miércoles, 2 de abril de 2014

Dietas subvencionadas





Don Mariano Ossorio, marqués de la Valdavia, decía (y de eso ya dejé constancia en “La gran familia”, el 1 de febrero de este año) que había dos cosas que encantaban a los españoles: “Los toreros valientes y las mujeres gordas”. Pues bien, ahora resulta que el zaragozano Hospital Miguel Servet busca 75 mujeres voluntarias que estén de acuerdo en seguir un régimen dietético de adelgazamiento. La Seguridad Social, que se inventó el repago y que pretende cobrar por acudir a urgencias, ensaya ahora que nuestras rollizas mujeres prueben tres tipos de dieta distintas. El estudio, respaldado por el Comité Ético de investigación Clínica de Aragón, está financiado por la Unión Europea. Ya ven. Hasta ahora, la UE daba dinero a España para trazar autovías y para que los agricultores no sembraran. Con que diesen una reja de arado a su campo en erial, o plantasen girasoles que nunca recolectaban era motivo suficiente para pasar por taquilla. Pero ahora la UE pretende que las mujeres gordas sólo sean esas alemanas que forman parte de su patrimonio, que se ven en la Munich-Oktoberfest  y que se ríen no sabemos de qué al ritmo cateto del “Es gibt kein Bier auf Hawaii, es gibt kein Bier, drum fahr ich nicht nach Hawaii, drum bleib ich hier”, mientras los alemanes se meten entre pecho y espada enormes jarras de cerveza (las allí llamadas maßkrüge) y comen rosquillas y salchichas de cerdo hasta el hartazgo. Una canción, esa, que deberían ir conociendo los muchachos españoles, todos muy bien preparados, dicho sea de paso, para cuando les toque ir a Alemania por poder comer caliente. Según los dietistas, una alimentación normal suele estar compuesta por un porcentaje del 15% de proteínas, que ayudan a perder peso. Pero los españoles parece que no entienden de porcentajes a la hora de comer. La crisis económica es culpable de que muchas familias, donde incluyo abuelos, padres e hijos en la misma mesa, se alimenten con un plato único de macarrones un día sí y otro también. Es decir, que la crisis, por si lo desconoce la Europa de la Merkel que paga el estudio, es responsable de que en la mesa del pobre haya pocas proteínas y muchos hidratos de carbono. Otros españoles, cada día más, toman las proteínas que sacan cada anochecida de los cubos de basura de los supermercados. Esos puede que estén más desecados, que tampoco lo sé. A algunos de ellos ya se les clarea la raspa.




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