jueves, 6 de noviembre de 2014

Luces de emergencia



Pues sí, me parece que está llegando a su fin el “juancarlismo”, ya sin Juan Carlos, o sea, el régimen brotado de la Constitución del 78. Hay millones de españoles no conformes con la situación actual. Los niveles de corrupción alcanzan límites insospechados. El que trinca casi nunca va a la cárcel y, lo que es peor, jamás devuelve lo trincado. Sólo, si acaso, algunos cabezas de turco ingresan en prisión, léase Matas, sólo tres meses. Otros, léase Blesa, sólo unos días.  Como escribe Manuel Muela, “el disfrute omnímodo y continuado del poder, casi cuarenta años, por parte de los dos grandes partidos hegemónicos los ha sumido en una molicie que les impide palpar la realidad hasta el punto de creer que los ciudadanos están al servicio de las instituciones, por muy ineficaces que sean éstas, y no al revés, que es lo propio de las sociedades abiertas y democráticas. Cuando la corrupción aprieta, se sueltan los latiguillos de que el Estado de Derecho funciona y que hay que dejar actuar a los Tribunales”. Y José Manuel Caballero Bonald, al que nadie le ha dado vela en este entierro pero que no hizo ascos al recibir el importe del Premio Cervantes en 2012, ha anticipado en la Cadena Ser  que “Podemos es una formación insegura con profesores pedantes”. Pero ese escritor podía haber dicho, por ejemplo, que donaba los 125.000 euros del Premio de forma altruista como hizo, por ejemplo, Elena Poniatowska un año más tarde, que lo donó en su integridad a una fundación para promover la cultura en México, tal y como había prometido que llevaría a cabo durante su discurso en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares. Y Cospedal, en Onda Cero ha dicho sin empacho que “Podemos es un partido populista, de extrema izquierda, cuyo modelo es Venezuela, y que es muy peligroso para el sistema, para la democracia, la libertad de prensa y todo lo conseguido en este país”. Vamos, el canto de sirena que La Casta lanza como un disco rayado, en un vano intento disuasorio hacia los decididos votantes de esa formación política. Como puede colegirse, La Casta ha encendido las primeras luces de emergencia, a no tardar aparecerán voces de “¡sálvese quien pueda!” y con prisas de mal pagador intentarán abandonar el viejo barco lleno de fisuras.



No hay comentarios: