sábado, 15 de febrero de 2014

Las rebajas de Belloch




Las nuevas ordenanzas municipales del Ayuntamiento de Zaragoza, que preside Juan Alberto Belloch, contemplan novedades. El Ayuntamiento de la Inmortal Ciudad, que debe tal título a que sus vecinos resisten lo que les echen, incluido el aumento constante de las tasas municipales, ruidos insoportables,  basura fuera de los contenedores y un constante olor a mierda, ya parece El Corte Ingles: “Aproveche las rebajas de la  temporada de primavera”. Esos grandes almacenes, digo, fundados por el asturiano Ramón Areces, aquel empleado de El Encato, de La Habana, que compartió a partir de los años veinte del siglo pasado quehaceres con mi abuelo Aquilino, también asturiano, y que vendieron cortes de telas para trajes a todos los poderosos desde que Alfredo Zallas Alfonso fuera presidente democrático, y durante los posteriores mandatos de Gerardo Machado Morales, del general Alberto Herrera Franchi, de Carlos Manuel Céspedes Quesada (nombrado a dedo por el anterior), de Ramón Grau San Martín y de Carlos Hervia de los Reyes. Pues bien, a lo que iba, ahora resulta que los desempleados zaragozanos podrán cambiar algunas multas de actos incívicos por charlas de dos horas. Lo que ya no sé es qué demonios se explicará en tales charlas y quiénes serán los encargados de impartirlas. También ignoro si, una vez recibidas las charlas, se les hará entrega a los ya exincívicos ciudadanos de un diploma similar al que años atrás se entregaba a todo aquel que hubiese hecho cursillos de Cristiandad con aprovechamiento. O sea, te pilla la Policía Local meando en la trasera de La Seo mientras unos japoneses hacen fotos, o sacando la litrona en un banco de la Plaza del Justicia, o no recogiendo los excrementos de tu perro en el Paseo de Calanda, o haciendo grafitis en los laterales del tranvía (aprovechando que se ha quedado más parado que el caballito de bronce, que recuerda a Ángel Cordero, justo en un cruce donde interrumpe el tráfico de tres calles), o colocando un cartel que diga, por ejemplo, “Manitas se ofrece para trabajos en domicilios. No se cobra salida”, y es entonces cuando te aplican la sanción ipso facto, o bien aparecen dos tipos vestidos al estilo de los mormones, o sea, en camisa de manga corta y corbata, y toman nota de tus datos personales para que asistas a las charlas programadas.  Así, por cada dos horas de charlas sobre no sabemos qué se perdonarán 50 euros del total de la sanción impuesta. También podrán evitar  la correspondiente multa aquellos individuos que se encuentren bajo la acción protectora de los servicios sociales municipales, que es como un paquete separado de la protectora de animales, igual que ahora existe un desglose entre Adif y Renfe Operadora en los asuntos ferroviarios. De igual modo, el Ayuntamiento, que está seco como la mojama por falta de cast-flow, ofrece importantes descuentos por pronto pago, es decir, un 50%  del importe de la sanción si el pago se hace efectivo antes del inicio del proceso sancionador y una reducción del 20% de la multa si el abono se efectúa antes de la resolución. Ya digo, como en las ofertas de El Corte Inglés en época de rebajas. Sólo falta que el Ayuntamiento ofrezca la fórmula del “dos por uno”, como el Pryca: “Cometa dos infracciones y sólo pague una. Y una chochona de regalo” ¿Que qué es la chochona? La muñeca que Manolo Fernández  (q.e.p.d) llevaba en su Tómbola del Cubo. Ea, me voy de paseo a ver si me encuentro a Belloch por la calle, por la calle de la amargura, que es por la que transitamos.

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