
en Lugo. Mi hermano y yo mirábamos con admiración a otros niños de edades
parecidas a la nuestra que montaban en bicicleta media hora, o una hora, por
una o dos pesetas y que daban vueltas y vueltas alrededor de un estanque en el
que había ocas, algunas algo agresivas, o por los diversos paseos por los que
te encontrabas con algo de suerte a un pavo real con la cola extendida en
abanico, o con el circunspecto guarda con sombrero de ala ancha y traje de paño
marrón que te recriminaba por haber pisado el césped. Pero ni mi hermano ni yo
sabíamos montar en bicicleta y nos
limitábamos a mirar a los chicos de nuestra edad que pedaleaban con destreza
más galanes que Mingo. Hasta que una soleada mañana, los dos hermanos nos
pusimos de acuerdo para decirle a mi abuela que sabíamos montar en bici y
guardar el equilibrio, que nos había enseñado no recuerdo ahora quién. Y ella,
mi abuela Ramonita, tras dudar un poco, se acercó hasta aquella señora de porte
señorial que alquilaba bicicletas, aquella Matilde Alfaro, que no se llamaba
así y tampoco supimos nunca cuál era su nombre, y nos alquiló una bici
apropiada a nuestra talla de niños. Don Erefrido, amigo de casa, octogenario capitán
de fragata retirado, era magro en carnes e iba siempre muy bien trajeado. Aquella
soleada mañana paseaba con aire despistado y, en un momento dado, se había
acercado hasta el banco donde estaba sentada mi abuela con intención de saludarla.
Pero nuestra abuela bastante tenía con observarnos con preocupación por si
pudiésemos caernos y hacernos una brecha en la cabeza, cuando uno de los nietos
sujetaba por debajo del sillín al que pedaleaba. El pobre don Erefrido
se paso casi esa media hora, carrera arriba, carrera abajo, pretendiendo
enseñarnos a guardar el equilibrio. No lo consiguió. Esas cosas no se aprenden
en un rato. Don Erefrido quedó baldado. Ignoro si a los pocos días aparecería
su esquela de defunción en las páginas de “El Progreso”. Siempre me quedó
aquella duda. Como en casa, de siempre, se compraba el ABC, todas las mañanas
dediqué unos minutos a hojear el obituario por ver si aparecía su esquela.
Nunca la encontré a lo largo del resto del verano, con lo que di por hecho que
seguiría vivo. Nadie se moría si su esquela no aparecía en aquel diario cosido
con una grapa. Ahora dispone de dos, la de toda la vida y la otra, la posteriormente añadida como si se tratase
de un rehilete de lujo.
viernes, 8 de noviembre de 2013
Etilómetro para peatones
Ahora resulta que un peatón ha
sido atropellado en el barrio zaragozano de Miralbueno y éste, el peatón, ha
dado positivo en la prueba de etilometría. Yo ignoraba que los peatones
tuviésemos que permanecer sobrios cuando caminamos por las aceras de Zaragoza.
Porque puede ocurrir, como en este caso, que al conductor, en este caso a la
conductora de 46 años, de iniciales A.I.G.G., le dé cero en alcoholemia y al
peatón, de la misma edad y con iniciales J.M.GG, le imputen un accidente por
haberse tomado una copita de anís. Esto es el mundo al revés. Ya sabe, si
quiere salir de casa para dar una vuelta a la manzana, comprar el pan y
adquirir la prensa ni se le ocurra pasar antes por el bar de siempre y cargar pilas
para hace frente al día. A los bares se puede ir, sí, pero más tarde hay que
ponerse en contacto con la familia para que vengan a buscarte y te
conduzcan a casa bien sujeto por las
axilas como si te hubiese dado un vahído por una subida de tensión. De no ser
así, te expones a que aparezcan los guardias, saquen de un maletín el etilómetro, te hagan soplar y, en caso de
dar positivo, te metan una multa de padre y muy señor mío.
--Oiga, agente, si sólo han sido
una copitas de anís.
--Suficiente. Así no se puede
pisar la calle. ¿No sabe usted el riesgo que corre?
Y a los pocos días de haber
soplado, primero en el bar y después en el etilómetro, te llega una carta al
buzón con membrete del Excmo. Ayuntamiento. Hay que pagar la multa, no queda
otra. Y con las mismas, sales a la calle sin ningún dolor de corazón ni
propósito de enmienda dispuesto a entrar en Casa Bayo mientras tarareas en voz
baja eso de José Manuel Soto: “Mira cómo ando mujer por tu querer, / borracho y
apasionado no mas por tu amor, / mira cómo ando mi bien, / muy dado a la
borrachera y a la perdición”. Y ya dentro del bar, después de haber saludado a
los amigos de barra, solicitas de Silvia, la dulce camarera ecuatoriana de ojos
de azabache y manos de marfil, una copita de anis Las Cadenas, de finísimo
paladar, te pones el mundo por montera y confías en que a la salida no te esté
esperando la pareja de guardias municipales con la libreta y la máquina de
soplar. Un test de alcoholemia efectuado al peatón al filo del vermú es algo
absolutamente serio, ¡qué digo!, casi como un golpe de ataúd en tierra.
jueves, 7 de noviembre de 2013
Vinos y expertos a la violeta
Es curioso, muy pocas personas
saben utilizar la pala de pescado, ese cubierto de lengüetilla ancha, sin filo,
colocado a la derecha del plato y que su
misión es la trocearle, quitarle las espinas y que nunca debe llevarse a la
boca. Sin embargo, en este país todo ciudadano entiende de vinos. No es que
hayan hecho cursos de sumilleres ni nada por el estilo. Lo que sucede es que,
mientras la esposa camina por los diversos
puntos de las grandes superficies en busca de aquello que necesita para
llenar la nevera, el marido concentra toda su atención en la sección de vinos.
Y frente a las estanterías de las botellas puede quedarse ensimismado, como en
éxtasis, contemplando las diferentes denominaciones de origen, observando las botellas
y leyendo lo que indica en su etiqueta de la parte trasera cada una de ellas.
Después de haber satisfecho esa rara curiosidad, a todos los hombres, sin
excepción, se les queda cara como de
entender de crianzas más que don Luciano de Murrieta, o que don Camilo Hurtado
de Amézaga, marqués de Riscal, que tanto da. Y a la menor ocasión, sin que les
pidas opinión, te sugieren qué vino debes tomar con los arroces, con las
legumbres o con los estofados, que copa debes usar y a qué temperatura debes
llevártelo a la boca. Son sumilleres teóricos, sin escuela y sin prueba de cata
en vista, olfato, gusto y tacto, y que no han pasado del vino peleón de la
taberna; pero, eso sí, dotados de gran capacidad de convicción con el lego “gourmet”
que con poco se conforma, y que conocen al dedillo los collarines y etiquetas,
la clase, volumen y graduación alcohólica, el lugar de procedencia y el
criterio de selección de uva para hacer un “coupage” equilibrado con garnacha y
monastrell, o con graciano y tempranillo, así como la lista de buenas añadas.
Por cierto, hoy he probado por primera ver un “Portalet” tinto (2012), D.O.
Calatayud que produce y embotella
Bodegas Langa Hermanos. Lo peor, a mi entender, es que tiene 14’5 grados,
excesivo para ser tomado en una comida. Lo mejor, su acertado maridaje entre
garnacha y tempranillo y la delicadeza en su etiquetado. Le auguro un gran
futuro.
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