lunes, 17 de febrero de 2014

Fernández Díaz copia a Virgilio




El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, siempre me sorprende con alguna “chorrada”. La última, referida a la Guardia Civil. Ha asegurado que sus funciones son “un pronóstico feliz para el afligido en tierra y en mar, en Ceuta, en Melilla y en toda España”. Le ha faltado decir “por aire”. ¿O es que la Guardia Civil no realiza rescates de montañeros, o no controla la seguridad de carreteras mediante helicópteros? Pues sí, mire, por aire también. Lo que no entiendo es lo de “pronóstico feliz”. Los pronósticos felices los hace, por ejemplo, el médico cuando señala al paciente que su enfermedad, en principio aparentemente seria, remite con unos ibuprofeno  en desayuno, comida y cena. La Guardia Civil no está para hacer pronósticos sino para perseguir al delincuente y ponerlo en manos de la Ley. También, para ayudar, como así lo hace, a todo aquel ciudadano que necesite de su asistencia  en caso de calamidad. Pero la Guardia Civil no está para hacer pronósticos. Para eso sobra con los pronósticos del  “hombre del tiempo” en los telediarios. Esos sí que hacen pronósticos. Y, además, aciertan. El director general de la Guardia Civil, que tiene rango de subsecretario y que depende del secretario de Estado de Seguridad, tiene entre otras funciones la de dirigir, impulsar y coordinar el servicio de sus unidades. Arsenio Fernández de Mesa Díaz del Rio, que ahora amenaza a algunos periodistas y a todo aquel que “critique” la actuación de la Benemérita en los últimos sucesos de Ceuta, es el mismo personaje que siendo delegado del Gobierno en Galicia (2002 a 2004) comentó que el petróleo del “Prestige” no iban a tocar las costas gallegas y que el líquido derramado, sobre el que ignoraba la cantidad de toneladas que albergaba en sus  depósitos, se quedarían en el fondo del mar en forma de adoquines. Y por si alguien lo duda, le diré que ese señor está en posesión de la Gran Cruz del Mérito Naval. Pues bien, partiendo de la base que la Guardia Civil hace en todo momento lo que sus superiores le ordenan, queda automáticamente exonerada de responsabilidad en el uso de pelotas de goma o de balas de fogueo en los sucesos de Ceuta. Por tanto, de existir alguna responsabilidad, que no lo sé, siempre sería de sus mandos. Y cuando digo de sus mandos elevo el alza de mi pluma hasta Jorge Fernández Díaz, responsable de Interior. Pero aquí sabido es que nadie está dispuesto a dimitir de su cargo cuando se pone en entredicho el proceder de su gestión. Pasa con Mato, con Wert, con Ruiz Gallardón, con Báñez… “Si quieres saber cómo es Paquillo dale un carguillo”. Ya lo dijo Virgilio: “¡Feliz el que ha llegado a conocer las causas de las cosas!”.

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