lunes, 18 de noviembre de 2013

Lluvia






Hay dos cosas que no soporto, que un  peatón no respete mi derecha en el sentido de la marcha y que me aticen paraguazos cuando llueve. El paraguas hay que saber llevarlo con dignidad, como lo hacen en San Sebastián y en toda la cornisa cantábrica. Y es que por allí llueve y la gente está acostumbrada a no sacarle un ojo con una varilla del paraguas a aquel con el que se cruza por la calle. Pero en Aragón la cosa cambia bastante. La falta de costumbre, puesto que casi no llueve, es la causa de esos malos usos. Es decir, cuando no llueve, el paraguas lo portan en forma de lanza en vez de en forma de bastón, y cuando diluvia es cuando aparece el problema. Curiosamente, Zaragoza es la ciudad española donde se fabrican quizás los mejores paraguas, los de Casa Redondo. Me gustaría que, de la misma manera que existe la asociación  “Amigos de la capa”, a alguien le diera con constituir el club de los “Amigos del paraguas”, con visitas culturales, misas en el Pilar y aperitivos de Hermandad, que los pinchos de tortilla, los pepinillos en vinagre y las cañas de cerveza ayudan mucho a que la fiesta no decaiga. Los “Amigos de la capa” tienen hasta santo patrón, San Martín de Tours, que partió su capa para darle la mitad a un necesitado. Pues bien, los “Amigos del Paraguas”, de formarse esa asociación, deberían llevar uno de aquellos utensilios gallegos, que tienen más fuste. Allí les dicen paraugas. De hecho ya existe la Peña “El paraguas” en Avilés, y los peñistas realizan excursiones y lo pasan bien. Y para no ser menos que los “Amigos de la capa”, incluso se podría adoptar como himno oficial la “Mazurca de los paraguas”, de la zarzuela “El año pasado por agua”, de Chueca y Valverde y libreto de Ricardo de la Vega. Lo de nombrar un  patrón puede esperar, porque el paraguas no se puede partir por la mitad para ayudar a un pordiosero, como hizo San Martín de Tours, salvo que el paraguas sea de los chinos. Para ello nada mejor que esperar un día de cierzo e intentar pasar el zaragozano Puente de Piedra. El paraguas no se parte en dos mitades sino que se desarma por completo. Pero si los “Amigos del Paraguas” instan a nombrar un santo patrón que les guíe por carreteras secundarias cuando hacen encuentros con los “Amigos del Paraguas” de otros municipios, siempre quedará el recurso de ponerse bajo el amparo de la Virgen de la Cueva, aunque ya saben el dicho: “del santo me espanto, del pillo no tanto”.

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