lunes, 6 de enero de 2014

Anson, salvador ¿de qué?




Anson se acuerda hoy en "El Imparcial" de Angélica Diddell, o sea, Angélica González, la directora, escritora, directora de escena y actriz bautizada en la misma pila que Dalí, cuando señala que tiene el día un poco cabrón. Sí, un día cabrón y una mala baba de espanto. Y como tiene el día de esas maneras, retuerce el colmillo y ataca a todo lo que se mueve. Y, también, contra todo lo que se movía con ocasión de la pasada fiesta del “Cervantes”. Dice este hombre: “Allí, entre las columnas de mármol viejo del Palacio Real, los insultantes dorados, las alfombras rientes, cabe las esculturas sin sexo, estaba la entera decadencia de las Letras españolas, amén algunas excepciones. Allí se pavoneaba el escritor de pelo desdeñoso, la hembra altiva y pedernal, el novelista de las manos glotonas, el periodista con panza de chimpancé, la cineasta de hombros memorables, el genuflexo cortesano, el caraculo del dramaturgo de pitiminí, el merengoso político, el poeta en la ceniza y la aristócrata de las bragas de oro más deseadas de España con sus ojos del color del musgo”. No deja títere con cabeza. Ya hace unos días (28 de diciembre) arremetía contra el juez Castro con la misma agresividad que lo había hecho unos días antes, el pasado 23 de diciembre. Cuenta ahora: “En su afán de lucirse y convertirse en estrella, persiste en encontrar fórmulas para imputar a la Infanta. Está dando muestras de una obsesiva ojeriza, rebuscando hasta en los cubos de basura para descubrir algo que le permita actuar conforme a sus deseos, no conforme a la justicia”. Anson debería tener cuidado con lo que escribe. El que un día se creyese salvador de los Luca de Tena poniéndose al mando de un ABC entonces moribundo, pretende ahora arremeter contra todo aquel español que no piensa como él. Está claro que Luis María Anson no sabe qué es un Estado de Derecho. Pero hombre, ¡a estas alturas…!

No hay comentarios: