viernes, 30 de enero de 2015

No interesa levantar alfombras




Señala Arturo González que “escribir un artículo en estos momentos es como abrirse camino en la selva con un machete. Todo está manipulado y por eso resulta difícil ser objetivo, neutral, independiente y honesto”. Tal vez por ello, prefiero marcharme por los cerros de Úbeda y, como hacía González-Ruano, tomar papel y pluma, observar las nubes de algodón y pasar por encima de este fango maloliente. Decía Einstein que la imaginación es más importante que el conocimiento. Y uno, ante tal tesitura, tiene dos opciones: escribir artículos de butacón o contar lo que le venga en gana y tratar de entender las posteriores críticas. En este país se lleva tiempo intentando buscar el esqueleto de Cervantes con georradares en el convento de las Trinitarias; es decir, los restos de un hombre genial que murió pobre a los 69 años, con impactos de arcabuz en el pecho, el brazo izquierdo tullido y ambas mandíbulas desdentadas. Pues muy bien me parece que exista una partida de 12.000 euros para ese fin. Se ve que al Ayuntamiento que preside Ana Botella le sobra dinero en sus arcas y no sabe a qué dedicarlo. El Gobierno que sustenta el PP, a mi entender, podría poner el mismo interés en aplicar la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconoce y amplía derechos y se establecen medidas en favor de quiénes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura de Franco. Hay demasiados cadáveres en las cunetas y en los barrancos por los que nadie con poder bastante mueve un dedo en intentar dignificar. A ningún ciudadano se le escapa que, bajo el gobierno de Mariano Rajoy (X Legislatura), la Ley de Memoria Histórica quedó derogada de facto, ya que en los Presupuestos Generales del Estado para 2013 y 2014 quedó sin dotación presupuestaria para su aplicación. A los nietos de los ganadores de la Guerra Civil no les interesa que se levanten las alfombras de la historia reciente. Hay demasiada mierda debajo.

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