lunes, 8 de septiembre de 2014

Un puticlub en Illinois





Un tal A.Maluenda  escribe hoy en Heraldo de Aragón sobre un local de Chicago, que abrió sus puertas en 1926, y por donde – según afirma-  “pasaron Al Capone y Sinatra”. Puede ser. De lo que no estoy tan seguro es de que su nombre “Aragon”, así, sin tilde,  se deba en modo alguno a nuestra región, por más que lo afirme una tal Martha Botello, que regenta el actual local de copas y de que su decoración inicial, ya inexistente, se inspirara en la España del siglo XVIII. Un  incendio calcinó el local en 1955 y volvió a reabrirse en 1964, momento en el que sus anteriores propietarios, los hermanos Karzas, traspasaron el negocio, donde más tarde hubo patinaje, boxeo, etc. En 1966, el local de alterne volvió a cambiar de dueño y de nombre, por el de “Cheetah Club”. Poco más tarde recuperó su nombre con añadidos, o sea, “Aragon Entertainment Center”. Pues bien, al margen de lo que hoy pueda decir la señora Botello, que posiblemente no sea capaz de cocinar una tortilla de patatas ni ubicar Badajoz en el mapa, hay que pensar que tal vez Aragón haga referencia a algún apellido, puesto que ese patronímico es común en España, que España tuvo colonias en América hasta 1898 y que, por consiguiente, hubo muchos españoles en la diáspora. Cualquiera de ellos, absolutamente olvidado, pudo abrir un negocio en el Estado de Illinois: en Springfield, en Chicago, en Aurora, en el Tuquestán ruso o en la Plaza de Tian'anmen, si se lo permiten los chinos. Leo por ahí que el apellido Aragón es el quingentésimo decimotercero apellido más común en España; y si lo repartimos por provincias,  el 5 por ciento de ellos están en Palencia, donde constituye el trigésimo apellido más común, mientras que en la provincia de Zaragoza la escala se va al puesto 1138, por más que parezca que el primer patronímico Aragón proceda de Alonso de Aragón, hijo natural de Fernando II de Aragón y Aldonza Ruiz de Ivorra.

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