jueves, 16 de octubre de 2014

Elena Francis al difumino





La familia Fradera fue dueña en Barcelona de un importante salón de belleza y de unos laboratorios cosméticos. Allá por octubre de 1947, a Francisca Bes Calvet, esposa de José Fradera Butsems, que entonces era propietario del Instituto y los Laboratorios Francis (Bel Cosmetic), se le ocurrió la idea de hacer un programa de radio dirigido a las mujeres españolas que, de paso, sirviera como soporte publicitario a sus “cremas hidratantes”. Aquella aventura duró desde aquel año hasta 1984. Comenzó sus andanzas hertzianas en Radio Barcelona (Fradera era amigo de Ramón Barbat, entonces director de aquella emisora de la Cadena SER).  A partir de octubre de 1966 pasó a emitirse en Radio Peninsular y en Radio Intercontinental. En realidad fue Barbat el que propuso al industrial catalán hacer un programa dirigido a las mujeres y patrocinarlo con los productos cosméticos de su laboratorio. A aquella primera reunión (1947) también acudieron, además de Fradera, Bes y Barbat, Jaime Torrens, jefe de Programas, Jorge Janer, jefe de Emisiones, Isidro Solá y Ángela Castells (guionista); y del embrión de aquel encuentro conjunto salió  al aire el futuro programa radiofónico. Jorge Janer propuso una sintonía: “Indian Summer”, del compositor Víctor Herbert. El espacio previsto sería de media hora de duración y en él se recibirían cartas que Elena Francis (nombre ficticio) iría contestando en número máximo de siete respuestas por programa, “que se irían ajustando al perfil de mujer española y católica”. Y ahí es cuando comenzaron a entrar en aquel “juego” diferentes locutoras: María Garriga, Rosario Caballé, Maria Teresa Gil,  Soledad Ambrojo y Maruja Fernández del Pozo. La primera voz que daba lectura a las cartas era María del Carmen Torres y en los últimos años Pilar Morales. Los guionistas responsables del programa y que redactaban las respuestas radiadas fueron Ángela Castells (desde 1947 hasta 1952), Maria Castañé, Joaquina Algars, L.Taboada, Eduardo Alarcón (entre 1959 y 1962) y Juan Soto Viñolo desde 1966 hasta su fin en 1984. En el blog “El medio sonoro” (viernes, 27 de febrero de 2009), bajo el título de “El consultorio de Elena Francis”, aparece lo siguiente:
“El primero que se atrevió a “desnudar” a Elena Francis fue Gerard Imbert en su libro ‘Elena Francis, un consultorio para la transición’ (1982): El consultorio radiofónico de Elena Francis no es más que un simulacro, un fetiche; pero se trata de un simulacro en el que en realidad no existe ni siquiera estafa. Elena Francis es su voz simplemente, una voz hecha carne que no necesita de encarnación personal. Existe realmente, socialmente, como representación ideológica, como hecho del lenguaje. Y no se puede hablar en este caso de una usurpación de identidad, sino de una creación ficticia de identidad. El consultorio se desarrollaba en un marco de claras connotaciones nacional-católicas y de defensa de una imagen tradicional de la mujer. Aunque supuestamente Francisca Elena Bes era la que atendía inicialmente las respuestas, la realidad es que el consultorio de Elena Francis era un programa patrocinado por una empresa cuyo objetivo era la venta de sus productos. Las respuestas a las cartas estaban escritas por el equipo de guionistas de Radio Barcelona. El halo de misterio que rodeó siempre al personaje de Elena Francis perduró hasta sus últimos años de emisión, misterio al que los responsables del programa también colaboraban con un pacto de silencio respecto a la verdadera identidad del personaje".
¿Y por qué cuento yo todo eso? ¿Por nostalgia? No. Lo que sucede es que he leído en La Vanguardia que el pasado lunes, 13 de octubre, murió Roser Cavallé (Rosario Caballé) locutora y actriz de doblaje que fue la voz de Elena Francis durante 16 años. Descanse en paz.






(Fuentes: Blog “El medio sonoro”, y el libro “Querida Elena Francis”, del crítico taurino Juan  Soto Viñolo (Grijalbo, 1995) sin cuyas ayudas hubiese resultado harto trabajoso conseguir la necesaria información).

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