sábado, 18 de abril de 2015

Merienda de negros




Cuenta Melchor Miralles en República de las Ideas: “Es evidente que a Rodrigo Rato sus amigos del PP le han abandonado a su suerte y ahora van a presentar su cabeza como bandera electoral de lucha contra la corrupción. No tienen escrúpulos. No les va a servir de nada. El escándalo es de dimensiones gravísimas y acredita ya definitivamente el fin de una era, es la ultima fotografía que nos permite acreditar que hemos estado gobernados por una recua de obscenos desahogados sin principios éticos y morales, que además nos han llevado a la ruina mientras ellos y los suyos se enriquecían”. Algo parecido sucedió con Luis Roldán y el PSOE. Roldán actuó como un chorizo, pero no fue el único. Al partido socialista le costó las elecciones. Ahora Rajoy se esconde entre las bambalinas de La Moncloa y el Gobierno que él preside se ha quedado mudo de repente. Demasiada mierda. Demasiada podredumbre. Si eso es el neoliberalismo, más vale que nos pille el tren. Con el PSOE hubo quiénes se acogieron a amnistías fiscales. Con el PP, también. Se entregaba a la Agencia Tributaria el 10% del montante declarado de forma extraordinaria y  pelillos a la mar. No es esto, no es esto. Mariano Rajoy tiene obligación de dar la cara. Ya no sirve de nada ejercer de don Tancredo. Y que cuente, también, por qué la banca no está dispuesta a devolver el dinero prestado por el FROB y por qué esa avariciosa banca no está dispuesta a devolver las “cláusulas suelo” de las hipotecas, aún a sabiendas de que eran ilegales, aunque amparadas por el Tribunal Supremo, que estima que ello supondría un “trastorno económico”, al tener que devolver todo lo cobrado de más desde el inicio de los contratos. Y que, para más inri, insiste en que su sentencia de 9 de mayo de 2013 ya fijó doctrina “para todos aquellos supuestos en que resulte, tras su examen, el carácter abusivo de una cláusula suelo”. ¡Vaya cuadrilla de impresentables! ¿Quién elige a los magistrados del Supremo? La respuesta es el Consejo General del Poder Judicial (artículo 127 de la Ley Orgánica del Poder Judicial). ¿Y quién nombra a los miembros del CGPJ? El mecanismo consiste en que los jueces, primero, eligen a unos candidatos -un total de 36- y luego es el Parlamento el que, de entre los candidatos propuestos por los jueces, selecciona -por mayoría de tres quintos del Congreso- a un total de doce vocales. Los ocho vocales restantes hasta 20 -que son los que conforman el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)- son propuestos y elegidos directamente por el Parlamento, sin que los haya propuesto antes el cuerpo de jueces. Debe elegirlos, eso sí, de entre profesionales de reconocido prestigio. ¿Y quién tiene la mayoría absoluta en el Parlamento? Yo ya lo sé, pero prefiero que Rajoy responda. ¡Dígalo, coño!


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