miércoles, 12 de febrero de 2014

Gorrones de la Historia




Julián Casanova publica hoy en El País “El castigo en las posguerras (1939-1945)” y, entre otras cosas, hace referencia al día 9 de febrero de 1939, cuando Franco firmó en Burgos la Ley de Responsabilidades Políticas, donde se afirmaba que los republicanos eran los responsables de la guerra y tenían que pagar por ello. “En ella –cuenta Casanova- se declaraba ‘la responsabilidad política de las personas, tanto jurídicas como físicas’, que, con efectos retroactivos, desde el 1 de octubre de 1934, ‘contribuyeron a crear o agravar la subversión de todo orden de que se hizo víctima a España’ y que a partir del 18 de julio de 1936 se hubieron opuesto al ‘Movimiento Nacional con actos concretos o con pasividad grave’. Todos los partidos y ‘agrupaciones políticas y sociales’ que habían integrado el Frente Popular, sus ‘aliados, las organizaciones separatistas’, quedaban ‘fuera de la Ley’ y sufrirían ‘la pérdida absoluta de los derechos de toda clase y la pérdida total de todos sus bienes’, que pasarían ‘íntegramente’ a ser propiedad del Estado”. Por asociación de ideas, los españoles estamos ahora atravesando la peor crisis económica desde el fin de la guerra. Hemos salido de la recesión pero no de la crisis. Existen casi seis millones de desempleados y se están perdiendo con el Gobierno presidido por Mariano Rajoy gran parte de los derechos conquistados por los trabajadores con lucha y sangre. Se nos obliga a efectuar un repago en los medicamentos de la Seguridad Social, se congelan convenios colectivos y  sueldos de los funcionarios, se multan a determinados manifestantes en la calle por parte de los gobiernos civiles, se intenta privatizar la Sanidad, el sistema educativo es un caos, han subido todos los impuestos de forma escandalosa, se han rescatado unas cajas de ahorro, gobernadas por políticos y sindicalistas, mediante dinero europeo avalado por el FROB y que no piensan devolver. El caso de Blesa en Cajamadrid es de libro. El Gobierno central y las Comunidades Autónomas no disminuyen el gasto corriente y la deuda soberana había crecido en el tercer trimestre de 1913 en 11.448 millones de euros, situándose en 954.863 millones, equivalente al 93’40 % del PIB. Ante este difícil panorama, muchos españoles nos preguntamos si acaso tendremos que pagar, como así parece, todos los despilfarros ajenos producidos por pésimos gestores, o sea, los golpistas que hicieron una guerra civil, la ganaron y culparon más tarde a aquellos que habían estado a favor del Gobierno legítimo. Y como era de esperar, cargaron sobre sus lomos toda la responsabilidad, no ya desde el principio de la guerra sino que aplicaron tales responsabilidades con carácter retroactivo desde 1931 con represalias de abrigo. Ahora nos toca al común de los ciudadanos cargar con los errores de una Casa Real desprestigiada, de unos gobernantes nefastos, de unos banqueros avariciosos, de unos especuladores sin freno y de una Conferencia Episcopal presidida por Rouco Varela que se ha colocado de perfil a la hora de valorar el enorme sacrificio de muchos sacerdotes y monjas luchadores a cambio de nada y ante el dolor de una legión de nietos y padres obligados a malvivir a costa de la miserable pensión de los abuelos. Esos sórdidos personajillos nunca pagan sus errores. Son lo yo he dado en llamar los gorrones de la Historia. El resultado está a la vista y no puede ser más turbador.

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