martes, 7 de enero de 2014

Tijeras, por favor





Sí, ya lo sé, imputar no es condenar pero por algo se empieza y el caso de Urdangarín y su mujer, que ya ha sido imputada por segunda vez y citada por el juez Castro para que declare el próximo día 8 de marzo no es, como decía Mafalda, el acabose sino el principio del empezose. Según Castro, a pesar de lo que diga la Abogacía del Estado, la Fiscalía Anticorrupción, la Agencia Tributaria, Luis María Anson, Agamenón o su porquero, existen presuntos delitos de fraude fiscal y blanqueo de capitales relacionados con el Instituto Nóos. La Casa del Rey ha expresado su respeto por las decisiones judiciales. Hombre, hacer esa afirmación ahora es de Perogrullo. !Sólo faltaría que desde La Zarzuela se dijera lo contrario! Este es un país de ciudadanos hartos, pero que muy hartos. Con los actuales datos de población activa que ofrece la EPA, con los testimonios que ofrece Cáritas, con el tremendo espectáculo ciudadano que ofrecen los rebuscadores en los cubos de basura, que ya son legión, y con los alarmantes informes manejados por los responsables de comedores sociales, parece escandaloso, además de alarmante, que personas que lo han tenido todo a su alcance se hayan presuntamente “pringado” en unos actos deleznables e impropios de aquellos protagonistas casi de cuento de Calleja que deberían servir de espejo a unos ciudadanos agobiados por los impuestos, los sueldos de hambre y las hipotecas y que no divisan luz al final de un bruno túnel como el del Lazo, entre Brañuelas y Ponferrada, pero lazo de nudo gordiano, ese punto donde se unen dos o mas cosas, es decir, el que mata y el que tira de la pata, o el que estafa al Fisco y el presunto colaborador necesario. España no es Frigia ni aquí necesitamos la ayuda de un cuervo ni la llegada de un nuevo Gordio, que ofrezca su carro a Zeus y ate la lanza y el yugo con un  complicado nudo. Franco dijo que lo había dejado todo “atado y bien atado”. Supongo que se referiría a una Monarquía atada por el yugo y las flechas, cuyo futuro rey debería jurar, como así fue,  los Principios Fundamentales del Movimiento. Pero los españoles de entonces, tampoco los de ahora, necesitábamos de reinstauraciones borbónicas, por su amarga experiencia, sino de tijeras para cortar nudos. De aquellos polvos vienen estos lodos.

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