jueves, 21 de mayo de 2015

La libertad de Ferreras




En los artículos de opinión aquel que los escribe y publica puede plasmar lo que le venga en gana pero debe medir aquello que cuenta. No vale todo. Eso viene al caso con un artículo de opinión, “ETA y Podemos”, escrito y publicado en El Correo de Zamora por Carmen Ferreras. Esa señora señala que “las veleidades en política se pagan, como se pagan las compañías y las amistades peligrosas. El partido que lidera Pablo Iglesias no hace ascos a la hora de apoyar a ETA, como no hace ascos a la hora de pactar, si ello fuera preciso, con los bilduetarras en el poder de algunas instituciones vascas. Ningún partido democrático quiere pactar con Bildu, excepción hecha de Podemos”. Vayamos por partes: Bildu es una formación política legalizada. Podemos, también. Y ambas formaciones políticas pueden formar las coaliciones que entiendan convenientes con miras a conseguir el gobierno municipal de determinados municipios. Sigue escribiendo Ferreras: “Gentuza con las manos manchadas por la sangre, no de una, ni de dos, sino de muchas víctimas, que ya se ven en las herriko tabernas dándole a los txikitos, mientras sus cientos de muertos se pudren en los cementerios de toda España”. La señora Ferreras debería saber que esa “gentuza” –como ella dice- si se encuentra en las herriko-tabernas bebiendo txikitos, sidra El Gaitero, famosa en el mundo entero, o Anís Las Cadenas, de finísimo paladar, es por estar en libertad, es decir, por haber cumplido condena. O, también, por tener unas ideas que no van por el mismo camino que las suyas, pero que no tienen delitos de sangre. De ser así, como Ferreras cuenta, esa “gentuza”, como ella dice, estaría penando en prisiones del Estado. Ferreras sigue escribiendo: “De vez en cuando las teles públicas deberían poner, pensando en las nuevas generaciones de españoles, imágenes de aquellos atroces atentados. Para que las nuevas generaciones de españoles entiendan mejor el problema. El terrorismo en España no se puede circunscribir únicamente al 11-M. Hubo un antes sangriento, atroz, descarnado. El después dejó de interesar a ETA. Pero ahí siguen. Sin entregar las armas. Planeando sobre la democracia cuando conviene”. Menos mal que reconoce esa señora que los atentados del 11-M no fueron debidos a esa organización terrorista, como así lo entendieron Acebes y el mismo Aznar. A la señora Ferreras habría que decirle que las teles públicas deberían poner también, ya puestos, las represalias y  los “paseos” del franquismo, una vez terminada la Guerra Civil. Y si le tomábamos gusto a esas cuestiones, o sea, al asesinato de Canalejas en la puerta de Librería San Martín, los crímenes del capitán Sánchez y la bomba del Liceo. A la señora Ferreras le diría que personalmente estoy en contra del terrorismo, venga de donde venga, y que aborrezco a la organización ETA. “La República francesa  –termina escribiendo esa señora- tiene el convencimiento de que, a día de hoy, ETA todavía es peligrosa, no tiene intención de disolverse y en su territorio hay cientos de pistoleros en situación de ‘durmientes’ que podrían volver a empuñar las armas. A esa gente es a la que apoya y defiende la formación de Pablo Iglesias y el propio líder populista. Incluso hay presos de ETA que están animando a otros reclusos de las cárceles que nada tienen que ver con el terrorismo a votar a Podemos”. Pues mire, señora mía, yo también votaré a Podemos y al Hombre del Saco si se presentase en las listas. Me considero ciudadano libre y ejerzo mi voluntad soberana cuando tengo ocasión, es decir, en las urnas. Pero por mí, esa señora puede escribir lo que le venga en gana. Nadie se lo está impidiendo y lo celebro.

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