miércoles, 6 de agosto de 2014

Bipartidismo apuntalado




El intento de Rajoy de tirar por el camino de en medio, o sea, reformar en solitario si es necesaria la actual ley electoral para las próximas elecciones municipales es, a mi entender, un cuchillo de doble filo. De hecho, puede dar situaciones de ingobernabilidad en muchas grandes ciudades y capitales de provincia. En Zaragoza, sin ir más lejos, la fuerza más votada fue el PP, con 15 concejales, pero la coalición del PSOE, con 10 concejales, e IU  y CHA con 3 concejales cada uno de ellos hicieron posible la mayoría absoluta (16 concejales) y la alcaldía terminó siendo para el socialista Juan Alberto Belloch y no para el candidato popular Eloy Suárez, una vez conocido que el resto de formaciones, nada menos que 16, entre ellas PAR y UPyD, no habían conseguido colocar ninguno nombre de sus listas. Pero la posible elección directa de los alcaldes que pretende Rajoy es consecuencia del temor que el PP siente ante el avance de Podemos y su posible alianza con otras formaciones. Imaginen que, con la reforma electoral anunciada, hubiese sido elegido alcalde Eloy Suárez. La ingobernabilidad del Ayuntamiento de Zaragoza habría estado servida con sólo haberse puesto de acuerdo el resto de las fuerzas.  En ese sentido, leo hoy en el periódico digital Vozpópuli que “el partido de Pablo Iglesias estudia presentarse a las municipales bajo el paraguas de la marca Ganemos, al estilo de la formación que lidera Ada Colau, líder antidesahucio, en Cataluña y que irá de la mano de la CUP, que lidera un diputado de origen zamorano famoso por el incidente de Rato y la zapatilla, para tomar el control de la alcaldía de Barcelona. Podemos será Ganemos para hacerse con el control de alcaldías por toda España”. Para Arriola, el marido de Celia Villalobos, sobrino de Juan Ramón Jiménez e interlocutor en las conversaciones con ETA en Zurich durante el gobierno Aznar, “los responsables de Podemos eran unos friquis”. Pero su ascensión imparable en las europeas fue el barrunto de que el bipartidismo podría quebrarse en las próximas generales. Y Rajoy lo sabe y está muy nervioso por el avance imparable de Podemos, de la misma manera que está  inquieta y camina sobre ascuas una alta burguesía que se siente protegida como el lince ibérico, unos sindicatos que jamás rinden cuentas del dinero que reciben a cambio de mirar para otro lado ante los recortes salariales injustificables y una casta política aforada que malgasta el dinero público consciente de que nunca pisará la cárcel.

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