martes, 9 de septiembre de 2014

Revestimiento lubricante



Dave Smith y un grupo de ingenieros se han devanado los sesos hasta conseguir el LiquiGlide, un  revestimiento lubricante no tóxico que se adhiere a las paredes de los frascos de ketchup y de mayonesa y que es capaz de extraer hasta las últimas gotas  en ellos contenidas. Parece una tontería, pero tal lubricante es capaz de ahorrar hasta un millón de toneladas de ese producto que siempre queda en el interior del frasco que y tiramos a la basura. A mí se me ocurre que, posiblemente, el señor Smith se habrá fijado en la técnica de los supositorios Rovi contra el estreñimiento hasta dar en el chiste, o en la vaselina boricada Brum, que ayuda lo suyo en ciertas penetraciones que no voy a explicar aquí, pero que por una ingestión accidental también puede producir erupciones eritematosas de difícil manejo clínico. Al señor Smith y su combo de ingenieros, a los que imagino como a los miembros de la orquesta de Pérez Prado, habría que pedirles por el bien de la democracia que inventasen algo, lo que fuere, con lo que poder untar el peto y el espaldar a determinados políticos incompetentes, o que se lo llevan crudo; y que, de esa guisa, salieran escopeteados fuera del Hemiciclo, o de los Consejos de Ministros, o de los ayuntamientos, o de las Comunidades Autónomas, camino del sumidero más próximo. No puede ser que en España nadie devuelva lo robado, o que tengamos que aceptar los ciudadanos algunas leyes absurdas aprobadas, eso sí, por unos diputados que, aunque reconociendo of the record que son nefastas, se “vieron obligados” a apoyarlas en sede parlamentaria  por disciplina de partido. No, mire, usted se debe a los ciudadanos, no a aquel oligarca que le colocó  el tercero en la lista por Segovia. Y si se mueve y no sale en la foto, o no le colocan en la lista en los siguientes comicios, pues dedíquese a lo que se había dedicado siempre, que no pasa nada. La política es para servir a los ciudadanos durante un tiempo breve, no para hacer de ella un modo de vida y encima gozar del privilegio de aforamiento. Por eso digo que habría que inventar un LiquiGlide que sanease las instituciones democráticas y evitase esa diverticulosis que atrapa mierda en las bolsas de las tripas de las  instituciones y que tan graves problemas causa la sociedad. El ejemplo de los ERE en Andalucía o de la familia Pujol en Cataluña en nada ayuda a remediar el mal trago de la tremenda crisis económica instalada, que afecta a gran parte de los ciudadanos y que no lleva visos de solución.

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