jueves, 31 de julio de 2014

Podemos, ¡ya lo creo...!




Juan Laborda cuenta hoy en “Vozpópuli” algo que ya sabíamos: “Trabajar no garantiza salir de la pobreza”. Y aprovecha para hacer hincapié en un serio análisis  en el diario digital “Nueva tribuna” de Enrique Negueruela: “Cuando se está modificando el tipo de jornada habitual, hay que tener mucho cuidado con las cifras, y no confundir creación de empleo con precarización del existente. Si se destruyen mil empleos a jornada completa y se crean 1.500 a media jornada, en realidad no hay más trabajo porque se destruye en horas el equivalente a 250 puestos de trabajo. Según la EPA se han perdido casi cuatro millones de horas de trabajo y hay 128.800 ocupados más. El Gobierno miente, la Oposición está en la inopia y, ojo al último dato conocido: 32.000 afiliados anoche, 42.000 afiliados hoy a las 13 horas en Podemos, que se ha convirtiendo en una auténtica pesadilla para tanto cretino aforado que se está aprovechando miserablemente del sufrimiento de la mayoría de los ciudadanos. La confesión de Pujol; la condena de 9 años de inhabilitación a Baltar, cuando lleva jubilado desde 2012, ¡qué risa!; el caso de los ERE en Andalucía; la trama de Gürtel; la permanencia enquistada de un rey que ya no reina en el Palacio de la Zarzuela a gastos pagados; los casi 1.700 casos abiertos por corrupción  en los diferentes órganos judiciales, con más de 500 imputados y sólo una veintena en prisión; sólo es una pequeña muestra de lo que acontece en un país, el nuestro, donde “el dinero público no es de nadie”, según dijo el 29 de mayo de 2004 la socialista Carmen Calvo siendo ministra; o María Antonio Trujillo, cuando “aclaró” el 24 de junio de ese mismo año que “son unos irresponsables aquellos que piensan que en España existe una burbuja inmobiliaria augurando un brusco descenso en el precio de la vivienda”; o Zapatero, el 14 de enero de 2008, cuando afirmó que “la crisis es una falacia, puro catastrofismo”…La lista de sandeces es interminable.  Y así ha terminado España: saqueada y arruinada por culpa de unos sinvergüenzas que no tendrían cabida ni en Sierra Leona.